He sucumbido felizmente a la tentación y me pasé parte de la tarde de ayer leyendo, aunque apresuradamente, una agria polémica entre Bernd Rüthers y Claus-Wilhelm Canaris a propósito del pasado nazi de Karl Larenz, maestro del segundo.
Rüthers es un profesor jubilado de Filosofía del Derecho, Derecho privado y Derecho laboral en la Universidad de Constanza, de la que también fue rector en los años noventa. Con su obra “Die unbegrenzte Auslegung” (La interpretación sin límites), su escrito de habilitación en 1968, puso por primera vez sobre la mesa de las universidades alemanas el pasado nacional-socialista de muchos de sus profesores de derecho, ejercientes y en pleno poder y con gran influencia todavía en ese tiempo. Ese libro abrió todo un camino de investigaciones posteriores y, aunque su tesis de fondo sobre la continuidad de la teoría y el método de los nacional-socialistas después del final de la Guerra Mundial pueda ser discutible en algún punto, se trata de una obra capital y determinante.
C-W. Canaris es un muy prestigioso profesor de Derecho Privado, Derecho Mercantil y Filosofía del Derecho de la Universidad de Múnich, en la actualidad profesor emérito. Allá por los años 1983 y 1984 lo conocí personalmente, pues fue el tutor que el DAAD me asignó cuando me concedió una beca para investigar e iniciar mi tesis doctoral en aquella universidad alemana. ¡Qué felices tiempos muniqueses y cuantos amigos y recuerdos! De allí y de entonces viene mi inquebrantable amistad con Miguel Díaz, ahora catedrático de Derecho penal de la Universidad de León, compañero de fatigas y de unas pocas juergas.
Mi trato con Canaris fue muy escaso y sumamente formal, más que nada por causa de mi timidez y apocamiento de entonces, aunque me firmó todo lo que necesitaba para consumar aquella estancia en tierras germanas. También lo veía muy Professor, pobre de mí, y, hoy, al leer sus recuerdos sobre su propio maestro, Larenz, aun lo entiendo más. Pues cuenta que Larenz era con sus discípulos serio y distante, diríase que hierático. Aquellos viejos profesores que, sin embargo, también fueron maestros auténticos y como tales son todavía venerados por los que se hicieron sus continuadores y a su sombra crecieron. Me ha hecho mucha gracia, al leer ahora los recuerdos de Canaris, enterarme de que las clases de Larenz eran horribles y pesadísimas, pues, entre otras cosas, no hacía más que leer desde la tarima las hojas que llevaba escritas o sus propios libros. Aunque también dice el discípulo que donde Larenz se explayaba y daba su talla teórica elevada era en los seminarios y en el comentario de casos prácticos.
Pasados los años, acabé siendo el traductor al castellano del libro de Canaris titulado “Systemdenken und Systembegriff in der Jurisprudenz”, pero, para no hacer un lío desde el título, le puse “El sistema en la jurisprudencia”. Se publicó en 1999 en una colección de la Fundación Cultural del Notariado. Fue por iniciativa de Cándido Paz Ares, si no me equivoco, y el encargo me lo hizo Fernando Pantaleón. Entonces todavía me gustaba la labor de traductor.
A lo que íbamos. Karl Larenz fue en tiempos de Hitler un cabrón con pintas. O sin pintas, creo que eso es lo que andan discutiendo todavía. Entre sus escritos más citados de aquel tiempo está un artículo en el que sostiene que la capacidad jurídica de los no arios no podía asimilarse a la de los alemanes de pura cepa, y que tenían que verse como ajenos al pueblo alemán, como extranjeros (aunque tuviesen nacionalidad alemana), como una especie de “huéspedes” con derechos limitados. La plenitud jurídica sólo correspondía, según Larenz, a los de sangre alemana y prístina raza germánica. También se suele recordar el empeño de aquel Larenz para eliminar del lenguaje jurídico la idea de derecho subjetivo, pues propiamente los individuos no tienen derechos y el único titular de los mismos es el Estado, que los cederá, si acaso, a los particulares, bajo condición y según convenga a la comunidad. Esto lo estudió magníficamente Massimo La Torre hace años.
Larenz fue uno de los catedráticos prominentes de la llamada Escuela de Kiel, una especie de fuerza de choque de la teoría jurídica nacional-socialista. Alcanzó jovencísimo la cátedra y, si ahora no recuerdo mal, ocupó la que hasta 1933 tenía Gerhard Husserl, el hijo jurista del Husserl filósofo, expulsado por judío tras la llegada de Hitler y los suyos al poder. Después del 45 Larenz fue suspendido, se le readmitió como catedrático en 1960 y ocupó plaza en Múnich hasta su muerte en 1993.
Cuenta Canaris que su maestro nunca hablaba con sus discípulos de ese pasado. Tras su muerte, se publicó en Juristenzeitung una carta que años antes había escrito a Ralf Dreier. Ahí se explicaba un poco sobre aquel turbio pasado suyo y calificaba él mismo como “incomprensible” su defensa del nazismo y la atribuía a una especie de juvenil obnubilación. En esa carta es donde cuenta Larenz que se vio llevado a “aullar con los lobos”. También acabó diciendo que no había visto otra manera de promocionarse, tener apoyos y publicar. Si no era un nazi convencido, era un arribista sin escrúpulos, de eso poca duda puede caber. Pero lo que uno se pregunta, inquieto una vez más, es cuántos así tendremos ahora mismo por aquí, agazapados, esperando su oportunidad para medrar aunque sea al precio de vender a su propia madre… y a los compañeros, por supuesto. En fin, dejémoslo.
Pero, como decía al principio, el debate sobre ese y similares personajes sigue en pie, entre acusadores inclementes y discípulos que, aun reconociendo ampliamente las faltas del maestro, tratan tal vez de echarle algún sutil capote. Canaris, por ejemplo, duda de que Larenz fuera alguna vez racista de verdad, aunque con ello no lo exime de las culpas por sus escritos aquellos. Rüthers entra a matar y se ensaña con el propio Canaris, no solo atribuyéndole propósitos exculpatorios, tal vez con injusticia, sino que subraya las continuidades teóricas –que no políticas ni morales, no es eso- entre ciertas nociones doctrinales puestas en marcha después de 1933 y el tipo de doctrina que se cultivó en las facultades de derecho desde los años cincuenta hasta ahora. Al propio Canaris extiende Rüthers esa especie de acusación, en lo que tiene que ver con el uso de determinados conceptos metodológicos, como el de “tipo” o el de “interpretación teleológico-objetiva”. Se pegan de lo lindo y es muy entretenido verlos desde la barrera.
Dan un poco de envidia los alemanes, incluso cuando así se pelean a propósito del pasado y de su pasado. Es estimulante comprobar que esas polémicas ardientes las dirimen a base de citas doctrinales y no de citas ante las tapias del cementerio. Aunque que les quiten lo fusilado. Prefieren hoy mencionar una nota a pie de página antes que mentarse a la madre, aunque alguna vez se les escape también.
Entre nosotros el pasado de más de cuatro maestros está por revisar y seguramente habrán de pasar un par de generaciones antes de que se estudie con rigor el papel de los profesores de Derecho y sus doctrinas en la España de Franco. Alguno lo va haciendo, pero cada tanto le caen unos guantazos por no dedicarse a analizar la historia de la horticultura pirenaica. Y lo curioso es que los mamporros unas veces llegan por pintar mal a algún preboste universitario de entonces y otras por no ponerlo de chupa de dómine. Hay quien todavía teme que maten a su maestro y que se dañe el prestigio real o supuesto de los discípulos, y los hay que todavía no han matado a su propio padre y andan buscando verdugos dóciles para que les hagan el trabajo sucio. Siempre he dicho que en toda universidad debería haber un buen equipo de psiquiatras asistiendo al personal docente e investigador. Nos dejan con nuestras paranoias y luego pasa lo que pasa, que se nos ve desgañitándonos por las esquinas o recensionando por la espalda a los que pasaban por allí.
Referencias, por si algún germanófilo (opinión sobre la Merkel aparte) quiere echar un vistazo y entretenerse a base de bien:
El trabajo de Canaris que desata esta polémica se titula “Karl Larenz” y puede verse aquí. Pertenece al libro: Grundmann/Riesenhuber (Hr.), Deutchsprachige Zivilrechtslehrer des 20. Jahrhunderts in Berichten ihrer Schüler, vol. 2, 2010, pp. 263-307. Los trompazos de Rüthers están en: “Personenbilder und Geschichtsbilder - Wege zur Umdeutung der Geschichte?, Juristenzeitung, nº 12, 2011, pp. 593-600. La respuesta de Canaris en “Falsches Geschichtsbild von der Rechtsperversión im Nationalsozialismus durch ein Porträt von Karl Larenz?”, Juristenzeitung, nº 18, 2011, pp. 879-888.
Querido Juan Antonio,
ResponderEliminarEn mi opinión, está bien clarificar la historia. Y aquí también sería bueno hacerlo.
Pero no sé si será porque soy pelín hegeliano, tiendo a valorar la obra científica de la gente, al igual que el arte, separándola de un poco de su biografía... Si no, habría que prescindir de no sólo de la Methodenlehre de Larenz, sino también de la obra de Bobbio, que también solicitó ser admitido en el Partido Fascista, y de los Carmina Burana de Orff, y de las excelentes direcciones de Böhm, y de Heidegger, etc., etc., Creo que los productos culturales, el espíritu objetivo, son relativamente independientes de los sujetos que los construyeron. Eso, naturalmente, no sólo no impide el juicio moral sobre tales sujetos, sino que de algún modo lo hace más necesario, para no confundir el valor de las obras con el de los autores.
E introduce al menos dos cuestiones teóricas: por qué gentes tan excelentes intelectualmente se dejaron cautivar por el nazismo (la respuesta que apunta al oportunismo es sólo una posibilidad junto a otras); y cuál es el grado de responsabilidad moral de las personas bajo una dictadura como la nazi, diferente por cierto a la franquista en ese punto en concreto, al menos si uno tiene que fiarse por lo que hay escrito de la primera y de lo que vió en la segunda durante sus primeros diez años de vida, transcurridos en el seno de una familia antifranquista que no lo ocultaba en ninguna parte.
Desde finales de la Edad Media (asaltos a las juderías de 1391 y revuelta de Pedro Sarmiento en Toledo), se origina la cuestión denominada limpieza de sangre, que condujo a la expulsión de los judíos (1492) y la discriminación de los judeoconversos en todos los aspectos, incluida la represión del criptojudaísmo por la Inquisición. El mantenimiento del problema converso durante toda la Edad Moderna (reactivado con la incorporación de Portugal (1580) o con el proceso de Zapata y otros de comienzos del siglo XVII) es uno de los ejemplos más claros de la función del racismo como ideología, vehículo de control social tanto hacia la minoría como hacia la mayoría de la población que aguanta mejor su pobreza gracias a la ficción del orgullo de ser cristiano viejo. Muchas veces se ha argumentado que el atraso en la evolución económica y social de España se debe a la sospecha que generaba cualquier actividad que proporcionara un logro, en beneficio de la bendecida renta feudal de señoríos y monasterios.
ResponderEliminarEl tratamiento de los moriscos (de origen islámico) fue diferente al de los marranos (de origen judío): aunque la rendición de Boabdil se hizo a condición de poder mantener su religión y costumbres, la presión religiosa hizo que los tratados se incumplieran y se obligara a su bautismo general (1501). Tras la rebelión de los moriscos de Granada (1569), comenzó la solución final, un proceso que comenzó con su deportación al interior de la península que finalmente acabó con su expulsión definitiva (1609).
Raza vasca fue un término antropológico utilizado por historiadores, literatos y etnógrafos entre los siglos XIX y XX.[1] La mayoría de los autores localizaba a esta raza en los territorios de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra (en España), y Baja Navarra, Labort y Sola (en Francia), y en aquella época aludían a dicho concepto de raza en alusión a los términos actuales de «etnia» o «pueblo», mezclándolo con connotaciones socioculturales, y no sólo relativo a definiciones biogenéticas.
G.M Morant, A.E. Mt. (Biometrika, vol. 21, London 1949)
En 1993, el ex presidente del PNV, Xabier Arzalluz, fue tildado de racista al hablar del origen de los vascos y su Rh negativo, en referencia a los estudios realizados por la Universidad de Florida (EEUU), cuyo responsable manifestó que el vasco:
"Es un pueblo muy interesante, porque se cree que desciende directamente de los cromañones, grupos paleolíticos que pintaron Altamira y Lascaux. Representan un enclave, un refugio que existía en la península durante la última glaciación y que dio origen a diferentes expansiones de ese foco".
Sí, querido Pedro, estoy de acuerdo por completo en que no hay que confundir las obras con los personajes. Pero la historia se puede hacer de múltiples maneras o con muy diferentes intereses. Por ejemplo, una historia de la doctrina jurídica española del siglo XX puede plantearse atendiendo nada más que a los productos -y eso tiene su indudable interés- o incorporando también las influencias del ambiente social, político y moral y hasta de las propias actitudes particulares de los individuos. Y a veces resultará que lo segundo influye sobre lo primero y es bueno conocer todas las causas o manejar todos los factores. Está por hacer -y es labor bien difícil- una historia de las ideas jurídicas de aquí, sobre todo de las historia de nuestra dogmática jurídica -civil, administrativa, penal, etc.- que abarque ambos elementos. El manejo del contexto ideológico, y hasta de las luchas por el poder y la influencia, ayudará a comprender mejor que ciertos conceptos o determinadas nociones no caen del cielo ni son meros avances "científicos", sino que cumplen una función -para el medio político y para los autores- en el momento en el que aparecen por obra de alguien.
ResponderEliminarSé que estamos bastante de acuerdo y que coincidimos en que no se trata de alimentar maniqueísmos simplistas ni de construir narraciones pueriles sobre buenos y malos.
También es interesante, a la hora de hacer la historia del pensamiento jurídico contemporáneo, tomar en consideración las relaciones de escuela, con lo que tienen de fidelidades académicas, de condicionamientos para el ascenso académico o, incluso, de servidumbres personales. O, utilizando malamente tu terminología hegeliana, importa ver cuánto de contaminación subjetiva tiene el espíritu objetivo.
Pienso que el comportamiento y la ideología tienen mucha menos importancia a la hora de valorar un artista propiamente dicho que un pensador o ensayista. La literatura se encuentra un poco a medio camino entre ambos extremos, pero aun así pienso que Vargas Llosa tenía razón cuando dijo que ha habido y habrá escritores repugnantes en lo ideológico pero excelsos literariamente hablando, como Céline. Volviendo al terreno de las ideas abstractas, de la teoría jurídica o de la filosofía, sí parece razonable exigir una mínima coherencia entre el pensamiento expresado en la obra y el comportamiento del autor. Hay pensadores que se han pasado la vida criticando un sistema pero disfrutando de lo mismos elementos que ellos critican con vehemencia (Marcuse es un ejemplo).
ResponderEliminar"lo que uno se pregunta, inquieto una vez más, es cuántos así tendremos ahora mismo por aquí, agazapados, esperando su oportunidad para medrar aunque sea al precio de vender a su propia madre… y a los compañeros, por supuesto." Un montón, eso seguro. Y tb me gusto lo del gabinete de psiquiatras para los docentes e investigadores. :). Con respecto a lo que apunta Pedro, solo decirle que estamos hablando de que este señor defendía la superioridad de la producción intelectual de los arios y privilegios y vejaciones; y que este señor se movía en el campo jurídico. Es en este campo dónde se configuran los derechos de las personas luego separar la obra del autor en este caso no procede.No entiendo porque algunos académicos se empeñan en defender lo indefendible.
ResponderEliminarImpepinable:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/opinion/descalabro/elpepuopi/20111210elpepiopi_3/Tes
También los demócratas cuando ganaron la 2ª guerra mundial mataron a mucha gente, entre otras, violadas y ahorcadas como perras, condenadas por tribunales cuando menos de muy dudosa parcialidad y en base siempre a algún testimonio de "supervivientes", las camaradas : Irma Grese, Jenny Barkmann, Elisabeth Volkenrath, Therese Brandl, Wanda Klaff, Johanna Bormann, Dorothea Binz, Elsa Ehrich, Maria Mandel...
ResponderEliminarAdemás en Youtube para los que quieran ver muertes de nazis y aplaudir tienen videos a porrillo, no uno ni dos : Anton Dotsler, Antonescu, Mussolini,Amon Goeth,..., murieron ahorcados por miles.
¿Qué se quiere decir? ¿Por qué si los demócratas son tan buenos matan lo mismo o peor?
Matar, matar es ¿por qé unos son buenos y otros malos? No es entendible
Roland Freisler, dejemos para otro día la legitimidad jurídica de los juicios de Nuremberg. Resulta repugnante que utilice usted como seudónimo el nombre del hombre que intento dar una patina de respetabilidad jurídica al nazismo, pero referirse a guardianas de campos de exterminio como "camaradas" supera cualquier límite.
ResponderEliminarExiliado
ResponderEliminar¿En qué se diferencian las guardianas de campos de presunto exterminio al parecer no logrado por la cantidad de supervivientes y las guardianas de campos de exterminio conseguido de los comunistas de la URSS o de los demócratas?
Si una muerte es una muerte da igual quien la realice ¿por qué van a repugnar más unas que otras?
Si mis camaradas mataron, fueron pagados con la misma moneda.
Ya sabe, estoy haciendo méritos para que la igualdad de oportunidades para mi no cuente, ya estoy marcado más que un escaparate en Alemania con la estrella de David.
No solo existían campos de concentración pertenecientes al III Reich, aunque les suene a calumnia o simplemente no les suene, gran parte de los países partícipes en la Segunda Guerra Mundial poseían dichos campos; desde Cuba hasta Francia, y haciendo especial mención a los campos de concentración americanos.
ResponderEliminarA continuación nombraré los campos de concentración americanos como método de represión contra EE.UU por su política de afán metomentodo, ya que constantemente destaca su lado pacifista, para encubrir masacres del presente y actos de exterminio del pasado ( por ejemplo las guerra de Vietnam o Iraq).
California: Manzanar y Tule Lake.
Arizona: Gila River y Poston.
Colorado: Granada.
Wyoming: Heart Mountain.
Idaho: Minidoca.
Utah: Topaz.
Arkansas: Rohwer y Jerome.
También haré mención del campo de concentración francés Ksar-es-Souk situado en Marruecos, en el cual se sometía a los soldados del III Reich a continuas vejaciones y se les torturaba física y Psicológicamente como relata el seminarista Gereon Goldmann en su obra autobiográfica `` Un seminarista en las SS´´.
Esta cadena de comentarios se ha desviado algo de la entrada original del Profesor García Amado. En cualquier caso, espero no aburrir a los demás lectores haciendo las siguientes precisiones:
ResponderEliminar1. Roland Freisler, es usted un negacionista del Holocausto ("presunto exterminio al parecer no logrado por la cantidad de supervivientes"), aunque probablemente se considera a sí mismo revisionista histórico. No sabía que el abanico de lectores del Profesor era tan amplio...
2. La libertad de expresión es, a mi entender, un valor supremo, así que en la medida en que no se anime a apalear o exterminar en el presente a cierto sector de la población, estoy en contra de prohibiciones, como la que existe en Alemania, con excepciones académicas, en relación con Mein Kampf (por cierto, debe de ser usted uno de los fundadores de la inefable Ediciones Ojeda, de la que compré un ejemplar sin saber quién había detrás). En definitiva, no le discuto que tenga usted, Freisler, derecho a decir lo que dice. Cuestión aparte es el medio que utiliza.
3. Tiene usted razón cuando apunta que tener una ideología como la suya conlleva estigma (en mi opinión, merecido). Existe, además, un doble rasero en prácticamente todo el mundo occidental si se tiene en cuenta que partidarios de una ideología como mínimo tan genocida como la de usted (el comunismo) gozan de cierta respetabilidad.
4. Cierto, la Union Soviética de Stalin exterminó a millones de personas, y no sólo dentro de Rusia (que se lo pregunten a los ucranianos). Mao probablemente se lleve el premio al mayor genocida de toda la Historia de la Humanidad, aunque aclaremos para quitarle mérito que tuvo muchos años e ingente cantidad de víctimas potenciales. Pol Pot se lleva el premio en términos relativos (25% de la población en dos años). Todo esto es muy formativo, pero ¿de verdad cree usted que puede justificar un genocidio por la existencia de otros? Por cierto, todos ustedes se parecen bastante.
5. La democracia no esta libre de pecado y defectos. Como sabe, Hitler alcanzó el poder en el marco de un proceso más o menos democrático. La Serbia nacionalista, con gran apoyo popular, nos cubrió de vergüenza a los europeos hace bien poco. Los americanos, que usted parece despreciar tanto, cometieron excesos injustificables (como el bombardeo indiscriminado de ciudades alemanas), aunque en el trato de prisioneros alemanes, que tanto le parece preocupar, respetaron en lineas generales la Convención de Ginebra (al igual que los alemanes con los angloamericanos). Además, si no hubiera sido por ellos, sus "camaradas" o los de papá Stalin habrían ganado la guerra. En definitiva, con todas las barbaridades que las democracias hayan podido cometer, no conozco ninguna tan asesina como las ideologías que usted y los señores del párrafo anterior representan. Pero incluso si no está de acuerdo, ¿no tiene otro argumento para justificar sus propios horrores que el de "y tú también?
Exiliado
ResponderEliminarNunca se justifica un genocidio con la existencia de otros, pero no se debe hablar de un genocidio como si no hubiesen existido otros. Y el recurso tu quoque, en mi modesta opinión y siguiendo a Damborenea cuando va referido a autoridad moral no es falacia y en ese modo creo emplearlo salvo mejor opinión.
En ese sentido vengo a decir que, si fuese cierto lo que de muertes se habla del nazismo y su modo de llevarlo a cabo, posteriormente los adalides de la Libertad, etc...no deberían haber hecho lo mismo porque entonces están validando lo anterior de los otros y ya no puede repugnar lo de unos y lo de los otros no. Matar es.
Y eso de que por muchas barbaridades que las democracias bla,bla,bla...que se lo pregunten a Lasa y a Zabala a ver que opinan, si hubiesen tenido la oportunidad de elegir su muerte creo hubiesen escogido el gas a la cal viva.
soy nazi, rubio de ojos verdiazules, siempre he creído que poseer rasgos de ario me facilitaría la vida y así ha sido. Desciendo de prístinos visigodos y celtas muy puros de zonas de Galicia, Castilla León e incluso el norte de Cataluña o sur de Francia. Léón Degrelle fue durante mucho tiempo mi padre intelectual. Los judíos, entiéndase liberal progresistas internacionalistas de razas mestizas degeneradas y decadentes, han sido siempre torticeros banqueros, proxenetas, violadores, abusadores de niños, satanistas, falsamente humanitarios y corruptores de las costumbres. Sólo en la unión de la blut und boden, de la sangre fresca aldeana de las zonas rurales no cosmopolitas y el suelo sagrado de los antepasados, puede surgir el verdadero amor constructivo a la patria. El nacional- socialismo es un culto a los antepasados, a la vida sana y floreciente en expansión, a las grandes obras valiosas de la humanidad. LLoro al ver tantos niños rubios, condenados por el falso humanitarismo, a no ser conscientes de ser portadores de la esencia europea civilizatoria de la raza humana valiosa.
ResponderEliminarusted no es ario puro, es un español del norte de rasgos físicos más que dudosos, pero su conocimiento del alemán y su germanofilia, le hacen acreedor de mis respetos, en loor de la verdad histórica.
Desde el emotivismo ético, los derechos humanos, la compasión universal, el altruismo, el humanismo y la humanidad, los mejores sentimientos de amor, cuidado y atención a los débiles, disminuídos, enfermos crónicos, moribundos, razas minoritarias, minorías y excluidos, NO AL NAZISMO: DENUNCIA EXCLUSIONES, DISCRIMINACIONES Y VEJÁMENES, APOLOGÍAS TERRORISTAS DEL GENOCIDIO Y EL DESPRECIO AL SER HUMANO INDEFENSO. AMNISTIA INTERNACIONAL. NO BROMEEMOS
ResponderEliminarVamos a ver, vamos a ver. En este blog solamente se han borrado unos pocos, muy pocos, comentarios que contenían insultos u ofensas claras contra personas distintas de un servidor. No me gusta tachar casi nada. Por otra parte, a R.F. (para mí, Rolando Fraile) lo tengo por un amigo personal, muy respetuoso y al que personalmente respeto, y con una trayectoria vital que tiene algo de ejemplar, aunque no me corresponde aquí desvelarla al que no la conozca.
ResponderEliminarTambién me parece que se puede discutir aquí sobre la historia del holocausto, de los campos de concentración estalinistas o de cualquier parte, etc., etc.
Lo que ruego que aquí, en "mi casa", no se haga, es apología de cosas que a mí no me gustan nada de nada. Concédaseme ese modesto privilegio, por favor. Es por lo mismo que no me gustaría que en mi casa y a mi mesa alguien se tirara pedos la mar de contento, aunque a él le parezca signo de distinción o de comensal superior. Puedo hasta respetar las convicciones del pedorrero, pero en mi casa sus manifestaciones no las quiero.
Una vez tuvo este blog una invasion de pedófilos o pederastas, que aprovecharon un post para ponerse a hablar de lo suyo. Me enfadé bastante y me resultó intolerable.
Vale lo mismo para la defensa a ultranza del nazismo o, si quieren, del estalinismo o de las prácticas de Pol Pot. Ustedes ya me entienden. Si quieren debatir sobre la historia de los crímenes contra la humanida, no tengo objeción. Pero las apologías de la superioridad racial de los rubios o de los bizcos, aquí no, por favor.
Los próximos comentarios de ese calibre los borraré en cuanto aparezcan. Hay en internet sitios de sobra y espacio suficiente para soltar esas cagarrutas; o que a mí me parecen tales.
Todo esto tiene que ser una broma. No puede ser real.
ResponderEliminarbueno todos sabemos que en tiempos del nazismo no habian derechos... sobre todo para aquellos con ideologias distientas.
ResponderEliminar¿Reconducimos el debate?
ResponderEliminarDurante mi doctorado, uno de los cursos que más hondamente me marcó fue el que impartió Toño García Amado sobre la interpretación en el nacionalsocialismo. Me marcó tanto que un capítulo entero de mi tesis doctoral lo dediqué a ese tema.
En ese curso Toño nos dio a conocer a Bernd Rüthers, cuya obra sigue impunemente intraducida al español (a principios de la década pasada quise contactar con él para traducir su magnífica y combativa Rechtstheorie, pero me dijeron que la estaba traduciendo un doctorando nicaragüense. Y hasta hoy...).
Respecto de lo que dice Pedro Serna: lo interesante de la obra de Rüthers desde Die unbegrenzte Auslegung es detectar los pecados originales de la "ciencia" jurídica, células cancerosas que anidan -latentes- en la formación de jueces y fiscales y que se activan cuando aprieta la presión populista y autoritaria. Y entonces la metástasis ataca. No sé cuánto se puede separar la obra de su autor; pero sí que sé que en la metodología larenziana que se enseña hoy en las facultades anida un núcleo de irracionalismo conceptual, un juego inane de palabras mágicas que permiten al juez desvincularse de la Ley y aplicar criterios sin legitimidad legal (¡qué brillante crítica a los conceptos-tipo y a los konkret-allgemeine Begriffe!).
Die unbegrenzte Auslegung es un texto más técnico (aunque Rüthers es un tío amenísimo). Más legible es Entartetes Recht ("Derecho degenerado", título con ecos de la exposición nazi "Entartete Kunst"). Y entremedias, su Rechtstheorie: manual de combate para juristas con sentido común a los que les toca las narices la palabrería hueca con apariencia de argumentación jurídica. Deberían darla obligatoriamente a todos los jueces.
Y conste que, al menos en el ámbito del Derecho penal, el irracionalismo larenziano está presente en autores que son iconos de la socialdemocracia y cuya repercusión en la evolución del Derecho es cualquier cosa menos nazi. Así, el gran Claus Roxin, en el parágrafo 15 de su monumental "Autoría y dominio del hecho", hace un desarrollo larenziano sobre la "indefinibilidad" de conceptos jurídicos que haría las delicias de Larenz.
Aprovecho así esta entrada para recordar aquel maravilloso curso de hace ya 16 años, en el que Toño nos hablaba de cómo los pecados de los métodos de interpretación nacionalsocialista no se acaban con el fin del autodenominado Tercer Imperio, sino que perviven, agazapados, en las herramientas que a veces asumimos acríticamente. Incluso, a veces, reforzados por la autoridad moral de iconos democráticos. Pero el peligro sigue ahí.
Apreciado Profesor:
ResponderEliminarEn primer lugar le deseo un buen día!
En segundo lugar quisiera molestarlo (como lo he venido haciendo desde que descubrí su Blog!) con dos preguntas. La primera es el anio de publicación de la Carta de Larenz en el JZ. La he buscado pero creo que debido a mi incompetencia manifiesta con los computadores no la he encontrado. La segunda es relacionada con el comentario del Prof. Dopico. Sabe usted si la traducción de la Rechtstheorie de Rüthers está lista? En internet aparece información sobre una versión de 2009, pero no se encuentra el libro en ninguna parte. Mil gracias y muchos éxitos con derecho degenerado!
Cordialmente una anonima seguidora!