06 septiembre, 2007

Madrid es nación.

Otra vez en Madrid para hacer de juez, sin ganas, en el dichoso concurso de habilitación de cátedras. Buena ocasión para reflexionar de nuevo sobre el hecho indudable de que los madrileños son nación propiamente dicha y tienen una cultura propia, bien distinta de la de los humildes habitantes de maravillosas provincias de medio pelo. Resumo esta impresión, puesto que hay que dormir un poco ahora, por la noche, para no hacerlo mañana mientras disertan esmerados aspirantes a la gloria académica. Atengámonos a unos pocos detalles, para elevarnos al final a la conclusión antedicha.
1. Cuando en provincias recibimos a colegas les organizamos el viaje con esmero, y ay del que no lo haga así con un catedrático de la capital. A la inversa no sucede.
2. Cuando los de provincias recibimos a un colega por cualquier motivo, hasta lo recogemos en la estación o el aeropuerto. A la inversa no sucede.
3. Cuando los de provincias hacemos de anfitriones con los colegas, buscamos con esmero un restaurante de postín. A la inversa no sucede.
4. Cuando los de provincias seguimos de anfitriones, con ganas o sin ellas, hasta invitamos a unas cañas, tontamente. A la inversa no sucede mayormente.
5. Los de provincias solemos hacer sobremesa. Los madrileños no tienen tiempo; o ganas. Total, para qué. Si en la capital no vas apurado pareces un mindundi total.
6. Los de provincias solemos llegar puntuales a las citas con los colegas de Madrid, para que no se molesten y porque nos lo enseñaron así en el pueblo. A la inversa ocurre más bien poco.
7. Los provincianos nos ofrecemos para tomar unas cervezas con los colegas cuando se acaba lo que hubiera que hacer. Los madrileños tienen prisa siempre y cosas más importantes de las que ocuparse, en casa o vaya usted a saber donde.
8. Los de provincias a la mínima nos ponemos a hablar con los colegas de cosas personales, que si la familia, que si aquella juerga, que si a cómo están por aquí los garbanzos. Los madrileños no tienen vida personal o no hablan de ella con extraños. Todo lo más, algún cotilleo sobre un secretario de Estado que aspira a embajador en Guatemala. Apasionante.
¿Hay algo de reproche en lo anterior? No, no y no. Y mil veces no. Seamos justos: Madrid es nación y los demás una panda de de frívolos apátridas. ¡Independencia para Madrid ya!
Seguimos haciendo amigos. Pero es broma, ¿eh?

10 comentarios:

  1. Auténtico y veraz! Aún añadiría si el sujeto es masculino o femenino, en cuyo último caso cuesta mucho describirle dónde está exactamente la provincia y que dirección de la Nacional se debe tomar para llegar..., porque claro, para ellos/as el mundo acaba en la M-50 o para los más inn en la T-4

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  2. Ja, ja, ja, muy bueno. Aunque también es cierto que las excepciones existen...

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  3. Siendo todo eso cierto, con las excepciones claro, ¿porqué perdemos el culo cuando nos toca subir (bajar?) a Madrid?.
    Otra cosa, no te esfuerces demasiado en lo de la habilitación, léete el último capítulo del libro de tu amigo, Prof. Sosa, sobre el mito de la autonomía universitaria (la última edición). Verás que es un esfuerzo inútil, y ya sabes, los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía.

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  4. Termina Garciamado diciendo : "seguimos haciendo amigos", pues bien profesor, tantos enemigos como Vd pueda hacerse con sus críticas,los ganará en seguidores o al menos en asiduos lectores como siga Vd escribiendo maravillas como : "Discriminaciones indirectas y equívocos derechos (a propósito de la STC 3/2007 de 15 de enero y del ATC 200/2007 de 27 de marzo".
    Algún amigo del blog podrá pensar que ando peloteando y tal, ruego al así pensante que lea dicho artículo doctrinal y luego opine en base a qué se opone a mi elogio.
    Hoy voy a leer, también de Garciamado : " ¿ponderación o simples subsunciones? Comentario a la STC de 16-4-2007" ; a ver que tal.

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  5. Sus fans esperamos que nos informe como es debido, y habitual en Ud., de todo cuanto vaya ocurriendo en esta habilitación. No hay que darle demasiada importancia a lo de hacer amigos. Lo importante es el público.

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  6. Enlazando con mi anterior comentario, se podría intentar, a propósito del artículo doctrinal "Discriminaciones indirectas...", que el salto que da el TC referido a la ponderación no de derechos sino de circunstancias ,en el caso de la trabajadora (al ser avalado por el TJCE),no nos debamos ceñir a ella, sino pensar que cualquier trabajadora en ese mismo momento de dictarse la sentencia tuviese más oportunidades en cualquier ámbito de la vida si un juez concreto tiene que considerar implícito en el art 14 en relación con el 9.2 de la Constitución discriminación indirecta cualquier desventaja, es decir, cualquier petición de la mujer que pueda integrarse en la interpretación y aplicación del Estatuto de los Trabajadores, si esta solicitud no pone en peligro la continuidad de la empresa, más aún si se celebra ventajosamente para la empresa un contrato de interinidad archibonificado.

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  7. ¿No le parece, apreciado G.A., que toma usted a la parte -los profesores de una determinada facultad universitaria madrileña- por el todo -los madrileños-? Y ello con independencia de que no creo que más del 30 % de los que viven en Madrid sean madrileños de origen, y de que, particularmente, Madrid siempre me haya parecido una hermosa y estimulante ciudad, de lo cual sus habitantes tienen la mayor parte del mérito.
    Saludos

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  8. Que sí, que sí, que hay muchísimas excepciones a todo lo que he dicho y que en todas partes se cuecen habas y que Madrid tiene su aquel. Pero flotan esas diferencias en el ambiente. Algo tiene la capital cuando tantos quieren vivir en ella peor de lo que lo harían en cualquier otro lugar.

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  9. Siguiendo con mi comedura de coco acerca de "Discriminaciones indirectas...", sin dejar de ser factible la impresión que le da a Garciamado que puede perpetuarse la discriminación en el sentido de asumir la mijer un determinado rol familiar, también se podría afirmar que con esa interpretación constitucional el TC quiere que, ya que durante siglos la mujer fue "condenada a ese papel" (excepto sociedades del matriarcado y el III Reich)de cuidadora familiar, en la actualidad al tener ventajas en la "ponderación" de esa evolución (a lo dibujo animado a la japonesa)de circunstancias a derechos, realmente la mujer es más libre al decidir y realmente es su voluntad y no el rol social la que le hará decidir si reduce o no su jornada o si pide excedencia para tal o para cuál situación, ya que el ordenamiento, del cuál es cabecera la Constitución y la interpretación del TC, que sigue a la del TJCE, le garantizan que cualquier discriminación indirecta no va a ser un impedimento para que libremente decida si trabaja o se va a cuidar al pariente hasta 2º grado que se encuentre en alguna de las situaciones contempladas en la ley.

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