Lanzan granadas, secuestran, están acostumbrados a matar. Pueden acechar a sus presas durante días y meses, hasta que conocen sus rumbos, sus hábitos, sus precauciones. Están organizados y esconden a sus rehenes en lugar bien seguro hasta que llega el dinero. En el paraestado en que viven cuentan con cómplices y voceros. Fingen que sus móviles son políticos, pero constituyen una simple mafia, un grupo de ladrones y asesinos sin escrúpulos. Son escoria. Una vez tuvieron secuestrado casi dos años a un hombre que se llamaba José Antonio Ortega Lara.
Ahora les han salido imitadores por mar en las costas de África, piratas que van en genuinas lanchas y no en coches robados y con las placas de matrícula cambiadas. La piratería marítima tiene más tradición que esta otra de secano y boina, pero casi nos habíamos olvidado de ella. Resulta que estos bucaneros han secuestrado un pesquero vasco. Son paradojas. Escher podría dibujar algunas situaciones políticas y delictivas.
El Gobierno español ha enviado para allá un barco de guerra. Por favor, por favor, por favor. ¡Un barco de guerra! ¿Cómo es posible que a estas alturas todavía tengamos en este país barcos de guerra? Deberían desmilitarizarlos y convertirlos en naves de recreo para políticos de asueto. Mira, a lo mejor uno quedaba mono en las marismas de Doñana, donde, por cierto, se está recuperando el lince.
No, no, y no. Todos los piratas y todos los secuestradores deberían ser tratados del mismo modo. ¿O es que el Ministerio de Igualdad no da palo al agua? ¿Acaso se discrimina a estos piratas porque son negros? Que se siga el protocolo de otras veces y verás qué bien. Primero, que se contrate alguna ONG suiza con ánimo de lucro. Perdón por la redundancia. Seguro que hay por ahí alguna página web con un análisis comparativo de sus tarifas. Imaginemos: “Peace Watch. Ponemos paz en su Estado. Doce mil dólares la hora. Treguas garantizadas por un mes”. “Peace Fighters. Lo último en negociaciones nórdicas. Los que se sientan a nuestra mesa no vuelven a dispararse, sólo se apuñalan. Precios cerrados. Mínimo un millón de dólares por día de tregua”. ¿Que si son mercenarios? No, mujer. Bueno, sí, pero al revés: cobran por poner paz entre los mercenarios que cobran por hacerse la guerra. A lo menor son los mismos, unas veces en traje de día y otras en traje de campaña.
Pues eso, un par de oenegés con ginebra y a negociar a Oslo ahora que viene la primavera. Mientras tanto, se envía una comisión del Parlamento Europeo a Somalia para asegurarse de que los pescadores vascos están bien atendidos y pueden resistir un par de años mientras en los fiordos noruegos los negociadores ajustan el precio del rescate entre cóctel y cóctel en crucero sin piratas.
Con un poco de suerte, y Zapatero la tiene a raudales, aunque no lo parezca, en dos o tres años hacemos doblete y tenemos a Somalia y Euskadi como Estados libres asociados con nosotros. Puertos ricos. Qué ilusión más grande. Al fin y al cabo, en tiempos también la Corona británica se asoció libremente con Morgan y otros que paraban mucho por el Caribe. Y por cuatro duros más nos hacemos también con el Tibet, ahora que Ibarretxe lame al Dalai.
Ahora les han salido imitadores por mar en las costas de África, piratas que van en genuinas lanchas y no en coches robados y con las placas de matrícula cambiadas. La piratería marítima tiene más tradición que esta otra de secano y boina, pero casi nos habíamos olvidado de ella. Resulta que estos bucaneros han secuestrado un pesquero vasco. Son paradojas. Escher podría dibujar algunas situaciones políticas y delictivas.
El Gobierno español ha enviado para allá un barco de guerra. Por favor, por favor, por favor. ¡Un barco de guerra! ¿Cómo es posible que a estas alturas todavía tengamos en este país barcos de guerra? Deberían desmilitarizarlos y convertirlos en naves de recreo para políticos de asueto. Mira, a lo mejor uno quedaba mono en las marismas de Doñana, donde, por cierto, se está recuperando el lince.
No, no, y no. Todos los piratas y todos los secuestradores deberían ser tratados del mismo modo. ¿O es que el Ministerio de Igualdad no da palo al agua? ¿Acaso se discrimina a estos piratas porque son negros? Que se siga el protocolo de otras veces y verás qué bien. Primero, que se contrate alguna ONG suiza con ánimo de lucro. Perdón por la redundancia. Seguro que hay por ahí alguna página web con un análisis comparativo de sus tarifas. Imaginemos: “Peace Watch. Ponemos paz en su Estado. Doce mil dólares la hora. Treguas garantizadas por un mes”. “Peace Fighters. Lo último en negociaciones nórdicas. Los que se sientan a nuestra mesa no vuelven a dispararse, sólo se apuñalan. Precios cerrados. Mínimo un millón de dólares por día de tregua”. ¿Que si son mercenarios? No, mujer. Bueno, sí, pero al revés: cobran por poner paz entre los mercenarios que cobran por hacerse la guerra. A lo menor son los mismos, unas veces en traje de día y otras en traje de campaña.
Pues eso, un par de oenegés con ginebra y a negociar a Oslo ahora que viene la primavera. Mientras tanto, se envía una comisión del Parlamento Europeo a Somalia para asegurarse de que los pescadores vascos están bien atendidos y pueden resistir un par de años mientras en los fiordos noruegos los negociadores ajustan el precio del rescate entre cóctel y cóctel en crucero sin piratas.
Con un poco de suerte, y Zapatero la tiene a raudales, aunque no lo parezca, en dos o tres años hacemos doblete y tenemos a Somalia y Euskadi como Estados libres asociados con nosotros. Puertos ricos. Qué ilusión más grande. Al fin y al cabo, en tiempos también la Corona británica se asoció libremente con Morgan y otros que paraban mucho por el Caribe. Y por cuatro duros más nos hacemos también con el Tibet, ahora que Ibarretxe lame al Dalai.
¡Bravo!
ResponderEliminarZapatero negocia con terroristas.
ResponderEliminarZapatero vendió Navarra.
Zapatero ha roto España.
Zapatero ha implantado la homosexualidad por decreto y la eutanasia obligatoria para todo el mundo.
Zapatero permite que los gays se divorcien.
Zapatero va a salir esta tarde en Los Lunnis a decir que los reyes son los padres.
Zapatero se echa pedos en el ascensor justo antes de salir y antes de que entres tú con la tía buena del quintocé.
Zapatero le tocó el culo a la Virgen.
Zapatero mató a Manolete, a Keneddy y a Gardel (de la vez).
Pega mocos debajo de las butacas del cine.
Se despide a toda prisa pero deja sus cañas sin pagar.
Te deja siempre colgao.
No llama ni a tiros.
Huele como a cerrao.
Zapatero es el Anticristo.
muy bueno lo de piratas"
ResponderEliminarun poco más de indiferencia, por favor
ResponderEliminarEstuvo por Sevilla el pasado martes el Prof. Sosa Wagner. Dictó una magnífica Conferencia y disfrutamos de su capacidad de análisis y reflexión. Desgraciadamente no existe la versión digital de El Mundo (Andalucía) por lo que no pueden leer la magnífica crónica que se le dedicó a la mencionada Conferencia. No obstante Javier Caraballo le dedicó ayer un post en su blog que merece ser leido.
ResponderEliminarPido disculpas por esta intromisión con un comentario que no tiene nada que ver con el post que nos propone el anfitrión de este blog.
"Resulta que estos bucaneros han secuestrado un pesquero vasco. Son paradojas. Escher podría dibujar algunas situaciones políticas y delictivas."
ResponderEliminar¿Nos puedes explicar mejor la paradoja, por favor?
¿Se refiere al secuestro, al ejercicio de la pesca de altura, a la Comunidad de pertenencia?
¿La mención de Escher apunta quizás a una recursividad?
Vamos: que se entiende. Si pido explicación es porque seguramente he entendido mal: me suena muy raro que lo que entiendo esté escrito aquí, en esta bitácora. Paradojas.
Salud a todos,
Pues mire, "Un amigo", más que andar con alambicadas explicaciones, retiro ese párrafo.Considérese retirado. En efecto, se presta a interpretaciones muy torcidas. A veces uno se deja llevar por la ocurrencia, sin más. No está bien, ya sé.
ResponderEliminarSalud.
Mejor para todos.
ResponderEliminarSalud,