A ver si lo hemos entendido. Es como si se tratara de una familia (vamos a decir una familia monoparental, para evitar líos) en la que el padre/madre dice a sus hijos lo siguiente: “Mirad, a cada uno de vosotros os voy repartir dinero de una manera, para que todos tengáis lo que merecéis y ninguno consiga más que otro. Al más alto le daré un poco más por ser alto; al más bajito lo compensaré por su corta estatura; al gordito le regalaré unos cuartos extra para que se pague una clínica de adelgazamiento y al flaco tendré que entregarle una partida mayor, a fin de que se compre comida mejor y más alimenticia. Al que pone dinero en casa se lo devolveré multiplicado, y al que no, le daré para que pueda aportar a los gastos del hogar común. Todo lo anterior no quita para que cada uno de vosotros pueda buscarse la vida y conseguir unos ingresos extra haciendo chapucillas por ahí o ligándose algún mecenas. Pero tened en cuenta una cosa: ninguno de vosotros ha de vivir mejor que los demás en ningún aspecto esencial. Por tanto, y para asegurar esa igualdad básica entre todos, hijos míos, habrá en casa una hucha en la que cada uno irá metiendo según lo que tenga y que cada año abriremos para compensar a los que hayan obenido menos y, así, igualarlos con los demás”.
Los hijos quedaron contentísimos, pues cada uno pensó que se hacía justicia plena a su situación y su particular personalidad.
Los hijos quedaron contentísimos, pues cada uno pensó que se hacía justicia plena a su situación y su particular personalidad.
Un vecino descreído y socarrón que estaba al corriente de esos arreglos familiares le preguntó al avispado progenitor: “¿Pero eso no viene a ser lo mismo que si repartieras a partes iguales entre todos?” Y el progenitor, con una aviesa sonrisa y alzando una ceja, respondió: “Sí, si lo hiciera en serio como hemos dicho, sería lo mismo. Pero lo de la hucha es un truco para calmar a los más atontados y flojos. Lo importante es mantenerlos divididos, para que todos coman en mi mano y me hagan la rosca. Además, un padre que administra sin fingir respeto por los caracteres y las necesidades de cada uno de sus hijos pasa hoy en día por autoritario y antiguo. Así que psssst, chitón”.
Oh, qué hermosa parábola que no nos recuerda nada ni a nadie, ¿verdad?
Oh, qué asombroso milagro de multiplicación de los panes y los peces, dijeron el panadero y el pescador mientras trabajaban a destajo y sin rechistar.
Si ésta también la mete doblada y con espasmos de placer por doquier, yo también corregiré mi juicio: el tonto del culo no es él, sino el resto del mundo. ¿O son compatibles ambas opciones?
Oh, qué hermosa parábola que no nos recuerda nada ni a nadie, ¿verdad?
Oh, qué asombroso milagro de multiplicación de los panes y los peces, dijeron el panadero y el pescador mientras trabajaban a destajo y sin rechistar.
Si ésta también la mete doblada y con espasmos de placer por doquier, yo también corregiré mi juicio: el tonto del culo no es él, sino el resto del mundo. ¿O son compatibles ambas opciones?
Sí.
ResponderEliminarLas dos opciones son compatibles, incluso vinculantes.
ResponderEliminar¡Cuánto inepto estamos pagando!
¿Cuándo podremos despedir a nuestros políticos? Los estamos pagando puntualmente independientemente de hacer bien o no su trabajo. Cuando se retiran lo hacen con un sueldo vitalicio, dos secretarias, despacho, chófer.....
Exijo un ERE político, estamos en recesión y no hace falta tanto concejal, ministro, senador, chófer. Quiero que rebajen sus sueldos y supriman las dietas, que acudan en transporte público a currar y se les sancionen económicamente cuando no acuden al congreso. Y me gustaría que se extendiera a todos los funcionarios....¿qué es eso de tener un trabajo de por vida? ¿Por qué un médico de la seguridad social se puede permitir el lujo de tratar a la gente como a ganado?. ¿Por qué éste mismo médico tiene consulta privada y le quita el puesto a otro?
Estoy pelín harta de tanta ineptitud y prepotencia.
Un cordial saludo.
Carmen
ResponderEliminarToda su justa indignación tiene una explicación, porque lo permitimos los ciudadanos y los políticos tienen a la poli (en general) a su favor y los polis no están en paro.