01 abril, 2007

Cuestión de fe

Dijo el viejo: elevemos los perdones,
y entendió el alevín:
arriba los pendones.
Al cabo fueron mar tantas banderas
que llenaron ciudades cuando murió el profeta
y el discípulo amado después del funeral
dio la última orden, que incendió el país:
destruid sin clemencia al enemigo.
Con los dioses no habría llegado a codearse
el humilde maestro si no fuera
por el yerro del otro y por su saña.

3 comentarios:

  1. Que raro, por todas partes leo sobre banderas que incitan a la guerra para que prevalezcan unas sobre otras pero, es curioso, en ningún sitio leo nada sobre las bandas de cornetas y tambores, y de gaitas, que marcan el rítmo y enardecen a los soldados para entrar en la batalla.

    Reclamo el merecido protagonismo de tan honorables músicos de la guerra.

    ¿Me escucha alguién?

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  2. Juan
    ¿hace cuánto que no está Vd en un campo de batalla? o en su defecto ¿hace cuánto que no ha hecho Vd maniobras con fuego real? puesto que ya como que no se lleva lo de las gaitas y los tambores.
    Sin embargo la bandera sí te hace marchar tras de ella y contra el enemigo. Por lo menos en mi caso.

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  3. roland, no me tome en serio, por favor. Me parapeto tras la ironía y la mofa para poder sobrevivir en esta casa de p.... sin ama que es hoy este país. Si no lo hago así mi úlcera se resiente y no es caso de perder la salud porque un cantamañanas vestido de Armani le dé la gana jodermela.

    Comparto su sentimiento por NUESTRA y única bandera de España.

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