Conferencia internacional

Qué noticia llamativa. No se habla de otra cosa en los periódicos y las radios. Según cuentan, hoy comienza en Guadalajara una conferencia internacional de lo más especial. No sé por qué la habrán puesto allí, pero existirán buenas razones, supongo. Se trata de la Conferencia Internacional sobre el Final de la Violencia Machista.

Curiosamente, los organizadores son antiguos maltratadores de mujeres y simpatizantes de su causa, no se sabe si arrepentidos. Hay quien dice que la pretensión de fondo es la de conseguir legitimidad para la instauración de un nuevo Estado en el que los derechos del varón prevalezcan, al menos en casa y en general en las relaciones privadas con las damas. Sea así o no, parece que, cuando menos, los convocantes quieren presionar para que quienes pagan condena por delitos de género obtengan una reducción de sus penas o puedan cumplirlas en condiciones favorables.

Se ha contratado la participación de importantes figuras internacionales con amplia experiencia en procesos de arreglo doméstico y comprometidos con la paz entre los sexos, como Teófilo Atiza, antiguo militante del Partido Antifeminista de Honduras, y John Beretta, que fue durante años dirigente del Sin-Mujeres irlandés. También se espera la asistencia de una importante delegación de la Asociación Internacional de Solteros Malencarados. El partido de Sarkozy envía a un delegado que leerá una declaración del presidente francés en la que se pone a sí mismo como ejemplo y recomienda que se fijen todos en cómo trata él a la Bruni, que la tiene como a un reina.

El Vaticano no ha querido mandar representación, dicen que por temor a que en el documento final de la reunión figure la recomendación de que todas las monjas deban ser de estricta clausura. Los partidos españoles están divididos ante la convocatoria. El PP denuesta ese encuentro, con el argumento de que ya saben ellos de sobra cómo tratar a sus señoras. Los del Partido Socialista unos van y otros non, pero se espera al menos una delegación de la sección del partido de Padrón. Más escozor entre los organizadores ha causado la terminante oposición del movimiento feminista, que insiste en que la conferencia es solo una reunión de machistas irredentos para hablar de sus cosas y seguir en sus trece. Pese a todo, los gestores del evento confían en que esté presente, por libre o forzándola un poco, alguna mujer maltratada.

En los medios de comunicación se hacen cábalas sobre el efecto que en la campaña electoral pudiera tener una declaración de abandono unilateral de la violencia casera contra las mujeres, si bien los portavoces de varios partidos nacionales han manifestado que esa violencia se acabará el día que los machistas dejen de pegar, y punto.

La pregunta que hoy sometemos a nuestros lectores es la siguiente: ¿Ve usted diferencias sustanciales entre esta reunión alcarreña y la que al mismo tiempo comienza en San Sebastián sobre el final del terrorismo?