Este Rajoy está como una chota. Miren por dónde nos sale ahora. Leo en El País que don Mariano piensa exigir a los inmigrantes tres cosas, nada menos: "cumplir las leyes, aprender la lengua y a respetar sus costumbres", las costumbres de los españoles. Pero este hombre de qué va. Hala, como los inmigrantes no votan, a pedirles a ellos lo que no se nos exige a nosotros. Discriminación igual no se ha visto, palabra.
Analicemos la propuesta en cuestión, descomponiéndola en sus tres partes, a las que, al pedagógico modo, nos referiremos como una, dos y tres. Para que se vea que uno domina esto de la didáctica, aunque no haya hecho los cursitos ad hoc.
Una. Cumplir las leyes. Ahora va a resultar que los inmigrantes tienen que atenerse a la legalidad. Serán los únicos. En este país de crápulas, en el que ni el que hace la ley la cumple, ni el que la desarrolla la respeta, ni el que ha de juzgar la aplica, van a tener los inmigrantes que empollarse el BOE y obedecer normas a tutiplén. En adelante, cada ley debería llevar detrás de su pomposo nombre la expresión “Para los inmigrantes”. Por ejemplo, "Ley Antitabaco (para los Inmigrantes)". Así cada uno sabe a qué atenerse: nosotros seguimos sin darnos por aludidos por la legalidad y ellos que se vayan sabiendo lo que vale un peine y lo guapo que se legisla aquí.
Se van a enterar de lo que es un sistema de fuentes bien tupido. Ellos pensaban que tras cruzar el Estrecho o el ancho Atlántico tendrían que andarse con ojo con el Derecho español. Verás qué risa cuando descubran lo que cambia el tal ordenamiento, que se dice español por decir algo, cuando se rebasa el Ebro, se baja de Despeñaperros o se cruza la Cordillera Cantábrica, pongamos por caso. Y eso que la cosa no ha hecho más que empezar y todavía falta la conquista democrática de que cada parroquia tenga su Código Civil, cada pedanía su Ley de Aguas Mayores y Menores y cada Comunidad de Vecinos su Derecho Hipotecario bien particular.
Mira, podemos tener chollo ahí los de Derecho. Que el próximo gobernante establezca la obligatoriedad de unos cursitos de Derecho autonómico, local y localísimo para inmigrantes y que se mande de vuelta a todo el que no sepa recitar de carrerilla la lista de los reglamentos municipales de Torrelodones y O Barco de Valdehorras. Nos sacaremos unas pelas y ellos se irán convenciendo de que deberían haber seguido navegando hasta Suecia. Y que se tengan que acreditar ante una agencia de evaluación de la calidad de los extranjeros, la ANEGRA, y que nos llamen también de ahí para informar y sacar unas pelas.
Dos. Aprender la lengua. Oiga, pero qué lengua. Serán las lenguas. No van a ser menos que los andaluces, por decir un caso, ahora que Chaves va a poner euskera y catalán en las escuelas de Chiclana para que los infantes del cálido Sur sepan idiomas con futuro y aumenten con ello sus posibilidades de convertirse en cotizadísimos directivos de empresa o científicos de primera.
Tampoco vamos a obligar a los inmigrantes a aprender español, pues entonces volvemos a discriminarlos gravemente, ya que les exigiríamos más que a muchos de los de este Estado (mira qué fino y correcto me ha quedado: el Estado español, arsa). Va el subsahariano de vacaciones a tomarse unas cocochas en un restaurante de Bermeo, todo tranquilo con el español que ya sabe gracias a Rajoy, y resulta que le contestan en la lengua ancestral recién aprendida por el joven camarero vascuence de toda la vida y apellidado Carballo. Y el subsahariano venga insistir con su español nuevo y el tal Carballo explicándole por señas que él en la ikastola sólo aprendió euskera y que ya le parecía a él que los españoles eran todos unos negros de mierda. Y ponte tú en Bermeo a contarle por señas a uno de allá abajo lo que es una ikastola.
Tres. Respetar las costumbres. Esto ya es el colmo. Ya vuelve el facherío a dar la matraca con las costumbres. Para empezar, habrá que ver qué costumbres. Serán las buenas, se supone. Y meterán baza los obispos para que los inmigrantes no se acostumbren a masturbarse –por lo de la médula y tal- a elegir ética y a casarse varias veces.
Si a lo que Rajoy se refiere es a que adquieran nuestros hábitos y usos, mejor sería no menearlo y dejar que los inmigrantes vivan a su bola. Porque, a ver, para qué queremos que aprendan a hablar a voces, a tirar colillas por la ventanilla, a calzar chanclas en los restaurantes caros, a aturrar al personal con el móvil, a circular por las calles veraniegas en camiseta de tirantes, si son varones, o en camiseta apretada sobre tres capas superpuestas de michelines, si son damas, a salir con El País debajo del brazo para ligar con señoras conbigote y maneras de brigadier prusiano o a votar a Zapatero porque es el único que pone a los obispos en su sitio después de haberles aumentado la propina a nuestra costa.
No, definitivamente es mucho mejor que ni se integren ni se enteren. Así la mayoría seguirán siendo buena gente y portándose razonablemente bien. Que no conozcan la ley, para que no sepan que aquí no la cumple ni el Tato; que hablen su lengua, para que se amplíe aún más esta variedad idiomática que tanto nos enriquece y que nos asegura un futuro brillante “en el concierto de las naciones”; que mantengan sus propias costumbres, a ver si vuelve a haber manera de que podamos ir a un restaurante sin que nos asalte un mocoso sin desbrabar o un padre sin civilizar, al cine sin que nos impida concentrarnos en la película el ruido de las palomitas y el aroma de los sobacos autóctonos y a pasear por la calle sin que uno se pregunte cómo carajo ha degenerado de semejante manera esta raza nuestra, o lo que diablos sea.
Analicemos la propuesta en cuestión, descomponiéndola en sus tres partes, a las que, al pedagógico modo, nos referiremos como una, dos y tres. Para que se vea que uno domina esto de la didáctica, aunque no haya hecho los cursitos ad hoc.
Una. Cumplir las leyes. Ahora va a resultar que los inmigrantes tienen que atenerse a la legalidad. Serán los únicos. En este país de crápulas, en el que ni el que hace la ley la cumple, ni el que la desarrolla la respeta, ni el que ha de juzgar la aplica, van a tener los inmigrantes que empollarse el BOE y obedecer normas a tutiplén. En adelante, cada ley debería llevar detrás de su pomposo nombre la expresión “Para los inmigrantes”. Por ejemplo, "Ley Antitabaco (para los Inmigrantes)". Así cada uno sabe a qué atenerse: nosotros seguimos sin darnos por aludidos por la legalidad y ellos que se vayan sabiendo lo que vale un peine y lo guapo que se legisla aquí.
Se van a enterar de lo que es un sistema de fuentes bien tupido. Ellos pensaban que tras cruzar el Estrecho o el ancho Atlántico tendrían que andarse con ojo con el Derecho español. Verás qué risa cuando descubran lo que cambia el tal ordenamiento, que se dice español por decir algo, cuando se rebasa el Ebro, se baja de Despeñaperros o se cruza la Cordillera Cantábrica, pongamos por caso. Y eso que la cosa no ha hecho más que empezar y todavía falta la conquista democrática de que cada parroquia tenga su Código Civil, cada pedanía su Ley de Aguas Mayores y Menores y cada Comunidad de Vecinos su Derecho Hipotecario bien particular.
Mira, podemos tener chollo ahí los de Derecho. Que el próximo gobernante establezca la obligatoriedad de unos cursitos de Derecho autonómico, local y localísimo para inmigrantes y que se mande de vuelta a todo el que no sepa recitar de carrerilla la lista de los reglamentos municipales de Torrelodones y O Barco de Valdehorras. Nos sacaremos unas pelas y ellos se irán convenciendo de que deberían haber seguido navegando hasta Suecia. Y que se tengan que acreditar ante una agencia de evaluación de la calidad de los extranjeros, la ANEGRA, y que nos llamen también de ahí para informar y sacar unas pelas.
Dos. Aprender la lengua. Oiga, pero qué lengua. Serán las lenguas. No van a ser menos que los andaluces, por decir un caso, ahora que Chaves va a poner euskera y catalán en las escuelas de Chiclana para que los infantes del cálido Sur sepan idiomas con futuro y aumenten con ello sus posibilidades de convertirse en cotizadísimos directivos de empresa o científicos de primera.
Tampoco vamos a obligar a los inmigrantes a aprender español, pues entonces volvemos a discriminarlos gravemente, ya que les exigiríamos más que a muchos de los de este Estado (mira qué fino y correcto me ha quedado: el Estado español, arsa). Va el subsahariano de vacaciones a tomarse unas cocochas en un restaurante de Bermeo, todo tranquilo con el español que ya sabe gracias a Rajoy, y resulta que le contestan en la lengua ancestral recién aprendida por el joven camarero vascuence de toda la vida y apellidado Carballo. Y el subsahariano venga insistir con su español nuevo y el tal Carballo explicándole por señas que él en la ikastola sólo aprendió euskera y que ya le parecía a él que los españoles eran todos unos negros de mierda. Y ponte tú en Bermeo a contarle por señas a uno de allá abajo lo que es una ikastola.
Tres. Respetar las costumbres. Esto ya es el colmo. Ya vuelve el facherío a dar la matraca con las costumbres. Para empezar, habrá que ver qué costumbres. Serán las buenas, se supone. Y meterán baza los obispos para que los inmigrantes no se acostumbren a masturbarse –por lo de la médula y tal- a elegir ética y a casarse varias veces.
Si a lo que Rajoy se refiere es a que adquieran nuestros hábitos y usos, mejor sería no menearlo y dejar que los inmigrantes vivan a su bola. Porque, a ver, para qué queremos que aprendan a hablar a voces, a tirar colillas por la ventanilla, a calzar chanclas en los restaurantes caros, a aturrar al personal con el móvil, a circular por las calles veraniegas en camiseta de tirantes, si son varones, o en camiseta apretada sobre tres capas superpuestas de michelines, si son damas, a salir con El País debajo del brazo para ligar con señoras conbigote y maneras de brigadier prusiano o a votar a Zapatero porque es el único que pone a los obispos en su sitio después de haberles aumentado la propina a nuestra costa.
No, definitivamente es mucho mejor que ni se integren ni se enteren. Así la mayoría seguirán siendo buena gente y portándose razonablemente bien. Que no conozcan la ley, para que no sepan que aquí no la cumple ni el Tato; que hablen su lengua, para que se amplíe aún más esta variedad idiomática que tanto nos enriquece y que nos asegura un futuro brillante “en el concierto de las naciones”; que mantengan sus propias costumbres, a ver si vuelve a haber manera de que podamos ir a un restaurante sin que nos asalte un mocoso sin desbrabar o un padre sin civilizar, al cine sin que nos impida concentrarnos en la película el ruido de las palomitas y el aroma de los sobacos autóctonos y a pasear por la calle sin que uno se pregunte cómo carajo ha degenerado de semejante manera esta raza nuestra, o lo que diablos sea.
Permítanme contarles una historia real. Es la de un estudiante musulmán llegó a una Universidad en España para hecer una Tésis Doctoral. Se incorporó a un Grupo de Investigación donde había tres Investigadores "seniors", dos mujeres y un hombre. Tenía, y tiene este Grupo la "costumbre" de asignar de forma consecutiva a cada Investigador la dirección de Tésis de los estudiantes de doctorado que se incorporaban. Al estudiante musulmán le correspondió a una de las Investigadoras. No podéis ni imaginaros lo difícil que fue que se "acostumbrara" a que una mujer le dijera lo que tenía que hacer, cuando tenía que repetir un experimento, y lo más grave, cuando se había equivocado. El final de la historia es féliz, el estudiante terminó su Tésis, apareció como Directora la Investigadora, y se fue a un país europeo de post-doc.
ResponderEliminarMi admirado Profesor, ¿es una buena costumbre la de este Grupo de Investigación?, ¿deben cambiarla?.
A ver qué dice la parroquia a ésta...
ResponderEliminar1. ¿Y qué pasa con el inmigrante ilegal, que se colase y no firmase eso de que hay que pagar impuestos, que hay que respetar las leyes y que no hay que hacer ablaciones de clítoris (por cierto: OLÉ el nuevo salto; ya no es "inmigrante = maleante", sino "inmigrante = alqaedo cortapepitillas". Mis amigos colombianos andan mosqueadísimos por ser destronados como Icono del Odio Al Inmigrante)?
ResponderEliminarSigo: ¿estaría en mejor situación jurídica el inmigrante ilegal?
¿Podría infringir las leyes, impagar impuestos -eso es respetar costumbres- y rebanarle la pepitilla a jóvenes féminas, antes de ir a atentar en un cercanías cualquiera(*)?
Ah, que no.
Que ni la existencia ni la inexistencia de ese contratito tendría valor alguno.
2. ¿Y si uno firma el contrato, comprometiéndose al respeto a las costumbres españolas y luego no respeta una que no es jurídicamente debida para nadie? ¿Sería jurídicamente debida para él?
¿Tendremos entonces DOS ORDENAMIENTOS, uno para una etnia y otro para otra, Sr. Rajoy? ¿Un Derecho Morlock y un derecho Iloi? (o "Ario / Untermensch", o "Person / Unperson")?
Respuesta a: Shí, por supueshto. Shieg Heil!
Respuesta b: No, ¿she ha vuelto ushted loco?
EN la hipótesis b, si el contrato no genera deberes... ¿cuál es su verdadera función?
Los encuestívoros ya habían señalado que como Rajoy sólo gana a Zetapero en "Firmeza" (la encuesta no preguntaba por "defensa ante hechizos" y "puntos vida"), pues había que sacarle rentabilidad, siendo "más firme". Más "machote".
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- ¡"Vas a firmar eshto o te lo voy a meter de travésh por el culo, inmigrante maleante"!
- Mariano, otra vez lo del culo no. Que es contraproducente.
- ¡Hombre, esh que me embalo...!
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(*) Cáspita, siempre me olvido que lo de los atentados en los cercanías era la ETA. O el GAL-2. O el Gal 3. O el Gal Vista Professional Edition.
El artículo toma como referencia el actual estado de la inmigración en España, y desde esa perspectiva es acertado, pero sospecho que Rajoy tiene en mente lo que se avecina y que ya es una realidad en otros países europeos como Francia e Inglaterra. Por ejemplo, es un hecho que en numerosos suburbios franceses no hay ley que valga, que los derechos de la mujer son aun en su nuevo hogar los que marca su cultura antes que los que las leyes modernas le otorgan, que muchos inmigrantes musulmanes se sienten antes obligados por lo que predica un imam que por lo que la ley exige, y así un largo etcétera. Por lo que respecta al idioma, un botón de muestra: La situación es aún más grave en algunos barrios londinenses. En el suburbio sureño de Tower Hamlets, donde habita un gran número de personas de origen africano y asiático, el 76 por ciento de los estudiantes no tiene el inglés como lengua materna, y en Newham, en el este de la capital, nueve de cada 10 escuelas carecen de anglohablantes.
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.com.ar/archivo/Nota.asp?nota_id=973962
De la importancia de las costumbres no somos conscientes porque estamos habituados a las nuestras, pero para empezar despídase del respeto a la laicidad, que pasará de virtud a vicio. Los comedores infantiles deberán adoptar sus menús según las normas religiosas del niño, algunas niñas no tendrán derecho a mostrar todo su rostro, que deberán cubrir parcialmente, nada de ofensivos belenes en Navidad, nada de caricaturas del profeta o críticas a ciertas sensibilidades religiosas, nos enteraremos de más casos de ablación, no punible cuando se realiza fuera de España, las mujeres musulmanas ya pueden sacarse la foto del DNI con velo. Suma y sigue.
Ellas que vengan cuantas más mejor que la española cuando besa es de verdad y yo la compañía la quiero para un rato y el contrato será parafraseando a la Pasionaria :hijos/as sí compañeras no; ellos que sigan hasta Suecia, que si lo que quieren es mejor vida ,allí la encontrarán.
ResponderEliminar¿Y aquello del debate alrededor de dos polos?
ResponderEliminar1. Inglés o LIBERAL: que vayan llegando y busquen casa y trabajo ellos solitos. Y que respeten las leyes. Yo no voy a hacer más. Y que sea lo que God wants.
2. Francés (pre-Mr. Bruni) o SOCIAL (al menos, sobre el papel:)planificación de la integración. Patriotismo republicano. Transferencias destinadas a la integración: subvención, educación, etc. AH: y si alguien paga madrazas, mezquitas, etc., C'EST MOI. Y tengo un Consejo Islámico que salta cuando yo digo "ALLEZ-HOP!".
En aquel divertido encuestón en el que preguntaban "qué se siente usted antes: fiel de su religión o ciudadano de su país", en Francia los recién llegados daban cifras récord de "ciudadano de su país".
(Y aún hay alienaos dispuestos a celebrar el dos de mayo. Cagonelreverte... ¡VIVA PEPE BOTELLA!).
Otra buena costumbre española. Obsérvese la frase:
ResponderEliminarEn materia universitaria se especifica que «se han dado pasos decisivos para la plena participación de nuestros sistema universitario en el espacio europeo de educación superior; hacia una universidad más abierta y más flexible, más emprendedora, más autónoma y, al mismo tiempo, socialmente más responsable".
Si es que no nos los merecemos!.
Ah!, y una perla para que "sus amigos" leonesimos que tan preocupados están por el lenguaje (¿o lengua?) de León. Dígale de mi parte que se preocupen de conseguir centros como éste, lo demás son tonterías!.
En primer lugar decir que me parece adecuado el comentario.
ResponderEliminarQue un pais obligue a acatar las costumbres que ni el mismo está dispuesto a acatar es un delito, pero ahora demosle la vuelta a la tortilla.
Yo me fui con un amigo y su padre a Marruecos, un gendarmerie (policia) nos da el alto en medio del sahara diciendo que habiamos superado el control de velocidad, con un radar que debia de ser de la época de franco, y nos quiso atribuir una multa que era de un camión que segundos antes habia pasado y le habia cazado el radar.
Nosotros pagamos la multa, si no la hubieramos pagado que hubiera pasado? Carceles de "habitaciones de 20 m cuadrados donde entran 12 tios" sin derechos y con una condena que si te das cuenta te pasas toda la vida en marruecos.
Alli todo el mundo le besa el culo al maldito rey de marruecos, todo el mundo viva Alá y quien diga lo contrario tiene pena de muerte, igual no está escrita en ningún ordenamiento jurídico pero que te aplican la ley callejera como los gitanos y te rebanan la cabeza.
A pesar de todo ello, no nos damos cuenta de que no solo pasa esto en España, pero la culpa es nuestra porque en vez de buscar la forma correcta para que un legislador loco o un garzón impongan sentencias locas, nos viene Bill Clinton a dar una conferencia sobre el cambio climático y cuatro bobadas más que lo único que hace es saquearnos el dinero.
No se dan cuenta de que el cambio climático no empezó desde que Japon hace unos años no quiso firmar el protocolo de Kioto, que en el S. XIX los motores combustionaban a carbon que el CO2 contamina mas que el petroleo en muchos casos.
De pantomimas está el mundo entero, esto mas que una democracia parece un regimen comunista donde yo comparto lo tuyo pero lo mio no me lo toques y vamos a taparlo con una cortina llamada medios de comunicación que se preocupan mas de salvar a un niño de nairobi que de dar de comer a las familias remolacheras de Santa Maria del Páramo, que en estas fechas de sequía no lo están pasando bien. Siento haberme extendido mucho. Muchas Gracias
Juan Luis Pérez Gómez-Morán
Pues a mí me da que al salir, justo junto al boquete de la valla por la que se escapan, hay un fulano que les da octavillas con esta dirección de internet.
ResponderEliminarYo aún guardo la que me dieron a mí...