Tengo que desaparecer, evaporarme, no dar señales de vida, sumirme en el silencio y el anonimato. No, no es que me persigan varios servicios secretos por aquellas revelaciones sobre Mariano. Lo que sucede es que he de terminar ya, sí o sí, un texto de una ponencia y el plazo me vence el sábado (que será el domingo, ejem). Pasa hasta en las mejores familias.
Retomo el blog y la vida en general el próximo lunes. Ojalá llueva estos días y nieve y de todo.
El congreso en cuestión, aquí.
Qué buena pinta!
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