El artículo que escribe hoy en El Mundo Arcadi Espada da que pensar. Parece que no sólo aquí hay gentes buscando la salida de tanto maniqueísmo, tanta consigna tonta, tanto eslogan vacío, tanta posturita de puro escaparate, tanto prejuicio, tanto descaro, tanta falsedad, tanto talante que envuelve uva mala de verdad. Pero da la impresión de que a los franceses les puede ir mejor que a nosotros. Aquí nos queda para rato hasta que a voto limpio desembarquemos a toda esta camándula de cretinos de uno y otro lado.
Copio el artículo:
Todos con "Sarko".
Arcadi Espada
Los periódicos franceses dan como probable que Bernard Kouchner acepte el ofrecimiento de Nicolas Sarkozy y sea el próximo ministro de Asuntos Exteriores de Francia. Es una noticia sensacional que ha llevado el desconcierto a la izquierda conservadora. No es para menos: del Tout sauf Sarkozy hemos pasado al Tous avec Sarkozy. Kouchner, fundador de Médicos sin Fronteras, es el símbolo de la inmaculada concepción progresista. Coraje, piedad y verdad. Que semejante alta bondad laica haya aceptado tan siquiera negociar con la bestezuela napoleónica es algo de muy difícil aceptación para el mundo de Jean-Marie Colombani y su Francia de pares o nones.
Es explicable que heridos en lo más hondo (es decir, allí dónde se demuestra que su representación de la realidad era falsa) hayan reaccionado según la costumbre: haciendo saber que se trata de un problema personal y que Kouchner quiere atrapar el último tren heroico de su vida. No es así, por supuesto: Kouchner es sólo el ejemplo áureo de lo que ya se llama l'ouverture, o la Francia de síntesis, un movimiento que puede transformar profundamente el panorama ideológico europeo. Hay muchos otros socialistas, radicales y centristas, que han respondido a la llamada del nuevo presidente de Francia, y que negocian con él su participación en el rassemblement. Pero si esa negociación se ha producido es por un obvio movimiento previo: la evidencia de que muchos ex votantes de izquierdas apoyaron a Sarkozy. Viendo su triunfo avasallador el pulpo socialdemócrata empezó a segregar tinta. «¡La Opa a Le Pen ha triunfado!». Y era cierto, tanto como el carácter episódico del propio fantoche y sus votos multiprestados, que, por cierto, provenían también del Partido Comunista. Cierto e irrelevante: ya se ve hasta qué punto l'ouverture se dirige al Frente Nacional. Lo importante, en la gran oleada, era lo que significaban los votos de izquierda. Lo que el trato con Kouchner simboliza.
Hay otro significado de menor violencia polémica y muy esperanzador en este asunto. Durante la campaña electoral Sarkozy ha hablado de los campos de Darfur. De las enfermeras búlgaras secuestradas por la justicia libia. De Ingrid Betancourt, en manos desde hace años de terroristas colombianos. De los derechos humanos y del derecho a la injerencia. Es decir, de los derechos sin fronteras. Reconforta saber que no era un estrambote poético. Y que ahora trata de que el hombre adecuado se ocupe de todo ello.
(Coda: «Rechazad la fragmentación del conocimiento, pensad globalmente, no os dejéis sofocar por el crecimiento de las informaciones, rechazad el desencanto de Occidente y el pesimismo histórico, ¡ya que tenéis la suerte de vivir a finales del siglo XX! No caigáis víctima de la nada, ni del terrorismo intelectual, ni de las modas, ni del dinero ni del poder. ¡Aprended a distinguir siempre y en todas partes lo Verdadero de lo Falso». Karl Popper en Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo, Seix Barral 1991.)
Es explicable que heridos en lo más hondo (es decir, allí dónde se demuestra que su representación de la realidad era falsa) hayan reaccionado según la costumbre: haciendo saber que se trata de un problema personal y que Kouchner quiere atrapar el último tren heroico de su vida. No es así, por supuesto: Kouchner es sólo el ejemplo áureo de lo que ya se llama l'ouverture, o la Francia de síntesis, un movimiento que puede transformar profundamente el panorama ideológico europeo. Hay muchos otros socialistas, radicales y centristas, que han respondido a la llamada del nuevo presidente de Francia, y que negocian con él su participación en el rassemblement. Pero si esa negociación se ha producido es por un obvio movimiento previo: la evidencia de que muchos ex votantes de izquierdas apoyaron a Sarkozy. Viendo su triunfo avasallador el pulpo socialdemócrata empezó a segregar tinta. «¡La Opa a Le Pen ha triunfado!». Y era cierto, tanto como el carácter episódico del propio fantoche y sus votos multiprestados, que, por cierto, provenían también del Partido Comunista. Cierto e irrelevante: ya se ve hasta qué punto l'ouverture se dirige al Frente Nacional. Lo importante, en la gran oleada, era lo que significaban los votos de izquierda. Lo que el trato con Kouchner simboliza.
Hay otro significado de menor violencia polémica y muy esperanzador en este asunto. Durante la campaña electoral Sarkozy ha hablado de los campos de Darfur. De las enfermeras búlgaras secuestradas por la justicia libia. De Ingrid Betancourt, en manos desde hace años de terroristas colombianos. De los derechos humanos y del derecho a la injerencia. Es decir, de los derechos sin fronteras. Reconforta saber que no era un estrambote poético. Y que ahora trata de que el hombre adecuado se ocupe de todo ello.
(Coda: «Rechazad la fragmentación del conocimiento, pensad globalmente, no os dejéis sofocar por el crecimiento de las informaciones, rechazad el desencanto de Occidente y el pesimismo histórico, ¡ya que tenéis la suerte de vivir a finales del siglo XX! No caigáis víctima de la nada, ni del terrorismo intelectual, ni de las modas, ni del dinero ni del poder. ¡Aprended a distinguir siempre y en todas partes lo Verdadero de lo Falso». Karl Popper en Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo, Seix Barral 1991.)
Habrá que empezar en algún momento. En las próximas municipales y autonómicas, sin ir más lejos. Por cierto, en mi pueblo los socialistas más serios, que algunos quedan, recomiendan vivamente (en privado, claro está) que NO se vote a la lista del PSOE a las municipales, sino a la del PP. Y sus argumentos son simples: es tal la incompetencia y el sectarismo de aquella lista, encabezada por los actuales dirigentes provinciales su partido, que su eventual triunfo en las municipales, en solitario o en coalición con Izquierda Hundida, sería un desastre incalculable no solo para la ciudad, sino para cualquier posibilidad de regeneración del propio PSOE. Es posible que, visto lo visto, tal opinión sea solo una consecuencia de las luchas y tensiones internas entre las familias socialistas locales, pero no estoy muy seguro.
ResponderEliminarO político o científico, o responsabilidad o convicción, dijo en su día Weber. Cada vez encuentro menos moral el hecho de que los intelectuales quieran disfrazarse de científicos de la política; eso sí, disfrazados de francotiradores o espíritus libres e independientes. Pero las cosas no funcionan así. Las críticas al PSOE -bienvenidos seáis, advenedizos, pero sed conscientes de lo novel de vuestro apostolado- son más que justas -a mi también me ofende la pacatería y el progresismo de salón- pero sabed que en vuestro tono se aprecia un completo entreguismo a la derecha. El comentario de A. Lagunilla, cuyo apellido, me temo, sea toda una metáfora de sus conocimientos, es perfectamente ilustrativo. Los del PSOE son corruptos, IU -IH, perdón, respetemos la tasada (y manida) dosis de ingenio- unos adláteres: parece claro que hay que votar a la honradez y sensatez de la nueva derecha -que es mucho más objetiva y seria: si hasta los progres franceses los apoyan en cuanto vislumbran que su horizonte no es ideológico, sino comprometido con los derechos...-. Habéis caido en manos del PP. Mejor dicho, por fin habéis encontrado la coartada para votar lo que antes os daba vergüenza. Savater, Arcadi Espada... los referentes son inequívocos. Hasta hace poco no comprendía por qué los marxistas P. Lafargue a la cabeza, utilizaban el término librepensador como insulto. Ahora que veo que el librepensamiento es la celada de la reacción con mala conciencia me parece todo más claro. Hala chavalotes, a seguir siendo críticos.
ResponderEliminarMalleusamatoris:
ResponderEliminarLamento no ser un intelectual, ni un científico de la política (¿qué será eso?), pero su crítica a mi comentario parece hecha por alguien que no lo ha leído siquiera. En nigún sitio he dicho que los del PSOE sean unos corruptos,ni que haya que votar a la nueva derecha (?); es más, ni siquiera he dado una opinión o ejercido una crítica: me he limitado a decir en voz alta lo que me han dicho en voz baja algunos buenos amigos de aquel partido, quizás no tan sectarios como a ud. le gustaría.
En cuanto al resto, para votar o no votar, a unos, a otros o a ninguno, nunca he necesitado coartada, ¿usted sí? ¿Es usted de los que vota a "los suyos", sean éstos cuales sean, caiga quien caiga, y hagan lo que hagan?. A mi me daría sonrojo tal abdicación del propio criterio. Eso si que es caer en manos de otros, por muy "suyos" que sean.
No sé qué entiende ud. por librepensador, ni lo que le autoriza a calificar de reaccionario a este o al otro. Así que estaría bien que dejara de colocar etiquetas, y expusiera sus argumentos, que no dudo que serán serios y profundos.
Le agradezco también la ironía sobre mi apellido. No se me habría ocurrido nunca. El suyo si que es ingenio del bueno, y no lo de Izquierda Hundida. Además, es mucho más personal, donde va a parar.Menos mal que no me apellido Calvo, ni Rojo, ni Pumpido, que esos apellidos si que dán de sí.
En lo de advenedizos, santa Lucía le conserve la vista: cuando ud. llegó, estábamos ya aquí un montón de nosotros. Y lo de chavalotes, en mi caso, es ya para descojonarse (perdón por la expresión, ya le avisé que no soy un intelectual, ni nada de eso).
En fin, menos combatir a fantasmas, y más razonamientos. Nos iría mejor a todos.