Estos días he visto la película La vida de los otros. Magnífica. Más allá de algunas concesiones a la Dicha Universal Obligatoria (DUO), recrea muy bien el ambiente asfixiante de una sociedad, la de la República Democrática Alemana en los años ochenta, completamente vigilada, sometida, infiltrada de delatores, confidentes y policías de cuerpos y de almas que hacían su trabajo con celo de burócrata servil.
No es uno de los temas favoritos por estos pagos el de la vida bajo las dictaduras comunistas al otro lado del Telón de Acero. En cuestión de dictaduras y opresiones, cada cual va también con su ranking en la boca y algunos con unas moneditas en el bolsillo, de las que les quedaron de éstos o de aquéllos.
Muchos de los luchadores por la libertad y el proletariado, de los que compartieron mantel y halagos con Honecker, Ceaucescu, Bresnev, etc., etc., luego se adaptaron a los tiempos y quedaron para siempre como impolutos héroes de la democracia. Ni siquiera tuvieron que cambiarle el nombre a su partido, les bastó con añadirle un alias. Algunos mitos no destiñen con la sangre ni se arrugan con el oprobio.
No es uno de los temas favoritos por estos pagos el de la vida bajo las dictaduras comunistas al otro lado del Telón de Acero. En cuestión de dictaduras y opresiones, cada cual va también con su ranking en la boca y algunos con unas moneditas en el bolsillo, de las que les quedaron de éstos o de aquéllos.
Muchos de los luchadores por la libertad y el proletariado, de los que compartieron mantel y halagos con Honecker, Ceaucescu, Bresnev, etc., etc., luego se adaptaron a los tiempos y quedaron para siempre como impolutos héroes de la democracia. Ni siquiera tuvieron que cambiarle el nombre a su partido, les bastó con añadirle un alias. Algunos mitos no destiñen con la sangre ni se arrugan con el oprobio.
Muchos de los que les rieron las gracias y les aceptaron los regalitos a Honecker, Ceaucescu, Bresnev, etc. ni siquiera pidieron perdón jamás. Oye, una equivocación la tiene cualquiera, consecuencias del idealismo juvenil, de sabios es rectificar, peor es tener que caerse de una caballo y todo, más vale pájaro en mano, etc., etc. Quedaron como héroes de la democracia sólo porque no intentaron evitarla a imitación de sus padrinos, como se temía, sino que calcularon lo que más les interesaba y ahí tienes hoy a sus delfines, hechos unos madrazos. Gente de fiar. Arrepentidos quiere el Señor (del caserío). Respetamos más al camaleón que a la ingenua mariposa. Puede que hubiera algún arrepentimiento franco y alguna conversión sincera. Perdón pidieron muy pocos. No hacia falta, la intelligentsia nacional no iba a hacerles el vacío por haber trabajado de mamporreros del totalitarismo. A ellos (mismos) no.
Otros, que estaban aquí muy contentos, se enlodaron bien en otras opresiones y también cambiaron de chaqueta cuando tocaba. A rey muerto, rey puesto. Y luego nos choca que hayamos entrado en el siglo XXI borrachos de relavismo, con la corrupción hasta las orejas y la conciencia en un cuerpo alquilado por horas, poniéndole los cuernos a la Constitución que llevamos en el escapulario. Qué trato se va a esperar aquí para una niña con tanto padre y la madre en paradero desconocido.
Algunos siempre fueron tibios y el traje de nueva temporada se lo pusieron a su biografía, se lo hicieron virtual, ya que el cuerpo no les daba para más. Biografías recicladas con heroísmos de baratillo y riesgos sin cuento, de puro cuento.
A los pocos que no tragaron ni antes ni después se los llevó la marea de la historia, el empuje voraz de las nuevas generaciones de arribistas. Se mantiene, eso sí, el hábito de ponerle una vela a Dios y otra al Diablo, por lo que pueda pasar y para no apearse del coche oficial ni de los manejos de la vida de los otros. La historia, decía Marx, siempre se da dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa. Aquí ganan los farsantes.
No es mal ejercicio, aunque desasosegante, preguntarse quiénes volverían a cambiar de bando si las tornas cambiaran radicalmente –no lo quieran los hados- y retornaran dictadores y policías de las conciencias. Quiénes serían los nuevos delatores, los nuevos confidentes, los que alimentaran de sumisión y traiciones a la nueva Stasi local o a la nueva brigada político-social. Hubo muchos miles aquí, cientos de miles en la DDR, Hungría, Rumanía, Polonia...La miseria moral no es patrimonio exclusivo de ningún pueblo, de ningún partido, de ninguna fe.
Poco cuesta imaginar en el nuevo papel a muchos de los que hoy se engalanan de demócratas de toda la vida o de progresistas a carta cabal, de disciplinados militantes, de acríticos adoradores de secretarios generales o de siglas. A ésos que, con todo, llevan el traje de moda con suficiente holgura para que les quepa las prevaricaciones, a ésos que se venden por un plato de lentejas y que de su moral hacen un sayo con el que abrigarse el cargo, el puesto, el regalito. Los sicarios de Medellín antes de disparar se ponían en la muñeca un colgante de la Virgen, para que los ayudase con la puntería; los de aquí se graban la Constitución en la tetilla, al lado del corazón, para que les dé inspiración para obedecer al jefe y acertar con la comisión apropiada. Ahora se compra uno una conciencia nueva con la misma facilidad con que se alarga el pene, en internet mismo las hay de todas las tallas y colores y han pasado todas la revisión de constitucionalidad.
Hay dos temperamentos entre los que se reclutan los servidores de tiranos y tiranías. Unos, los que creen que todo poder tiene de su parte la razón. Son los autoritarios, los que hallan tanto placer en el mando como en la obediencia y que hoy acatan con la esperanza de imperar mañana. Por lo visto, hay quien tiene vocación de lugarteniente, igual que otros la tienen de bombero o de domador de pulgas. Otros, los que piensan que ningún poder tiene razón, pues en asuntos humanos no hay más razón que la de la fuerza ni más inteligencia que la de la táctica. Éstos, como en el fondo no creen en nada, son capaces de todo sin pizca de remordimiento, pesebreros y a lo que les manden, con tal de estar calentitos y atentos para cuando el jefe haga testamento.
Los unos y los otros viven con el alma en venta y, mientras llega un demonio que se la pague bien, la mantienen lubricada a base de escaramuzas, hoy halago a éste que es influyente, mañana sacrifico a aquél que es demasiado honesto. Aguardan, agazapados, su oportunidad para el gran revolcón que los aúpe.
Otros, que estaban aquí muy contentos, se enlodaron bien en otras opresiones y también cambiaron de chaqueta cuando tocaba. A rey muerto, rey puesto. Y luego nos choca que hayamos entrado en el siglo XXI borrachos de relavismo, con la corrupción hasta las orejas y la conciencia en un cuerpo alquilado por horas, poniéndole los cuernos a la Constitución que llevamos en el escapulario. Qué trato se va a esperar aquí para una niña con tanto padre y la madre en paradero desconocido.
Algunos siempre fueron tibios y el traje de nueva temporada se lo pusieron a su biografía, se lo hicieron virtual, ya que el cuerpo no les daba para más. Biografías recicladas con heroísmos de baratillo y riesgos sin cuento, de puro cuento.
A los pocos que no tragaron ni antes ni después se los llevó la marea de la historia, el empuje voraz de las nuevas generaciones de arribistas. Se mantiene, eso sí, el hábito de ponerle una vela a Dios y otra al Diablo, por lo que pueda pasar y para no apearse del coche oficial ni de los manejos de la vida de los otros. La historia, decía Marx, siempre se da dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa. Aquí ganan los farsantes.
No es mal ejercicio, aunque desasosegante, preguntarse quiénes volverían a cambiar de bando si las tornas cambiaran radicalmente –no lo quieran los hados- y retornaran dictadores y policías de las conciencias. Quiénes serían los nuevos delatores, los nuevos confidentes, los que alimentaran de sumisión y traiciones a la nueva Stasi local o a la nueva brigada político-social. Hubo muchos miles aquí, cientos de miles en la DDR, Hungría, Rumanía, Polonia...La miseria moral no es patrimonio exclusivo de ningún pueblo, de ningún partido, de ninguna fe.
Poco cuesta imaginar en el nuevo papel a muchos de los que hoy se engalanan de demócratas de toda la vida o de progresistas a carta cabal, de disciplinados militantes, de acríticos adoradores de secretarios generales o de siglas. A ésos que, con todo, llevan el traje de moda con suficiente holgura para que les quepa las prevaricaciones, a ésos que se venden por un plato de lentejas y que de su moral hacen un sayo con el que abrigarse el cargo, el puesto, el regalito. Los sicarios de Medellín antes de disparar se ponían en la muñeca un colgante de la Virgen, para que los ayudase con la puntería; los de aquí se graban la Constitución en la tetilla, al lado del corazón, para que les dé inspiración para obedecer al jefe y acertar con la comisión apropiada. Ahora se compra uno una conciencia nueva con la misma facilidad con que se alarga el pene, en internet mismo las hay de todas las tallas y colores y han pasado todas la revisión de constitucionalidad.
Hay dos temperamentos entre los que se reclutan los servidores de tiranos y tiranías. Unos, los que creen que todo poder tiene de su parte la razón. Son los autoritarios, los que hallan tanto placer en el mando como en la obediencia y que hoy acatan con la esperanza de imperar mañana. Por lo visto, hay quien tiene vocación de lugarteniente, igual que otros la tienen de bombero o de domador de pulgas. Otros, los que piensan que ningún poder tiene razón, pues en asuntos humanos no hay más razón que la de la fuerza ni más inteligencia que la de la táctica. Éstos, como en el fondo no creen en nada, son capaces de todo sin pizca de remordimiento, pesebreros y a lo que les manden, con tal de estar calentitos y atentos para cuando el jefe haga testamento.
Los unos y los otros viven con el alma en venta y, mientras llega un demonio que se la pague bien, la mantienen lubricada a base de escaramuzas, hoy halago a éste que es influyente, mañana sacrifico a aquél que es demasiado honesto. Aguardan, agazapados, su oportunidad para el gran revolcón que los aúpe.
Mientras, los demás callamos y sonreímos, practicamos la tolerancia boba o la complicidad impotente y decimos que escritos como éste son exagerados y crean mal rollo, pues no hay por qué juzgar tan severamente la vida de los otros. Vale.
Me parece un hallazgo lo de la vocación de lugarteniente. Txapó, que dice el vascofrancés ortográficamente confuso.
ResponderEliminarRespecto al experimento mental de quiénes estarían dentro, hago una apuesta de las que en mi barrio llaman "amarretas": los que ya estaban dentro en la última. Con esto no arriesgo demasiado: no quedo muy épico, ni logro una afirmación muy brillante... pero no me equivoco ni un pelo.
Pero, siguiendo con mi vocación más bien ramplona, que puestos a remontar vuelo de abstracción lo hace en plan gallinácea, propongo un experimento más concreto. ¿Quién emplea símbolos totalitarios hoy? No digo que nos pongamos en plan ucrónico, a pensar What if...?, sino que nos centremos en la vieja y puñetera piel de toro de nuestros pecados y nuestros días. Ayurduí. Iketnúnk, que escribiría el del primer párrafo. ¿Quién hace hoy buenas y públicas migas con quien marcha tras símbolos totalitarios, militaristas, etc.? ¿Quiénes aprietan las filas junto a quienes portan simbolitos de esos?
Estábamos con ganas de cine alemán los dos, JA. Mira tú por donde, anoche me estaba viendo "Los últimos días de Sophie Scholl".
ResponderEliminarYo estoy con antetodo en su exhortación a la lectura concreta de símbolos, aquitín y ahorita. Se sacan un montón de conclusiones.
Y si se me permite revolotear pesadamente (acabo de tomarme un aperitivo importante, y lo tengo enterito en la molleja) sólo hasta la primera rama baja del árbol de la abstracción, diría que la película de marras es posible en una sociedad que ya hace unos decenios ha cogido "il vizietto" (malo, según Victoria Prego, y unos cuantos más) de mirarse al espejo con una cierta sistematicidad y no dejar que la memoria de los momentos desagradables se vaya por el husillo.
Lo de las conciencias que dice el anfitrión de la casa está muy bien, pero chico, qué quieres que te diga, conciencia sin memoria no sé muy bien para qué carajo sirve.
Saludos pensativos,
¿por qué hay gente que solicita enchufes? ¿por qué hay gente que tiene "contactos"? ¿por qué hay gente que tiene precio? ¿por qué nos hacen polemizar 25 asesinados y no los 8000 obreros que mueren cada año en ESPAÑA?
ResponderEliminarPorque la partitocracia (que no democracia) es el sistema más malo conocido.
En este país nos regimos mucho por el principio de "tonto el último", y el dicho "ande yo caliente y ríase(muerase)la gente". Pero ¿cómo poner coto a eso?. Hoy practicamente todo el mundo aspira a que su hijo, su cuñado y la prima de su mujer estén bien colocados en la empresa equís (llámalo equís, llámalo Universidad, llamalo funcionariado). Y si para colocarlos es necesario pisotear la igualdad de oportunidades da absolutamente lo mismo. Siempre existe una buena excusa: "yo no soy el único".
ResponderEliminarY luego el domingo todos a misa o a reunión de partido.
Spain is diferent.
Magnífica la peli. Y suscribo la reflexión.
ResponderEliminarCreo, sin embargo, que si de pronto aquí se instaurara un sistema totalitario, la stasi local estaría integrada, esencialmente, por conversos, es decir, por quienes medran aquí y ahora y necesitarían desesperadamente hacer méritos para seguir medrando. También, por supuesto, querría apuntarse al carro la mayoría de los que ya estaban dentro en el franquismo (si es que he entendido bien a Antetodo), pero éstos o están ya fondones por la edad, o han perdido el sentido de la realidad indispensable para ser útiles al nuevo sistema. ¿O es que creemos que los totalitarismos son imbéciles?. Alguno duró más de 40 años. Insisto, ojo con los conversos. No hay más que recordar a López Garrido en el PC, y verlo ahora.
En cuanto a lo de los símbolos, no me fio mucho. Los mayores depredadores que conozco usan la piel de oveja, y no los símbolos del lobo. Y todos ellos, sin excepción, son políticamente correctos.
Y respecto a importancia de la memoria para construir la conciencia, es cierto. Por ello, precisamente, tampoco hay que olvidar el GAL, ni el saqueo de los fondos reservados, ni las torturas a Lasa y Zabala, ni las peregrinaciones a la carcel para visitar a Vera y Barrionuevo, ni los obreros de Sintel, ni el Estatut, ...
Que las (auto)biografías de muchos antiguos opositores al régimen franquista están maquilladas y bien maquilladas lo demuestra el hecho de que esos mismos supuestos opositores, con el pan aseguradísimo hoy día y desde hace muchos días, no son capaces de enfrentarse ni un poquito al cacique de turno: ¿cómo creer que en sus años mozos fueron firmes defensores de la democracia y objetores a la dictadura quienes, sin nada que perder, se pliegan y repliegan a los caprichos y arbitrariedades de capos con muchos parecidos con los de antaño? Esos valientes defensores de las libertades, que arriesgaron vida y fortuna en luchas preconstitucionales, se sienten ahora tan presionados por cualquier nímia presencia o llamada de teléfono, que no dudan en hacer lo que sea con tal de no escuchar la regañina del que ejerce tamaña presión. ¿Hay que creerse que esos sujetos corrieron delante de los grises? Anda ya, todo lo más fue de casualidad: iban a la biblioteca, o a alguna sesuda reunión intelectual, y les pilló la manifestación. Héroes de chiripa. ¿O es que les daban menos miedo las comisarías de antaño -con sus comisarios- que los mandamases de ahora? Anda ya, again.
ResponderEliminarSi se pudiesen revisar las (auto)biografías cuántas sorpresas nos íbamos a llevar...
Eso que dice usted, Antón Lagunilla, es extraordinariamente verdad, y me suscribo de corazón a todas esas memorias, que también son mías.
ResponderEliminarDiría yo que un test sencillo y fiable para distinguir la verdadera memoria de aquella ... llamemos interesada ... es que la verdadera es aditiva: a saber, si yo me acuerdo de A, y me recuerdan B, a partir de ese momento me acuerdo de A+B (y mi interlocutor también). La interesada, en cambio, se enreda en tristes tironeos de patio de colegio sobre que si A, que si B ...
Hombre... han citado por ahí a Sophie Scholl...
ResponderEliminarCuando llegué a Múnich, no conocía la historia de la Weisse Rose. Tardo-adolescente como era (siempre llego tarde a todo), me impresionó mucho pasear por la Geschwister-Scholl-Platz, encontrarme con las losas que semejan ser las octavillas lanzadas por los hermanos Scholl, y que les acarrearon la muerte... y oír allí mismo la historia de boca de una estudiante. En algunos ratos solitarios del invierno muniqués paseaba por allí, pensando en el triste sino mosaico de empujar la historia para no verla parir... y en si yo tendría los huevos que hay que tener, llegado el caso...
El miserable asesino en masa Roland Freisler (el alemán) chillaba como un mono durante la farsa del juicio que llevó al asesinato de los hermanos Scholl. Rolando: cámbiese el nick, no se ensucie el alma. Aunque no sea por no asociarse al nombre de un asesino; aunque sea sólo por no asociarse a un puto chillón descerebrado.
Estimado Ante
ResponderEliminarPara mí Roland Friesler representa a un jurista que defendía unos principios que de no ser por el capitalismo hubiesen llevado a la humanidad (recuerde que tanto en la Werhmacht como en las SS lucharon entre otros : hindúes, iraníes, palestinos,negros, cosacos) al estado social de igualdad absoluta en lo material que yo defiendo.
Tampoco olvide que la Sophie Scholl esa era comunista, sin comentarios de lo que han representado en la historia de los crímenes demostrados y represores de la libertad.
Si chillaba como un mono, lo desconozco, no estaba allí para opinar, también Gómez Bermúdez tenía poco de demócrata cuando mandaba callar el otro día al moro Zohuier ese de los cojones, por las buenas o por las malas. es el rollo de los jueces Freisler no iba a ser una excepción.
Por otra parte, el nick es lo de menos, que no me corrompa jamás es lo importante.
Freisler, no sea melón.
ResponderEliminarFreisler fue un asesino. Un miserable. Un mierda cobarde, que murió como una rata en un bombardeo por no volver al frente al que, sin embargo, debían ir los hijos de otros. Un asqueroso pervertido. Un nacionalsocialista convencido. Un hijo de perra que envió a MILES de personas a sufrir tortura y a ser asesinados. "Tres condenas de muerte al día", decía Wesel. Y la causa: extender sus ideas. La bomba que barrió sus cobardes sesos de la tierra fue un desperdicio en sentido económico.
Sophie Scholl fue una heroína. Su memoria es honrada hoy por quienes no juegan de oídas (y de oídas de una radio rota) lo saben. La vieja facha Múnich lo sabe. Alemania lo sabe. Pero no se altere: repita el mantra aprendido: es que todos los alemanes son tontos y la culpa inducida por los yanquis les impide ver esa clamorosa verdad que usted ve con claridad, por su superioridad intelectual.
Estoy seguro de que conserva decencia suficiente para, en algún momento, salir de ahí.
Estimado Ante
ResponderEliminarFreisler no fue un asesino, al menos se opuso a los que sí son asesinos reconocidos por la historia : los comunistas y los falsos socialistas, a los que al menos se les proporcionó un juicio justo.
Al menos murió, no como un cobarde, sino por un bombardeo, como la soldado muerta en afganistán que murió por un bombazo también ¿como una cobarde conduciendo una ambulancia?, en el frente tampoco está ZP.
Era un nacionalsocialista convencido, por tanto, deseaba la igualdad de todos los seres humanos.
Me niego a creer que enviara al asesinato a no se cuanta gente, no obstante, si lo hizo, debía ser la costumbre en la época ¿le suena Vichinsky?
Si la bomba que lo mató fue un desperdicio, la bala que mató a Salvador Allende no tiene precio.
Sophie Scholl era comunista, sobran comentarios, una miserable, una mierda cobarde tirando octavillas traicionando a Alemania, fue juzgada y condenada ¿hay que acatar no?
Yo conservo toda la decencia que he tenido siempre, cuando estaba en la calle seguí las reglas a rajatabla (de los pocos)y no debo nada a la sociedad porque lo pagué; cuando reflexioné he seguido con la conciencia virgen, pero mis ideas políticas aunque me perjudiquen socialmente no me importa porque esta sociedad me parece tan injusta que un pensamiento tendente a la igualdad absoluta material me parece lo único plausible.
Estimado Rolando:
ResponderEliminarSé que meterse aquí trae más lío que beneficio, pero es que el rose crea el cariño. Me voy a intentar meter a argumentar que Elvis no vive.
Denuncie por estafa a su dealer ideológico: el material que le pasa es malo. De verdad: no vaya diciendo por ahí donde quiera ser respetado intelectualmente lo de nazismo e igualdad.
Una de las principales premisas del nazismo es la DESIGUALDAD, el establecimiento de una DIVISIÓN POR CLASES (clases en sentido clasificatorio, como "Arten", no como "Klassen").
Para el nacionalsocialismo, la igualdad de los hombres es una premisa liberal-atomista, propia del decadente individualismo occidental. Muy clarito lo dejan Schaffstein y Dahm en Liberales oder autoritäres Strafrecht?: sobre todo los últimos avances genéticos obligan a abandonar el dogma de la igualdad (p. 17).
En su aportación al Grundlagen der neuen Rechtswissenschaft, el Larenz que luego se demostró un embustero cobardón (cuando llovía del otro lado vino a decir, en traducción libre, que "no sabía que Hitler era nazi") dejaba claro cómo la personalidad en Derecho sólo podían tenerla los alemanes de raza. Los miembros de otros pueblos no degenerados (i.e. germánicos) podían tener una personalidad jurídica disminuida. Los demás, basura del sur del Danubio, Sudländer, Juden y demás, no. Ni miajiten de Rechtspersönlichkeit.
Para el nacionalsocialismo, la igualdad no es igualdad DE LAS PERSONAS, sino igualdad POR CLASES (Artgleichheit): a todos los arios alemanes igual, a todos los judíos igual, a todos los gitanos igual, a todos los infraseres del sur del Danubio igual, a todos los desafectos al régimen por igual.
Uf, qué igualdad. Como haya nacido usted gitano, no sólo está jodido: está encerrado, a diez minutos de la esterilización y ¿no es ese su tren para Treblinka?. Pa qué hablar de los judíos; recuerdo la clase de doctorado de Garcíamado sobre cómo el hijoperra juez aplicaba la hijoperra ley de castigo de la Rassenschande no sólo al judío que yaciese con aria, sino al que le regalaba flores. Garciamado ha escrito mucho sobre los hijoperras jueces, más nazis que los nazis. Tengo una portada rota del Deutsches Justiz del año 41 que me regaló un medio nazi borracho hace años. En la parte trasera tiene un anuncio de la "Arrendamientos Urbanos y Ley de Desjudaización"... De asesinatos en masa no voy a hablar. A esos sí que les salió barato, más que al puto De Juana (por cierto: genial éste y también éste.
Pero sigo.
¿Yonqui? Como haya sido usted yonqui, despídase de sus huevecillos (funcionalmente hablando): si sale con vida del Lager y quiere hijos, se los alquila (BOCK, Zwangssterilisation im Nationalsozialismus).
Huy, los yonquis. Mala época el 3. Reich para desintoxicarse. Los yonquis eran Gemenschaftsfremde ("ajenos a la comunidad"). Su "Art" o "Clase" la conformaban ellos, los borrachos, los homosexuales y las putas, entre otros. En los Lager debían ser esterilizados. Castración química o de la otra. Esta panda, los Gemeinschaftsfremde (o "ajenos a la comunidad") son Untermenschen. Su carácter de infrapersonas tiene, según los nazis, un origen fundamentalmente biológico. Por ello, no sólo no pueden mantener Verkehr con arios, sino con nadie. Kastration y a tomar por culo (huy, perdón: Kastratión y a no tomar por kulo nunca más. Ni a tomar alcohol. Ni morfina. Ni a hacer la kalle). Pero tampoco es mucha pérdida, ¿no? Cuando hablamos de igualdad, no nos importan yonquis y putas... bueno, y de disidentes. Porque los disidentes -o los que se afostiaban con un SS- con frecuencia también se ganaban un viajecito al Erbgesundheitsgericht o Tribunal de Salud Genética, como bien comenta Muñoz Conde en algunos de sus trabajos (este que cito no es lo mejor que puede leer; él mismo lo ha mejorado en la 4ª ed. de "Edmund Mezger...". Le dio la vena y entró en los archivos a leer, a leer papeles nazis...).
Tampoco los Lebensunwertige (los "sujetos de vida sin valor") iban a ir muy lejos: enfermos terminales y enfermos mentales. Como ve, estos son tratados como iguales... ¡entre ellos! (pero no como iguales a los arios sanitos). ¡Enfermitos al cielo... pero contra su voluntad! Uy como sea usted esquizo. O un poquito paralís. Hoy toca inyeccióooon... y mañana ya no. Allanó el camino el viejo facha de Binding, ya más viejo que facha, con aquel artículo que cofirmó sobre la vida sin valor (aunque no quepa imputarle las barbaridades ulteriores: era un artículo teórico que, a fin de cuentas, no dista tanto de cosas que se dicen hoy por santones democráticos irreflexivamente alabados). ¿Tiene usted algún primo majara, algún tío canceroso? Pues qué suerte: el alemán del año cuarenta no.
(Por si los revisionistas iluminados: lo aquí expuesto lo saco de artículos escritos sobre los papeles del propio Mezger -sobre todo, del "Inwieweit werden Asozialen durch Sterilisierungsmassnahmen erfasst?", que tradujo Muñoz Conde-, que estuvo en el año visitando Dachau, midiendo huevecillos y cráneos para su bonita ley contra los Gemeinschaftsfremde. Su parágr. §13 decía: "En el caso de que pueda esperarse de los extraños a la comunidad una descendencia indeseable, deberán ser esterilizados").
O sea, resumiendo. Que había igualdad, mucha igualdad. Igualdad para aburrir. Pero siempre que elimines antes a los desiguales. A los putos yonquis castrados. A los putos librepensadores encarcelados o asesinados. A las putas putas encerradas. A los putos liberales deportados. A los putos sozis fusilados. A los putos borrachos internados. A los putos locos recluidos y sometidos a experimentos inhumanos. A los putos enfermos terminales asesinados. A los putos judíos exterminados. A los putos gitanos barridos del mapa. A los putos eslavos sometidos. A los putos disidentes aterrorizados. A los putos lanzadores de octavillas, gracias, que con menos de veinte años tienen probablemente más huevos que todos los que han pasado por estas páginas.
Ah: y ¿hay que matar comunistas? Menos mal que no triunfan sus tesis, Rolando. Si ella por comunista tenía que ser asesinada, ¿usted por nazi? Por lo menos, en aplicación del mismo criterio, habría que correrlo a gorrazos. Pero gracias a los cielos, no va a pasar hoy. Tranquilo. Los tontines que sí nos creemos esto de la igualdad le protegemos. Ah: y vamos ganando, según me dicen de dentro del TC. Ya sale (miiira, sólo con cinco años de retraso) su sentencita sobre el capullo de la librería Europa. Y sale bien para usted, pero sobre todo bien para todos. Porque sólo es bueno para todos el sitio donde usted puede soltar sus octavillas electrónicas sin que un hijo de perra asesino le pueda poner más peros que una palabra.
Atentamente,
ATMC
Ante Todo,
ResponderEliminarcalma, hombre, calma.
No critico la riqueza informativa con la que nos regala, ¿pero acaso cree que determinadas elecciones personales se hacen por falta de información?
No, no, lo que falta en esos casos es otra cosa.
En cuanto a la historia ... el nombre de cada uno está donde está, y no es gratuito. En este caso, lo que importa es recordar a una de las chiquillas más valientes, lúcidas y nobles que haya parido madre. Sophie Magdalena Scholl.
Hay quien sigue hablando mediante categorías políticas de la Revolución Francesa; por mí, como si quieren clasificar a la gente por su signo del Zodíaco.
Creo en cambio que una buena forma de identificar algunas acciones políticas es fijarse en si afirman la vida, la razón, la centralidad de la persona, la esperanza. Sophie pasa brillantemente todos esos "humildes" tests; de alguna forma no cuantificable, ella y su gente han conformado un granito, y no el menos luminoso, del tiempo donde vivimos.
Con esa impagable chispita de luz -que se junta a las de otros "locos", como quien traía aquí JA hace unos días, que se atrevieron no sólo a escribir poesía después de Auschwitz, sino a escribirla sobre la misma Gran Matanza, y a escribirla en alemán ¡tiene tela!-, volvieron a dar dignidad a Alemania, ni más ni menos. Y de rebote, a todos nosotros.
Un abrazo,
Estimado Ante
ResponderEliminarNo me venga con trasnochamientos de antes de 1945, porque si no, traigame a colación los escritos de antes de 1945 de los comunistas y socialistas de nombre, que seguro que encuentra páginas memorables. Ya le he dicho y no me lo ha refutado que hay que entender el contexto en que escribió Quevedo su poema Boda de negros de otro modo tendríamos que tacharlo de poeta racista.
La igualdad que predicamos los nazis no es por clases como Vd afirma, es para el conjunto de la humanidad. Como se demuestra que en la Werhmacht y en las SS lucharon negros y árabes junto con alemanes más blancos que la leche.
Cómo que en USA no esterilizaban en aquella época y vuelta al trasnochamiento, eso es como si me dijera ahora que esto no es una monarquía parlamentaria porque Felipe IV escribió que el y Dios uno. ¿Qué tendrá que ver las circunstancias en que los nazis fundadores dijeron esto o lo otro, para que persiguieran la igualdad? acaso porque Arana dijese lo que dijo de los castellanos ¿es indigno Ibarreche?. El nacionalsocialismo originario tuvo fallos , por supuesto. Vd mismo admite con toda la sangre fría del mundo y sin ponerse ni colorao que debemos aceptar la corrupción o que siempre la habrá, no se exactamente lo que dice o prefiero ignorarle a Vd cuando dice esas barbaridades. Habla de los borrachos, pero si un nazi en tiempos de paz sólo puede morir de tres cosas : de sífilis, de cirrosis o de un tiro por la espalda.
Pero que dice de encarcelamientos y de librepensadores y de yonquis, si ya le ha demostrado a Vd Tumbaíto por activa y por pasiva que el PSOE constitucional de 1978 las ha liado más que eso que Vd cuenta : los mendigos cobayas humanas, las torturas incesantes en comisarías,cuarteles de la guardia civil, la policía local de Torrevieja, hasta el día de hoy... siempre mirando la paja de los abuelos en el ojo ajeno y no percatándose del poste de iberduero metido en el propio culo.
A Scholl no por comunista, sino por delincuente, conforme a la ley alemana de entonces, se la juzgó y se la ejecutó, no se la asesinó. Si hubiera sobrevivido , la hija de perra de la Scholl hubiese formado parte de la Stasi, que se joda.
A mí no hay quien me corra a gorrazos, a mí se me puede matar porque no llevo la capa de Supermán puesta, pero que me defiendo de los gorrazos o de lo que sea eso fijo, o por lo menos lo intento. A mí , se me ha ahostiado en comisaría , en una comisaría muy demócrata, por maderos muy demócratas entre injurias variadas, entre las que se encontraban lindezas a mí forma de pensar. Y ya ve, tengo que perdonar y memorizar historicamente.
Deje de flipar con muertes y campos de concentración ajenas, que bien está, y fíjese en los obreros de la construcción que mueren en ESPAÑA a diario.
De verdad, no siga retratándose con lo de los nazis y la igualdad. Sus cuentos se quedan en cuentos: yo le estoy citando a los principales nazis. Artgleichheit. Las citas son de Freisler, Dahm, Mezger, Larenz, etc. ¿No le gustan? ¿Cómo nazi no está de acuerdo con esa “igualdad por clases”? Caray, vaya usted a saber si no es un nazi... ¡a lo mejor es un socialista, con la búsqueda de tanta igualdad! ¡Qué horror!
ResponderEliminarCada vez que usted u otro de la cuerda me dicen que buuuu el PSOE, me sonrío. El Feindprinzip les ciega: “si no piensa como yo, debe ser un sociata”. Desde que debí tener uso de razón (la tuve mucho despúes... creo), voto a otro partido -con bastante fidelidad, if I may say-. Supongo que ese argumento le vale con los sociatas: a mí me la bufa por partes. Por el contrario, mi acción política en relación con el PSOE, cuando tocó, fue apoyar en la medida que entonces podía la acusación de los GAL (si me pongo a recordar, me acordaré bastante bien de los sumarios: sólo tengo buena memoria para el Derecho). Y no fue echando unas cañas y diciendo memeces en un bar con los amigos, ni haciendo pintadas. Los criminales de Estado siempre me han producido la misma náusea, como a la mayoría. Por eso el nazismo da asco al mundo. Pero no sólo el nazismo: todos los comunistas, anarquistas, liberal-ecolo-ecumenistas que hayan castrado, asesinado, deportado, mutilado y torturado como los nazis nos merecen náusea ética, y es brutal si ha sido del modo industrialmente masivo de los amiguitos de Himmler. Mi escupitajo moral para quien se ponga como nick “Vichinsky”. Si usted cree que se puede poner “Freisler” porque otro se pondrá “Vichinsky”, se pone en la línea del mismo reproche ético, y encima sólo se justifica con un injustificable. Como quien quiera reivindicar el genocidio belga. Como quien diga que está bien torturar a etarras en Intxaurrondo (aunque los belgas torturaron miles de veces más congoleños... pero ahí tiene el viejo dogma cristiano de que hacerlo a uno es hacerlo a todos). Como quien alabe los asesinatos en masa de Darfour (pero a lo bestia: allí la tecnología no les da para la masiva maldad industrial del nazismo). La verdad es que, en mi modesta opinión, y aunque no me la haya pedido (nadie se la pide a nadie), no llega a gran altura cuando resume que es nazi y da igual porque también Stalin fue un genocida, y Arana un maldito racista (caray... ¿le fastidia el racismo? Pues vaya un nazi). Inspirados en Arana han matado novecientos. Los amiguitos de Freisler, millones.
Para casi el final dejo las citas, que queda feo citarse. Me re-cito sobre corrupción: a) como otros tantos delitos, es el coste del funcionamiento de una sociedad; y b) sólo una sociedad enferma dejará de perseguirla. Como los hurtos en supermercados: existirán mientras haya supermercados, pero sólo un supermercado gilipollas dejará de perseguirlos. Me encantará saber que tiene usted la misma posición con el nacionalsocialismo. También me dejará bastante perplejo.
Vaya, no sabía lo de los mendigos cobayas. Si es cierto: que acogoten legal y penalmente con esa mierda de émulos de Mengele y demás nazis. ¡Que ardan en el infierno con sus predecesores!
Por concluir, en materia de obreros de la construcción yo ya hago lo mío. Modestamente, sin buscar un duro; poquito, porque no puedo dedicarle mucho tiempo... pero más que cuando no hacía nada, y más que los curas obreros, que sólo sermonean de lo que se acuerdan cuando subían al andamio. Es lo de la conciencia, le sonará. Como dije en el anterior post, estaba seguro de que algo le debía quedar dentro. Las palabras que dice respecto de la Scholl, pura impiedad, puro pecado si es que existe, me dejan perplejo...
Y den por rebajado el tono si es que me ha salido demasiado fuerte y si se me ha vuelto a escapar la calma. Denlo por rebajado hasta la última frase.
ResponderEliminarEstimado Ante
ResponderEliminarVeo que sigue utilizando al "hombre de paja" que tanto le gusta.
Que no saque Vd de contexto las citas de los juristas nazis, al igual que a nadie se le ocurre sacar de contesxto a Quevedo con el tantas veces citado poema Boda de negros.
Yo soy nazi y vivo en el siglo XXI por lo que no me puedo enrocar en frases y argumentos de 1933-45. Le insisto en que no soy racista como no lo fue el Fürher, volvamos a ver la composición del ejército alemán y de las SS y verá como no había racismo, ni estaban en unidades de segunda los que no eran alemanes de origen.
Ante, ¿Vd cree que si hipoteticamente llegara el fascio al poder, entraría yo (o cualquiera de mis camaradas) pistola en mano en su despacho y le pegaría un tiro en la cabeza, deportaría a su familia a un campo de concentración y les gasearía sólo por pensar diferente de mí en el plano político?
Mire a ver si me ayuda en lo que le pregunto en el post de arriba de garciamado y se deja ya de ver demonios y fantasmas de 1930 y ss, que parece que va Vd de peyote con tanto flipe.
Querido Antetodomuchacalma. Somos muchos los que suscribimos al cien por cien sus atinadísimas "observaciones" sobre un nazi como lo es -él mismo confiesa serlo- Víctor Velázquez (Roland); observaciones, por lo demás, nada subidas de tono -a otros, dicho sujeto hace que nos hierva la sangre y, por eso, nos traguemos tantas veces los "comentarios" y sensaciones que nos provoca su personalidad y sus creencias-.
ResponderEliminarDe todos modos, "espabile" usted. Y la próxima vez que Roland, con tono amable y humilde, le pida asesoramiento para resolver alguno de sus pleitos como abogado, mándele a ...., o, mejor, infórmele de cuánto son sus honorarios por dictámenes jurídicos. ¡Pero qué se ha creído ese tipo...¡
Fascismo, en sus diferentes variantes, y comunismo son palabras vacías en el discurso político de hoy. Han sido empleadas como insulto, arrojadizamente, y ello ha cancelado, por exceso de interferencias emotivas, el sentido que pudieran haber tenido.
ResponderEliminarUn análisis sumario de los discursos en esta bitácora -como en el mundo externo- muestra que el empleo de estos términos es, en realidad autodefinitorio, y lo digo con el máximo respeto. Cuando Alfa predica de Beta la condición de "fascista", lo que tiene valor informativo en esa proposición ya no suele ser tanto la aplicabilidad de dicha (desvaída) etiqueta a Beta sino, reflexivamente, el hecho ideológico y emotivo de que Alfa execra el fascismo. Ídem, por supuesto, para "comunismo" -aunque no sea, rigurosamente hablando, un opuesto polar.
Creo que tendríamos que limitar nazismo, fascismo, franquismo (nótese, etiqueta más débil y oportunista, en cuanto generada a partir de un nombre proprio, no de uno colectivo), comunismo … al análisis histórico.
Lo digo porque otro fenómeno interesante, como observador lingüístico, es la facilidad con la que se prescinde de la historia y se proyecta instantáneamente sobre el tiempo presente. Es curioso que algunas personas exhorten a la contextualización histórica para leer determinados hechos, y al mismo tiempo practiquen con entusiasmo el mecanismo de la "culpa histórica", por la cual si Gamma se dice en 2007 (un tanto ingenuamente) seguidor del "gammismo" -o incluso sin que se dé esa circunstancia-, inmediatamente Delta le atribuye personalmente todos los crímenes cometidos por el "gammismo" desde el último big bang hasta el tiempo presente, y lo responsabiliza igual de personalmente sobre todos los que pudiera cometer hasta el próximo big bang. Es algo así como la teoría del pecado original, pero en versión post-einsteniana, aplicada en todas las direcciones del espacio-tiempo. Ocioso es decirlo, proveniendo del pasado y del futuro al mismo tiempo, sin redención posible.
De nuevo, estas proposiciones aportan poca información sobre Gamma -desde luego, ninguna sobre su responsabilidad ética- sino reflexivamente sobre las posiciones personales de Delta -y de Gamma, cuando al vapuleo precediera autodefinición. Otra cosa es que la estrategia de la "culpa histórica" destruya -yo creo que intencionalmente, y que es ése su verdadero objetivo- casi irreparablemente la posibilidad de que ambos sigan comunicando.
Diría, sobre la contextualización histórica, que es un instrumento útil de lectura para comprender mejor, pero no un argumento para la absolución sin más. Me suena sensiblero traer a colación figuras artísticas o literarias; pues me parece una insubstancialidad romántica la suposición implícita, a saber, que la condición de gran artista o literato sitúe más allá del bien y del mal; por el contrario, diría que ahora, y en el siglo XVII, quien adquiere notoriedad pública asume responsabilidades éticas adicionales. No hay ninguna correlación prefijada entre dichos rasgos: se puede ser al mismo tiempo un inmenso poeta, un pésimo traductor de los clásicos, un polemista vitriólico y testarudo que equivocara la dirección de la mayor parte de sus sátiras, y un gran cabrón amargado. Aparte de ser un argumento sensiblero, es inútil; porque en la misma época de la que se discute había demostrablemente personas, cierto que una minoría (no creamos que han cambiado tanto las realidades profundas, aunque sí lo hayan hecho los discursos públicos), que demostrablemente no cojeaban de ese mismo pie -se hablaba del racismo, pero se podría extender el análisis. Disculpar discursos superioristas un siglo (mal contado) después de De Las Casas, de Vitoria, de Grocio, de Erasmo, por seguir en el ejemplo propuesto, me parece que es, si algo, grave decontextualización histórica. El debate estaba perfectamente configurado en sus líneas maestras, y quien tomara campo, que apechugue con las consecuencias.
El primer tercio del siglo XX ofrecía, por supuesto, muchas más posibilidades de comparación con otros pensamientos, por lo que es precisamente la contextualización histórica, y no sólo la aplicación de criterios actuales, la que permite formular juicios muy, muy severos sobre las manifestaciones históricas del totalitarismo. Por ponerlo en ejemplos de nuestra tierruca: no son los blandos discursos de Rodríguez Zapatero o Blanco los que ponen en crisis a la variante patria de esa mala hierba, sino mucho más poderosamente, tanto por estatura intelectual y moral, como por vigencia contextual, los de Miguel de Unamuno.
Comprendo la impaciencia de AnteTodo, pero la pondría en perspectiva. Creo que determinadas autoetiquetas que se manejan aquí son inocuas, aún en su extremado mal gusto. No tienen fuerza de reivindicación histórica del patético personaje al que se refieren, cuya marca indeleble de infamia es evidente por el simple hecho de que el 99% de las referencias que se hacen al mismo es cuando se recuerda a las mujeres y varones que condenara pseudojurídicamente en sus delirios de sumisión al amo. Como cuando Bulgakov escribió una deslumbrante novela sobre un procurador de Judea llamado Poncio Pilato … Pero qué quieren, es como si se me presenta un colega a una reunión con camisa verde fluorescente y corbata blanca con grandes lunares rojos; trago saliva y lo compadezco, pero no pasa de ello. Desde luego que intentaré mencionarla lo menos posible, sobre todo si creo intuir que la tal corbata ha sido escogida precisamente con la intención traviesilla de que se comente con indignación.
Hoy en día, en Europa Occidental, autodefinirse como nazi no pasa de ser un juego romántico un tanto traumado, una contestación de salón a las marcadas insuficiencias democráticas del sistema. Inocuo por su intrínseca incoherencia; quien, más allá de las fáciles autodefiniciones, se pusiera a vivir realmente como nazi histórico en sus acciones de todos los días, según las directrices operativas concretas que nos recuerda doctamente AnteTodo, acabaría entre rejas rápidamente, por simple aplicación de ese imperfecto instrumento, execrado por algún forista, llamado Código Penal. Y subrayo: entre rejas por sus acciones, no por sus ideas. En cuanto al "nazi" que está fuera de rejas, se está aplicando a sí mismo una penalidad, si cabe, más dolorosa, que es la de saber cada mañana, al mirarse al espejo, que no vive lo que profesa. Diría más aún, como Dupont y Dupont, los pocos casos que conozco -y tengo un caso cercano …- muestran, rascando bajo la superficie, un cierto sentido crítico, un malestar ante el mundo contemporáneo, ¿y quién no lo podría compartir, aunque deplore la falta de adaptación emotiva y de instrumentos culturales para expresarlo mejor?
Cuando una palabra se carga emotivamente, se uso se generaliza y se hace impreciso. Por ejemplo, se ha vuelto frecuente calificar de nazis a los delincuentes de los tumultos callejeros del Norte -que no borroka, termino bushblairaznariano donde los haya. Con ello, se está cumpliendo un achatamiento del pensamiento: "se comportan como se comportaban los nazis, luego son nazis". Con la misma calidad de silogismos, afirmaríamos que ciertos cartageneros prominentes en la vida política española son, en vez de cartageneros, miembros con carnet de la Cosa Nostra: no sólo sería factualmente impreciso, sino que desviaría del (utópico) fin presublimente perseguido por la observación, a saber, ir trayendo un poco de decencia a la vida pública del país. Volviendo a los (desnortados) chicarrones de la pedrada y la lata de gasolina, etiquetarlos como nazis, aparte de que no respeta su derecho a la autodefinición (como recordaba un forista hace unos días con suma correción lógica; lástima que patinara acto seguido asumiendo acríticamente que ese derecho a la autodefinición suponga automáticamente la corrección conceptual de tal definición), nos desvía en lo práctico de lo que se trata, que es aplicar ¡con perdón, como decía Pascual Duarte cuando mentaba el guarro!, el Código Penal, y en lo simbólico les asigna una trascendencia como agentes del mal de la que, en su miseria, carecen absolutamente.
Considero mil veces más peligrosos a quienes vistiendo ropajes políticos "mainstream" (aquéllos con representación parlamentaria, con total seguridad para todas las formaciones menos una, e incluso con buena probabilidad para ésa que queda y a la que Vd distingue con sus preferencias electorales, AnteTodo; otra variante clásica, y en gran boga, son los ropajes confesionales) van a medrar, a mover intereses y a arrimar el ascua a su sardina. Ésas si que son las acciones totalitarias del presente. La pistola en la sien de los años treinta ha tomado la forma actual del plan general de ordenación urbana apañado, o de la privatización de saldo para los amigos, o de los acuerdos heterodoxos en restaurante caro con las "autoridades" reguladoras, o de las pretensiones de financiación especial, y los aparatosos correajes de cuero basto se han reducido ¡maravilloso esencialismo postmoderno! a una elegante y carísima tirita con etiqueta italiana alrededor de la cintura, o a unas gafas de sol de muchos cientos de euros. Pero aunque el totalitario se vista de Dolce & Gabbana (alábenme el autocontrol, que he puesto la rima en Milán, y no en la Cartagena mediterránea) … totalitaria le hiede la almorrana … Y si mantenemos ojos y oídos abiertos, no hay tarjetazo en tienda de ropa tan mala como cara que modifique una coma de los discursos ni de las obras. Siguen siendo igual de fáciles de reconocer, los pocos cabrones, y los muchos borregos, como lo fueran hace setenta años.
Propondría emplear, como término todavía razonablemente eficiente, el de totalitarismo, o mejor aún autoritarismo (es una predilección personal, pues enfatiza lo individual, psicológico, sobre lo colectivo y político). No me gusta la expresión "totalitarismos" con pretensión de copertura de un vasto espectro ideológico porque vuelve a dar predominancia a esos signos desvaídos, y a devaluar el fuerte denominador común frente a los debilísimos pretextos de diferenciación ideológica. Es un fenómeno bien definido, aún en su complejidad, con rasgos políticos, sociales, psicológicos. Algunos de los pensadores que comenzaron brillantemente su disección, en los años cincuenta, estaban personalmente heridos y traumatizados por el abismo en el que habían caído Alemania e Italia, de manera que lo identificaron con la expresión contingente del nazismo y fascismo. Vista con ojos de hoy, dicha identificación le hizo un flaco favor a sus ojoabrientes aportaciones teóricas. Hay que abandonarla definitivamente si queremos abstenernos de forcejeos de patio de colegio, de empobrecedores "y tú más". Subsisten penosos rasgos de este trauma, por ejemplo, en la legislación antinegacionista de algunos países europeos, cuando la mejor respuesta al negacionismo no son edictos, sino la justa combinación de datos históricos y carcajadas.
Resta el hecho histórico evidente de que aunque el síndrome de personalidad autoritaria ha existido siempre y probablemente existirá por mucho tiempo (permítanme expresar a través de este inocente deseo de asimetría un personal ramalazo horckheimeriano), la mayor parte de sus expresiones han sido ejercidas en defensa del statu quo. A mi juicio, no han sido "conservadoras", término que tiene su dignidad política, puesto que tiene detrás un pensamiento y una evolución, y que presupone un reconocimiento de otros pensamientos, de otros individuos … sino impositivas. A veces ese statu quo venía de siglos atrás, a veces venía de un cambio relativamente rápido y reciente, de una Sierra Maestra cualquiera. En los primeros casos, ha solido ser burdo y arrogante, invocando derechos divinos, revelaciones, razas superiores, manos invisibles, o pseudomísticas e inexistentes unidades en lo universal. En los segundos casos, ha sido más súbdolo e insidioso, y ha contribuido poderosamente a la confusión de ideas: ha disfrazado su construcción de un statu quo y su aprovechamiento autoritario del mismo bajo otras ropas; algunas derivadas de su génesis, en la que efectivamente hubiera elementos de lucha contra un statu quo autoritario precedente, donde participaran de buen grado personas no autoritarias; otras derivadas de su sucesiva colocación en un sistema de mayor orden donde se pueden disfrazar de fuerza antagonista a un actor hegemónico autoritario -disfraz que sólo subsiste en la medida en que la otra parte contribuya a sostenerlo con acciones idiotas, autoritarias al fin y al cabo. Pero sigue siendo fácil de reconocer ...
A fin de cuentas estamos hablando de inseguridades personales que se expresan, esencialmente, o como codicia irreflexiva sobre la materialidad que nos rodea, o como afirmación apriorística de la propia superioridad. O como las dos cosas. Éticamente ambas confluyen en una sola especie, en la negación del otro como coinquilino en el mundo de la vida, la cual adopta una amplia gama de expresiones, que espacia desde el cavarle una tumba en las nubes, mediante un simpático horno crematorio, hasta el asignarle derechos ciudadanos de segunda clase. Inseguridades personales que llevan a dilatar por la fuerza el propio ámbito de vida, destruyendo en primera instancia a otras personas, en última instancia autodestruyéndose. Como ya se identificara en los años cincuenta, la raíz última del autoritarismo es miedo a la vida y atracción por la muerte.
Es otra de las razones por las que no me pondría demasiado borde con el forista de la corbata (a propósito, me parece francamente incorrecto citar nombres propios sin el consenso del interesado, y recomiendo encarecidamente al propietario de estas páginas que retire la mención, y que recuerde a los foristas reglas básicas de conducta), puesto que, aún sin conocerlo personalmente, creo leer en lo que escribe demasiado amor a la vida como para tomarlo seriamente por nazi.
Saludos,
Anónimo
ResponderEliminarCómase Vd mis cagaos. Si le pido dictámenes a Ante es para reirme un poco de su incompetencia.
Un amigo
ResponderEliminarEste blog, es un sitio de libertad y Anónimo, no miente ya que tras el nick de Roland Freisler estoy yo, Víctor Velázquez Glez DNI 9739848-S con domicilio a efectos de "lo que se quiera" C/ Ramón y Cajal nº 31,3º Izda (Barrio de Santa Marina) LEON. Y tengo muchos defectos, pero tengo una virtud, que no hay ser humano que pueda decir que me he vendido.
Seguiré usando el pseudónimo porque considero a Freisler un jurista que buscaba lo que nadie quiere (excepto yo y mis iguales) : la igualdad absoluta en lo material.
No hace falta solicitar de garciamado que retire ningún post, la libertad por encima de cualquier cosa y si lo retirase, lo pondría yo otra vez. Si se da cuenta sólo se pueden meter con mi forma de pensar, con mis opiniones.
Le digo lo mismo que al penalista, no se preocupen tanto de derechos estúpidos y fantasías del pasado y preocupense más por lo que tienen a diez minutos de sus casas y no lo quieren ver. Jetas.
Estimado Víctor,
ResponderEliminarsu autorización a publicar datos, incluso los innecesarios, modifica formalmente la situación, qué duda cabe.
Lo que no cambia es la secuencia de eventos; la publicación de datos personales se ha producido, demostrablemente, antes que la autorización, y eso era y sigue siendo incorrecto.
Y desde luego no aporta nada, ni autorizada ni desautorizada, a la discusión que, salvo prueba en contrario, es "lo que quiere" quien acuda a esta bitácora ... de libertad.
Saludos,
"Demasiado amor a la vida como para tomarlo seriamente por nazi". Modestamente y sin ninguna lectura que lo corrobore, creo que la vida que no amaban los nazis era la de los otros. Que yo sepa, empezaron a suicidarse -los que lo hicieron- cuando intuyeron que su destino era ser prisioneros de los ejércitos aliados; y cuando intuyeron que ese era su destino, la mayor parte de ellos huyó, o se desnazificó, o mintió y trató de destruir cualquier prueba que le implicase. Si no recuerdo mal H. Arendt relata en Eichmann en Jerusalén cómo en los últimos momentos de la contienda algunos nazis importantes empezaron a frenar las políticas de exterminio para sumar puntos ante los aliados en caso de perder la guerra.
ResponderEliminarSi la película El hundimiento tiene alguna virtud es precisamente la de mostrar que quienes causaban atroces daños y cometían semejantes bestialidades, amaban a sus perros y se preocupaban por sus secretarias.
Autodefinirse nazi no es una cuestión estética (salvo que uno sea un descerebrado de diez años a quien le gusta la esvástica y no sabe lo que significa), no se puede comparar con la corbata a lunares. Fraisler no es inimputable, tiene información, ha hecho una carrera -aunque eso signifique bien poco hoy día-. Es lo que él mismo dice ser. Seguir dándole alas ya es asunto de cada uno.
Un saludo y buen día
P.D.- He leído muy rápido su inteligente comentario; si lo he entendido o interpretado mal, le pido disculpas.
Venator
ResponderEliminarlos camaradas que se suicidaron, lo hicieron porque intuían que iban a ser ahorcados incinerados y esparcidas sus cenizas al viento, entonces ya sabe lo que se dice en esos casos, muero donde quiera yo, no donde querais vosotros.
¿a Vd le da miedo la muerte Venator? ¿sí?
Un amigo:
ResponderEliminarLo de la rebaja de tono iba por usted, que parece que le zahería la poca calma; pero no incluía la última frase.
Menciona usted en su largo, largo comentario el "Master i Margarita". Es una novela maravillosa que me absorbió en su día (en su -otro- día fue rechazada por los del sol que más calienta por antirrevolucionaria...), pero no la definiría como la novela de Pilatos. ¿Sería una novela satánica sobre el forzado ateísmo del comunista porque sí, el amor fou, la redención por el wild side, la existencia más intensa de Satán en lo cotidiano y de un Cristo cotidiano en lo trascendente, lo tangible de un amor que cuando se va, deja el hueco de toda la vida que desplazó, sobre la específica lucidez del loco, sobre el arte funcionarializado, etc.?
Insinúa usted que los fallos volitivos no deben ser tratados como cognitivos... Tja...
En la obra de un fulano llamado Kargl, iluminadísimo en mi modesta opinión, pude leer que los más modernos y enteraos entienden que los límites entre afecto y cognición no son tantos ni tan grandes como nos dice nuestro cartesianismo light...
Y, por cierto, para amantes de "El Maestro y Margarita" (y ya que saquí antes el nombre de Asaselo): seguro que conocen una novelita, satánica y angélica a partes iguales -valga la redundancia-, que Twain no llegó a ver publicada. En español sólo conozco ediciones "juveniles" (benditos corruptores de menores; hay una con un estudio preliminar de Millás). Se llama El forastero misterioso y me trajo una maravillosa desorientación ética justo cuando era el momento... Si tienen algún adolescente por corromper, o si se sienten corruptibles, no dejen de (re)leerlo.
ResponderEliminarEstimado AnteTodo, esperando de corazón que no se me transforme en un gran gato,
ResponderEliminarPor amor de claridad, no es que la (explicable) poca calma me zahiriera ¡para nada!, es que me parecía dispendiosa transformación de energía intelectual en térmica.
Tiene toda la razón sobre la novela, que me parece indefinible. La historia del procurador de Judea es en ella un simple hilo conductor donde se enhebran historias mucho más grandes. La cité, aparte de porque poco pretexto es preciso para hacer surgir el nombre del amado en la boca del amante, porque me había venido a la cabeza un paralelo muy abierto con otros condenadores, históricos o extrahistóricos, cuyo único motivo de recuerdo es, para su continuada ignominia, la emoción y el respeto con los que seguimos recordando a "sus" condenados.
En cuanto al epíteto de 'antirrevolucionaria' –espejo soviético del entartete Kunst–, pues ya vemos cómo le ha lucido el pelo. Remitiéndome a lo que decía más arriba, ¡qué carajo sabrán que se agarran al statu quo como a clavo ardiendo lo que es una (r)evolución, o una (re)generación, o deja de serlo!
No es que insinúe, es que estoy convencido de que sólo fallos cognitivos bastante elementales puedan ser tratados productivamente "sólo" como cognitivos.
Por supuesto que existe interacción entre la dimensión cognitiva, la perceptiva, la volitiva, la emotiva … Por algo existe el dicho "no hay peor sordo que el que no quiere oír".
Lo vemos todos los días en la escena política: las argumentaciones razonadas no llevan absolutamente a nada, cuando el interlocutor, por una mezcla de miedos cervales e intenciones preconcebidas, va a lo que va. Ejemplo a mí caro por su absurdez épica, por sus dimensiones colosales, y por ser el más grave, hasta ahora, sucedido en mi tiempo vital: la masacre de Irak.
Retornando al caso que nos ocupa: si alguien se declara nazi no es como resultado de un razonamiento -si a alguien le sonara a exclusión, enhorabuena por la fina lectura: es en efecto una exclusión-, por lo cual parece difícil que otro razonamiento pueda desplazarlo de su posición. Hoy en día el argumento del interés personal no vale; fue en cambio decisivo, junto con el miedo, para explicar cómo una parte de la sociedad alemana se arrodilló ante el monstruo. Hoy ocurre fundamentalmente por necesidad emotiva: en positivo, por necesidad de pertenencia a un grupo (generalmente con raíces homoeróticas inconscientes, es más, furiosamente negadas; no es casual que el autoritarismo sea un síndrome fundamental, aunque no exclusivamente, masculino); en negativo, rechazo a las absurdeces del actual sistema. (Véase a título de ejemplo revelador de lo primero la pasoliniana exhortación a la coprofagia, pocas intervenciones más arriba). Sin tener absolutamente nada contra el homoerotismo (es más, deseando sólo que, allí donde mamma natura lo haga florecer, florezca egosintónicamente, por el bien del agraciado o agraciada, y de todos) querría decir que esta parte segunda me suscita no poca simpatía. Es una crítica válida –normalmente lúcida, en sus constataciones iniciales– a la democracia, aunque sea una crítica interrupta, que hace crisis "sacándola" (¿miedo a que la democracia tenga dientes ocultos y nos castre?) en vez de "metiéndola más". No veo ningún escándalo en compartir con personas aquejadas de autoritarismo mucha de la diagnosis sobre la mierda de democracia en la que nos toca vivir, en cuanto descripción del problema (en esta bitácora, que es una bitácora crítica, esa descripción está saliendo a la luz un día sí y otro también, por mérito del anfitrión y de otras personas, cuya mayor parte me parece poco o nada autoritaria). Considero que, por sus miedos, se equivocan en la hipótesis de solución, que para ellos es interrumpir y suspender la democracia, y que para mí estriba en profundizarla e intentar llevarla a su realización (si llega algún día, ¡esto sí que son esperanzas de una segunda venida!).
Aparte de sus influencias en el plano interno, necesidad de pertenencia y componente contestataria suelen conjugarse en vistosas manifestaciones externas, sobre todo a una cierta edad, y hay quien se rapa la cabeza y se viste de cuero negro (estética que, abundando en lo que comentaba, comparten curiosamente grupúsculos autoritarios … y grupúsculos de las comunidades homosexuales, los llamados "leather") y se cuelga calaveras y cruces gamadas, exactamente igual que como otros individuos se dejan rastas, se dilatan los lóbulos de las orejas y se enganchan una serie de adminículos metálicos en una serie de sitios que …. ¡debe resultar simpático de veras encontrarse inmediatamente detrás de ellos en la cola ante un arco de control de aeropuerto!
Consecuencias prácticas: a quien padece miedos porque sufre carencias no tiene ningún sentido darle en la cabeza con datos y más datos; es como frotarle alcohol de 96º con guante de crin en las heridas abiertas (sí, habrá quien me diga que desinfecta, pero joder, el propósito terapéutico debería ser algo más ambicioso y longánimo). Se trata de intervenir sobre las carencias y de reforzar la personalidad del individuo. La evidencia clínica dice que cuando el desarrollo individual llega a un cierto punto, se comienzan a abandonar espontáneamente posiciones autoritarias, y se va recuperando o adquiriendo por primera vez, según los casos, la competencia por excelencia del adulto, que no es sólo la de poder intercambiar discursos racionales, sino la de reconocer otras manifestaciones (emotivas, por ejemplo, o volitivo-impositivas), y poder darles respuesta medida.
Déme compasivamente alguna referencia de ese Kargl, que no tengo ni idea de quien sea, y la wikipedia me da a escoger entre un pintor y un futbolista … Y me ha picado el interés, viniendo el consejo de donde viene.
Tampoco conozco el Twain que nos propone, y lo leeré con gusto, a ver si provoca quién sabe qué lascivias ensoñadas -con "s"- y húmedas turgencias de mi adolescens aeternum.
Atentamente,
Lo que yo he leído del Kargl este (iusfilósofo y penalista) no me pareció interesante en sí (rollos sobre el concepto de conducta humana), sino porque me dio pie a enterarme de la existencia de Varela y Maturana (de su existencia, insisto; si no hago mucho esfuerzo, logro olvidarme muy bien del rollo ese autopoiético / cibernético / lahostiético. Pregúntele a Garciamado, que sabe de esas cosas...
ResponderEliminarLo de Twain marca la línea de la moral y pone gente debajo y ángeles encima. Pero no creo que el viejo Twain tenga mérito por influir sobre sobre lascivias adolescentes. La verdad es que mis lascivias adolescentes, como las de cualquiera, podían verse influidas por el manual de instrucciones de una impresora de agujas o por la guía de teléfonos de Jaén.
(quería decir: filósofo y jurista)
ResponderEliminarUn amigo
ResponderEliminar¿está Vd bobo?, opero que bobadas dice de caprofagia, cóase mi cagao, es una expresión de barriada, que eso Vd no sabe ni lo que es. Vd sabrá mucho de cognitivismo y de lascivias, pero ¿qué sabe Vd de la marginación?
El otro "culto" , el Ante, que me ponía de ejemplo al penitenciarista Ríos de que invitaba a su casa a los de tercer grado y tal, ya sabrá el a quien mete, si en mis tiempos de manguta me mete Ríos en su casa, se la desvalijo en un momento.
Vd y Ante son dos parásitos sociales que viven a costa del subsidio del pueblo, son excrementos (a ver si va a ser verdad lo de la caprofagia)del capitalismo. Son como veía Góngora a Lope, rellenadores de literatura hueca (en referencia al pueblo)serviles de mendicidad hacia sus amos los bancos.
A Vds les gusta dar datos, pero cuando se los dan a Vds con decir que "son el coste del funcionamiento de la sociedad" se quedan tan redondos (por lo de las barrigas y tal), porque Vds se saben que nunca serán el coste, porque son Vds parte de la maquinaria elitista y selectista que habla de cognoscitivismos , pragmatismos, principios y directrices, es decir, de los otros -ismos y de lo que sólo a Vds les importa, olvidando a los más desdichados y desfavorecidos por esta sociedad de mierda. Jetas.
... y más satánico que angélico, Bomarzo. ¡No sé por qué cojones tengo estos tres títulos asociados! Supongo que por lo luciferino, ¿no? Y en Bomarzo el tránsito desde la belleza y la bondad hacia lo luciferino es tan gradual, casi tan razonable, que asusta. Y hablando de asustar: con la de Twain aún a veces me pongo a pensar...
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