Mañana hay huelga general, ¿lo sabían? Se lo recuerdo por si pensaban ir a la tienda o a tomarse el vermú en el bar de siempre; o a trabajar, mismamente. Mañana es día de huelga general y me he puesto a pensar si pienso algo sobre ese tema o simplemente me rasco la cabeza como con tantas otras cosas que no pillo bien.
Vamos paso a paso y donde vean que me equivoco mucho, me dan un toque, ¿vale?
Comprendo la huelga en una empresa o en un sector productivo. Si no ando muy despistado, esto funciona así. En esa empresa o sector los trabajadores, con sus sindicatos, acuerdan que van a ejercer ese derecho hasta que la patronal ceda en lo que tenga que ceder o mientras las fuerzas de los trabajadores aguanten o sus ahorros resistan. Es un pulso en toda regla. Unas veces vencen los unos, otras los otros. Por lo general se acaba negociando un acuerdo de ni para ti ni para mí, pues de eso se trataba, de hacer fuerza para la negociación. Nada que objetar. Sobre servicios mínimos debería decidir con carácter general y, al tiempo, con atención a las particularidades pertinentes, una ley, ley que no hay porque, por única vez y sin que sirva de precedente, se estima que sin ley los derechos de los trabajadores estarán mejor defendidos. Bueno, pues será, ni entro ni salgo en eso, aunque digo yo que dependería de cómo fuese la ley en cuestión. Pero a ese gato nadie le pone cascabel, porque dicen que es fiero y muerde. A mí me prohíben fumar sin cigarrillos mínimos y no pasa nada. Conste.
Una huelga general como la de mañana no tiene nada que ver con eso que acabamos de describir, y no sólo porque sea general. No, es que presupone otras cosas y se hace de otra manera. Veamos.
La huelga general, si no yerro, nació como instrumento de acción revolucionaria radical; es decir, para atacar con todas las de la ley (o, mejor dicho, sin ellas) el orden socio-económico establecido, a la patronal y el Estado cómplice de la explotación proletaria. Al principio les gustaba sobre todo a los anarquistas y les parecía una buena manera de abrir boca para luego cargarse, de una, todo el tinglado. No hace falta que les avise, queridos amigos, de que de esos propósitos revolucionarios hoy no queda ni rastro. ¿Se imaginan a Cándido llamando avispada y violentamente, a tomar la Moncloa, a quemar la Zarzuela, a echar al pilón a unos cuantos consejeros autonómicos o a colgar por sus acciones a Botín? No, ya sé. Yo tampoco.
Si para eso no es, para qué será. Pues para protestar contra algo que el gobierno y su mayoría parlamentaria ha hecho o piensa hacer. Así que ya tenemos una pista. Las huelgas generales hoy no se hacen contra la patronal, por los obreros, ni contra el Estado, por sus funcionarios. Las convocan contra el gobierno los sindicatos y las siguen todos los que quieren, de los que trabajan, sea para la empresa privada, la pública o la Administración. Y ahí viene una de las cosas que se entienden regular: si se trata de fastidiar, con razón o sin ella –en eso no reparo aquí- al gobierno de la nación (¿nación? ¿qué nación?), por qué hay que fastidiar a las empresas públicas o privadas o a la Administración o a los ciudadanos que usan sus servicios? Coño, que se vayan a por el gobierno directamente o que hagan un manifiesto bien grande prometiendo el fuego eterno al que vuelva a votar al partido malo. Porque lo simpático es que la mitad de los que paran para protestar contra tal o cual gobierno luego van y votan al partido que lo sostiene. Porque dicen que si gobiernan los otros va a ser peor, pero la huelga se la hacen a estos diciendo que son como los otros, igualitos. ¿Entonces? Fuzzy logic à la Chiquilicuatre.
Si resultara que se debe a que el gobierno es de la misma camada y cómplice de los empresarios explotardorcísimos, habría que hacer una de las de antes, de las totales, de las revolucionarias. Pero en esta ocasión no debe de ser el caso, porque es el gobierno de Zapatero y tal y porque, aunque fuera el de Perico de los Palotes, tampoco veo yo a Toxo en una barricada no navegable. Si resultara que la culpa la tiene la patronal propiamente dicha, habría que organizarle la huelga a ella y, por ejemplo, no sé qué pintarían ahí los funcionarios, por ejemplo.
Tengo para mí que es para las encuestas. Es para jugar a yo te desgasto si no me haces caso o yo te puteo si no te estás quieto mientras te endilgo un par de decretos. Por eso ni importan a sindicatos y gobiernos los costes económicos, ni cuenta el seguimiento real y voluntario de la huelga, que sería el de aquellas personas que, por convicción sobre las buenas razones que la avalan, deciden no ir a trabajar. No, se trata de ver quién mueve más a la gente que no sabe por qué se mueve; o sea a nosotros. Y de movernos en las urnas. Al parecer, una huelga general con mucho eco y que fastidie muchísimo a todo el mundo desgasta electoralmente al gobierno, y una con poco pifostio desgasta a los sindicatos. ¿A los sindicatos los desgasta electoralmente? Ah, pues, ahora que lo pienso, no sé cómo. Creo que en algunos sitios hay elecciones sindicales, pero nunca he visto a nadie ir a votar. No digo que no haya gente, es que yo no me he enterado porque hace tiempo que me juré que si no es para una revolución de verdad, paso. Mariconadas las mínimas. Con perdón.
Ya ven, ando despistado. Y más cuando pienso que, ya puestos a echarle un pulso al gobierno o al sursum corda, habría que arremangarse de verdad y ver quién aguantaba más. Pero no, es sólo un día, la puntita solamente. Es como simbólico, como insultarse a distancia y por si acaso, como amago de patio de colegio. Y el personal de a pie, como usted (espero) y como yo, a verlas venir; ni ilusiones revolucionarias ni esperanzas de mejorar un carajo ni alivio de que se vayan a la puta mierda tres cuartas partes de los gobernantes y sindicalistas de pesebre ni nada. Sólo que mañana a lo mejor no puedo desplazarme en tren a donde pensaba o tengo problemas a la hora de dejar a mi hijita en la escuela.
La verdad, estos tíos joroban mucho más que lo que valen. El día que se planteen una huelga general que sea huelga y general y de romper algo que haga pupa a los gordos, que me llamen y hablamos, que a lo mejor me apunto. Mañana no, sorry. Porque al día siguiente los mismos dirigentes sindicales y políticos, todos y de este o aquel partido, van a estar otra vez dándose el piquito con muchos tenedores, y al que pensó que un día sin sueldo podría servir para algo se le habrá quedado una cara de tonto que no veas.
Si mañana usted teme quedar atrapado en un bus o en un atasco causado por los piquetes que velan por el derecho a la huelga, llévese un libro y lea todo ese rato. Eso sí que jode. A todos. Eso sí que es revolucionario en estos tiempos. Y, si ya va como una moto y quiere atacar el sistema establecido en sus mismísimos fundamentos íntimos, no encienda la tele en todo el día. Ay, si muchos hiciéramos así. Se acabarían los cándidos zapateros que reparan botines. Y el mamoneo.
Vamos paso a paso y donde vean que me equivoco mucho, me dan un toque, ¿vale?
Comprendo la huelga en una empresa o en un sector productivo. Si no ando muy despistado, esto funciona así. En esa empresa o sector los trabajadores, con sus sindicatos, acuerdan que van a ejercer ese derecho hasta que la patronal ceda en lo que tenga que ceder o mientras las fuerzas de los trabajadores aguanten o sus ahorros resistan. Es un pulso en toda regla. Unas veces vencen los unos, otras los otros. Por lo general se acaba negociando un acuerdo de ni para ti ni para mí, pues de eso se trataba, de hacer fuerza para la negociación. Nada que objetar. Sobre servicios mínimos debería decidir con carácter general y, al tiempo, con atención a las particularidades pertinentes, una ley, ley que no hay porque, por única vez y sin que sirva de precedente, se estima que sin ley los derechos de los trabajadores estarán mejor defendidos. Bueno, pues será, ni entro ni salgo en eso, aunque digo yo que dependería de cómo fuese la ley en cuestión. Pero a ese gato nadie le pone cascabel, porque dicen que es fiero y muerde. A mí me prohíben fumar sin cigarrillos mínimos y no pasa nada. Conste.
Una huelga general como la de mañana no tiene nada que ver con eso que acabamos de describir, y no sólo porque sea general. No, es que presupone otras cosas y se hace de otra manera. Veamos.
La huelga general, si no yerro, nació como instrumento de acción revolucionaria radical; es decir, para atacar con todas las de la ley (o, mejor dicho, sin ellas) el orden socio-económico establecido, a la patronal y el Estado cómplice de la explotación proletaria. Al principio les gustaba sobre todo a los anarquistas y les parecía una buena manera de abrir boca para luego cargarse, de una, todo el tinglado. No hace falta que les avise, queridos amigos, de que de esos propósitos revolucionarios hoy no queda ni rastro. ¿Se imaginan a Cándido llamando avispada y violentamente, a tomar la Moncloa, a quemar la Zarzuela, a echar al pilón a unos cuantos consejeros autonómicos o a colgar por sus acciones a Botín? No, ya sé. Yo tampoco.
Si para eso no es, para qué será. Pues para protestar contra algo que el gobierno y su mayoría parlamentaria ha hecho o piensa hacer. Así que ya tenemos una pista. Las huelgas generales hoy no se hacen contra la patronal, por los obreros, ni contra el Estado, por sus funcionarios. Las convocan contra el gobierno los sindicatos y las siguen todos los que quieren, de los que trabajan, sea para la empresa privada, la pública o la Administración. Y ahí viene una de las cosas que se entienden regular: si se trata de fastidiar, con razón o sin ella –en eso no reparo aquí- al gobierno de la nación (¿nación? ¿qué nación?), por qué hay que fastidiar a las empresas públicas o privadas o a la Administración o a los ciudadanos que usan sus servicios? Coño, que se vayan a por el gobierno directamente o que hagan un manifiesto bien grande prometiendo el fuego eterno al que vuelva a votar al partido malo. Porque lo simpático es que la mitad de los que paran para protestar contra tal o cual gobierno luego van y votan al partido que lo sostiene. Porque dicen que si gobiernan los otros va a ser peor, pero la huelga se la hacen a estos diciendo que son como los otros, igualitos. ¿Entonces? Fuzzy logic à la Chiquilicuatre.
Si resultara que se debe a que el gobierno es de la misma camada y cómplice de los empresarios explotardorcísimos, habría que hacer una de las de antes, de las totales, de las revolucionarias. Pero en esta ocasión no debe de ser el caso, porque es el gobierno de Zapatero y tal y porque, aunque fuera el de Perico de los Palotes, tampoco veo yo a Toxo en una barricada no navegable. Si resultara que la culpa la tiene la patronal propiamente dicha, habría que organizarle la huelga a ella y, por ejemplo, no sé qué pintarían ahí los funcionarios, por ejemplo.
Tengo para mí que es para las encuestas. Es para jugar a yo te desgasto si no me haces caso o yo te puteo si no te estás quieto mientras te endilgo un par de decretos. Por eso ni importan a sindicatos y gobiernos los costes económicos, ni cuenta el seguimiento real y voluntario de la huelga, que sería el de aquellas personas que, por convicción sobre las buenas razones que la avalan, deciden no ir a trabajar. No, se trata de ver quién mueve más a la gente que no sabe por qué se mueve; o sea a nosotros. Y de movernos en las urnas. Al parecer, una huelga general con mucho eco y que fastidie muchísimo a todo el mundo desgasta electoralmente al gobierno, y una con poco pifostio desgasta a los sindicatos. ¿A los sindicatos los desgasta electoralmente? Ah, pues, ahora que lo pienso, no sé cómo. Creo que en algunos sitios hay elecciones sindicales, pero nunca he visto a nadie ir a votar. No digo que no haya gente, es que yo no me he enterado porque hace tiempo que me juré que si no es para una revolución de verdad, paso. Mariconadas las mínimas. Con perdón.
Ya ven, ando despistado. Y más cuando pienso que, ya puestos a echarle un pulso al gobierno o al sursum corda, habría que arremangarse de verdad y ver quién aguantaba más. Pero no, es sólo un día, la puntita solamente. Es como simbólico, como insultarse a distancia y por si acaso, como amago de patio de colegio. Y el personal de a pie, como usted (espero) y como yo, a verlas venir; ni ilusiones revolucionarias ni esperanzas de mejorar un carajo ni alivio de que se vayan a la puta mierda tres cuartas partes de los gobernantes y sindicalistas de pesebre ni nada. Sólo que mañana a lo mejor no puedo desplazarme en tren a donde pensaba o tengo problemas a la hora de dejar a mi hijita en la escuela.
La verdad, estos tíos joroban mucho más que lo que valen. El día que se planteen una huelga general que sea huelga y general y de romper algo que haga pupa a los gordos, que me llamen y hablamos, que a lo mejor me apunto. Mañana no, sorry. Porque al día siguiente los mismos dirigentes sindicales y políticos, todos y de este o aquel partido, van a estar otra vez dándose el piquito con muchos tenedores, y al que pensó que un día sin sueldo podría servir para algo se le habrá quedado una cara de tonto que no veas.
Si mañana usted teme quedar atrapado en un bus o en un atasco causado por los piquetes que velan por el derecho a la huelga, llévese un libro y lea todo ese rato. Eso sí que jode. A todos. Eso sí que es revolucionario en estos tiempos. Y, si ya va como una moto y quiere atacar el sistema establecido en sus mismísimos fundamentos íntimos, no encienda la tele en todo el día. Ay, si muchos hiciéramos así. Se acabarían los cándidos zapateros que reparan botines. Y el mamoneo.
A la huelga va a ir su padre. El de ellos, quiero decir.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Yo tb creo que va a fracasar la huelga. Aunque si se hiciera bien, quizás sirviese para algo.Quizás. Pero es lo que dice Amado, mañana sólo será un día en el tendrás que dejar de hacer las cosas que tenias previstas por si está cerrado el centro o no puede llegar el transporte público (yo soy de los que lo usan)
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Además, aunque los huelgistas gritan "Zapatero, dimisión", la huelga no es contra ZP, sino contra el avatar de ZP, Cándido Mendez díxit.
ResponderEliminarEsta mañana me decía mi vecino en la cola del pan que la cara del tal Méndez se parece cada vez más a la de Napoleón. El de "Rebelión en la Granja", claro está. Y bien mirado, no le falta razón
Por cierto, ¿a los liberados les descuentan el salario del día de huelga? ¿Y a los que, queriendo ir al trabajo, no pueden a causa de los piquetes?.
Me dicen también que algunos jueces, para sumarse a la huelga (sin decir que se suman a la huelga, como aquello de vivo sin vivir en mí), han suspendido los juicios de mañana para señalarlos de nuevo dentro de unos días. Pero ellos no estarán(formalmente) en huelga, por lo que no les descontarán ni un euro de su salario. Nadar y guardar la ropa, le llaman.
En la Universidad de León, ¿les descuentan el día de huelga a los que no acuden al trabajo, o a los que llegan y se van al instante al grito de "que vienen los piquetes"?. ¿Y en el resto de los centros educativos, en especial de las comunidades gobernadas por el PSOE?.
Lo pregunto por curiosidad, no se me ofenda nadie.
Saludos.
jajajaja. Yo no trabajo porque aún estudio. Pero a mi hermana en su centro de trabajo le dijeron que si iba a hacer huelga habría de comunicarlo con antelación para que la gestoria pudiese hacer las gestiones pertinentes. Ese trámite creo que es independiente de si gobierna psoe o pp, pero lo de si te largas por miedo a los piquetes , no sé. Si puedes alegarlo pues que chollo, cobras sin ir a trabajar. No sé, yo no trabajo aún, estoy entretenida en estudiar muchas cosas que no sirven aunque algunas si. Algo sustancial entre mucha paja..buff..odio algunas de las obligatorias que debieron ser optativas. Como pille a quienes hicieron mi plan de estudios....ainss..
ResponderEliminarA los que comunican que hacen huelga se descuenda sueldo y cotizacion a seguridad social. Obviedad. pero como lo apuntaba el compañero. Parece algo nimio comparado con ideales, blablabla..en realidad la gente es más pragmática y eso influye en su decisión de seguir la huelga. porque pensarán total me van a descontar y luego no va a resultar nada o que soy yo unidad..cuenta...Para ser huelga debería no descontar del sueldo..uyyyy..lo que acabo de poner. Pero yo creo que es verdad.
ResponderEliminarpara que sirve los sindicados nada mas que para vivir del cuento y ser otros funcionarios pagados por todos si tubieran que vivir en verdad de las cuotas de sus supuestos afiliados ya habrian desaparecido
ResponderEliminarPero que sr. más adelantado!!!
ResponderEliminarSujetarme que lo mato...
E$l solito se los come a todos.. si mereceira la pena pero...asi no que es poco. contraste su idea con este enlace
http://www.vnavarro.org/?p=4737omalneris
Una panda de demócratas, de esos que se asustarían cuando el pastor anglicano pretendía quemar el Corán ha asaltado la librería Europa aprovechando la Huelga Gral y ha destrozado libros y lanzado a la calle lo que han podido. Me cago en la raza que tienen.
ResponderEliminar¡Cerdos! y luego quiere que no haya justicia cuando se vuelvan las tornas.
Desde luego...es usted un reaccionario... ¿ es que no tiene solidaridad con la clase obrera ? ( irónico*)
ResponderEliminar* Escrito para evitar malinterpretaciones.
Estupendo
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