La Universidad del Rosario es de las más antiguas de Latinoamérica, fundada en 1635 por Fray Cristóbal de Torres, Arzobispo de Santa Fe. A mediodía de hoy una manifestación recorrió las calles del centro de Bogotá, al lado mismo del recinto histórico de la Universidad, que alberga la Facultad de Derecho. La autoridad académica decidió suspender las clases de la tarde y cerrar las puertas del recinto, vaya usted a saber por temor a qué males o por la experiencia de qué pasados desmanes. Se hizo una excepción con el curso que imparto, en atención a que, por extranjero y porque ya pronto regreso a España, no quedaba ocasión para recuperar esas horas.
Así que me vi con mis dos docenas de estudiantes de maestría en aquellos vetustos espacios, hoy desiertos. En un intervalo, algunos de esos estudiantes me contaron que, según rumor muy difundido, por las noches se ven fantasmas deambulando por los viejos patios y las esquinas sombrías, y extrañas sombras y misteriosas luces.
Luego, la clase continuó con normalidad y nos pasamos un buen rato hablando del espíritu de la ley y del espíritu del legislador. Venía a cuento.
Provechoso viaje si Vd. ha descubierto el limbo de los conceptos jurídicos. Ihering nos describió “el cielo de los conceptos puros... no en la forma imperfecta en que han sido deformados por legisladores y prácticos”.... el dolo con su malicia, la culpa lata con cara de majadero, la despreocupada culpa levis... la mora “normalmente acostada si no fuera porque la interpelación la sobresaltara de cuando en cuando”.
ResponderEliminar¡Qué atractivo duelo entre el espíritu de la ley y el espíritu del legislador! ¿Escribirá más sobre cómo vagan esas almas en pena?