Bueno, pues ya ocurrió, en El País se han animado a rechazarle un artículo a Savater. De alguna manera hay que pasar a la Historia y es probable que el hecho lo recojan los cronistas futuros como indicio de lo que está ocurriendo por aquí en estos tiempos. Prohibido criticar mayormente al inmoral (¿o será amoral?) que nos gobierna. Es de los nuestros. ¿Y quiénes hostias somos nosotros/son ellos?
El artículo de Savater era ese de Casa Tomada que aquí recogíamos el otro día. Lo cuenta todo muy bien Arcadi Espada en su blog hoy. Me permito copiar ese texto de Arcadi Espada y luego digo algo más:
"El primer artículo (si la hemeroteca no anda errada) que Savater escribió en El País se titulaba Los nacionalistas o el destierro como estilo. Lo publicó el 5 de mayo de 1976. Hace treinta años casi exactos. En treinta años jamás habían rechazado un artículo suyo. Y en una larga época, incluso, se mostraban muy felices cuando podían publicarlos. Esto se ha acabado hoy. El Correo publica Casa Tomada, un lúcido y hermoso artículo que Savater había enviado a El País el pasado 7 de mayo. La lectura del texto y la actitud del diario inducen a una perplejidad desmoralizada. ¿Qué le ha ocurrido a ese periódico para que su director aplique el derecho de veto a este artículo? ¿Qué tiene este artículo? Sí: la afirmación de que Zapatero ha fracasado. Sí: la crítica a un editorial y a un artículo del propio periódico. Y una elegante metáfora cortazariana, nosotros que le quisimos tanto. Lo más suave que puede decirse de esa censura es que se trata de una muestra insospechada de aldeanismo intelectual y de sectarismo político. Porque, desgraciadamente, no creo que pueda aplicársele el subtítulo que llevaba aquel primer artículo nabokoviano: "Las razones de Estado en las historias de amor".
La posibilidad de que algo le haya ocurrido a ese periódico se combina con otra: lo que le haya ocurrido a Savater. Pero el resultado, este sábado, es el mismo: el primer intelectual de España (que eso sí no ha cambiado) ya no cabe en El País".
La posibilidad de que algo le haya ocurrido a ese periódico se combina con otra: lo que le haya ocurrido a Savater. Pero el resultado, este sábado, es el mismo: el primer intelectual de España (que eso sí no ha cambiado) ya no cabe en El País".
Fin de la cita.
Si queremos tener completo el panorama del país y de El País, echémosle un vistazo a la tribuna que hoy publica ese periódico independiente. Toda una cortina de humo. El tipo de prosa con olor a talco y de ética meliflua que tanto vende en estos tiempos y que permite a sus cultivadores estar muy a bien con cualquier partido que gobierne y decir siempre cositas que hablan de mucho sin decir nada y que ningún riesgo hacen correr a esos/as esmerados/as adalides/as de la caquita caramelizada. Miren esta frase mismamente: "Falta corazón, podría ser el diagnóstico. Tendríamos que educar para la concordia". Qué grima, por Dios. Pero es lo que gusta hoy en día a los funcionarios, lameculos y burguesitos encantadísimos de haberse conocido a sí mismos delante de esa botellita de Ribera. No sé cómo pueden digerirlo, la verdad.
Qué te apuestas a que ésta llega también a consejera de Estado. Si no es con este gobierno, será con el siguiente. Al tiempo.
Desde luego, el Consejo de Estado se está convirtiendo en un sitio tan poco recomendable comola redacción de "El País". En fin, aunque no tenga nada que ver (o, tal vez, sí) quiero contribuir al ojeo de boletines oficiales (yo miro los autonómicos). El legislador gallego tiene las ideas claras y reconoce el derecho a “descansar tumbadas en lugar apropiado” (Ley 2/2007, de 28 de marzo, del trabajo en igualdad de las mujeres de Galicia), a las trabajadoras embarazadas y las madres lactantes, pero también (sólo faltaba) “en caso de lactación (sic) artificial por parte de padres o madres”. No seré yo quien se oponga a un derecho cuyo contenido esencial integran el descanso (elemento subjetivo) y la posición horizontal (elemento objetivo). Se trata -me parece- de un verdadero derecho fundamental, porque ¿de qué sirven la vida, el patrimonio y la honra, si uno no descansa?. Y este revolucionario derecho ¿será renunciable? No parece admitirlo su condición de fundamental, ergo las trabajadoras embarazadas (o los padres que artificialmente “lacten” a sus hijo) tienen el deber jurídico, coercible con todos los medios del Poder Público, de tumbarse, aunque prefieran echar una cabezadita sentados o reclinados en un sofá. Donde veo mayores dificultades prácticas es en el derecho a “lactar a su hijo o hija con tranquilidad” ¿y si el niño –o niña- llora y grita, como es previsible y frecuente? “Hijo mío o hija mía –dirá la madre o padre-, estás acabando con mi paciencia e incumpliendo la ley gallega”. Grandioso Estado autonómico-integro-regio-federal, o como se llame: teníamos que haberlo inventado antes.
ResponderEliminarNada que añadir a lo que Garciamado o Arcadi Espada han escrito sobre la no publicación del artículo de Savater. Impresentable. Obviamente El País está en su derecho a no publicar ese artículo, y cualquier otro. Pero me llama la atención que se meta en semejante berenjenal, sabiendo que con su negativa a la publicación del dichoso artículo hará que lo lean -o que lo empiecen a leer- incluso quienes normalmente lo habrían pasado por alto.
ResponderEliminarLa red, y los blogs, tienen muchísimas cosas positivas; hoy se está produciendo un curioso fenómeno bloggista: parece ser que en el Blog de Bassets, en El País, están borrando todos los comentarios que mencionan el caso Savater: tras unos minutos, desaparecen. Ahora creo que ya no se pueden ni publicar. Muchos de ellos proceden, por lo que se ve, de los anteriores comentaristas del Blog de Arcadi Espada, que los están publicando en su nuevo Blog -http://nickjournalarcadiano.blogspot.com, de donde Arcadi Espada los toma para publicarlos a su vez en la entrada del suyo. De ese modo, los comentarios 'censurados' en el dichoso blog están apareciendo por todas partes, como aparecerá por todas partes el artículo de Savater tan torpemente ignorado.
Extraña maniobra, la de El País, ¿no?
Buen sábado a todos