21 enero, 2007

Revolución en la ciencia jurídica. Hacia la discusión abierta y el libre acceso.

Un artículo muy reciente de Lawrence Solum, profesor norteamericano de Derecho que mantiene uno de los blogs más interesantes de Teoría del Derecho y Derecho Constitucional, señala los cambios revolucionarios que se están operando ahora mismo en el legal scholarship. La reclusión de los trabajos y las discusiones doctrinales en revistas de pago y monografías está dejando paso al debate en blogs y en páginas web y publicaciones de libre acceso. De ese modo, las polémicas y los intercambios teóricos rebasan barreras y se universalizan. Desaparecen también los intermediarios (editoriales, comités editoriales de revistas, etc.) y la libre consulta ocupa el lugar que hasta ahora correspondía a los derechos de propiedad intelectual.
Si usted está interesado en comprobar cómo se ven estos cambios desde EEUU (y si se las arregla para leer en inglés), pinche aquí encima y vea ese artículo. O aquí, y podrá leer un número monográfico de revista jurídica americana dedicado al mismo asunto.
Convendría que también por estos pagos comenzásemos a modificar hábitos y a ponernos al día. Entre otras cosas, el cambio significará que dejemos de escribir tochos para la evaluación al peso en anecas y sexenios y nos lancemos de verdad a exponer ideas por lo que en sí puedan valer. Y que nos acostumbremos a la discusión libre, a prescindir de las servidumbres de escuelas y grupúsculos y a cuestionar vacíos escalafones.

7 comentarios:

  1. ¡Madre mía! ¡Madre mía! ¿Tendrá fiebre?

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  2. 1. Lo cierto es que lo del "idea paper" es una tentación para todo el que trabaje con teoría jurídica, porque muchas veces lo que apetecería sugerir es una cosita de nada, una "idea feliz" que no justifica un trabajo largo. Muchísimas veces te apetecería dar a conocer esa idea en 5 folios y punto.

    2. Pero juguemos al juego de la regla de oro. Imaginemos que toda la producción jurídica en un mercado de ideas tan pobre y masivo como el de la Universidad española funcionase así.
    Hagan un modelo económico y júzguenlo: el infierno, pero en más breve. Si ya a la gente le da por publicar la primera que se le ocurre, si encima prescindimos del arcaico sistema de control que es exigir un cierto nivel de revisión bibliográfica enl os primeros trabajos, imagínate. No creo que sea necesario explicarlo más.

    O quizá me falta audacia: quizá el camino sea la generación de caos, un camino que lleve a la transparencia, que deje claro que la producción masiva es mierda. Y a partir de ahí que cada cual se busque su dealer de buenos trabajos en Internet...

    3. Aunque claro: si el control de calidad se ejerciese de verdad en los comités de las revistas o editoriales... Si en las revistas o editoriales hubiese investigadores competentes y al día, encargados de filtrar, marcando así el nivel de calidad de la revista...
    Alguna hay en España que lo intenta. De modo modélico, en mi opinión, al menos a nuestro nivel. Y en la propuesta del corrector hasta incluyen propuestas alternativas para tus expresiones poco claras (para quien lo necesite, ¿no? ;-P ).

    4. Me permito disentir vivamente de un punto. Niños, no hagáis caso de Garciamado. Si queréis triunfar en la ANECA, no escribáis "tochos": eso sólo lo hacen los pringaos. Copiad a los que saben: libros de 100 páginas y arreando. Libro es libro: qué más da 100 que 500. Además: por los libros jurídicos, la ANECA sólo te da hasta 12 puntos (hayas escrito 1, 3, 10 o 100), pero por artículos jurídicos te puede dar más de 30 puntos...

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  3. Criterios de calidad:

    a) Todo artículo que ponga en duda que el ordenamiento jurídico español está construido sobre idioteces de pseudo-positivistas como el panadero, censurado.

    b)Todo artículo que sostenga que la constitución está tan tan tan vulnerada que no puede ser norma suprema, so pena de serlo tanto como el código de amurabi, censurado.

    c)Todo artículo que sostenga que todo Habermas es una colección de chorradas, censurado.

    d)Todo artículo que comience con una definición de qué coño es un derecho, censurado.

    Hay una infinidad más, pero ustedes ya los conocen.

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  4. ¡Ah! ¡Sí! Mi dogma preferido:

    Todo artículo que cuestione la competencia en lógica de Kelsen, censurado.

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  5. Ambos modelos tienen ventajas e inconvenientes. Evidentemente, el desbole intelectual puede aumentar -más aún-. Pero bastaría con que nos acostumbrásemos a algo muy sano: que si alguien escribe una castronada, que venga otro alguien y lo argumente con claridad lo antes posible. Para eso no hacen falta ni criterios ni censuras previas; basta con pensar bien y escribir aceptablemente.

    El modelo de revisión está muy bien sobre el papel, pero en la práctica no funciona bien, y todos conocemos los goles colosales que les han marcado a revistas "de primera". Y por lo que respecta a las (personas) autoras, de cada diez revisadas, nueve se pican -entre mucho y muchísimo- cuando les escribes dos observaciones tímidas sobre cómo mejorar el propio artículo. Y se las pasan por donde la esponja; si te va bien, el editor te pedirá compungido que lo comprendas; si no, ni eso, y te tienes que tragar los correos virulentos de respuesta nerviosa y mal argumentada sin decir esta boca es mía, por aquello del voto de anonimato. En compensación por todas estas "virtudes", introduce una rigidez tremenda en la plaza de las ideas (no, no escribiré la m-palabra).

    Lo dicho del ámbito académico vale también para los medios generales, que están más pasados que la madre que los parió. ¿O es que la mitad de las discusiones que hay en una bitácora como la presente podría haberlas en El País o en El Mundo? ¡Amos anda!

    Por lo tanto, cuenten con mi insignificante voto para la liberalización (¿os dáis cuenta de que podría haber escrito "colectivización", y el significado de la frase no cambiaba? ¡qué bonito!) de la plaza de ideas. Pobre propiedad intelectual es la que necesita ser congelada entre unas tapas y protegida con aburridas, repetitivas y risibles fórmulas mágico-jurídicas. En un mundo ideal, si me permitís un ramalazo de utopía, los intelectuales regalarían lo que escriben -es un obvio honor que te fotocopien, o con algo más de conciencia energética, que se bajen tus pedefes de la red- y cobrarían sus conferencias.

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  6. Estimado Amigo:

    Mi principal objeción a lo que plantea usted se resume en una palabra: "pedeefe" (y no pedefe). Como ve, es una objeción de calado.

    Y en un plano muy inferior, creo que lo que usted objeta a un buen modelo de revisión está muuuuy por encima de las perspectivas más optimistas para España. Cáspita: ya quisiera yo que el Anuario sólo tuviera que lamentar que de cuando en cuando le cuelen una hasta el corvejón. Le daba con un canto en los dientes a aquél de allí (con lo cual mi alegría sería reduplicada: nunca he entendido por qué hay que joderse las alegrías machacándose la dentina).

    Por otra parte, coincido con usted en lo de considerar utópico lo de publicar gratis. Ahora pagamos por publicar. Nunca dejemos de perseguir la utopía ;)

    Un abrazo,
    ATMC

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  7. Vayan a las páginas de los profesores norteaméricanos y, después, córtesen las venas.

    mmm

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