Imagínese usted en la siguiente tesitura. Es uno de los grandes dirigentes de algún país ciertamente atrasado en muchas cosas, pero con ingentes cantidades de petróleo, del que saca su Estado –y especialmente usted y los suyos- una barbaridad de miles de millones de dólares cada año. O sea, y hablando en plata, considérese usted jeque saudí, por ejemplo. Ponga que, además, usted es plenamente consciente de las siguientes circunstancias:
- El petróleo se acabará dentro de unas cuantas décadas.
- Los países más desarrollados, que hoy son grandes consumidores de petróleo, comienzan a tomarse muy en serio la investigación de nuevas energías que lo puedan sustituir a medio plazo.
- En esos mismos países se ha ido propagando, al menos entre las élites universitarias e intelectuales, una cierta cultura de la culpa y el autorreproche, imputando a la cultura propia los males del mundo y exculpando a las ajenas de cualquier crimen o exceso, por razón de su pobreza. No se suele mencionar cuánto se podría atenuar esa pobreza gracias al petróleo, por ejemplo.
- En el país de usted y en muchos de los alrededores existe una cultura particular, de cariz fuertemente religioso, cultura que en muchas cosas choca con la vigente en los estados más desarrollados.
- De su país o de otros que comparten la misma cultura están emigrando millones de personas a aquellas naciones mucho más desarrolladas.
Ahora viene la pregunta: ¿qué haría usted en el caso de que fuera un fervoroso creyente de la religión de su pueblo y de los circundantes y un férreo defensor del superior mérito de su cultura sobre las ajenas, tenidas éstas por pecaminosas y pervertidas?
Creo que en una situación así a la mayoría se le ocurriría lo siguiente: aprovechar el tiempo para que, cuando se muera la gallina de los huevos de oro (negro), el mundo esté a mis pies. Para ello la estrategia sería:
a) Utilizar el tiempo restante de vacas gordas para invertir en las empresas principales y estratégicas de los países más desarrollados, para llegar a controlarlas lo más posible.
b) Impulsar el activismo cultural de la población de mi cultura que es inmigrante en aquellos países hoy avanzados.
c) Apoyar y financiar en tales países todo tipo de iniciativas, publicaciones, investigaciones, foros, grupos, organizaciones, manifestaciones, etc. que propaguen la necesidad de que no se reprima (allí, en esos países de acogida, no en el país de usted, que sigue siendo una dictadura teocrática e intolerante en grado sumo) ningún tipo de práctica cultural ni religiosa, que critiquen la cultura de acogida y que justifiquen los dogmas o prácticas de la cultura inmigrante.
¿Estaré hoy particularmente paranoico? Puede ser. Pero estas cosas hace algún tiempo que las pienso y desde anoche se me ha excitado más esta imaginación truculenta, pues escuché de boca de un buen amigo la siguiente tesis: que probablemente los movimientos antinucleares de los años setenta u ochenta estaban manipulados y financiados por el KGB (Putin, ya entonces) y que los buenos frutos de aquella estrategia los recoge ahora Rusia (Putin, otra vez), que nos tiene en el bote por nuestra dependencia de su gas.
Cuando menos, habría que pensarse estas cosas un poco en serio.
- El petróleo se acabará dentro de unas cuantas décadas.
- Los países más desarrollados, que hoy son grandes consumidores de petróleo, comienzan a tomarse muy en serio la investigación de nuevas energías que lo puedan sustituir a medio plazo.
- En esos mismos países se ha ido propagando, al menos entre las élites universitarias e intelectuales, una cierta cultura de la culpa y el autorreproche, imputando a la cultura propia los males del mundo y exculpando a las ajenas de cualquier crimen o exceso, por razón de su pobreza. No se suele mencionar cuánto se podría atenuar esa pobreza gracias al petróleo, por ejemplo.
- En el país de usted y en muchos de los alrededores existe una cultura particular, de cariz fuertemente religioso, cultura que en muchas cosas choca con la vigente en los estados más desarrollados.
- De su país o de otros que comparten la misma cultura están emigrando millones de personas a aquellas naciones mucho más desarrolladas.
Ahora viene la pregunta: ¿qué haría usted en el caso de que fuera un fervoroso creyente de la religión de su pueblo y de los circundantes y un férreo defensor del superior mérito de su cultura sobre las ajenas, tenidas éstas por pecaminosas y pervertidas?
Creo que en una situación así a la mayoría se le ocurriría lo siguiente: aprovechar el tiempo para que, cuando se muera la gallina de los huevos de oro (negro), el mundo esté a mis pies. Para ello la estrategia sería:
a) Utilizar el tiempo restante de vacas gordas para invertir en las empresas principales y estratégicas de los países más desarrollados, para llegar a controlarlas lo más posible.
b) Impulsar el activismo cultural de la población de mi cultura que es inmigrante en aquellos países hoy avanzados.
c) Apoyar y financiar en tales países todo tipo de iniciativas, publicaciones, investigaciones, foros, grupos, organizaciones, manifestaciones, etc. que propaguen la necesidad de que no se reprima (allí, en esos países de acogida, no en el país de usted, que sigue siendo una dictadura teocrática e intolerante en grado sumo) ningún tipo de práctica cultural ni religiosa, que critiquen la cultura de acogida y que justifiquen los dogmas o prácticas de la cultura inmigrante.
¿Estaré hoy particularmente paranoico? Puede ser. Pero estas cosas hace algún tiempo que las pienso y desde anoche se me ha excitado más esta imaginación truculenta, pues escuché de boca de un buen amigo la siguiente tesis: que probablemente los movimientos antinucleares de los años setenta u ochenta estaban manipulados y financiados por el KGB (Putin, ya entonces) y que los buenos frutos de aquella estrategia los recoge ahora Rusia (Putin, otra vez), que nos tiene en el bote por nuestra dependencia de su gas.
Cuando menos, habría que pensarse estas cosas un poco en serio.
Algo así pasa también dentro del mismo Occidente. No creo que usted este paranoico, pero se le olvida mencionar a Repsol, Shell, Total, BP... No sólo son los jeques. Son los jeques, junto con los gobiernos de aqui y estas empresas que cito.
ResponderEliminarYo me inclino más por la tesis de anonyme; me parece una cuestión más de demanda que de oferta.
ResponderEliminarEn cuanto a los movimientos antinucleares de los años pasados, no sé quién los financiaría, pero sí sé que eran grandes incompetentes, puesto que emplearon todos los argumentos menos solventes contra las centrales nucleares.
Salud,
Hace un año que estoy estudiando la proliferación que hubo a principios del siglo pasado de molinos para la generación eléctrica en la provincia de Burgos y su vergonzante ocaso.
ResponderEliminarCreo que cuando lo consiga acabar, reconozco que este tumbaíto no ha acabado nunca nada, puede contribuir a aclarar el pernicioso influjo que el estado supuso para la producción eléctrica en suelo hispánico.
Es un concepto que frank herbert predijo en Dune: "despotismo hidráulico" El que controla la materia prima controla el mercado, el que puede destruirla, puede controlar el mundo.
ResponderEliminarEl otro día dejé un post en mi blog acerca del coche francés a base de aire comprimido, que ya ha pasado ciertas pruebas y se está homologando en seguridad para su producción en masa por unos 6000€
Un saludo.
Yo MISMO
ResponderEliminarVenid a retarme si quereis, que
con tiempo
os contestaré, es cierto
que todavía no he dado ningún concierto
no tengo ni gloria ni fama
tal vez esto sea un sueño y yo siga durmiendo en mi cama
¿cómo saberlo en esta realidad imaginaria en la que matamos por una vida ordinaria?
Mi estilo todavía no es perfecto
pero soy un prefecto
comparado con los más lascivos
a los infinitivos
no se como seguís vivos
con vuestro estilo primitivo
deberíais haber muerto
ahogados en vuestra propia saliba
al haber tragado las palabras
que un día dijisteis en abierto
y que ahora os priva de reputación, que yo gano al decir formadas
las rimas encadenadas
que libres vuelan hacia un lugar mejor.
Pienso luego existo
insisto
en que pienso lo que digo
¡qué fuerza tienen las palabras pués!
que sólo una palabra te vuelva del revés
te condiciona o te libera
¿por qué os esforzáis en convertirla en basura?
yo la convertiré en esfera
y os la enseñaré pura
en su máximo estado
huiréis asustados
no voy a perder el tiempo con vosotros
pues la gente os desprecia
la ruina os la buscastéis solos
sigo con mis peripecias
en esta vida de locos juicios
sólo entre los muertos hay convivencia
de gente limpia que juega sucio
y el sucio que se quedó limpio
por ello no hay que juzgar por la apariencia
pues fue la limpia quién lo manchó
y lo hundió
en la miseria.
Y la iglesia
se cree que está por las nubes con la puta "laica"
yo me siento utilizado como un Lassy
y ellos se apoyan en el torso del de Tarso
la iglesia arcaica
donde casi
todos avanzan en falso,
craso, paso,
pierden adeptos
todas las religiones tienen algo malo
pero algo bueno, lo acepto
aunque noto que cada vez pierden este concepto.
Dicen que están pobres que no aceptan riquezas y que no van a su bola
pero pídeles que cambien el Vaticano por una chavola
ese rollo ya no les mola
tienen tanta caridad
como humildad
parece que ya no predican por obras
o ¿es que han hecho tantas que ahora les sobran?
¿Y la corona?
no le quitan ni de las monedas
aunque algunas levantó
el de Lepanto
el gran Cervantes
por lo menos antes
dirigían algunas batallas
y ahora hasta le eligen las palabras
con las que debe dirigirse a sus ciudadanos
pero al parecer éste no será el último
aunque todos sean un timo
para el pueblo.