(Publicado hoy en El Mundo de León. La noticia que da pie al comentario puede verse aquí)
Mucho ruido y pocas nueces, tormenta en un vaso de agua, ni chicha ni limoná. Primero salen con que la Presidenta de la Diputación se ha gastado cincuenta o cien euros en unos tratamientos de belleza en un centro apropiado y que ha pasado la factura al organismo, dentro del apartado de gastos que cada partido tiene de funcionamiento interno. Nada más natural: igual que un coche no funciona sin combustible, un partido no puede tener funcionamiento interno en la Diputación si no le meten unos euros mensuales. Concretamente, más de siete mil euros al mes. De cajón.
Pongamos las cosas en su sitio. Para empezar, el gasto no fue para tratarse la belleza, sino para regalarle una camiseta y un bolso a una de las secretarias del grupo político. Qué cosa más comprensible que el que los regalos para las secretarias del grupo vayan con cargo al presupuesto que la Diputación dispone para el grupo. No lo van a pagar de su bolsillo la Presidenta o todos los de su partido, pues al final fueron 179 euros y, a nada que repartan, tocan a diez euros por cabeza o así. Como si estuviera el país para derroches, ya te digo. También sería muy diferente si el bolso fuera para la señora Presidenta o para cualquiera de los diputados provinciales que salieron a defender la factura y que son gente de una pieza, con criterio propio y que no se pringa por cualquier cosa, menudos fieras. Igual de mal habría estado que el obsequio con cargo al erario público le hubiera caído a la suegra de alguno de esos políticos, o a una vecina suya o a un primo de Teruel, pongamos por caso, pero si era para una secretaria de todos y que es una maravilla de mujer, yo diría que hasta se quedaron cortos.
No era para belleza, pero y qué si lo hubiera sido. ¿No conviene acaso que nuestros políticos se vean hermosos y retozones? ¿No nos llenamos de orgullo los leoneses cuando comprobamos lo bien que visten y calzan y lo terso que se les pone el cutis? ¿Acaso pensamos que eso viene con el cargo y que no cuesta? Y, por otro lado, qué más da que pasen las facturas del salón de belleza o que se suban el sueldo para pagárselas ellos, vamos a ver. ¿Desde cuándo andamos tan tiquismiquis y a cuento de qué? ¿Alguno se cae del guindo ahora?
Mucho ruido y pocas nueces, tormenta en un vaso de agua, ni chicha ni limoná. Primero salen con que la Presidenta de la Diputación se ha gastado cincuenta o cien euros en unos tratamientos de belleza en un centro apropiado y que ha pasado la factura al organismo, dentro del apartado de gastos que cada partido tiene de funcionamiento interno. Nada más natural: igual que un coche no funciona sin combustible, un partido no puede tener funcionamiento interno en la Diputación si no le meten unos euros mensuales. Concretamente, más de siete mil euros al mes. De cajón.
Pongamos las cosas en su sitio. Para empezar, el gasto no fue para tratarse la belleza, sino para regalarle una camiseta y un bolso a una de las secretarias del grupo político. Qué cosa más comprensible que el que los regalos para las secretarias del grupo vayan con cargo al presupuesto que la Diputación dispone para el grupo. No lo van a pagar de su bolsillo la Presidenta o todos los de su partido, pues al final fueron 179 euros y, a nada que repartan, tocan a diez euros por cabeza o así. Como si estuviera el país para derroches, ya te digo. También sería muy diferente si el bolso fuera para la señora Presidenta o para cualquiera de los diputados provinciales que salieron a defender la factura y que son gente de una pieza, con criterio propio y que no se pringa por cualquier cosa, menudos fieras. Igual de mal habría estado que el obsequio con cargo al erario público le hubiera caído a la suegra de alguno de esos políticos, o a una vecina suya o a un primo de Teruel, pongamos por caso, pero si era para una secretaria de todos y que es una maravilla de mujer, yo diría que hasta se quedaron cortos.
No era para belleza, pero y qué si lo hubiera sido. ¿No conviene acaso que nuestros políticos se vean hermosos y retozones? ¿No nos llenamos de orgullo los leoneses cuando comprobamos lo bien que visten y calzan y lo terso que se les pone el cutis? ¿Acaso pensamos que eso viene con el cargo y que no cuesta? Y, por otro lado, qué más da que pasen las facturas del salón de belleza o que se suban el sueldo para pagárselas ellos, vamos a ver. ¿Desde cuándo andamos tan tiquismiquis y a cuento de qué? ¿Alguno se cae del guindo ahora?
http://leon2020.blogspot.com/2011/12/prioridades-informativas-de-la-prensa.html
ResponderEliminara la cárcel!!!!! que gentuza, es que me ponga de mala leche cada vez que leo alguna de estas cosas..esto vamos vamos vamos...habría que encerrarlos pero de por vida...
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