07 octubre, 2006

Echándole versos. Resisto muchos días sin fumar

Resisto muchos días sin fumar
hasta las siete o las ocho
de la tarde.
Hay jornadas, en cambio, en que no aguanto
los badenes,
los pedregales, las muchachas,
la espiritualidad de locutores,
el aroma a café o de eau de Rochas
y fumo y fumo de seguido.
Noto los cambios de estación
porque añoro los veleros
o los detesto,
porque una misma voz me indigna más
o me indigna simplemente.
Esculpo mis recuerdos a serrucho,
pero algunos se escapan
y buscan su morada
entre los muertos,
entre recuerdos muertos,
quiero decir,
esos recuerdos que desertan,
que se reúnen con recuerdos de otros
que también desertaron
(los recuerdos, quiero decir)
y que en algún lado pararán
si no tiene el cosos agujeros
no meramente negros.
El humo del cigarro se detiene,
oscila apenas,
diríase que divaga, mientras tú,
ay, mientras tú.

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