Andan esta temporada los periódicos excitados con el nuevo modelo de Universidad que nos han endilgado con aquellos malhadados acuerdos de Bolonia. Vamos a pasar mucha risa. Aunque servidor echa sus cuentas y calcula que en los veintitantos años de docencia académica que le quedan a lo mejor consigue escaquearse por completo. No perdamos de vista que entre comisiones, comités, controles de calidad, reuniones informativas y libros blancos, verdes, amarillos y fucsia sobre la reforma, pasarán unos lustros antes de que alguien consiga entender qué cachondeo es ése que se nos impone en aras de la calidad y el buen rollito.
De todos modos, de aquí a menos de diez años serán habituales diálogos como el que recoge la siguiente escena. No se lo tomen a broma, háganme caso, recorten y guarden esta pieza y dentro de unos años hablamos, a ver si clavé la situación o si me quedé corto.
La escena transcurre en el despacho del profesor (P). El profesor está dormitando, echado hacia atrás en su sillón, con las manos tras la nuca y los pies apoyados en la mesa. Se abre súbitamente la puerta y entra un estudiante (E) en chándal, que avanza y se sienta enfrente del profesor sin decir nada. El profesor, sobresaltado, ha recuperado la postura ortodoxa ante su mesa.
P.- Estaría bien llamar antes de entrar.
E.- ¿Por?
P.- Déjalo, no importa.
E.- Vengo a hacerte unas consultas sobre el trabajo de la semana próxima
P.- Tú dirás.
E.- No sé dónde mirar.
P.- ¿Qué es lo que tienes que mirar?
E.- Nos dijiste que buscáramos noticias en las que apareciera la palabra “Europa” y que hiciéramos un collage con fotos de gentes de distintos países.
P.- Ah, para el tema de los tratados internacionales. Muy bien, muy bien. ¿Y qué has encontrado?
E.- Es que no sé dónde mirar.
P.- Hombre, en los periódicos.
E.- Ya, tío, pero dónde pillo yo periódicos.
P.- No importa, mira en la tele y anota en qué programa mencionan la palabra. Apuntas el día, la hora y el programa.
E.- ¿Y las fotos del personal?
P.- No sé, graba trozos de películas en las que aparezcan actores blancos, negros y orientales.
E.- ¿Cuáles son los orientales?
P.- Los que tienen los ojos rasgados.
E.- ¿Y tengo que andar mirando los ojos de los actores?
P.- Bueno, con que traigas unas escenas de blancos y negros valen.
E.- Tengo fotos de la cabalgata, de cuando fui con mi hermana y los sobris este año.
P.- ¿Y?
De todos modos, de aquí a menos de diez años serán habituales diálogos como el que recoge la siguiente escena. No se lo tomen a broma, háganme caso, recorten y guarden esta pieza y dentro de unos años hablamos, a ver si clavé la situación o si me quedé corto.
La escena transcurre en el despacho del profesor (P). El profesor está dormitando, echado hacia atrás en su sillón, con las manos tras la nuca y los pies apoyados en la mesa. Se abre súbitamente la puerta y entra un estudiante (E) en chándal, que avanza y se sienta enfrente del profesor sin decir nada. El profesor, sobresaltado, ha recuperado la postura ortodoxa ante su mesa.
P.- Estaría bien llamar antes de entrar.
E.- ¿Por?
P.- Déjalo, no importa.
E.- Vengo a hacerte unas consultas sobre el trabajo de la semana próxima
P.- Tú dirás.
E.- No sé dónde mirar.
P.- ¿Qué es lo que tienes que mirar?
E.- Nos dijiste que buscáramos noticias en las que apareciera la palabra “Europa” y que hiciéramos un collage con fotos de gentes de distintos países.
P.- Ah, para el tema de los tratados internacionales. Muy bien, muy bien. ¿Y qué has encontrado?
E.- Es que no sé dónde mirar.
P.- Hombre, en los periódicos.
E.- Ya, tío, pero dónde pillo yo periódicos.
P.- No importa, mira en la tele y anota en qué programa mencionan la palabra. Apuntas el día, la hora y el programa.
E.- ¿Y las fotos del personal?
P.- No sé, graba trozos de películas en las que aparezcan actores blancos, negros y orientales.
E.- ¿Cuáles son los orientales?
P.- Los que tienen los ojos rasgados.
E.- ¿Y tengo que andar mirando los ojos de los actores?
P.- Bueno, con que traigas unas escenas de blancos y negros valen.
E.- Tengo fotos de la cabalgata, de cuando fui con mi hermana y los sobris este año.
P.- ¿Y?
E.- Pues que flipas, sale un rey que es negro, este... ¿cómo se llama?
P.- Mmmmm, bueno da igual, pues también me vale. Sólo es para que entendáis que hay distintos países y que el derecho internacional regula las relaciones entre países.
E.- ¿Se relacionan los países? Qué pasada.
P.- No seas impaciente, hombre, ya lo veremos a su tiempo y verás cómo lo entiendes. He pedido al decanato que consiga un mapa mundi para llevároslo a clase. Ya lo aprobó la comisión de compras facultativas y me han dicho que en un mes está aquí el mapa mundi.
E.- ¿Qué es un mapa mundi?
P.- Una bola con todos los países y los mares y todo.
E.- ¿Y para qué vale?
P.- Para ver todos los países y mares y todo.
E.- ¿Y lo vamos a ver?
P.- Claro, tengo pensado que dediquemos un par de horas a localizar estados.
E.- ¿Qué son estados?
P.- Son como países, para el caso.
E.- Ah. Pues me está gustando bastante tu asignatura.
P.- Gracias. Procuro hacerla bastante interactiva.
E.- ¿Es fácil sacar nota?
P.- Bueno, no tan fácil.
E.- ¿Qué hay que hacer?
P.- Tenéis que ser perfectamente capaces de saber en qué continente está cada país. Os haré un test. Y luego una práctica en la que tenéis que inventaros una norma.
E.- ¿Una norma? Qué fuerte.
P.- Sólo tenéis que ejercitaros un poco, pero para eso tengo previstas varias semanas del mes que viene. Os pediré que me busquéis ejemplos de normas.
E.- ¿Por ejemplo?
P.- Hombre, pues por ejemplo, prohibido saltar a la pata coja.
E.- ¿Eso es una norma?
P.- Sí, ¿te das cuenta?
E.- ¿Y dónde lo prohíben?
P.- Es sólo un ejemplo.
E.- ¿Y nosotros qué tendremos que hacer?
P.- Buscar otros ejemplos
E.- ¿De qué?
P.- De normas como ésa.
E.- Ah, por ejemplo ¿prohibido correr a la pata coja?
P.- Genial, muy bien, ¿ves qué bien lo has cogido?
E.- Lo dicho, me encanta esta asignatura.
P.- Gracias. No creas que es fácil dar con la didáctica adecuada.
E.- ¿Didáctica?... bueno, no te entretengo más. ¿Cuándo toca pasarse por clase otra vez?
P.- Dentro de diez días, el veintidós. No olvides lo de las fotos y tal.
E.- Sí, menudo curro. Usted exige demasiado, ¿no se lo han dicho?
P.- No me importa tener fama de ogro. Yo sólo quiero que tengáis los conceptos claros, me preocupa vuestra formación. El día de mañana me lo agradeceréis.
E.- A mí me gustan sus clases, cuando nos ponemos en corro y hacemos lo de pasa palabra. Mola.
P.- Oye, antes de que te vayas tienes que firmarme aquí.
E.- ¿Pa qué?
P.- No, es el diagrama vectorial de tutorías cuneiformes.
E.- Ah.
P.- Por lo del cómputo de vuestro trabajo personal.
E.- Ah
P.- El crédito europeo, ya sabes.
E.- Ah.
P.- Porque como tu trabajo lo tutelo yo y tienes que meterle muchas horas, me cuentan esas horas para mi carga docente partida por la raíz cuadrada de pi.
E.- Pi. Ah.
P.- Tú firma ahí, donde te he puesto cuarenta y cinco horas.
E.- ¿Qué horas?
P.- Lo que te llevará lo de buscar las noticias y tal.
E.- Ah, es verdad;o más, tío.
P.- Tranquilo, lo del collage va aparte, para eso vamos a poner aquí... ochenta horas, ¿está bien?
E.- Sí.
P.- Si pusiéramos ciento cincuenta tendrías notable.
E.- ¿Ciento cincuenta qué?
P.- Horas para lo del collage.
E.- Ah. Pues ponlas, tronco.
P.- ¿No te importa?
E.- No. Dices que es notable ¿verdad?
P.- Sí.
E.- Ah, bien.
P.- Me haces un favor.
E.- ¿Por?
P.- Es que con ocho mil horas de trabajo tutelado tengo derecho a un sabático y al complemento tutelar.
E.- ¿Qué telar?
P.- Déjalo, tu firma ahí.
E.- Ah, ya está.
P.- Bueno, ¿algo más?
E.- No, me voy.
El estudiante sale sin decir más palabra. El profesor sonríe. Se recuesta y vuelve a poner los pies sobre la mesa. No está cómodo. Hace una pequeña pila con dos libros que toma de la estantería que tiene detrás y coloca los pies encima. Se despereza y se queda dormido con gesto plácido.
P.- Mmmmm, bueno da igual, pues también me vale. Sólo es para que entendáis que hay distintos países y que el derecho internacional regula las relaciones entre países.
E.- ¿Se relacionan los países? Qué pasada.
P.- No seas impaciente, hombre, ya lo veremos a su tiempo y verás cómo lo entiendes. He pedido al decanato que consiga un mapa mundi para llevároslo a clase. Ya lo aprobó la comisión de compras facultativas y me han dicho que en un mes está aquí el mapa mundi.
E.- ¿Qué es un mapa mundi?
P.- Una bola con todos los países y los mares y todo.
E.- ¿Y para qué vale?
P.- Para ver todos los países y mares y todo.
E.- ¿Y lo vamos a ver?
P.- Claro, tengo pensado que dediquemos un par de horas a localizar estados.
E.- ¿Qué son estados?
P.- Son como países, para el caso.
E.- Ah. Pues me está gustando bastante tu asignatura.
P.- Gracias. Procuro hacerla bastante interactiva.
E.- ¿Es fácil sacar nota?
P.- Bueno, no tan fácil.
E.- ¿Qué hay que hacer?
P.- Tenéis que ser perfectamente capaces de saber en qué continente está cada país. Os haré un test. Y luego una práctica en la que tenéis que inventaros una norma.
E.- ¿Una norma? Qué fuerte.
P.- Sólo tenéis que ejercitaros un poco, pero para eso tengo previstas varias semanas del mes que viene. Os pediré que me busquéis ejemplos de normas.
E.- ¿Por ejemplo?
P.- Hombre, pues por ejemplo, prohibido saltar a la pata coja.
E.- ¿Eso es una norma?
P.- Sí, ¿te das cuenta?
E.- ¿Y dónde lo prohíben?
P.- Es sólo un ejemplo.
E.- ¿Y nosotros qué tendremos que hacer?
P.- Buscar otros ejemplos
E.- ¿De qué?
P.- De normas como ésa.
E.- Ah, por ejemplo ¿prohibido correr a la pata coja?
P.- Genial, muy bien, ¿ves qué bien lo has cogido?
E.- Lo dicho, me encanta esta asignatura.
P.- Gracias. No creas que es fácil dar con la didáctica adecuada.
E.- ¿Didáctica?... bueno, no te entretengo más. ¿Cuándo toca pasarse por clase otra vez?
P.- Dentro de diez días, el veintidós. No olvides lo de las fotos y tal.
E.- Sí, menudo curro. Usted exige demasiado, ¿no se lo han dicho?
P.- No me importa tener fama de ogro. Yo sólo quiero que tengáis los conceptos claros, me preocupa vuestra formación. El día de mañana me lo agradeceréis.
E.- A mí me gustan sus clases, cuando nos ponemos en corro y hacemos lo de pasa palabra. Mola.
P.- Oye, antes de que te vayas tienes que firmarme aquí.
E.- ¿Pa qué?
P.- No, es el diagrama vectorial de tutorías cuneiformes.
E.- Ah.
P.- Por lo del cómputo de vuestro trabajo personal.
E.- Ah
P.- El crédito europeo, ya sabes.
E.- Ah.
P.- Porque como tu trabajo lo tutelo yo y tienes que meterle muchas horas, me cuentan esas horas para mi carga docente partida por la raíz cuadrada de pi.
E.- Pi. Ah.
P.- Tú firma ahí, donde te he puesto cuarenta y cinco horas.
E.- ¿Qué horas?
P.- Lo que te llevará lo de buscar las noticias y tal.
E.- Ah, es verdad;o más, tío.
P.- Tranquilo, lo del collage va aparte, para eso vamos a poner aquí... ochenta horas, ¿está bien?
E.- Sí.
P.- Si pusiéramos ciento cincuenta tendrías notable.
E.- ¿Ciento cincuenta qué?
P.- Horas para lo del collage.
E.- Ah. Pues ponlas, tronco.
P.- ¿No te importa?
E.- No. Dices que es notable ¿verdad?
P.- Sí.
E.- Ah, bien.
P.- Me haces un favor.
E.- ¿Por?
P.- Es que con ocho mil horas de trabajo tutelado tengo derecho a un sabático y al complemento tutelar.
E.- ¿Qué telar?
P.- Déjalo, tu firma ahí.
E.- Ah, ya está.
P.- Bueno, ¿algo más?
E.- No, me voy.
El estudiante sale sin decir más palabra. El profesor sonríe. Se recuesta y vuelve a poner los pies sobre la mesa. No está cómodo. Hace una pequeña pila con dos libros que toma de la estantería que tiene detrás y coloca los pies encima. Se despereza y se queda dormido con gesto plácido.
No pasa nada, mejor, asi en el pais de los ciegos los tuertos seremos los reyes.
ResponderEliminarcomo va de burocracia, ahi va una sopa de letras, 46 palabras partidos póliticos."Madre mía¡¡¡ quedé asi despues de comer"
Desde luego será muy interesante recordar este dialogo dentro de 10 años, sinceramente creo que se quedará corto.
ResponderEliminarMuy didáctico y divertido el post, desgraciadamente muy ajustado también a al realidad.
Saludos cordiales.
No estoy tan bien informado como usted profesor, respecto al Acuerdo de Bolonia. Pero en esta, como en tantas otras cosas, no hay que ser tan negativo respecto a las innovaciones. No hay que adelantar acontecimientos. Jamás, he compartido el refrán,: "prefiero lo malo conocido que lo bueno por conocer".
ResponderEliminarEl diálogo que ha inventado (muy ingenioso y divertido), no creo que sea futurista, seguro que ya habrá tenido alguno parecido...
Así que, ya estamos jodidos...
La cuestión es: ¿aún podrá empeorarse esta situación?
Hola a todos
ResponderEliminarSoy un estudiante próximo a terminar Derecho, sin pena ni gloria. Al hilo de este tema, como universitario practicante -que remedio- pero poco creyente en la Universidad que tenemos, me gustaría hacer algunos comentarios, principalmente sobre la Universidad que yo he visto.
En mi opinión, lo de los planes generales, innovaciones y demás, puede ser interesante siempre que lo apliquen personas competentes y que pongan ganas en extraer lo mejor de cada método.
Lo que me hace una gracia tremenda es que cuando se quiere mejorar algo, todo el mundo se ponga a preparar dossiers, congresos con catering, comités y libros de colores. Es como aquella escena de "La vida de Brian" en la los rebeldes judíos reunidos decían, muy convencidos: "y ahora, pasemos a la acción"...
Hay gente a la que, o bien se le va la fuerza por la boca y se la gasta toda en los congresos, libros y programas, o bien no tiene realmente la menor intención de que nada realmente importante cambie en la Universidad. Es decir, que las cosas cambien para que puedan seguir igual. Creo que esta segunda opción se aproxima muchas veces más a la realidad.
A mi juicio, la clave de la calidad en le enseñanza universitaria consiste en que el profesor se tome con interés su asignatura y sus clases, lo que implica salir a sudar la camiseta y tratar de explicar lo mejor posible los temas, para que se entiendan y para que los alumnos veamos que tiene algún sentido aprenderse eso que nos están contando porque realmente sirve para algo. No es que tenga que hacerlo como si fuera un vendedor de la Renault, por ejemplo, pero por ahí va la cosa.
Hay asuntos que creo interesantes:
1) Los "apuntes"
No entiendo qué sentido tiene que un profesor se dedique todo el curso, por ejemplo, a dictar "apuntes" en tono- máquina, ahora que estamos en la sociedad de la información y no cuesta tanto preparar y fotocopiar textos que sirvan de base para las explicaciones, si el profesor no considera adecuado -lo cual es muchas veces lógico- utilizar un libro. Además, no es cierto que muchas clases se den por apuntes. Se dan al dictado, que es diferente. Tomar apuntes significa que el alumno anota cosas al hilo de la explicación del profesor, que debería desarrollarse a partir de algún tipo de material-base. Los apuntes no se dictan, se apuntan. En cambio, cuando se dicta, se llama dictado.
Por supuesto, el material que se obtiene copiando puede ser bueno, regular o malo.
Mis críticas a las clases al dictado son:
- pasar la clase entera copiando es francamente aburrido, aparte de perfectamente evitable con un poco de trabajo por parte del profesor.
- copiar resta tiempo de clase para explicar, lo que puede llevarnos -no siempre pero frecuentemente- al problema de la desvinculación de las clases del mundo práctico.
- copiar, sobre todo deprisa, hace que no se piense como se debe lo que se escribe y que se pongan tonterías y errores. Incluso los mejores de la clase, como todo el que ha gorroneado apuntes sabe, ponen alguna vez -pocas, para eso son los mejores- alguna tontería o error.
- y matizo que ya se que a veces es necesario dictar cosas puntuales, y no es eso lo que critico.
Con el nuevo método que comenta Garciamado, la forma de dar clase puede que cambie a mejor si el profesor es bueno y a mucho peor si el profesor es malo o no se esfuerza como debe. Según lo cuenta el artículo de "La nueva España", da la impresión de que el profesor tiene un apetitoso subterfugio para no hacer absolutamente nada, que muchos no dudarán en aprovechar. Espero que al menos en las clases magistrales que queden, los profesores no se dediquen a dictar e inviertan el tiempo en explicar. Lo que me cuentan de las Universidades donde se aplica algo parecido, es que se siguen dictando exactamente igual.
2) La desvinculación del mundo práctico
A veces uno tiene la sensación de que las cosas que dicen los apuntes, perdon, dictados, y los profesores, y sobre todo tal como se dicen, deben ser ideas de esas del mundo de las ideas allí localizadas, y los profesores, muy platónicos ellos, quieren hacernos conocer únicamente la idea sin prestar mayor atención al engañoso mundo sensible. Lo malo es que a veces los apuntes que dictan son peores que las estatuas esas de la caverna y pasarse la vida copiándolos, aburrido de cojones. Cualquiera diría, yendo a ciertas clases, que el Derecho es eminentemente práctico.
Desde luego que hay que insitir y explicar los conceptos de un modo coherente, pero... ¿cuesta tanto poner un ejemplo, contar un caso real o verosimil?
¿Remediará ésto el nuevo modelo? Veremos. Si los profes lo usan para hacer el vago a conciencia, lógicamente no.
Naturalmente, es mi opinión sobre como se debería dar clase y sobre cómo no se debería. Es posible que esté equivocado y, por supuesto, que haya otras formas. De todas maneras, hay veces que he tenido la sensación de que algún profesor o profesora, dictando apuntes, se aburría parecido a mi, que mira que estaba aburrido.
También he tenido buenos profesores que, con sus explicaciones, me han despertado interés por su asignatura, y otros que no explicaban nada bien, que de todo hay.
3) Los profesores que tienen mucho trabajo y muchos problemas
Que mas de una vez y de dos, son precisamente aquellos cuyo trabajo obtiene resultados menos tangibles.
No es mi problema, sino el suyo, que:
-algunos profesores den muchas clases en muchos sitios y no puedan dedicar tiempo a preparar las clases como es debido.
Por curiosidad, ¿exactamente en cuantas está la media de los profesores de la facultad de derecho?
- algunos profesores tengan otro curro. Ya quisieran muchos tener dos, y ya se ocupan sus jefes, si los tienen, de que los hagan bien.
- algunos profesores vayan a muchos congresos. Es algo lógico que vayan, a ver si aprenden algo en ellos, pero eso no justifica que al final de curso les entren las prisas y haya que ir a pijo sacado. Que se organicen mejor para aprovechar el tiempo que están aquí. Existe una variante de este problema, con la misma solución: los profesores que tienen muchos asuntos personales.
- haya profesores cuyos problemas personales -incluyendo la enajenación transitoria- repercuten en las notas. Sin comentarios.
- haya profesores que no tengan tiempo de actualizar el programa de la asignatura como es debido. Hasta hace poco había en la Facultad un ejemplo que todos conocemos.
A veces se olvida de que los profesores universitarios son profesionales altisimamente cualificados, que cobran por su trabajo. parece que encima tuviéramos que estarles agradecidos por lo que hacen sin tener ningún derecho a exigirles su trabajo.
¿Cambiará ésto con el nuevo modelo? Espero que lo hayan previsto.
4) Los exámenes
Para mi gusto, mientras no cambie la materia o el profesor, los exámenes deberían ser siempre igual de fáciles o difíciles, y debvería correegirse siempre con el mismo nivel de exigencia.
Lo lógico sería una cosa intermedia, pues en el medio está la virtud, de modo que el que domine lo básico saque un 5 y el sepa más, pues más. Sería la forma de que las benditas notas significasen algo. ¿Que sentido tiene que sabiendo lo mismo saque un 4 en junio, pueda sacar un 6,5 en septiembre -o a veces un 7-, o un 5 en febrero, o viceversa?. Creanme, pasa. Hay convocatorias a matar y -menos-para desembalsar alumnos. Todos dirán que no, pero pasa.
Otro tema distinto es que con una persona que está en cuarta o quinta convocatoria se levante un poco la mano si en las anteriores ha estado siempre o casi cerca del aprobado. Esto me parece lógico.
Creo que, sobre todo cuando existe un único examen anual, el alumno debería tener tiempo de sobra para demostrar lo que sabe. No hay por qué hacer las cosas a pijo sacao.
¿Cómo influirá sobre ésto el nuevo modelo? Espero que siga estando claro qué se pide, que se traduzca en una mentalidad más abierta por parte de los profesores hacia las opiniones serias diferentes de las suyas y que no se utilice como la estrategia perfecta, bien para aprobar a todo el mundo a lo bobo, bien para realizar escabechinas a discrección.
5) Los estudiantes
En mi opinión, el que los profesores no sean buenos, no es razón para no tratar de aprovechar estos años. Recuerdo que Garciamado, en primero, una vez nos dijo algo así como que mientras algunos se buscaban padrinos y apaños, los que no los teníamos, mejor era que nos dedicásemos a formarnos lo más posible. Esto mismo puede aplicarse a los malos profesores. El dia que busquemos trabajo, no vamos a poder quejarnos ante el entrevistador de lo malos que eran.
A lo largo de la carrera, he tenido una actitud en general poco constructiva. Me he pirado muchas clases buenas, bastantes regulares y algunas buenas, lo cual es responsabilidad solamente mía. Si me hubiese preocupado de aprender más, eso que tendría ahora ganado.
Sin embargo, creo que una mayor calidad en la docencia contribuiría a estimular el interés por parte de los estudiantes.
¿Nos estimulará más el nuevo modelo? ¿Nos obligará a prepararnos mas de manera mas eficiente -es decir, sin multiplicar absurdamente el esfuerzo? Pues supongo que según plantee la asignatura el profesor. A igualdad de profesor, me imagino que seguirá habiendo los diversos tipos de alumnos que haya ahora. A mis compañeros que siguen un sistema parecido a éste, les veo bastante más ocupados y parecido de interesados. No se, veremos...
Creo que los malos profesores no tienen la culpa -aunque a veces sean una de las más importantes causas- de la incompetencia de algunos futuros licenciados.
Lo que tienen los malos profesores es la culpa de su propia incompetencia, que no es poco.
La calidad de la docencia en la Universidad empezará a mejorar principalmente cuando mejoren la calidad y el esfuerzo profesores univesitarios.
Sl2
Comencé a leer esto con coña, seguí crujiendo los dientes y desde hace un rato que sólo puedo mirar fijamente la pantalla mientras sollozo mansamente.
ResponderEliminarGaudeamus, hijitu.
Pues no se, yo prefiero que me digan estos son los principios del sistema. Estos son los principios que inspiraran esta rama en concreto.
ResponderEliminarY que despues me digan pero mira es una "puta mierda" esto es lo que ocurre en la realidad.
Lo demmás lo empollais, va a cambiar.
Prefiero que me digan este es el estatuto funcionarial. Problemas que plantea, principios en los que se sustenta, lineas alternativas a la modificación, Modernización de la admistración pública, implicación de la isntitución universitaria en el sistema; etc etc
AH y mira si sabes eso estas aprobado.
A que me digan buueno no vamos a entretenernos en pequeñeces como la mayoría de los que estais aqui vais a apositar si o si vamos a dar las clases en esa direccion, copia copia copia.
Papagallo, papagallo, papagallo: sobresaliente: oye una pregunta, que piensas de....?
-pues de eso no tengo ni idea, eso no venia en el libro
-Pero coño si has cantado el tema ala perfeccion, como no vas a saber de que te hablo, joder no venia en el libro. (no se sientes un poco de impotencia, un sobresaliente y que no te saque de dudas, en fin.
Pero está bien igualmente: el fututo es de los que se adaptan.
Intento sobreponerme, me seco las lágrimas de mi cara y el charco del suelo y me digo: SÍ HAY COSAS QUE ME GUSTAN DE LA UNIVERSIDAD. En concreto, el himno.
ResponderEliminarMe gusta que la universidad tenga como himno internacional una auténtica canción de borrachos: el Gaudeamus. Alegrémonos ahora, que luego vendrá la vejez y luego ñaca: al hoyo. Y en un latín más sencillo, aunque no lo canten los rectores: "Vivant omnes virgines, faciles, formosae. Vivant et mulieres, tenerae, amabiles, bonae, laboriosae". Lo de laboriosae está para despistar.
Lo mejor del Gaudeamus: "Pereant osores". Da para un escudo.
Trasimeno , te has tomado tu tiempo analizando la situación, te daré mi opinión ya que sigo siendo alumno aunque en estos momentos de la Escuela de Práctica Jurídica I año.
ResponderEliminarEn primer lugar, no pasa nada por haber pasado por la facultad sin pena ni gloria ya sabes que en estos momentos tenemos ministros que sólo han pasado por el bachiller con más pena que gloria y hay un presidente indígena que se vanagloria de no haber estudiado y de rumiar coca.
De acuerdo contigo en que una de las claves está en que el profesor tome interés, pero date cuenta que un profesor cuanto más veterano sea más desengaños se habrá llevado de alumnos anteriores y al profesor hay que darle marcha también preguntándole en clase o en el despacho y participando y acudiendo a las clases y si no está clara la explicación pues se le pregunta, en mi experiencia personal todos los profesores o bien al comienzo de la clase o al final o si la explicación era acerca de algún concepto demasiado abstracto según se oía la primera vez solían preguntar si estaba claro o si había alguna duda del día anterior o durante la clase había surgido alguna. Lo que pasa es que no hay que acojonarse, ni frustarse, te contaré una pequeña anécdota personal, estábamos en clase de Dº Civil II y en una clase práctica de obligaciones y yo defendía que una condición en un contrato era una condición suspensiva , el profesor Lobato me corrigió y me indicó que era resolutoria y yo que no porque tal y cual pascual y el profesor Lobato que yo no tenía razón porque tal y yo que no lo veía y me dice delante de toda la clase pues si no lo ves yo no tengo la culpa de que tengas gafas de madera (yo uso gafas), mira trasimeno, me dieron ganas en principio de contestar algo satírico y mordaz, pero mira por donde que según dijo la frasecita se dirigió al encerado cogió una tiza pintó el tiempo (una raya horizontal larga)y me lo explicó y al fin lo entendí y exclamé ¡Aula trágame!, al terminar la clase y mientras recogía los bártulos se me acercó el profesor Lobato y me da una palmada en el hombro y me dice : no pasa nada ya verás como no vuelves a confundir estas condiciones en tu vida. Te quiero significar que suelen entregarse (si no son burriprofes claro).
Los apuntes a mí no me van, a mí me van los manuales, excepción, los apuntes de P. Gutiérrez Santiago y los de Ballesteros eran buenísimos, no había nada que entender, ponerse a estudiar y fuera. Pero ante la duda, estudiar por un manual. El único manual jodido es el de Hacienda si no lo han cambiado, pero Jose Luis te lo hacía fácil, por lo menos a mí me resultó fácil asistiendo a clase todos los días por supuesto porque si no te haces la picha un lío con las curvas y la media y la mediana y la moda y las abscisas y las ordenadas y sus muertos todos.
Las prácticas : hacerse prácticas se hacen, análisis de casos y de conceptos, exposiciones en clase ¿o no?, incluso el libro de prácticas de Mercantil I de Mª Angustias es apasionante y completo. Garciamado ya os habrá hablado de la Tª de la argumentación jurídica y por tanto sabrás que según esta Tª ningún caso en Derecho es igual, hay que estar al caso concreto, pero hay que dominar la Tª, además las prácticas ¿según quién?. Disculpa trasimeno tengo que cortar el rollo, si tengo tiempo más tarde seguimos cambiando impresiones.
"La calidad de la docencia en la Universidad empezará a mejorar principalmente cuando mejoren la calidad y el esfuerzo profesores univesitarios."
ResponderEliminarHe leído con mucha atención el post de Garciamado y con más interés aún la respuesta de Trasimeno. En líneas generales estoy de acuerdo con él. Tiene razón en muchas cosas, si bien creo que se queda un tanto corto en su análisis.
Me gustaría completar la visión desde la otra perspectiva que está en juego: la del profesor universitario.
Al igual que en el discurso de Trasimeno, parto de mi propia experiencia como docente universitaria y juro y perjuro que todas las anécdotas aquí reflejadas son ciertas... (y tantas otras que quedan en el tintero).
No creo que la calidad de la Universidad dependa únicamente del profesorado. Quedarnos en una afirmación tan pobre supone robar de su protagonismo al propio alumno.
La calidad del docente es importante, pero ésta depende, y mucho, de los estudiantes. Su actitud es, en líneas generales, lamentable, cuando no francamente deplorable, y deja tanto que desear como la de esos profesores a los que nuestro contertulio se refiere en su post. Veamos,
1) Apuntes. No es cierto, al menos en mi caso, que dicte apuntes por no hacer el esfuerzo de dejarlo en fotocopiadora o de seguir un libro. He seguido un manual para la enseñanza de mi asignatura durante seis años.
He podido constatar como un 99% de los alumnos no sólo no abría el libro ni una sola vez durante el curso, sino que se pasaba por fotocopiadora a copiar los mismos apuntes. Lo sé por varios fallos y errores que se repetían sistemáticamente en todos los exámenes (como, por ejemplo, cambiar de nombre a alguna de las realidades básicas que deben conocer para dominar la asignatura y que tienen correctamente transcritas en el programa de la misma).
¿Excusa oficial de los alumnos a los que he preguntado en las revisiones por qué no leían el manual o el programa para comprobar la corrección de sus apuntes? "Vas demasiado rápido en clase para copiar, así que tenemos que fotocopiar los apuntes de todos los años que van actualizando algunos compañeros".
Aplicando su análisis a este caso concreto: si voy demasiado rápido soy mal docente porque les "condeno" a fotocopiar apuntes; si voy despacio para que puedan tomar nota soy mal docente porque dicto. Yo, en cambio, estoy convencida de que si sigo un manual durante todo el semestre, pido a biblioteca que haya suficientes ejemplares, lo llevo a clase, lo abro, cito la página en la que estoy, explico el contenido del manual y luego sólo cuatro hacen el esfuerzo de leerlo (datos confirmados por las estadísticas de los bibliotecarios que demuestran que cuatro manuales son más que suficientes para 200 porque nunca hay dos prestados a la vez)... no soy yo la mala docente sino malos estudiantes esos que poco a poco dejan de ir a clase para pasarse un semestre calentitos en la cafetería jugando al mus porque, total, se aprueba fotocopiando apuntes (ilusos) y la profe es un rollo porque "pregunta" en clase (siempre preguntas relacionadas con su opinión o reflexión personal, no preguntas para ver si han estudiado o no la lección, ya que sé perfectamente que no la han estudiado ni lo harán hasta dos semanas antes del examen sin necesidad de preguntarles nada).
Tras seis años de mortal y soberano aburrimiento viendo como copiaban mis alumnos todas y cada una de mis palabras (alguna vez me ha tentado decir alguna tontería tipo "abran por favor la ventana", para ver si seguían copiando) este año me he lanzado a la apasionante aventura de seguir un manual nuevo, cambiar completamente el programa (idéntico contenido, distinta distribución de temas) y preparar diversas actividades orientadas a que se lean los temas antes de llegar a clase y explicarlo.
¿Resultado? Una asistencia a clase de 70 alumnos a partir de la segunda quincena de octubre (casi 200 en actas, en años anteriores la asistencia estaba sobre los 110) y eso sí, un índice de aprobados espectacular en febrero debido a que el libro es nuevo y todavía no circulan esos "resúmenes" que alguno habrá hecho ya o hará el próximo curso (llenos de errores, seguro) y que será lo único que estudien mis alumnos a partir del próximo curso.
Ante eso, ¿cuál es la solución? ¿Que cada año cambie de manual y de programa y haga el esfuerzo de redactar material nuevo para que mis alumnos no se acomoden y caigan en el "nos piramos la clase, fotocopiamos los resúmenes y luego protestamos en la revisión por lo dura e injusta que es la profe"?
Por cierto, bibliografía hay, y en todos los programas, para preparar la asignatura sobradamente, se siga o no un manual concreto. Es evidente que muy pocos alumnos siguen el manual que se sigue en clase y más evidente todavía que ningún alumno, ni siquiera los de matrícula de honor, abren un libro que no sea estrictamente el que deben estudiar para el examen.
¿Es que el interés por la asignatura debe inculcárselo el profesor en toda su extensión y magnitud? ¿Es que los alumnos no han escogido una titulación porque les interesa convertir esos estudios en su medio de vida? ¿A qué viene que haya que amenazar siempre con la bendita nota o resultado final para obligar a un alumno a leer, a reflexionar, a hablar en clase (de algo relacionado con la asignatura, porque hablar en voz baja mientras el profesor está explicando, eso lo suelen dominar siempre 4 o 5 a la perfección)?
Por favor, un poco de seriedad que todos sabemos cómo tratan Ustedes en el pasillo a esos compañeros que siempre intervienen en clase cuando nadie más lo hace... basta con ver sus caras durante la clase y mientras ese compañero habla para saber lo que están todos pensando. Basta intentar abrir un debate para ver las caras de descrédito, de incomodidad, de "me meto debajo de la mesa con tal de que no me mire".
Así que menos lobos, que todos sabemos que abunda el perfil estudiantil infantiloide encantado de que la Facultad perpetúe el esquema docente propio de nuestra más tierna infrancia: 2+2=4, estudialo y repítelo hasta cansarte.
2)Vertiente práctica de la asignatura. También me ha movido a sorpresa su análisis al respecto. Es cierto que existe ese modelo de profesor a que Usted alude, que jamás hace referencias prácticas a sus materias (yo también fui estudiante y no hace tanto), pero también es cierto que en la encuesta realizada este mismo año académico en mi curso (primer día de clase, unos 150 alumnos de media de asistencia ese día) tan sólo uno confesó leer la prensa local los domingos. El resto leía diariamente el Marca o nada. Los fines de semana el Marca o nada. Conocen la actualidad radiofónica por las noticias que dan cada cierto tiempo en los 40 principales o cadena 100 y no ven más de dos veces a la semana el telediario. Estos resultados son reales y los extraigo de una encuesta realizada a alumnos de tercero de carrera.
Una inmensa mayoría llega a confesar, incluso, que no sabe siquiera qué instituciones son las elegidas por los ciudadanos con sus votos y que tan sólo votan en función del partido político sin saber para qué sirve su voto exactamente o a quién eligen. Con 21 años.
También, y como ejemplo absolutamente real, comentar que a la explicación de diversos casos reales en clase siguió la pregunta de rigor "¿Esto entra en el examen?" sin que la mayor parte de los alumnos hubiera oído hablar de ninguno de los casos planteados, algunos tan conocidos en pleno mes de diciembre de 2005 como la OPA de Gas Natural sobre Endesa.
¿Es que tengo que realizar diariamente un resumen de la prensa nacional y contársela en los diez primeros minutos de clase para poder ponerles ejemplos reales? No discuto que haya alumnos más o menos interesados y es cierto que a final de curso repetí la encuesta y los resultados fueron notablemente mejores (sobre los 70 alumnos que seguían asistiendo a final de curso, claro) pero si no les interesa a ellos lo que ocurre a su alrededor, me parece un tanto exagerado culpar al profesorado de la ausencia de conocimientos prácticos.
Todos hemos oído el tópico, por continuar su ejemplo jurídico, "es que los alumnos salen de Derecho sin saber redactar una demanda". ¿Es que se hubieran apuntado a una clase práctica si les hubieran dicho "esto no entra en el examen"? Claro que no. Y aún "entrando" habría quién se la piraría porque luego se la fotocopia al compañero y ya está.
El repertorio de Aranzadi, si no me equivoco, sigue en el mismo sitio de hace años (la biblioteca) y sigue habiendo un número increible de alumnos que no lo abren nunca. No me sirven excusas al respecto, durante la carrera se cita jurisprudencia y aprende a manejar el Aranzadi quien tiene interés en aprender, eso se lo aseguro yo.
3) Trabajo y vida personal de los profesores. Estoy de acuerdo con Usted en que muchos profesores no se toman su trabajo con la seriedad debida y eso, créame, quema bastante a los que dedicamos muchas horas a esta profesión. Ahora bien, también es cierto que muchos profesores son docentes en varios centros, investigadores y gestores administrativos en sus áreas, Departamentos, etc. Realidades que el alumnado suele ignorar y que le traen al pairo, motivo por el cual los propios estudiantes se saltan los horarios de tutorías y reaccionan fatal cuando uno les explica que no se les puede atender cómo, cuándo y dónde a ellos les dé la gana, por poner un ejemplo.
Yo dedico a este trabajo bastantes más horas de las que exige la normativa y no pido que me hagan una estatua pero sí un poco más de respeto por parte de cierto tipo de alumnado. Es verdad que hay profesores que pagan sus circunstancias personales con los alumnos pero también es cierto que hay alumnos que creen que respondemos al nombre de "eh tú", que entran en nuestros despachos sin tocar a la puerta, que interrumpen conversaciones de teléfono y se quedan impertérritos escuchando (y después repiten en el pasillo lo que han oído), que son groseros, maleducados y hasta violentos en las revisiones, que son pesados/as en clase e impiden el normal desarrollo de la misma perjudicando al resto de sus compañeros con sus cuchicheos, risas, etc., etc., etc.
Culpar exclusivamente al profesor de traspasar sus problemas personales al alumnado es un tanto injusto. También los alumnos nos traspasan a nosotros sus problemas cuando vienen (eso sí, una vez hecho el examen y con el pertinente 2 de media) a decirnos que están en quinta, que su madre sufre del corazón y se muere si suspende, que estuvo de Erasmus y no se enteró del cambio de programa, que se olvidó de pedir la convocatoria de febrero y tenemos que meterle en actas como sea, que guardemos para junio su nota si es aprobado y no se la guardemos si es suspenso (hasta ahí llega la cara dura en ocasiones), etc., Luego los problemas personales tienden a volar en ambas direcciones, me temo.
Son muchas las anécdotas que podría contarle para sustentar mi discurso, al igual que no dudo de la veracidad de todas las suyas. Es por eso que me permito completar su idea diciendo:
"La calidad de la docencia en la Universidad empezará a mejorar principalmente cuando mejoren la calidad y el esfuerzo tanto de estudiantes como de profesores univesitarios."
¿Cómo se consigue eso desde la perspectiva de la que yo hablo (la mejora de la actitud del estudiante)? Pues quizá con algo tan sumamente impopular como garantizar que a la Universidad lleguen tan sólo los más capacitados, preparados y/o motivados, exigiendo esfuerzo personal en el acceso, el mantenimiento y la culminación de los estudios, sin que se juzgue a una Universidad como mala o pésima por no dar una patada a su listón y aprobar a todo aquel que escriba el verbo haber sin h.
Por cierto, este año estrené una nueva costumbre (la he convertido ya en costumbre visto el buen resultado que he cosechado, y que no ha sido otro que avergonzar y motivar a una mayor autocorrección del alumnado que ahora pregunta abiertamente en clase cómo se escribe algo si tienen dudas). Ante las caras de autosuficiencia con que me pagaban hasta ahora mis alumnos al recomendarles el hábito de la lectura (de manuales, novelas o periódicos, pero que lean por Dios) para mejorar su ortografía, he decidido hacer una lista de palabras mal escritas en los exámenes y hacerla pública (sin identificación del autor, por supuesto).
Si tienen interés puedo añadirla en un post. Les aseguro que les dejará perplejos. Entre otras cosas porque dejó perplejos a los propios alumnos cuando la puse en la pizarra al comienzo de este segundo semestre.
Saludos.
Hola a todos
ResponderEliminarEn primer lugar, agradeceros vuestra lectura de mi kilometrico desahogo de por la mañana.
Precisiones:
En general:
-solamente expreso mi opinión, que puede estar equivocada. Que nadie piense que le estoy juzgando o hablando ex catedra. No soy quien.
1) A Rebelde:
- Mi comentario, no pretendía ser otra cosa que una especie de reflexion- desahogo al hilo del post de Garciamado, escrito desde un ciber sin mayor revisión. De camino a casa me dí cuenta de muchas cosas que podría haber matizado o analizado, en la medida que de mi cabeza, que no es pa tirar cohetes, con mas profundidad. Sin embargo, es problema mío y no de Ustedes, desde luego, que contenga análisis superficiales, que efectivamente contiene.
También es cierto que pretendía tirar algunas "boutades" con el objetivo de "pinchar" a los profes que escriben aquí y observar su reacción. Pido disculpas si a alguien he molestado, y desdeluego, no quise atacar personalmente a nadie, ni a los que dictan apuntes ni a los que no.
Es decir, HE OPINADO SOBRE LO QUE CONSIDERO MI FORMA PREFERIDA DE DAR CLASE; QUE NO DIGO QUE SEA LA UNICA NI SIQUIERA LA MEJOR; SOLO ES MI OPINION.
Desde luego que este análisis critica fundamentalmente lo que de criticable veo en los profes y se centra menos en los alumnos, de todas maneras, digo claramente:
"Creo que los MALOS profesores NO TIENEN LA CULPA -aunque a veces sean una de las más importantes causas- de la incompetencia de algunos futuros licenciados. "
y
"A lo largo de la carrera, he tenido una actitud en general poco constructiva. Me he pirado muchas clases malas, bastantes regulares y algunas buenas, LO CUAL ES RESPONSABILIDAD SOLAMENTE MIA. Si me hubiese preocupado de aprender más, eso que tendría ahora ganado."
Es decir, que muchas veces he sido un mal alumno,(no de los de hacer el indio pero si de no atender, por ejemplo) si,no tengo problema en reconocerlo,porque es así. Y Ustedes no tienen la culpa.
Creo que, a través de mí, con eso opino claramente sobre lo que hacemos muchos alumnos. Aunque no lo desarrolle tanto en el texto, reconozco nuestra culpa. No creo estar echando por sistema la culpa al profesor.
Si no hablo de lo que hacen bien los profes es porque mi respuesta pretendía criticar lo que creo que hacen mal. Por supuesto que hay cosas que se hacen bien, solo faltaba.
Rebelde dice:
"1) Apuntes. No es cierto, al menos en mi caso, que dicte apuntes por no hacer el esfuerzo de dejarlo en fotocopiadora o de seguir un libro. He seguido un manual para la enseñanza de mi asignatura durante seis años".
Dios me libre de juzgar si es Vd. trabajadora o no. No soy quien, desde luego. Las horas que Vd. trabaja es algo que solo Vd. sabe y yo no tengo ninguna razón para no creerla.
He expresado claramente mis críticas al procedimiento de los apuntes y las que creo sus desventajas, pero si Vd. ademas de dictarlos, tiene tiempo de explicar la materia y ubicarla en el mundo real, seguramente sus clases sean muy buenas. Por ejemplo, las de la profesora Díaz Gomez en general, ciertos matices aparte, me lo parecían. No digo que los apuntes equivalgan a malas clases, solo digo que es una conjunción que se da con bastante frecuencia y que el hecho de dictar muchas veces no aporta nada, para mi gusto. De acuerdo con Anonimo, los de la profesora Gutierrez Santiago me parecen excelentes.
Por supuesto, no propongo que se cambie de libro cada año. Al contrario, estoy a favor de que las cosas cambien unicamente cuando haya alguna razón para cambiarlas. Ademas de que también hay manuales buenos malos y regulares, frecuentemente demasiado largos. Y resumenes de estudiante buenos, malos y regulares. Lo que digo es que en mi opinion seguir un texto-base de extensión y complejidad razonables -MUY IMPORTANTE-(sea manual, sean "apuntes" corregidos por el profesor, pasados a ordenador -agun becario habra-) libera tiempo para hacer otras cosas en clase. Es más, prefiero esto último, a no ser que el manual sea verdaderamente bueno.
Mi tesis es: si todos los años se copian similares apuntes, que operan como texto base.. ¿por qué no le encargamos y/o pagamos a alguien para que, a lo largo de varios años aunque sea, vaya pasandolos a ordenador, ese mnaterial, corregido y actualizado por el profesor cuando sea oportuno, opere como texto-base cuando no haya un manual mejor, se reparta en clase y se dedique el tiempo que se ahorra de copiar a explicar y plantear casos practicos, por ej? Tendriamos asi un texto base sin tonterias en lugar de uno con ellas, que es lo que son los dictados, y mucho más tiempo en clase. Asi nadie andaria a pijo sacao a final de curso. No creo que ir haciendo esto a lo largo de varios cursos sea trabajo sobrehumano para el profesor ni para nadie. De hecho, hay facultades y asignaturas en las que así se hace. Hagan como las marcas de coches: hay asignaturas entre las que se pueden utilizar algunas piezas, plataformas y desarrollos comunes, aunque el modelo final sea totalmente diferente. Me consta que lo hacen. Refuercenlo.
Usted ha visto los efectos de lo del manual nuevo. A partir de ahí, si sus alumnos al año siguiente estudian los mismos resumenes, su santo problema, siempre, claro, que el manual no sea de los que desperdicia paginas a lo bobo, que supongo que no, o que Vd. haga la asignatura excesivamente dificil, que supongo que tampoco.
Bibliografia hay a patadas de todo. Una de las misiones de un profesor es orientar a quien quiera intentarlo entre el mar de libros que hay, cosa que creo que en general sí hacen cuando se les pide.
¿Se puede aprobar una asignatura sin dominarla? Depende de la asignatura. Muchas, si, creame. Luego, hay profesores que confunden "dominar los aspectos básicos" con "saberselo al dedillo", que esa es otra. Tan malo es lo uno como lo otro.
Por poner un ejemplo evangélico, la mision del profesor es sembrar y la del alumno hacer crecer la semilla. Todo el mundo sabe que es más eficaz sembrar con un tractor convenientemente equipado semillas cuidadosamente seleccionadas que sembrar a mano cualquier cosa. También sabe todo el mundo que la tierra tiene una capacidad y no se la puede agotar.
Igualmente se sabe que hay tierra (los estudiantes) mejor y peor, y que uno puede mejorar su capacidad mediante el esfuerzo. Pues eso.
2) Rebelde dice:
"me parece un tanto exagerado culpar al profesorado de la ausencia de conocimientos prácticos".
Solo podemos criticar al profesor que los alumnos carezcan de los conocimientos prácticos que él debió o pudo razonablemente (concepto indeterminado) proporcionar, no de los demás. En mi opiníon, mitad y mitad.
Rebelde dice:
"Culpar exclusivamente al profesor de traspasar sus problemas personales al alumnado es un tanto injusto."
Solo los culpo cuando efectivamente lo hacen, no cuando no. No he dicho que sea general. En mi respuesta, estoy utilizando todo el rato palabras como "ciertos", "algunos" "a veces"... Dios me libre de generalizar.En contadas ocasiones, quizas este siendo hasta benevolente al imaginar que ciertos comportamientos se deben a problemas personales y no a la cara dura, si bien creo que estos casos son escasos.
Y tenemos que dejar para otro rato el tema mas interesante, que es el de la interacción profesor-alumno y lo que queman a los buenos profesores los malos alumnos, al modo en que la gasolina de la URSS destrozaba el motor del Simca de Lapierre.
De todas formas, ya le adelanto que estoy basicamente de acuerdo, como no podía ser de otra manera, con su tesis:
"La calidad de la docencia en la Universidad empezará a mejorar principalmente cuando mejoren la calidad y el esfuerzo tanto de estudiantes como de profesores univesitarios."
Notese que he usado la palabra PRINCIPALMENTE, en sentido de "no solo, pero sobre todo".
Matizarla seria cuestion de discutir el tema antedicho y adremas nos llevaria al tema de por que llegan a la uni tios tan poco preparaos, es decir, si es que el sistema educativo anda tan mal o es que somos necesariamente mediocres. Tamién está el tema de las diversas cosas que uno espera obtener en la universidad: es decir, uno puede entrar por amor al saber, por eso y ademas, razones prácticas, o solamente por razones prácticas, tipo "necesito tener tercero para entrar unas oposciones de grupoB". Creo que es tambien razonable que cada uno de esos grupos de alumno se comporte con diferente interés en las diferentes asignaturas, aunque desde luego, no estoy justificando con ello al burri-alumno,solo digo lo que creo obvio, que no todos tenemos que ser como Alcalá Zamora o como Garzón, por ejemplo.
Sl2, Gracias y hasta otro rato
Dios nos libre
ResponderEliminarHombre antetutto... había leído yo con muchísimo interés la respuesta de trasimeno y qué quiere que le diga pero con ese "dios nos libre" que nos ha colgado ahí en pleno debate educativo me he desinflado. Cualquiera se atreve a contestar ahora con otro "testamento"...
ResponderEliminarBromas aparte, sólo quisiera matizar un par de cosas. No me ha ofendido ni muchísimo menos el post de trasimeno. Lo he encontrado muy interesante porque contiene muchas verdades y una visión personal y sincera que imagino reflejará el sentir más o menos generalizado entre los alumnos.
Tan sólo he querido poner de relieve que la realidad es siempre más compleja de lo que parece a simple vista y que hay una conjunción de factores que terminan por abocarnos a un modelo concreto de enseñanza universitaria que resulta muy difícil de abolir o cambiar sin incomidad, protestas y "mal rollito" generalizado...
En eso somos tan culpables los profesores como los alumnos. Tan sólo quería dejarlo claro porque el texto de trasimeno en ningún momento lo tomé como un ataque personal. No soy tan corporativista como para identificarme con cualquier ataque hecho al estamento docente (para intentar superarse uno debe pensar siempre que es o va a ser la excepción a la regla, ¿no?), tan sólo me motivó a desahogarme yo también.
Entiendo que los alumnos tienen una serie de quejas y reivindicaciones que pueden llevarles en ocasiones a desahogos como el de trasimeno. Tan sólo he querido protagonizar uno similar desde la perspectiva contraria para poder completar así la visión y que todos tomemos en cuenta a nuestro interlocutor la próxima vez que debamos mantener un cara a cara con nuestros profesores o alumnos.
Yo, desde luego, lo haré. Y no puedo negar que al hacer días pasados la presentación de alguna de mis asignaturas de segundo semestre daba vueltas a alguna de las ideas vertidas aquí por Garciamado y ahora por Trasimeno.
Eso sí, lo mejor ha sido su forma de completar esa innovación léxica del burriprofe con la del burrialumno. Insuperable.
Debo haberme explicado mal. Lo de "Dios nos libre" iba por lo de que no todos tenemos que ser como don Niceto o don Gaspar.
ResponderEliminarQué lapsus calami. Quería decir: Don Niceto y Don BALTASAR.
ResponderEliminarCuestión aclarada. Lapsus corregido. Gracias antetutto...
ResponderEliminarJejeje, la verdad que tb había entendido en el mal sentido el comentario de Antetutto.
ResponderEliminarBueno, para terminar con mis reflexiones, básicamente opino sobre el tema de si los malos estudiantes desgastan a los malos profesores lo que trataré de exponer, bien entendido que son opiniones estrictamente personales. En mis anteriores opiniones no creo representar a todos o la mayoría de mis compañeros, aunque sí a un sector quizás notable. Es evidente que hay asuntos en los que mis opiniones son representativas de un mayor número de compañeros.
OJO: en ningún momento digo que Rebelde (que seguramente sea una buena profesora) caiga en los hechos que critico, para empezar porque no critico a los que lo hacen bien, desde luego.
Sin embargo, hay algunos malos profesores (no muchos, creo)que parece que a veces caen en la tentación de justificar en parte su incompetencia aludiendo a la de sus alumnos.
1) En primer lugar, no creo que a la universidad deban llegar solamente las personas muy inteligentes o preparadas, sino cualquier persona medianamente capaz, pues de lo que oiga en la universidad, algo se le quedará y se incrementará el nivel de personas medianamente preparadas.
Determinar por qué mucha gente llega insuficientemente preparada a la uni requeriría meterse con el sistema educativo en su conjunto, que es algo de lo que no puedo opinar con suficiente conocimiento.
2) Una persona puede tener distintas motivaciones al entrar en la universidad. Creo que todas dignas, quitando reventar las clases, estar 10 años y sacarse primero, y cosas así. Por ejemplo:
- estudiar por vocación
- estudiar porque la carrera tiene salidas (mi caso)aunque no te guste demasiado. Ojo, no digo que la carrera no sea interesante, que, por serlo, todo el saber lo es, incluídas las matemáticas :-)
- estudiar hasta tercero para poder presentarse a una oposición, etc...
3) Creo que es natural que cada uno de estos tres tipos de alumno medianamente serio tenga diferente interés hacia la carrera.
4) Hay asignaturas que a uno le gustan mas y menos. Es lógico que ponga más interés en las que le gustan o considera más útiles para lo que quiere hacer. También puede ser que tenga un gran sentido del deber y ponga mucho interés en casi todas, pero eso es algo que requiere un esfuerzo muy grande y la gente que no tenemos vocación no solemos hacer. Si uno estudia mucho, aprende mucho, y si estudia menos, aprende menos.
Nosotros veremos lo que nos conviene aprender. El día de mañana, a reclamarle al Maestro Armero.
5) Casi todos los grupos humanos (a no ser que reúna Vd. a los tios con mas de 140 de CI, claro está) se parecen a la campana esa de Gauss: unos pocos inútiles, bastantes "tio, un poco mas y llegas", bastantes cumplidores sin más, bastantes sietes, unos pocos ochos y algun nueve (bueno, hay profesores (pocos) que creen que despues de ellos ya no hay ningún tio de 9 o 9,5, si acaso uno cada mil años, pero creo que esto es una opinion personal suya).
Creo que esto se cumple tanto en el tema de lo inteligente que es la gente como en el del esfuerzo que hace como en el tema de lo que le interesa la asignatura: a unos pocos nada, a otros bastantes lo normal y a algunos mucho. Desde luego, esto es una simplificación, pues en el rendimiento de un alumno influyen mas factores que la inteligencia, el esfuerzo y el interés pero estos me parecen los mas importantes.
No creo qe ningún profe suponga que va a tener un grupo en el que todos estén muy interesados y sean bastante brillantes, a no ser que hiciesemos una universidad muy elitista.
Lógicamente, el esfuerzo permite sacar mayor partido a la inteligencia, y un buen profesor puede aumentar el interés, aunque si el alumno no hace nada, jodidos vamos, pero ahí entra lo de la campana de Gauss. Un alumno, claro, también puede poner de su parte por interesarse.
6) Para diferenciar entre los alumnos según el uso que hagan de estos tres (principalmente) factores - se inventaron las notas: el que llega sin más a un dominio básico de la asignatura tiene un 5, el que se lo curra mas o es mas listo, un 7, por ejemplo, y el que lo aprovecha todo al máximo, un 9, o una Matrícula. ¿No? Según el sistema del profesor, se puede bonificar la participación en clase. Por cierto, el metodo de limitarse a dictar prima la memoria acrítica y desperdicia otras cualidades.
En cambio... ¿qué hacemos para diferenciar entre los profesores según el uso que hagan ellos de sus cualidades? Como todo el mundo sabe, casi nada. Bueno, sí, están las encuestas esas de mitad de curso, pero los alumnos -aquí sí, todos o la inmensa mayoría- no sabemos muy bien para qué valen, puesto que muy pocas veces se ha visto que pase algo con ellas. Muy gorda la tiene que liar un profe para que le pase algo.
Vamos a ver, no digo que tengan que estar ustedes todo el tiempo haciendo examenes, pues además sus carencias no suelen -aunque de todo hay- venir por el lado de la falta de conocimientos, sino por la falta de interés en dar clase o de pericia para hacerlo o el apoltronamiento. Aunque quizas tampoco pasase nada porque les refrescasen la memoria cada 15 años. De todas formas, no creo que sea ésto la prioridad (algunos puede que se pongan hechos una furia, a lo mejor con razon, no se...) Pero de esta manera uno que yo me sé habría tenido que preparar los aspectos mas actuales de su materia en lugar de seguir dando un programa casi de cuando salió el MS-DOS. En la empresa privada, donde algunos profesores también trabajan, hay un jefe que controla diariamente estas cosas.
7) Los profesores trabajan, en lo que a la labor docente se refiere, principalmente, para formar a los alumnos. Si un profesor lo hace mal, sus carencias las sufren los alumnos. El profesor cobra igual. Si un alumno no trabaja, el principal perjudicado es él mismo, (y sus padres si les gasta el dinero a lo bobo)y claro, en cierta medida la sociedad. Valga que también el profesor, pues su trabajo es menos estimulante, pero en ninguna parte se le garantiza al profesor cuando entra que su trabajo tenga que ser estimulante y para eso ya están el sueldo, la parte de la investigación (que a algunos tampoco les estimula gran cosa) y los buenos alumnos, que en todas las clases los hay. Además, como he dicho, no creo que ningún profesor se espere que haya, a priori, una mayoría de alumnos entusiastas. También es verdad que la situación actual puede que sea bastante mala... Por supuesto, lo que sí es exigible al alumno es que no haga el indio, faltaría más.
8) Un policía puede quejarse de que hay muchos delincuentes, un dependiente de que la gente es poco educada, Ronaldo de que en Madrid no le quieren.
Pero no creo que en ningún caso ello les libere de poner el máximo esfuerzo en su trabajo.
Si he defendido la tesis de que los malos profesores son causa pero no tienen la culpa de la ignorancia de los alumnos, a no ser que les enseñen mentiras, claro,
los malos alumnos pueden ser causa del desanimo de los profesores (buenos y malos), pero no tienen la culpa de que los malos hagan mal su trabajo. Que haya alumnos buenos, malos y regulares todo el mundo sabe que es así, y además va en el sueldo. Tampoco es mi problema si los profes cobran poco (no se lo que cobran, pero hay algunos que dicen que poco). Lo siento, de verdad, pero no puedo repartir con Ustedes mi propina que, de todsa formas, no creo qe les de para gran cosa.
Al hilo de ésto, la mayoría de la gente se queja /nos quejamos de lo agobiados que andamos, lo mucho que hacemos y la poca recompensa que tenemos. Vete tú a decirle a un mal profesor lo malo que es...
Además, el alumno X no tiene ninguna culpa de que la promoción del año pasado o los alumnos Y y Z se pasen la asignatura por el forro.
Si Dios estuvo dispuesto a perdonar a una ciudad por un justo que encontrara en ella, hagan los profesores lo mismo con las clases en las que haya un buen alumno. Si no, piensen que es su deber esforzarse igual aunque no haya ninguno (que siempre hay).
Naturalmente, entiendo y lamento que a los profesores les afecte nuestro desinterés. Me arrepiento de no haber puesto más en algunas clases interesantes y todo esto me ha convencido para, en adelante, hacer preferentemente cosas que me interesen y hacerlas con interés, entre otras cosas, porque es la mejor manera de llegar a alguna parte, el profesor y yo.
9) Decía antes que no hay casi nada que hacer cuando un profe es malo. Bueno, se me olvidaba una. Si hay unos cuentos, te vas a otra univrsidad. Es decir, hay competencia entre centros. Para matizar, diremos que en ella cobran importancia tanto la calidad como el precio como la facilidad para aprobar. Pero si nos interesa la calidad, podemos tratar de competir por calidad (para matizar el matiz, recordemos que la calidad no necesariamente equivale a muchos suspensos). Cuando alguien diga con admiración de un licenciado "Estudió Derecho en León", lo habrán conseguido. Hace unos años ésto no se solía decir, no tengo noticias de que la cosa haya cambiado, aunque es posible que sí y que yo no lo sepa. Sin embargo, sí se dice en el caso de Veterinaria, por ejemplo. No sé si es buena o mala, solo que tiene prestigio. Para retener, primero hay que tener.
Cuanto más prestigio tenga una Universidad, mejores alumnos vendrán a ella. ¿No?
10) ¿Qué es primero? ¿los buenos profesores o los buenos alumnos? Admito que la cosa puede ser en parte importante recíproca, pero:
- dado lo anterior
- teniendo en cuenta la capacidad general de planificación y decisión que tiene un profesor
- y teniendo en cuenta que los alumnos pasan, pero los profesores permanecen
creo que el primer paso -que no único- corresponde a los profes. A los malos alumnos les dará igual, pero cuando llegue un buen alumno, aprenderá de un buen profesor mucho más que de uno malo.
Trasimeno, tu argumento final es muy bueno : "Qué es primero? .... corresponde a los profes". Pero la conclusión en mi opinión ya no es tan acertada ya que el buen alumno no tiene por qué estar de acuerdo con el buen profesor, que estamos en Derecho, ni con su método y atacar el método con razón o con sus motivos. Otra anécdota, el profesor Muñoz del Castillo (el año que cursé Financiero, antes o después ya no lo se)mandó hacer unos deberes que consistían en justificar juridicamente los tributos que estaban cedidos por el Estado a las CCAA, bueno pues al día siguiente preguntó quién había hecho los deberes, levantaron la mano 1 alumno y 2 alumnas, expusieron , lo tenían bien y les apuntó en una libreta después de preguntarles el nombre y tal. Al acabar la clase me dirigí a su mesa y le pregunté si tendría en cuenta ese ejercicio a esos alumnos de cara a la nota final, me dijo que por supuesto y le dije que ¿por qué?, me respondió que porque se habían esforzado y yo le dije que si pensaba que los que no habíamos levantado la mano no nos habíamos esforzado, el que no y yo que sí, me preguntó que por qué no había levantado yo la mano, le contesté que tenía las manos ocupadas ya que me estaba arrascando los huevos en esos momentos y ya se levantó de la mesa y dirigiéndose a los compañeros que estaban en el aula les dice - me increpa agriamente su compañero ¿dije alto y claro que levantaran la mano los que quisieran? , Síiiiiiii, y yo le dije , yo no me refiero a eso profesor Muñoz, yo lo que le pregunté a Vd es si Vd consideraba que los que no habíamos levantado la mano es porque no habíamos hecho los "deberes", yo lo entiendo así dice; pues se equivoca ya ve terminé yo. Desde ese día no volvió a mandar más deberes, yo adopté esta actitud porque no permito que se piense contra alumno, in dubio pro alumno, otra cosa es que el profesor de turno en clase diga doy medio punto sobre la nota final al que me responda tal, ahí ya el que no responda por las razones que sean , no tiene derecho a réplica, pero un profesor no tiene porque pensar contra alumno.
ResponderEliminarCon esta anécdota quiero significarte trasimeno que un buen profesor como es Muñoz y un alumno, no tienen por qué ser uña y carne, no. El buen profesor y el buen alumno lo son de oficio o se hacen a instancia de la vida.
Hombre Trasimeno, eso es un golpe bajo... yo me corto con el comentario de antetutto y Usted amaga y después de unos días en silencio me dirige un derechazo inesperado y en toda extensión... y no lo descubro hasta hoy ¡¡con el poco tiempo que tengo yo para contestarle!!
ResponderEliminarEn fin, espero sacar algo más de tiempo para seguir este debate que me está gustando mucho y todavía tengo que darle algo más de caña al alumnado, que no hay nada como meterse con Ustedes para que ese monstruo dormido (nuestro interlocutor, la otra parte del diálogo necesario en que debe consistir cada clase) ponga las neuronas a funcionar de verdad...
Saludos a todos y buen fin de semana.
Rebeldeeeeeeee
ResponderEliminarQue yo no me he metido con Usted!!!!!!!!!!
Dios me libre
No digo que el buen profesor y el buen alumno tengan que ser uña y carne, y me parece lógico que un profesor pueda tener en cuenta la opinión de los alumnos siempre que la considere razonable.
ResponderEliminarLo unico que quiero decir es que si hay un buen profe con un metodo interesante, si hay vida ahí dentro, luego el alumno puede optar. Claro que no hay por qué estar de acuerdo. Por ejemplo, el método de Garciamado tenía cosas que yo creía muy interesantes, y otras que me aburrían bastante. Luego me lo pasé bastante por el forro, por vagancia, porque me aburría comentar las sentencias o por lo que fuera, cosas que no eran problema de Garciamado, aunque suyas son algunas de las clases mas interesantes para mí de la carrera. Tambien recuerdo las del profesor Garcia Gonzalez, que quizas tenga otros defectos, pero para mi gusto daba unas buenas clases. ¿que uno prefiere irse a la cafeteria? Bueno, el sabra por que, peor para uno.
Creo que la mayoría de los profes aceptan bien las discrepancias razonables, aunque de todo hay. En particular, he visto algunos (no solo profes, sino todo tipo de gente) que me parecen inteligentes y razonables, pero se centran demasiado en si mismos y no prestan toda la atención que deberían a lo que su entorno puede enseñarles. Creo que es un error en el que la mayoría de las personas podemos caer o caemos en algún momento.
Por supuesto, si un método es bueno o malo es opinable, no es cosa de 2+2. Aparte de que utilizar términos de "bueno, regular y malo" es una simplificación: de las 20 cosas opinables que intervienen en que se considere bueno a un profesor o a un método, podemos opinar que son buenas 10 y malas otras 10. Lo que pasa es que si matizamos tanto las respuestas, se alargarían mucho más.
El buen profesor, nace o se hace? Bueno, pues ambas cosas. Igual que el buen alumno. Creo que con esfuerzo, cualquiera puede llegar a ser razonablemente bueno, aunque quizás no un crak. Pero uno no tiene por que ser un crack, ni don Niceto, ni don Melchor, sea profe o alumno. ¿Que lo es? Tanto mejor. En ningún momento estoy defendiendo que los profes tengan que ser el no va más, pero sí una cosa digna.
El buen profe, se hace el solo o lo hacen los alumnos? El buen alumno... ? eso mismo. Creo que pueden ser ambas cosas. De todas formas, la clave es poner uno interés. El buen alumno puede estimular al profesor y al revés. Pero uno tiene que meter la gasolina dentro para que le prenda la chispa. Casi todo el mundo la tiene, aunque unos mas y otros menos. Pero si uno no echa gasolina, no hay nada que hacer.
Sucede, sin embargo, que hay aspectos en los que todo el mundo, o la mayoría, están de acuerdo: por ejemplo, x da buenas clases, aunque es muy duro corrigiendo... etc. Puede que sea por algo. Normalmente, si la peña dice que alguien da bien la clase, yo le creo, aunque si se quejan que la da mal, tambien le creo pero no puedo opinar antes de comprobarlo personalmente.
Sobre lo de Muñoz que comenta Anónimo, bueno, creo que no se debe presuponer que el alumno no se esfuerza, quizas no sea la manera de enfocarlo. Quizas se pudiera decir que él sabe positivamente que los alumnos que han hecho los deberes se han esforzado en ellos, y el resto no sabe si se han esforzado o no, y no se pueden poner notas en virtud de presunciones, igual que el que suspende un examen puede que se haya esforzado mucho, pero no ha conseguido demostrarlo. Nadie dice que el que no se presenta o suspende no haya estudiado (aunque bastantes veces es así), pero no se admite el argumento en las revisiones de que "es que hace tres meses que no salgo de casa por estudiar".
Gracias a Dios no se me ocurre nada mas por ahora. Bueno, es increible que no me haya dado cuenta antes de que no lo he puesto, pero el dialogo de garciamado creo que tiene la virtud de condensar la mayor parte de las criticas que se pueden hacer a tanto ciertos profesores como a ciertos alumnos y que en buena parte nosotros solo desarrollamos.
Estoy esperando con interés, Rebelde, su "caña", pues a mi el debate también me parece interesante. Por cierto, no me trate de usted, mujer.
Un saludo y buen finde
No me aguanto más las ganas de decir algo aquí, aunque algún día habrá que hacer algún post en serio sobre el tema. De momento, sólo quiero compartir con tan aguerridos debatidores una perplejidad. Despotrico bastante contra algunos defectos y carencias de los estudiantes -alguna vez me han caído broncas aquí por eso-, y puedo suscribir prácticamente todo lo que dice Rebelde. Pero... Pero también vengo desde hace tiempo comprobando una cosa: hay en cada curso un cierto número de estudiantes (un quince o veinte por ciento tal vez) que no son nada malos. Pero lo parecen. Quiero decir que cuando se les pone en situación crítica o se les fuerza a intervenir, razonar, esmerarse, la materia prima les alcanza para hacer buenas cosas, uno se sorprende positivamente, seguramente por lo bajas que eran las expectativasas antes de que abrieran la boca. Si esto es así y estoy en lo cierto, tenemos que plantearnos algunas hipótesis explicativas:
ResponderEliminar1. Están apijotados casi todos casi siempre. Por eso no lucen habitualmente lo que podrían. Tienen pereza crónica, vergüenza infantil, falta de entrenamiento, deficit radical de motivación. Como para correrlos a gorrazos, vaya. Y cuanto más capaces en el fondo, más gorrazos merecen, por no esmerarse y poner generalmente esas caras de indiferencia y hartazgo.
2. Los profesores tenemos una responsabilidad gorda -y en esto le doy su buena parte de razón a Trasimeno-: poner todos los medios para sacarlos del letargo, del apijotamiento crónico, al menos a los medianamente salvables.
3. Con todo y con eso, y aun cuando descubramos los métodos mejores para la estimulación tardía del estudiante, no podemos los profesores perder de vista que nuestro trabajo sólo tiene sentido como trabajo para las minorías, para esos que acaban espabilando y encontrándole algún sentido al asunto -y que son, seguro, los que luego envían sus mensajes de reconocimiento a Rebelde, pasados los años-. Sin que eso signifique que a los otros haya que maltratarlos de ningún modo. Para esos basta y sobra el manual y el examen convencional, administrado todo ello con importantes dosis de paciencia. Consecuencia todo de que ni los colegios, ni la sociedad ni la Universidad misma seleccionan un carajo, y de que el estudiante ahora ha visto sustituido su derecho a recibir buena formación y su deber correlativo de poner de su parte capacidades y actitudes, por los derechos de un mero consumidor: él paga por un título y nosotros tenemos que dárselo a un precio razonable y sin manchas de chirizo.
Si sólo hubiera estudiantes de estos últimos -respetables también desde algunos puntos de vista- servidor se plantearía seriamente pasar de todo; así, tal como estamos, sólo me lo planteo a medias.
Gracias de verdad a todos por estos comentarios que me han hecho pensar -y leer- largo rato.