Empiezo a las once de la mañana a escribir esta entrada, que ya veremos si acaba y cuándo. Es un día para que las gentes razonables de este país estén temerosas. Afortunadamente, no abundan por aquí las gentes razonables. O nadie se entera de nada porque nadie quiere enterarse y no hay ser más feliz que el que vive en la inopia. O somos un pueblo de valientes y nada nos asusta, incluso la inminencia de la miseria general y la ruina común. Pues de acuerdo, adelante y de tres en fondo. ¡Maaarchen!
¿Que temor por qué? Porque hoy reabren “los mercados” y ya está sucediendo a esta hora lo que se sabía que iba a pasar: caen las bolsas y sube a toda velocidad la prima de riesgo. ¿Imagen que lo pueda describir plásticamente? Pues un submarino con vías de agua y con todas las juntas crujiendo, con las alarmas sonando y la tripulación aterrada y en desorden. Así. Y el capitán rezando y el primer oficial gritando como loca. No queda potencia en los motores para volver a la superficie. ¿Que llegue un submarino de otra bandera y nos rescate bajo el agua en plan peli fantástica? Bueno, soñemos. Es tan bonito soñar. Y luego, de nuevo sobre las olas o en la playa, de vuelta, pescamos unas langostas y las hacemos a la plancha para zamparlas con un buen verdejo y tal. Como antes, cuando éramos ilusamente felices.
País de oportunidades perdidas, sí. Muchas. En muchas cosas. Por citar lo mío de siempre, con el dinero que hemos metido al sistema universitario, nada más que para crear muchas universidades nuevas e igual de malas, podríamos tener unas pocas entre las mejores del mundo en vez de tantísimas entre las peores. Con lo que hemos invertido en destruir las costas del país y los parajes más bellos, comprando jaulas para monos sin horizontes, podríamos haber constituido empresas de explotación racional del turismo y ahora nos forraríamos un poco. Con lo que hemos dilapidado en edificar una insostenible organización territorial del Estado, so pretexto de no sé qué quiméricos derechos colectivos, prehistóricos y absurdos, habríamos podido hacer un Estado funcional y capaz y no esta calamidad achacosa que pide a voces una compasiva eutanasia. Con lo que se nos ha ido en financiar una cultureta consanguínea y una pseudointelectualidad de cama y partido habríamos podido levantar un Estado social verdadero y no esta injusticia en la que los subvencionados pudientes claman por la justicia social que no permiten.
Culpa de todos, sí, pero los partidos grandes y sus líderes han resultado muy torpes y nos han supuesto la peor de las suertes. Viene de lejos. Muchos dirán que de la Transición misma, aunque yo hasta ahí no me remonto. Ni siquiera voy hasta el cainismo que destruyó UCD (partido que en mi juventud de entonces me parecía una derecha horrible y reaccionaria; era cuando todos los pijos de hoy votábamos a los partidetes maoístas y trostkystas y tal). Empiezo en la primera ocasión grandísima, el gobierno de Felipe González. Se hizo entonces mucho bueno, pero se abrió una espita fatídica: permitir la corrupción a espuertas y dar el peor de los ejemplos, plagio puro de la dictadura reciente: tapar a los ladrones propios, echar la culpa al mensajero y llamar a filas a los fanáticos para entrenarlos en la defensa de lo indefendible. Y mostrar a los ciudadanos que los que niegan la evidencia del latrocinio y defienden indefendiblemente a los corruptos pueden y deben esperar premio. En ese momento las bancadas de los partidos se llenaron de trepas, tiralevitas y ladrones. Y así seguimos.
La segunda ocasión llegó cuando aquel tal Aznar perdió la cabeza y se puso a hacer idioteces sintiéndose el Alejandro Magno de la Meseta. Se pasó de vueltas y el pueblo se mosqueó. Muy malamente aterrizó Zapatero, en uno de los más infames actos de falta de patriotismo, con los muertos calientes y aprovechados para campaña en día de reflexión. Todo lo cual no hace bueno ni a Aznar ni a aquel Acebes que no daba pie con bola. Pero el ambiente social otra vez era propicio para renovarse un poco. Y no. Posturitas. Frivolités. Superficialidad ramplona, empecinamiento en la inanidad, culitos y culitas, Vogue y políticas de figurín, coqueteos con los más pérfidos fantasmas y excursiones pagadas a los abismos malolientes. A los historiadores tocará dirimir si una sociedad tonta escogió al más tonto de ella para que la dirigiera o si el más tonto llegó por casualidad y atontó a la sociedad con sus encantos de feriante cutre o de secretario general de club de carretera. El caso es que todo lo que iba mal empeoró y hasta dilapidamos los ahorros de la abuela. Empeñados hasta las cejas, hundidos hasta las rodillas, engañados hasta la idiocia y…, con las diferencias entre ricos y pobres aumentando en lugar de disminuir.
La tercera es de ayer y supone un récord. Nunca esperanza tan grande, aunque seguramente vana, si disipó en tan corto tiempo. Rajoy y el PP. Los jueves milagro. Pues ni jueves ni viernes ni nada, hoy, martes 10 de abril, estamos a un pasito de la declaración oficial de ruina, de la suspensión de pagos, de tirar la toalla y hasta los calzoncillos y de… ¿la intervención europea? Seguramente ya ni eso. Será peor.
¿Por qué fracasan Rajoy & Cia? Por falta de cataplines. Tenían mayoría absoluta, holgada, tremenda, terminal, a corazón abierto. Pero como si no. Seamos justos: falta de gónadas y de seso. Y de entereza moral. Nadie puede resolver el problema que no entiende y no puede entender. El PP es un partido de vagos y corruptos –con las excepciones que sea menester reconocer- en un país de vagos y corruptos. El PP sintoniza con el populacho y por eso no ve dónde está el problema: en el pueblo mismo y en las estructuras estatales a la medida del pueblo. El PP no es mejor que el PSOE, hablando de partidos y cúpulas de partidos.
Se tenía que haber metido el bisturí hasta las cachas. ¿Ejemplo? Ni un recorte en servicios sociales necesarios y para el que los necesite, claro que no, pero eliminación de la parte adiposa del Estado: fuera diputaciones y la mitad al menos de los ayuntamientos, ni diez sociedades o empresas estatales que sobrevivan, bajada proporcional del sueldo de los funcionarios, eliminación de universidades, venta de aeropuertos no rentables, programas exigentes de productividad en la Administración, supresión de derechos sin fundamento ni justificación –a ver por qué van a tener los funcionarios derecho al cafelito de media mañana, por mencionar un ejemplo tan sencillo como trivial-, refuerzo serio de la lucha contra el fraude fiscal, cambios radicales en el modo de gobernarse todo tipo de instituciones públicas, como las universidades… En otras palabras, y simplificando hasta el límite: lucha a brazo partido contra la mangancia. Y, para dar ejemplo, reforma de la reciente reforma penal, a fin de que los partidos políticos no estén exentos de la responsabilidad penal que ahora tienen las personas jurídicas, endurecimiento extremo del régimen de incompatibilidades para todo tipo de profesionales públicos o perceptores de pensiones por el desempeño de cargos públicos…
En fin, para qué seguir. Media nación anda echándose las manos a la cabeza después de percibir, en solo cien días, que Rajoy es Zapatero II y que el PP y el PSOE se parecen como dos gotas de agua turbia y son clavaditos a la turbia sociedad que los sostiene.
Moriremos con nuestros partidos mayoritarios puestos. Y moriremos. Impasibles y tenaces. Convencidos y vencidos. Tercos. Gustosamente desinformados y echando las culpas al maestro armero. Disputando entre nosotros mientras las ratas nos devoran las pantorrillas.
11:33. Hace media hora la prima de riesgo estaba en 415. Ahora anda por los 417. Qué malos son los mercados, diremos mientras testamos.
PD1.- Hasta Froilán se ha pegado un tiro en el pie con una escopeta de mayor. Qué más te puedo decir, corazón.
PD2.- Pero país con cachaza y manta toledana. Hace un par de semanas sonó mi teléfono en el despacho de la uni. Que mira, que soy Fulanita y estoy organizando una comida de profesores universitarios de León en homenaje a Zapatero y alguien me ha dado tu nombre porque creo que tenéis mucho trato. Estuve amable, iba de buena fe la señora. El que le pasó mis señas, no. Le expliqué que no lo he tratado personalmente nunca y que había unos de la parte de donde el río que jugaban con él de pequeño y que le podía indicar sus teléfonos. Me lo agradeció con nobleza.
¿Que temor por qué? Porque hoy reabren “los mercados” y ya está sucediendo a esta hora lo que se sabía que iba a pasar: caen las bolsas y sube a toda velocidad la prima de riesgo. ¿Imagen que lo pueda describir plásticamente? Pues un submarino con vías de agua y con todas las juntas crujiendo, con las alarmas sonando y la tripulación aterrada y en desorden. Así. Y el capitán rezando y el primer oficial gritando como loca. No queda potencia en los motores para volver a la superficie. ¿Que llegue un submarino de otra bandera y nos rescate bajo el agua en plan peli fantástica? Bueno, soñemos. Es tan bonito soñar. Y luego, de nuevo sobre las olas o en la playa, de vuelta, pescamos unas langostas y las hacemos a la plancha para zamparlas con un buen verdejo y tal. Como antes, cuando éramos ilusamente felices.
País de oportunidades perdidas, sí. Muchas. En muchas cosas. Por citar lo mío de siempre, con el dinero que hemos metido al sistema universitario, nada más que para crear muchas universidades nuevas e igual de malas, podríamos tener unas pocas entre las mejores del mundo en vez de tantísimas entre las peores. Con lo que hemos invertido en destruir las costas del país y los parajes más bellos, comprando jaulas para monos sin horizontes, podríamos haber constituido empresas de explotación racional del turismo y ahora nos forraríamos un poco. Con lo que hemos dilapidado en edificar una insostenible organización territorial del Estado, so pretexto de no sé qué quiméricos derechos colectivos, prehistóricos y absurdos, habríamos podido hacer un Estado funcional y capaz y no esta calamidad achacosa que pide a voces una compasiva eutanasia. Con lo que se nos ha ido en financiar una cultureta consanguínea y una pseudointelectualidad de cama y partido habríamos podido levantar un Estado social verdadero y no esta injusticia en la que los subvencionados pudientes claman por la justicia social que no permiten.
Culpa de todos, sí, pero los partidos grandes y sus líderes han resultado muy torpes y nos han supuesto la peor de las suertes. Viene de lejos. Muchos dirán que de la Transición misma, aunque yo hasta ahí no me remonto. Ni siquiera voy hasta el cainismo que destruyó UCD (partido que en mi juventud de entonces me parecía una derecha horrible y reaccionaria; era cuando todos los pijos de hoy votábamos a los partidetes maoístas y trostkystas y tal). Empiezo en la primera ocasión grandísima, el gobierno de Felipe González. Se hizo entonces mucho bueno, pero se abrió una espita fatídica: permitir la corrupción a espuertas y dar el peor de los ejemplos, plagio puro de la dictadura reciente: tapar a los ladrones propios, echar la culpa al mensajero y llamar a filas a los fanáticos para entrenarlos en la defensa de lo indefendible. Y mostrar a los ciudadanos que los que niegan la evidencia del latrocinio y defienden indefendiblemente a los corruptos pueden y deben esperar premio. En ese momento las bancadas de los partidos se llenaron de trepas, tiralevitas y ladrones. Y así seguimos.
La segunda ocasión llegó cuando aquel tal Aznar perdió la cabeza y se puso a hacer idioteces sintiéndose el Alejandro Magno de la Meseta. Se pasó de vueltas y el pueblo se mosqueó. Muy malamente aterrizó Zapatero, en uno de los más infames actos de falta de patriotismo, con los muertos calientes y aprovechados para campaña en día de reflexión. Todo lo cual no hace bueno ni a Aznar ni a aquel Acebes que no daba pie con bola. Pero el ambiente social otra vez era propicio para renovarse un poco. Y no. Posturitas. Frivolités. Superficialidad ramplona, empecinamiento en la inanidad, culitos y culitas, Vogue y políticas de figurín, coqueteos con los más pérfidos fantasmas y excursiones pagadas a los abismos malolientes. A los historiadores tocará dirimir si una sociedad tonta escogió al más tonto de ella para que la dirigiera o si el más tonto llegó por casualidad y atontó a la sociedad con sus encantos de feriante cutre o de secretario general de club de carretera. El caso es que todo lo que iba mal empeoró y hasta dilapidamos los ahorros de la abuela. Empeñados hasta las cejas, hundidos hasta las rodillas, engañados hasta la idiocia y…, con las diferencias entre ricos y pobres aumentando en lugar de disminuir.
La tercera es de ayer y supone un récord. Nunca esperanza tan grande, aunque seguramente vana, si disipó en tan corto tiempo. Rajoy y el PP. Los jueves milagro. Pues ni jueves ni viernes ni nada, hoy, martes 10 de abril, estamos a un pasito de la declaración oficial de ruina, de la suspensión de pagos, de tirar la toalla y hasta los calzoncillos y de… ¿la intervención europea? Seguramente ya ni eso. Será peor.
¿Por qué fracasan Rajoy & Cia? Por falta de cataplines. Tenían mayoría absoluta, holgada, tremenda, terminal, a corazón abierto. Pero como si no. Seamos justos: falta de gónadas y de seso. Y de entereza moral. Nadie puede resolver el problema que no entiende y no puede entender. El PP es un partido de vagos y corruptos –con las excepciones que sea menester reconocer- en un país de vagos y corruptos. El PP sintoniza con el populacho y por eso no ve dónde está el problema: en el pueblo mismo y en las estructuras estatales a la medida del pueblo. El PP no es mejor que el PSOE, hablando de partidos y cúpulas de partidos.
Se tenía que haber metido el bisturí hasta las cachas. ¿Ejemplo? Ni un recorte en servicios sociales necesarios y para el que los necesite, claro que no, pero eliminación de la parte adiposa del Estado: fuera diputaciones y la mitad al menos de los ayuntamientos, ni diez sociedades o empresas estatales que sobrevivan, bajada proporcional del sueldo de los funcionarios, eliminación de universidades, venta de aeropuertos no rentables, programas exigentes de productividad en la Administración, supresión de derechos sin fundamento ni justificación –a ver por qué van a tener los funcionarios derecho al cafelito de media mañana, por mencionar un ejemplo tan sencillo como trivial-, refuerzo serio de la lucha contra el fraude fiscal, cambios radicales en el modo de gobernarse todo tipo de instituciones públicas, como las universidades… En otras palabras, y simplificando hasta el límite: lucha a brazo partido contra la mangancia. Y, para dar ejemplo, reforma de la reciente reforma penal, a fin de que los partidos políticos no estén exentos de la responsabilidad penal que ahora tienen las personas jurídicas, endurecimiento extremo del régimen de incompatibilidades para todo tipo de profesionales públicos o perceptores de pensiones por el desempeño de cargos públicos…
En fin, para qué seguir. Media nación anda echándose las manos a la cabeza después de percibir, en solo cien días, que Rajoy es Zapatero II y que el PP y el PSOE se parecen como dos gotas de agua turbia y son clavaditos a la turbia sociedad que los sostiene.
Moriremos con nuestros partidos mayoritarios puestos. Y moriremos. Impasibles y tenaces. Convencidos y vencidos. Tercos. Gustosamente desinformados y echando las culpas al maestro armero. Disputando entre nosotros mientras las ratas nos devoran las pantorrillas.
11:33. Hace media hora la prima de riesgo estaba en 415. Ahora anda por los 417. Qué malos son los mercados, diremos mientras testamos.
PD1.- Hasta Froilán se ha pegado un tiro en el pie con una escopeta de mayor. Qué más te puedo decir, corazón.
PD2.- Pero país con cachaza y manta toledana. Hace un par de semanas sonó mi teléfono en el despacho de la uni. Que mira, que soy Fulanita y estoy organizando una comida de profesores universitarios de León en homenaje a Zapatero y alguien me ha dado tu nombre porque creo que tenéis mucho trato. Estuve amable, iba de buena fe la señora. El que le pasó mis señas, no. Le expliqué que no lo he tratado personalmente nunca y que había unos de la parte de donde el río que jugaban con él de pequeño y que le podía indicar sus teléfonos. Me lo agradeció con nobleza.
Y mis amigos me llaman apocalíptico...
ResponderEliminarSaludos
13:00
ResponderEliminarPrima de riesgo en 420
Tic-tac, tic-tac, tic-tac...
Piiiiiiiiiii
Menuda movida, ya tengo localizado mi pasaporte, ahora solo me faltan algunos euros para salir donde se tercie, de dónde sacarlos??? acepto urgentemente proposiciones indecentes...
ResponderEliminarModifique un deBoran hacia el final del artículo y borre este comentario.
ResponderEliminarGracias, anónimo. No borro el comentario, para que quede constancia del agradecimiento.
ResponderEliminarDónde tendré hoy la cabeza.
Bueno señores. Saco de mi cartilla los los 6 mil 564 euros que tengo ahorrados desde hace años pido un prestamo hasta donde me den empeñando un par de tierriñas que me dejó el abuelo y me voy a Quito, Ecuador. Allí no me pillará desprevenido nada y estaré de vuelta y vuelta, de vuelta de nada como dije "jarabe de palo".
ResponderEliminar"aláaaa con Dios"
Rajoy ya ha decidido largarse por patas, mutis por el foro, así que tomen nota.
ResponderEliminarAun así, que conste ahora como en su momento constó lo de "escupa a un pedagogo": "España no es Grecia".
No andaba usted desencaminado del todo, profesor:
ResponderEliminarhttp://www.publico.es/espana/429078/la-resitencia-pasiva-sera-considerada-atentado-contra-la-autoridad
Tal vez un penalista pueda desentrañarnos los intríngulis de estas propuestas, aunque yo creo que con mero sentido común se hace patente que no hay por donde cogerlas. Flagrante inconsitucionalidad...
HACER UN HOMENAJE A QUIÉN???lA GENTE DE LEON ESTÁ TONTAAAAA???
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