24 abril, 2006

Andalucía saca la lengua.

Queridos internautas, compañeros, colegas, amigos todos:
Estamos copados. No hay donde caerse muerto. No queda más remedio que volver al pueblo y encerrarse a cal y canto en una casa de piedra. El mundo se hunde y nosotros nos desternillamos. El índice de jetas por metro cuadrado crece imparable, a velocidad mayor aún que la del precio del petróleo. No es posible que el planeta tierra haya producido por sí sólo semejante concentración de cantamañanas, han tenido que venir de algún agujero negrísimo en la parte trasera del universo. Igual da que mires al Norte que al Sur, al Este que al Oeste, no hay salvación ante la ola de estupidez nacional que nos invade.
Bueno, me guardo los comentarios y las pedorretas y paso a dar la noticia que conmoverá para siempre los cimientos de este Estado que está en estado, pues va de parida en parida. Pero ésta no se la esperaban ustedes, no, agénciense sillón cómodo, encajen sus posaderas antes de leer lo que viene y tengan a mano el frasco de las sales. Porque resulta que no sólo es Andalucía "realidad nacional" desde los tiempos de maricastaña, cosa que ningún andaluz de bien dudó jamás, sino que tiene lengua propia. Sí, amigos, sí, lengua propia. Les falta ajustar un poco la cosa ortográfica, pero lo básico ya está. La han descubierto unos señores que la conocen porque escriben en ella. Supongo que ahora pedirán unas subvenciones y luego llenarán la carreteras de letreros que dirán "Andalú lengua ofishiá ya". Y apuesto a que hasta les cae algún que otro petrodolar.
¿Que no me creen? Ah, infelices, pues pinchen aquí; o aquí.
Qué, ¿cómo se les ha quedado el cuerpo?. Pues sí. Deberíamos organizar una porra. A ver quiénes son los próximos que se inventan que son la monda con la lengua. Yo digo que van a ser los de la asociación de hablantes con problemas de frenillo. Apuesto una fabada. Vale.

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