En efecto, así es. Rodeados. ¿Será por un virus? ¿Lo causará una destructiva arma química? ¿Vendrá el desastre de algún planeta maligno que primero -ahora- debilita nuestras meninges, para luego invadirnos sin esfuerzo? ¿Será por comer demasiadas chucherías o por dejar de fumar? No sé, pero algo tiene que haber. Hasta hace bien poco yo culpaba a los pedagogos, sector pedabogos de salva sea la parte. Pero ya me parece demasiada obra para ellos solitos. Han de tener apoyo exterior, medios inconfesados, estrategias urdidas en esferas más altas, quién sabe si celestes.
Atacan concentrando el fuego sobre enemigos debilitados. Mismamente un servidor y hoy mismo. Ando con una laringitis que me impide soltar los tacos en el debido tono y, para colmo de desdichas, por las tardes los escalofrías me los provoca también la fiebre. Y justamente en un día así, hoy, recibo ese ataque combinado de los siniestros alienígenas o de los gremlims de marras. Déjenme que se lo cuente despacio y luego juzguen ustedes mismos si hay caso o si no debemos preocuparnos.
Primero al comienzo de la tarde, aparece un comentario a aquella entrada que había colgado aquí y en FANECA, la que se titula “Rankings de las universidades: ¿y a mí qué me importa?”. Que lleguen comentarios críticos a estas cosas es normal, lógico y de agradecer en un foro como este y como ese. Pero, ay, miren lo que me dice el ser que así se me comunica:
“Con esa mentalidad que expone, querido colega, su universidad seguirá en el sotano de los ranking. La excelencia académica se impone desde la gente -estudiantes, directivos y docentes incluidos en permanente diálogo- con visión de futuro, no con esperanzas de "haber quién llega a negociar". Así me pregunto, cómo será una de sus clases? No tengo los 50 años suyos en la academia. Talvez alcanzo a llegar a la mitad, pero mi pensamiento es contrario a su exposición. Si dejo pasar, mantengo el statu quo del sistema y otro se graduará porque lo eduqué y vendrá a repetir lo que de mi aprendió. Soy entonces un profesor. Si enseño para provocar, para cambiar, para trascender, otro andará esos pasos para escalar, no en un ranking, sino en el desarrollo humano que tanto necesitamos. Sus palabras son como calcadas del libro "El fin del Pleistoceno", donde el tío Vania se quejaba de manera insistente porque su hermano Edward pretendía bajarse del árbol, armar un hacha con piedras que afilaba, cortar mejor los cueros de las fieras para proteger a la familia en noches del hielo invierno, mantener la hoguera prendida para cocinar siempre un brazo de rinoceronte. Al final tío Vania se quedó refunfuñando entre las copas de los árboles y repitiendo sus acostumbradas palabras: "La habéis hecho buena. ¡Aaaj! ¡Yo me vuelvo a los árboles! ¡Esta vez te has extralimitado, Edward! ¡Eso fue lo que le ocurrió también al brontosaurio!"
Cáspita, repámpanos y recórcholis. Y encima afirma que llevo cincuenta años de profesión académica. Canas sí peino, caramba, pero tantas... No sé si me ofende más eso o la ortografía. Mas aún me aguardaban sorpresas. Meto el nombre del intrépido crítico en el padrecito Google y, tachán, sale un señor que resulta que se vende y promociona tal que así:
“Ofrezco”: "Pensamiento en Red, Estrategias de Comunicación, Comunicación Digital, Interacción Social, Exito Global, Exito Local, Alianzas, Cooperaciones, Expertos, Participación, Inteligencias Compartidas”.
¡Ahhhggg, es uno de ellos! De los que enseñan a enseñar sin saber un carajo, de los que imparten cursillos sobre el éxito en lo que sea y ni siquiera dominan por sí mismos las reglas elementales de la ortografía, la sintaxis o el comer en la mesa con gente.
Si fuera sólo eso, resultaría grave, pero podría deberse al azar. Pero no. A las dos horas entra en mi correo electrónico otro mensaje, en plan spam de level. Ustedes dirán. Remitente: Jorge Skrainka. Este apellido asturiano no es; suena de por la parte del Averno. Título del mensaje: “Energía Humana Sustentable” ¿Cómo supieron que andaba bajo de energías? ¿Sustentable será lo mismo que sostenible? Pero eso no es nada. Cuentan que se trata de una empresa radicada en el parque tecnológico de Vigo. Pueden verla si pinchan aquí. Yo no escribo el nombre por si me parte un rayo. Dicen unas cosas preciosas, como que tienen portafolio y así. ¿Será una empresa de pedabobos? Sí, pero con alguien más. Posiblemente con chinos infiltrados que quieren destruir nuestro sistema y nuestra civilización. Las huestes de Fumanchú, mínimo. Porque vean lo que venía en mi mensaje:
“Nuestra propuesta de formación se basa en el diseño de situaciones de aprendizaje en las cuales los participantes son el centro del proceso. Cada una de nuestras estrategias es única, ya que cada grupo es único (...) Nuestra metodología hace énfasis en integrar los tópicos a la experiencia de la audiencia y favorecer de esta manera su adecuada transferencia. Por eso, la teoría es mínima. Nuestros cursos y talleres se enriquecen de la combinación de diversas disciplinas: PNL, Inteligencia Emocional (IE), mapas mentales, participación activa, cambio de creencias, equipos de alto desempeño y dinámicas de grupos, entre otras”.
¿No les resulta familiar? ¡Sí, son ellos! ¡Cielo santo! ¡¡¡ES BOLONIA!!!!
Lo s i en to. No pue do seguir es cri biendo Al go me o pri me el cuell (crac).
Atacan concentrando el fuego sobre enemigos debilitados. Mismamente un servidor y hoy mismo. Ando con una laringitis que me impide soltar los tacos en el debido tono y, para colmo de desdichas, por las tardes los escalofrías me los provoca también la fiebre. Y justamente en un día así, hoy, recibo ese ataque combinado de los siniestros alienígenas o de los gremlims de marras. Déjenme que se lo cuente despacio y luego juzguen ustedes mismos si hay caso o si no debemos preocuparnos.
Primero al comienzo de la tarde, aparece un comentario a aquella entrada que había colgado aquí y en FANECA, la que se titula “Rankings de las universidades: ¿y a mí qué me importa?”. Que lleguen comentarios críticos a estas cosas es normal, lógico y de agradecer en un foro como este y como ese. Pero, ay, miren lo que me dice el ser que así se me comunica:
“Con esa mentalidad que expone, querido colega, su universidad seguirá en el sotano de los ranking. La excelencia académica se impone desde la gente -estudiantes, directivos y docentes incluidos en permanente diálogo- con visión de futuro, no con esperanzas de "haber quién llega a negociar". Así me pregunto, cómo será una de sus clases? No tengo los 50 años suyos en la academia. Talvez alcanzo a llegar a la mitad, pero mi pensamiento es contrario a su exposición. Si dejo pasar, mantengo el statu quo del sistema y otro se graduará porque lo eduqué y vendrá a repetir lo que de mi aprendió. Soy entonces un profesor. Si enseño para provocar, para cambiar, para trascender, otro andará esos pasos para escalar, no en un ranking, sino en el desarrollo humano que tanto necesitamos. Sus palabras son como calcadas del libro "El fin del Pleistoceno", donde el tío Vania se quejaba de manera insistente porque su hermano Edward pretendía bajarse del árbol, armar un hacha con piedras que afilaba, cortar mejor los cueros de las fieras para proteger a la familia en noches del hielo invierno, mantener la hoguera prendida para cocinar siempre un brazo de rinoceronte. Al final tío Vania se quedó refunfuñando entre las copas de los árboles y repitiendo sus acostumbradas palabras: "La habéis hecho buena. ¡Aaaj! ¡Yo me vuelvo a los árboles! ¡Esta vez te has extralimitado, Edward! ¡Eso fue lo que le ocurrió también al brontosaurio!"
Cáspita, repámpanos y recórcholis. Y encima afirma que llevo cincuenta años de profesión académica. Canas sí peino, caramba, pero tantas... No sé si me ofende más eso o la ortografía. Mas aún me aguardaban sorpresas. Meto el nombre del intrépido crítico en el padrecito Google y, tachán, sale un señor que resulta que se vende y promociona tal que así:
“Ofrezco”: "Pensamiento en Red, Estrategias de Comunicación, Comunicación Digital, Interacción Social, Exito Global, Exito Local, Alianzas, Cooperaciones, Expertos, Participación, Inteligencias Compartidas”.
¡Ahhhggg, es uno de ellos! De los que enseñan a enseñar sin saber un carajo, de los que imparten cursillos sobre el éxito en lo que sea y ni siquiera dominan por sí mismos las reglas elementales de la ortografía, la sintaxis o el comer en la mesa con gente.
Si fuera sólo eso, resultaría grave, pero podría deberse al azar. Pero no. A las dos horas entra en mi correo electrónico otro mensaje, en plan spam de level. Ustedes dirán. Remitente: Jorge Skrainka. Este apellido asturiano no es; suena de por la parte del Averno. Título del mensaje: “Energía Humana Sustentable” ¿Cómo supieron que andaba bajo de energías? ¿Sustentable será lo mismo que sostenible? Pero eso no es nada. Cuentan que se trata de una empresa radicada en el parque tecnológico de Vigo. Pueden verla si pinchan aquí. Yo no escribo el nombre por si me parte un rayo. Dicen unas cosas preciosas, como que tienen portafolio y así. ¿Será una empresa de pedabobos? Sí, pero con alguien más. Posiblemente con chinos infiltrados que quieren destruir nuestro sistema y nuestra civilización. Las huestes de Fumanchú, mínimo. Porque vean lo que venía en mi mensaje:
“Nuestra propuesta de formación se basa en el diseño de situaciones de aprendizaje en las cuales los participantes son el centro del proceso. Cada una de nuestras estrategias es única, ya que cada grupo es único (...) Nuestra metodología hace énfasis en integrar los tópicos a la experiencia de la audiencia y favorecer de esta manera su adecuada transferencia. Por eso, la teoría es mínima. Nuestros cursos y talleres se enriquecen de la combinación de diversas disciplinas: PNL, Inteligencia Emocional (IE), mapas mentales, participación activa, cambio de creencias, equipos de alto desempeño y dinámicas de grupos, entre otras”.
¿No les resulta familiar? ¡Sí, son ellos! ¡Cielo santo! ¡¡¡ES BOLONIA!!!!
Lo s i en to. No pue do seguir es cri biendo Al go me o pri me el cuell (crac).
Permíteme querido Toño traducir a lenguaje actual parte de tu comentario:
ResponderEliminarDonde dice:
Cáspita, repámpanos y recórcholis.
Debe decir:
Coño, carajo, me cago en la puta!.
Como yo soy bastante menos serio que tú me permito esta licencia. ¿Que no saben el significado de la palabra licencia?. Bueno que la busquen en el Diccionario, que tengo mucho "curro".
Siempre he desconfiado de la gente que escribe "haber" en vez de "a ver"...
ResponderEliminarPor cierto, aprovecho para felicitarte y hacerte una pequeña petición. ¿Podrías dejar un espacio en blanco entre cada párrafo? Si no se te hace muy difícil leerte, sobre todo los textos largos...
ResponderEliminarEs algo que ya he comentado alguna vez con otro lector habitual de tu blog.
A mí hay algo que me sobrecoge con esta gente, aunque en momentos de flaqueza casi me provoca cierta admiración: la capacidad que tienen para llenar párrafos sin decir absolutamente nada. Me reconocerán los opinadores del blog que eso no lo hace cualquiera y que de intentarlo un "no profesional del ramo de las naderías", no nos saldría tan bien como a ellos.
ResponderEliminarOtra norma que suelen cumplir es la de que su vanidad es inversamente proporcional al respeto que muestran por el idioma. Por eso los más fatuos son los que con más frecuencia acuden a neologismos, anglicismos chorras y acrónimos inextricables. Parece que una cosa que queda muy bien es soltar la sigla justo después del conjunto de palabras que la justifican, ad exemplum "Inteligencia Emocional (IE)". Te hacen sentir que estás aprendiendo algo y quizá eso ya predisponga a cierta gente a pensar que estos tienen una capacidad didáctica acojonante.
Yo, que soy un ignorante, me voy a tomar clases de Pedagogía Educacional Didáctica Orientativa (PEDO) y un Curso Autogestionado de Cognición Adaptativa (CACA), haber si aprendo algo...
Saludos.
Ayer me enteré de una cosa divertida. En mi Facultad (Derecho, Valencia), como en todas, hay cada vez más profesores "abducidos". Tiene la cosa muchas recompensas, en papelitos, en acreditaciones, en sentirte útil... Y como los humanos somos así, seguimos los incentivos, pues cada vez son más. Como, además, tendemos a autojustificarnos, la mayor parte de ellos se convierten, creen en la causa con una fe endiablada... y no hacen más que montar reuniones y reuniones absurdas. Para definir programas, para ponerlos en común, para coordinar las clases, su duración, los trabajos que se encargan... para charlar de cómo de majillos son los alumnos. Yo he llegado a estar en una reunión donde una profesora contaba cómo, escondida en el baño, escuchaba lo que decían las alumnas allí de las clases, la ordenación del curso, etc. y lo transmitía a la comisión para que, a partir de esos datos, introdujéramos cambios. De locos.
ResponderEliminarPero lo mejor es que me contaron ayer que, a estos autonombrados coordinadores de titulación, e incluso de curso dentro de cada titulación... ¡les han asignado sueldo en compensación a sus desvelos!
Por lo que me cuentan, casi 200 euros al mes para el coordinador de titulación. Y casi 100 para el coordinador de cada curso.
¡Cómo no van a estar cada día más encantados de haberse conocido! ¡Cómo no van a organizar cada vez más reuniones! ¡Cómo no van a estar encantados con el sistema!
La desvergüenza que supone que se generalicen estas bicocas para los privilegiados que manejan este cotarro en un contexto económico como el actual ya la comentamos otro día.
Ayer pasó por León un alto cargo del ministerio de justicia, para vendernos la NOJ, las UPADS, los SCOPS y los SAP que vienen (para el que no lo sepa, todo eso es la "nueva oficina judicial", que tiene poco de nueva, nada de judicial y todo de oficina). A los pocos minutos de que empezara su exposición, me vi obligada a correr en dirección al baño para no vomitar allí mismo: las "sinergias" y la "proactividad" se sucedían con una insistencia atroz, pero el colmo es que quienes no vemos la cosa clara, sencillamente padecemos "resistencia al cambio", pero ya se encargarán ellos de "involucrarnos" y conseguir nuestra "complicidad" (cuando yo estudiaba, eso era participar en la comisión de un delito). Tienes razón, estamos rodeados, no cabe un tonto más, no saben escribir ni leer, pero poner el cazo, eso sí que lo tienen claro. Agggg!!!!
ResponderEliminarMuy bueno todo lo que se dice. Lo de PEDO y CACA de Carlos Díez, genial. Y sugiero a Andrés Boix Palop (y al dueño de este lugar)que nos mande su comentario (así o ampliado) a FANECA o nos dé autorización para publicarlo. Tómate todas las licencias que quieras, Lopera, y quien no entienda, que estudie (menos aún sabrán de licencias poéticas con esa jerga que se traen). En fin, Toño, que todos los ataques que te hagan sean así: parecen suicidios.
ResponderEliminarAbrazos fuertes a todos. Michelle
Tienen todos ustedes una actitud ANTIGUA y obsoleta. Mientras todos ustedes se quejan, otros miramos hacia delante, hacia el futuro.
ResponderEliminarLa clave es una actitud PROACTIVA, que busque aportar soluciones y PONER EN VALOR las competencias de los interlocutores.
La comunicación es bidireccional y cooperativa. Por eso es necesario implementar canales comunicativos adicionales en clave de INTELIGENCIA EMOCIONAL para crear contextos de comunicacionales auténticamente comunicantes.
Ya no tiene sentido seguir pensando en estructuras piramidales del conocimiento donde "un" catedrático comunica conocimiento a "unos" alumnos. Ahora el conocimiento es EN RED. Ya no es VERTICAL, es HORIZONTAL. Si siguen ustedes pensando en clave de que el catedrático enseña y los alumnos aprenden, están ustedes OBSOLETOS.
¡Sus palabras de ustedes me recuerdan TANTÍSIMO al cuarto capítulo de "¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?", al prólogo de "CÓMO HACER AMIGOS E INFLUIR SOBRE LA GENTE" y a los cursillos del Premio Nobel Noel Alicea!