24 mayo, 2007

Democracia chocarrera

Una buena manera de acabar con la democracia debe de ser (pseudo)democratizarlo todo. Podemos jugar a votar lo que nos dé la gana, pero no conviene que confundamos el culo con las témporas, y me temo que a eso nos están induciendo. La democracia, la decisión mayoritaria por la vía del voto libre, no es un procedimiento ni para averiguar verdades ni para establecer dónde se hallan el bien o la justicia, sino una manera de apañarse para decidir quién gobierna en cada tiempo, de modo que lo haga el que moleste a la menos gente posible, aquel cuyo programa y cuyas propuestas gocen de mayor sintonía con los electores. Simplemente eso y nada más que eso. Pero el que gana unas elecciones no es por eso ni más listo ni más sabio ni más guapo ni nada por el estilo.

Votar para otros menesteres puede ser un juego entretenido, pero conviene que a las cosas se las llame por su nombre. Si se organiza aquí una votación popular para establecer cuál de los dioses tan verdaderos y poderosos es el dios más verdadero, capaz y estupendo, va a ganar por goleada el dios de los cristianos. Ergo, ése es el dios fetén. Pues no, mire usted, es el que obtuvo más votos allí donde se organizó semejante certamen chorras. Si preguntamos a los “electores” si es mejor cantante la Netrebko, que tanto apasiona a mi amigo Sosa, o Rosa, la de Operación Triunfo, ésta va a ganar por goleada. El ganar una votación no da la razón en nada, sólo significa ganar una votación. Cuando se trata de decidir a quién le va a corresponder mandarnos, bien está, por lo ya dicho; pero sería una suprema mentecatez decidir por mayoría y con llamadas a un 902 o con sms quién debe dirigir un instituto de investigación contra el cáncer o a quién ha de corresponderle el próximo premio Nobel de física. Aunque todo se andará; si no, al tiempo.

Pero ahora está de moda lo de organizar concursos "democráticos" para cualquier estupidez y, de paso, siempre se hace un poco de negocio a costa de los lerdos que se toman en serio tales pasatiempos. El último invento ha sido ése de preguntar cuál es el personaje más importante de la historia de España. Manda narices. Aquí casi nadie tiene ni pajolera idea de la historia de España ni de nada que no sea fútbol y encamamientos de pago, y, de propina, ya se ocupan las reformas educativas de que no caigamos en la tentación de conocer un pasado sin adulteración y simplezas para imbéciles, pero ahora resulta que tenemos que establecer entre todos qué personaje histórico mola más y fue más relevante. Y, cómo no, pasa lo que pasa, y se pasa mucha vergüenza. Vean qué resultados. El español más importante, fundamental, decisivo y todo lo que queramos decir, nuestro rey de oros, Juan Carlos I. Ahí lo tienen, sin despeinarse. En cuarto lugar, su señora, doña Sofía, otra sin cuya aportación este país no sería ni su sombra y continuaría en la edad de piedra. Como somos seres sumamente familiares los parroquianos de esta cosa llamada España, el séptimo puesto lo ocupa su hijo, el Príncipe Felipe, sólo un peldaño por debajo de Ramón y Cajal, al que imagino que mucha gente apoyó porque no hay ciudad ni villorrio que no le dedique una calle. Ya se sabe que, para que te conozcan, o tienes calle o sales en la tele aunque sea tocando(te) las maracas. Y qué me dicen del puesto quince, ocupado por Letizia, Doña, sólo un lugar por debajo de Zapatero, que estará que trina, supongo. Su abuelo no ha sacado ningún voto, para más inri.

Para seguir con esta crónica de lo profundo que es el sentido histórico de los españoles (o al menos de los que ven la tele y entran al trapo), basta reparar en que el puesto veinticuatro lo ocupa Miguel Indurain, el cuarenta Pau Gasol, el veintiséis Lola Flores, el treinta y dos Isabel Pantoja y el cuarenta y uno David Bisbal.

No hay que dar a las anécdotas más importancia de la que tienen ni merece la pena perderse en interpretaciones de este tipo de bobadas inducidas por la caja tonta, pero creo que un par de cosillas sí cabe resaltar, aparte del hecho, obvio, de que muchas encuestas del CIS cada día se parecen más a estos camelos de la tele. Una, lo que podemos llamar el presentismo de la ciudadanía. Un tanto por ciento altísimo de la gente que votó a Bisbal o a Letizia, por ejemplo, sería incapaz de nombrar un solo personaje de la historia de este país que no sea de su pueblo o pariente suyo, o que no salga en la tele esta temporada. Así que vaya usted a contarle a ese personal polémicas doctrinales sobre cuándo aparece el concepto de España o qué significaron los Reyes Católicos o qué ocurrió en la Primera o la Segunda República o quién fue y qué hizo Franco. A dos velas. La humanidad comenzó con Jesulín de Ubrique o poco antes, y la historia de España con Butragueño.

La otra cosa es que semejantes concursetes son una buena manera de trivializar el voto y de acostumbrar a la gente a mezclar churras con merinas. Nada de información, nada de reflexión, nada de análisis ni debate, sólo el jijí-jajá y significa lo mismo cuando voto el domingo en las municipales que cuando llamo a Mira quién baila para salvar a no sé qué caimán que mueve bien el trasero al danzar un chachachá. Y por esa razón los políticos, para tener éxito electoral, tienen cada vez que menear mejor la cintura y sonreír de la manera más postiza y bobalicona. ¿Ideas?, ¿programas?, ¿conocimientos? Vade retro.

Seré un exagerado o estaré sufriendo hoy el enésimo ataque de elitismo ramplón, pero estos programas “democráticos” sí que me parecen pornografía de la mala, perjudiciales para la salud individual y colectiva. Y pensar que esto se emite en abierto sin que nadie proteste o se preocupe de que puedan verlo los niños... Qué grima. Cuánto más formativa, beneficiosa y sana sería una buena porno de las auténticas, créanme.

Un último dato. Según cuentan los periódios, el programa en cuestión, titulado "El español de la historia", lo vieron dos millones de personas. Dos millones. Si tantas moscas van...

3 comentarios:

  1. http://www.elmundo.es/elmundo/descodificador.html?a=517c30d7e0b26770bf7e792978a9296e&t=1180032502

    ¿El español de la historia?
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    El Rey Juan Carlos, español de la historia, en Las Ventas. (Foto: AFP)
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    El Rey Juan Carlos, español de la historia, en Las Ventas. (Foto: AFP)

    23 de mayo.- Los seres humanos adoramos las listas. Tenemos la manía de ordenar, de clasificar, de sistematizar hasta los detalles más pequeños de nuestras vidas. Listas de las cosas más peregrinas. Listas electorales, listas de la compra, listas negras, listas de espera en la seguridad social... Desde anoche, y gracias a Antena 3, tenemos una lista con los españoles "de la historia".

    'Casi ná'. Pero cuidado, no busquen a Nuria Bermúdez, Marichalar o Miguel Sebastián en esa lista. Sólo incluye españoles notables, solemnes, significativos...

    Como Franco, David Bisbal, Emilio Botín o Escrivá de Balaguer. Españoles de postín para un programa que ya ha sido un éxito en otros países, como Estados Unidos o Portugal, donde ganaron nada más y nada menos que, respectivamente, Ronald Reagan y Oliveira Salazar.

    ¿Tiene buena pinta el programa, verdad?

    Les confesaré que yo odiaba las listas hasta que leí 'Alta fidelidad', una pequeña maravilla del escritor 'rocanrolero' Nick Hornby. En ese libro los protagonistas hacen listas constantemente, de forma compulsiva y frenética, convirtiendo esta costumbre en una forma de racionalizar su vida. "Las cinco mejores películas de Dustin Hoffman. O solos de guitarra, o discos grabados por artistas ciegos...". Llegan tan lejos que "su conversación no pasa de ser una mera enumeración".

    Después de ver 'El español de la historia' vuelvo a odiar las listas.

    Susanna Griso y Matías Prats presentaron el programa, basado en una encuesta para la que se realizaron más de 3.000 entrevistas. Un espacio de corte antiguo, televisión vieja y apolillada que se redujo a una cuenta atrás en la que fueron apareciendo, mezclados en una orgiástica cama redonda, un centenar de nombres de diferentes pelajes, desde Juan Sebastián Elcano a El Cordobés, pasando por San Ignacio de Loyola, Miguel Hernández, Isabel Pantoja, Letizia Ortiz o Dani Pedrosa. No les digo más.

    Una cuenta atrás con presentaciones absolutamente mediocres de los personajes, perfiles repletos de tópicos en los que se abusó de la nostalgia, razón de ser final de un programa de marcado carácter retrospectivo. Perfiles analizados, eso sí, por intelectos del calibre de Marta Sánchez, Gonzalo Miró, Alfredo Urdaci, Paco Buyo, María Patiño o García Calvo.

    Un programa interminable —casi tres horas— con análisis sociológicos baratos en el que me sobró todo excepto dos detalles morbosos, dos malsanas curiosidades: confirmar lo que me temía (que el número estaba reservado para el Rey Juan Carlos) y saber en qué puesto quedaba Franco (el 23, como siniestro relleno, que ironía, de un sándwich con Miguel Servet y Antonio Machado en los extremos). Aunque tengo que reconocer que mi paciencia fue recompensada con un inesperado regalo: el Príncipe Felipe estaba en el número siete, justo detrás de, fíjense qué guasa, el descubridor de las neuronas, don Santiago Ramón y Cajal.

    El Rey Juan Carlos es el nuevo y resplandeciente español de la historia, por encima de pelagatos como Cervantes, Goya, Lorca, Ortega y Gasset, Santa Teresa de Jesús, Gregorio Marañón, Quevedo o Francisco Pizarro. No puedo despedir este post sin informales de que, para colmo de males y como enésima muestra de la memez y la falta de imaginación de nuestras televisiones, TVE presentará dentro de unos días un clónico de 'El español de la historia', cuyo formato ha comprado a la BBC: 'Los 50 españoles'.

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  2. Ilmo Sr catedrático, le diré, respecto a su crítica, anda VI muy mal de Historia, que ya se lo he dicho a VI en más de una ocasión.
    ¿Cómo van a comparar los medios de comunicaciones españoles que son unas masas borreguiles sin ninguna clase de profesionalidad , compara a los Reyes católicos o a los reyes que formaron el imperio más grande de la historia universalmente?
    ¿Cómo va a comparar VI a los parásitos de los borbonazos con Carlos I de España y 5º de Alemania?
    Como el comentario que me hace de Bisbal y de otros comparsas y el homosexual según comentarios del pueblo español, creo que cojea un poco de la cula Pedro Almodovar.
    Me hace VI unas comparaciones odiosas y un poco trágicas en su memoria, porque parece mentira que siendo VI catedrático haga esas comparaciones. ¿Cómo va a comparar VI esas lastras que le nombro con dn Jacinto Benavente, con dn Miguel de Unamuno o bien con el mejor pensador de todos los tiempos universalmente Dn José Antonio Primo de REivera?, un hombre de prodigio y de pensamiento que dejó una doctrina y una ideología que es vigente en la actualidad o comparar toda esa chusma con Ortega y Gasset.
    Le diré que para bien del pueblo español, le diré que el mejor sufragio de las urnas son las urnas rotas para que no nos engañen a los plebeyos.
    Le diré, que lo que tenemos en España en la actualidad no es una democracia como VI canta sino una democaca como la copa de un pino, pero sí, bajo mi punto de vista creo que en España desde el año 1975 hasta la actualidad, no ha habido una auténtica democracia nacional sino una auténtica dictadura de partidos políticos dominantes en el gobierno y en la oposición porque eso de las urnas que uno saque 10 millones y otros 11 no quiere decir que el resto de los españoles que restan deban suicidarse por las leyes emanadas de los partidos políticos que llegan al gobierno, porque si ellos quieren suicidarse tienen que dejar de ser todos ellos unos vividores profesionales de la política y dar más protección, más pan y más sal al pueblo español.
    Por lo tanto, creo que debe VI pensar que estamos viviendo una encrucijada con dar tanto parabien a la inmigración que le veo a VI y al pueblo incluyéndome yo que dentro de diez o 15 años que entramos en la tercera generación de inmigrantes vamos a tener que salir todos los españolitos a nado por el peñón de Gibraltar.
    Hasta el próximo día que tenga un poco más de tiempo y echemos otra parrafada, espero que vote VI con el pensamiento y con el corazón, por favor, no vote VI a más de lo mismo, porque yo personalmente voy a votar al abuelo del sr Rodriguez Zapatero, pero también había pensado en votar al sr Rajoy, pero como ya no es de derechas sino del centro liberal y un renegado de su pasado , le diré que no se que es eso del centro liberal o lo que es más el centro izquierda ya que creo que desde mi punto de vista, el centro es un espectro ficticio, por favor, que no nos engañen más.

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  3. Señor García Amado, al leerle esto:

    Nada de información, nada de reflexión, nada de análisis ni debate, sólo el jijí-jajá y significa lo mismo cuando voto el domingo en las municipales que cuando llamo a Mira quién baila para salvar a no sé qué caimán que mueve bien el trasero al danzar un chachachá.

    No he podido evitar pensar en esto:

    http://www.youtube.com/
    watch?v=EvfzHw-Y6Oo

    Con esperanza, con ritmo propio.

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