Me envían el siguiente escrito de Joaquín Leguina, quien nuevamente pone el dedo en una de las mil llagas que nos van saliendo.
La apabullante abstención con la que se ha saldado el referéndum aprobatorio del nuevo Estatuto de Andalucía (aprobado por tan solo el 31,7% de los andaluces con derecho a voto) ha puesto en evidencia, una vez más, la endogamia en la que está inmersa la –así llamada- clase política, hecho que bien podría ilustrarse con la sentencia popular de “Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como”. Nos habla también de hasta qué punto este proceso, la nueva ronda de “más madera” autonómica, que se inició con el desdichado Estatuto de Cataluña, es el resultado de iniciativas de los representantes que no responden a ninguna necesidad de los representados.
Los responsables políticos han achacado la tan alta abstención andaluza a la falta de tensión política, pues los dos grandes partidos estaban a favor del “sí”. ¿Y cómo se explica entonces –me pregunto yo- la muy alta abstención que se produjo también en Cataluña, donde, eso sí, había tensión en grandes dosis? También han dicho que se van a ocupar de analizar las causas de estos resultados. No lo harán, nunca lo han hecho. Esperarán a que los comentarios desaparezcan de las páginas de los diarios... y “si te he visto, no me acuerdo”. El político es un mundo cada vez más lleno de ocurrencias, de cuyos efectos nadie se hace responsable... pero la democracia es, precisamente, el reino de la responsabilidad.
En fin, qué decir de los augures que siempre se equivocan. Me refiero a los sondeos de opinión, que daban por hecho que se produciría una participación mayor del 50%. Se harán, una vez más, los longuis... y a seguir especulando sobre las próximas elecciones.
Los responsables políticos han achacado la tan alta abstención andaluza a la falta de tensión política, pues los dos grandes partidos estaban a favor del “sí”. ¿Y cómo se explica entonces –me pregunto yo- la muy alta abstención que se produjo también en Cataluña, donde, eso sí, había tensión en grandes dosis? También han dicho que se van a ocupar de analizar las causas de estos resultados. No lo harán, nunca lo han hecho. Esperarán a que los comentarios desaparezcan de las páginas de los diarios... y “si te he visto, no me acuerdo”. El político es un mundo cada vez más lleno de ocurrencias, de cuyos efectos nadie se hace responsable... pero la democracia es, precisamente, el reino de la responsabilidad.
En fin, qué decir de los augures que siempre se equivocan. Me refiero a los sondeos de opinión, que daban por hecho que se produciría una participación mayor del 50%. Se harán, una vez más, los longuis... y a seguir especulando sobre las próximas elecciones.
Pero con cada nuevo estatuto sobredimensionado ya s epueden sumar unas cuantas moquetas más... e la nave va.
ResponderEliminarVisito por primera vez este blog y lo hago desde Sevilla (Andalucía, nueva realidad nacional)
ResponderEliminarAceptemos el desafío que se plantea con el "Sudoku de Solbes".
Si dividimos 100 entre 18 nos sale 5.55555..., o sea que hay para algo más de cinco comunidades y media. Me explico, en el Estatuto de Cataluña se garantiza que el Estado invertirá en función del PIB, o sea el 18 por ciento, y en Andalucía se garantiza (?) que se invertirá en función de la población, o sea también el 18 por ciento. Los gobernantes de cada una de las Comunidades si quieren ganar sus respectivas elecciones autonómicas tendrán que conseguir que las reformas emprendidas garanticen el 18 por ciento, o sea, que hay tres comunidades que tienen que darse prisa (?).
¿Es de locos o no es de locos la que estamos liando?.
Estimados Ante , Tumbaíto y Garciamado
ResponderEliminarYa que tuvieron un buen y animado y respetuoso debate entorno a las "amenazas" de de Juana. Tendrían a bien opinar sobre las "amenazas" presuntamente realizadas por el portavoz del SUP el sr Correal al periodista Luis del Pino. Ya saben lo de la habitación donde no exista un estado de Derecho y tal (como se abstrae este madero).