06 enero, 2008

Los reyes son los padres, pero no se lo digas

Última etapa de unas fiestas preciosas. Ya te hablas con dos cuñados menos. Pero os reconforta a todos comprobar que el abuelo ya no sufre. Angelito. Lo malo es que ahora la abuela se cela de los regalos de los niños. Debimos comprarle a ella el Resident Evil 3 o la última versión del Alone in the Dark, para que se entretenga un poco, la pobrecita. Bueno, para otro año.
Hoy es el día de los niños. Hay que ver cómo se lo pasan los más pequeños.
- Borja Jimmy, cuando acabes de afeitarte ven a ver los regalitos que te han dejado los Reyes Magos.
- Espera, mami, que estoy tirándome a la del sexto-B. Luego bajo.
Los Reyes disfrutan mucho dando y dándose. Sobre todo cuando se encuentran en El Corte Inglés.
- Mira, a mi Jenny acabo de comprarle un móvil con vibrador y medidor de tensión, un salto de cama de Ágatha Ruíz de la Prada y el último libro de César Vidal sobre los templados.
- ¿Y no será muy pequeña para libros?
- No, mujer, tiene quince años, pero tú la ves y aparenta veinte. Fíjate que ya está ahorrando ella de sus propis para reducirse las tetas en cuanto cumpla los dieciocho…
- Pues yo a mi Marianín este año sólo le pongo chucherías. Es lo único que le hace ilusión, pues dice que en la cárcel no les daban.
- Criaturillas. Los ve una tan felices un día así…
Mientras, en casa y aprovechando que la canguro se ha dormido, extenuada, después de recomponerse el sujetador, el benjamín de la familia, con sus seis añitos, acaba de forzar el cajón donde sabe que sus papás guardan cada año los regalos que le darán en nombre y representación de los Reyes de Oriente. Deja de lado los envoltorios y grita con entusiasmo:
- Imelda María, Imelda María, ven, mira lo que se han comprado mis padres. Tenemos que probarlo.
- La canguro se despierta, sobresaltada, y acude muerta de morbo.
- Uy, se ve que han vuelto al sex-shop. Qué pasada. Si lo viera mi novio cómo se iba a poner…
- Y este disquito qué será. Qué guapo.
- Yo creo que es el diu de repuesto de tu madre, pero no me hagas mucho caso.
Hay que reconocer que los niños se esfuerzan en estas fechas. Por no matar la ilusión de sus papis y demás parentela, mayormente. En la escuela los ayudan mucho para esto y los gabinetes psico-pedagógicos se esmeran ya desde octubre para adiestrarlos en el disimulo.
- Cuando tu padre insista en llevarte a la cabalgata y subirte a sus hombros para que veas bien, tú di que sí.Al fin y al cabo es sólo un día y a él le hace mucha ilusión.
- Ya, se dice muy fácil, pero si me ven mis colegas de los Rioja-Kings se van a descojonar y me paso otro año sin el tatuaje en la tetilla.
- Nada, nada, tú hazlo por tus viejos, que, total, un año de éstos van a cascar, y al menos te quedará la satisfacción haberles dado ese gusto. Y haz el favor de no insultar al rey negro, como el año pasado.
- Vale, pero conste que me raya un montón esta movida.
El niño se levanta a las siete de la mañana, como todos los días de fiesta y porque a esa hora es cuando mejor se pillan en la red los vídeos porno de Paris Hilton con Britney Spears. Pero los papis sólo se enteran del madrugón el seis de enero.
- Fíjate qué ilusionado está el chiquitín, hija, que hasta se levantó temprano, todo contento. Si vieras con qué carita de felicidad miraba la colección completa de Las Matemáticas y Tú y el albornoz de Pertegaz que le compramos por dos mil euros de nada…
Lo más entrañable es cuando los hermanitos, que tienen siete años, él, y ocho, ella, y ya han participado hasta en misas negras por internet, deciden matar el rato volviendo a preguntarle a su papá por los Reyes y esas cosas.
- ¿Quiénes son los Reyes Magos, papi?
- Pues son unos reyes de un país de Oriente que se enteraron por una estrella de que había nacido el Niño Dios y fueron a adorarlo.
- ¿Y le llevaron regalos?
- Sí, hijos, le llevaron unos regalitos preciosos: oro, incienso y mirra.
- ¿Qué es la mirra, papá?
- Esto…, pues…, es cómo un cacharro muy importante que había entonces. Ahora ya no se usa.
- ¿Y el Niño Jesús se puso contento, papi?
- Uy, sí, daba palmas de alegría y bendijo a todos.
- ¿Cuántos añitos tenía ya?
- No, no, era recién nacido, días nada más.
- Pero estaba muy espabiladillo, ¿no?
- Ejem, esto…, sí, claro, porque era el Hijo de Dios.
- Papi, ¿tu crees en Dios?
- Ya os expliqué el otro día que yo soy ateo y que estoy contra la Iglesia y me opongo a esas manifestaciones que hacen los obispos con los meapilas del PP.
- Pero los Reyes Magos sí existen, ¿verdad papi?
- Sí, hijos, sí, los Reyes Magos existen. Cómo no van a existir, con la cantidad de regalos que os dejan cada año. ¿Queréis que vayamos esta tarde a la cabalgata?

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