Ayer tuve la oportunidad de departir con un colega colombiano. Me habló largamente sobre los trabajos en pro de la paz de una organización en la que él se integra muy activamente y que tiene precisamente ese cometido, contribuir a buscar soluciones para la pacificación de Colombia, mediar en tan sangriento conflicto, participar con ideas y propuestas en las negociaciones de paz o en la creación de un escenario adecuado para las mismas.
Le pregunté quién financiaba tales actividades de tan humanitaria organización y me explicó que provenía todo de cierto Estado europeo que hace un tiempo había otorgado una generosa financiación por cinco años para tal iniciativa y dichas acciones de esa organización.
Perfecto.
Bonito.
Loable.
Nos tomamos una copa. La conversación se hace aún más fluida, especialmente por su parte. Me cuenta que él como profesor de una universidad pública prestigiosa cobre unos mil quinientos euros mensuales. Para el nivel salarial de Colombia no está mal, pienso.
Y añade literalmente esto: pero ese dinero no es nada, pues yo lo triplico con lo que recibo mensualmente de la organización. De la organización pacifista y pacificadora en la que desempeña su meritoria labor.
Triplica, o sea: pongamos, a la baja, tres mil euros mensuales a cuenta de andar buscando la paz en aquel pobre y desangrado país. No es moco de pavo ese sueldo en Colombia.
El día que se acabe la guerra colombiana no sé de qué van a vivir muchos de mis amigos más comprometidos con las buenas ideas y las loables intenciones. Esos reformistas sociales tan aliados con un pueblo que demanda justicia y mejor distribución de la riqueza.
Manga güevos.
Le pregunté quién financiaba tales actividades de tan humanitaria organización y me explicó que provenía todo de cierto Estado europeo que hace un tiempo había otorgado una generosa financiación por cinco años para tal iniciativa y dichas acciones de esa organización.
Perfecto.
Bonito.
Loable.
Nos tomamos una copa. La conversación se hace aún más fluida, especialmente por su parte. Me cuenta que él como profesor de una universidad pública prestigiosa cobre unos mil quinientos euros mensuales. Para el nivel salarial de Colombia no está mal, pienso.
Y añade literalmente esto: pero ese dinero no es nada, pues yo lo triplico con lo que recibo mensualmente de la organización. De la organización pacifista y pacificadora en la que desempeña su meritoria labor.
Triplica, o sea: pongamos, a la baja, tres mil euros mensuales a cuenta de andar buscando la paz en aquel pobre y desangrado país. No es moco de pavo ese sueldo en Colombia.
El día que se acabe la guerra colombiana no sé de qué van a vivir muchos de mis amigos más comprometidos con las buenas ideas y las loables intenciones. Esos reformistas sociales tan aliados con un pueblo que demanda justicia y mejor distribución de la riqueza.
Manga güevos.
La humanitaria y pacífica de campazas organización ¿es de izquierdas?
ResponderEliminarVa a ser muy pronto. El gran acontecimiento que acabará con el horror. Lo que acabará con las penas. El próximo martes, cuando caiga el sol, tocaré la sonata claro de luna al revés. Esto invertirá los efectos del loco precipitarse del mundo en el sufrimiento, durante los últimos 200 millones de años. Qué noche mas adorable será. Que suspiro de alivio, cuando los petirrojos seniles lleguen a estar rojo brillante de nuevo, y los ruiseñores retirados, levanten sus colas polvorientas, y den testimonio de la majestad de la creación.
ResponderEliminarNo es cierto que el diablo hiciese la más gorda haciendo creer a los hombres que no existía. Después hizo otra peor: hacerles creer que, como la Administración Pública es despilfarradora y corrupta, los asuntos públicos deben ser ejecutados por mano privada (previamente untada de parné público).
ResponderEliminarCursos de formación a parados que llevan sindicatos y empresas. Custodia de documentos públicos (¡incluso historiales médicos!) por empresas privadas. Obra pública como el foco fundamental de corrupción (Transparency International dixit). Los cuarteles militares ¡vigilados por seguratas privados! (esta es de Mortadelo). En el colmo: las prisiones infantiles (sin eufemismos) en España pasan a ser masivamente PRIVADAS, en su titularidad o en su gestión (bueno: en Cataluña no). El ius puniendo sobre menores en España lo ejercen particulares... ¿sin ánimo de lucro? Supuestas ONGs que (¡oh, sorpresa!) comparten sede social con una ETT (de donde provienen los "educadores" que trabajan en el centro) y una empresa de seguridad (de donde provienen sus seguratas).
El diablo hizo creer que el fraude de caudales públicos se da sólo la Administración, pero que en cuanto sales del edificio público, la gente respeta el erario público. Así, el mal no reside ya en el corazón del hombre: ¡reside en Nuevos Ministerios!. De modo que démosle los presupuestos públicos a sujetos privados para que persigan los fines públicos.
Desde aquí, al diablo sólo le hacía falta inventarse los dos formatos. Para los conservadores, bic naranja ("subsidiariedad de la acción estatal"); para los progres, bic cristal (apoyo estatal a las ONGs).
¡Adelante! Privatización de la acción estatal en todas las ramas. Objetivo de la iniciativa privada patria: vivir de la ubre estatal, autonómica, local o lo que sea (y de sus funcionarios, más freudianamente: DOS ubres estatales mejor que una). Los riesgos del mercado, para los trabajadores. Y a los objetivos que legitimaban la inversión estatal que les den.
A Antetodomuchacalma: le estoy aplaudiendo hasta con la orejas. Muy bueno su comentario. Plas, Plas, Plas.
ResponderEliminarSalud
Algunas cosillas breves:
ResponderEliminarA Anónimo: ellos dicen que sí, que son de izquierdas. Y comunitaristas. Subrayo el "ellos" y el "dicen".
A Iurisprudent: cáspitas, repámpanos y redios: el martes pondré todas las radios y estaré atento a sus sonidos invertidos. Habrá que oir cómo suena su anul ed oralc.
A AnteTodoMuchaCalma: enhorabuena.
A Venator (fiel seguidor y escudero): ¿por qué no hace usted una demostración de lo de las orejas el martes siguiente?
Salud y amistad a todos.
Estimado Anónimo,
ResponderEliminar¿"Son" de izquierdas? ¿"Se dicen" de izquierdas? ¿"Se venden" como de izquierdas? Sin necesidad de ponernos wittgensteianos, creo que el contenido esencial lo era el de Juan Antonio; hay muchos aprovechados que campan gracias a la guerra. Los vendedores de armas, los primeros.
Tu observación, a mi modo de ver, se aparta de este contenido esencial, y no le añade nada.
El silogismo implícito que planteas es falso, como se puede rebatir con un contraejemplo explícito: afirmo que ser de derechas es digno, aunque exista Eduardo Zaplana.
La dignidad es una característica individual, Anónimo; se adquiere o se pierde en primera persona, y ni ella ni su ausencia se transmiten a terceros tan banalmente como pareces dar a entender.
Atentamente,
Un amigo , hay aprovechados que campan y tal con la guerra, que lo hagan los vendedores de armas es lógico y legítimo yo nunca criticaré a ZP por vender aviones y barcos a quién se los compre , pero que vivan de la guerra los impolutos de izquierda , los que nunca se alzan contra la legalidad, los que reforman la sociedad, limpios y mansos de corazón y ojete ni por asomo deben lucrarse a cuento de las guerras, digo yo.
ResponderEliminarParece que ha escocido mi afirmación de que la izquierda no existe, parece que jode dejar de viajar vacacionalmente y dejar de ser propietario y tener que repartir la nómina con los más pobres. Lo que realmente jode es comprobar al buenviviente que quedan humanos racionales no domesticados ni lacayuelos del poder que tratamos de llamar a las cosas por su nombre.
Habilmente marea la perdiz con un pretendido contraejemplo , dígame según Vd ¿cuál es el silogismo implícito?