- Papá, en el buzón de los vecinos han puesto unas marcas muy raras y la vecina estaba llorando en la escalera.
- Son cosas que pasan, hijo.
- Es la mamá de mi amigo, somos compañeros en el colegio.
- Es que andan en políticas y les pasan esas cosas.
- Pero no son malos, ¿verdad?
- No, no son malos. Pero se meten en líos y luego se quejan.
- ¿En qué líos se meten, papá?
- Malas compañías, ganas de dar llamar la atención. No son como nosotros.
- ¿Nosotros cómo somos?
- Nosotros no molestamos a nadie ni andamos enredando para dar que hablar.
- ¿Qué hicieron ellos, papi?
- Ya te lo he dicho, no son como nosotros y andan todo el día criticando a los que nos gobiernan y yendo a reuniones con gente que no quiere bien a nuestro pueblo y habla mal de todos nosotros.
- ¿Entonces tiene razón el profesor de Sociales?
- ¿Qué dice el profesor?
- Que entre la gente de aquí los hay que no deberían estar aquí, que no son de nuestro pueblo y no merecen vivir con nosotros.
- Yo no sé qué merece cada uno. Sólo sé que es cierto que el que siembra vientos recoge tempestades.
- A mi amigo el profe lo hizo llorar.
- ¿A qué amigo?
- Al hijo de los vecinos. A mí me dio un poco de pena.
- Sí, con los niños da más pena. Por eso los padres deberían andarse con más cuidado y ser más responsables. Verás cómo de tu familia, de nosotros, nadie dice nada.
- Porque vamos a lo nuestro, ¿verdad?
- Eso es, hijo, eso es.
- Hace un rato estaban los vecinos intentando limpiar su buzón.
- Deberían preocuparse más de otras cosas que del buzón.
- ¿Puedo bajar a ayudarlos, papá?
- Es mejor que no, tú no tienes por qué mezclarte en esas cosas. No eres más que un niño y los niños tienen que estar a sus cosas de niños.
- ¿Y tú los vas a ayudar?
- Ya sabes que yo no me meto en política. Yo tengo que velar por el bienestar de esta familia. ¿Verdad que vivimos muy felices?
- Sí. Pero a veces me dices que está bien ayudar a los demás.
- Sí, sí, está bien ayudar. Pero primero que se ayuden ellos a sí mismos y que no se metan donde nadie los llama. Nosotros ayudamos a quien lo necesita de verdad.
- ¿Los van a matar, papá?
- No, hijo, nadie los va a matar.
- Pero la mamá de otro compañero va a buscarlo con guardaespaldas.
- Tendrá miedo por algo que ha hecho. O tendrá ganas de llamar la atención.
- Nosotros no tenemos miedo, ¿no es cierto?
- Nosotros no tenemos nada que temer, te lo aseguro.
- ¿Los vecinos son judíos?
- ¿Cómo se te ocurre tal cosa?
- Por lo que me contaste un día de que los nazis mataban a los judíos.
- Aquí no hay nazis, no te preocupes. Y tampoco judíos.
- Pero a los judíos les ponían marcas de pintura en las puertas de su casa.
- ¿Y qué? Eso lo hacían los nazis y aquí no hay ni nazis ni judíos, ya te lo he dicho. Eso era en Alemania y hace mucho.
- Pero las marcas en el buzón...
- Ya te he explicado que tú no tienes por qué pensar en eso. Son cosas de mayores y los mayores saben lo que hacen.
- Pero mi amigo Joseba no es mayor y me da pena.
- Pues que les diga a sus padres que se estén calladitos y no den la nota.
- ¿Qué es dar la nota?
- Mañana te lo explico. Ahora a la cama. A rezar tus oraciones y a dormirte tranquilo.
- ¿Tú también te vas a dormir?
- Claro que sí, dormiré feliz y tranquilo. Y mañana iremos a ver esa videoconsola que te has ganado con tus notas.
- ¡Bien! Gracias, papi.
- Descansa hijo. Felices sueños.
- Son cosas que pasan, hijo.
- Es la mamá de mi amigo, somos compañeros en el colegio.
- Es que andan en políticas y les pasan esas cosas.
- Pero no son malos, ¿verdad?
- No, no son malos. Pero se meten en líos y luego se quejan.
- ¿En qué líos se meten, papá?
- Malas compañías, ganas de dar llamar la atención. No son como nosotros.
- ¿Nosotros cómo somos?
- Nosotros no molestamos a nadie ni andamos enredando para dar que hablar.
- ¿Qué hicieron ellos, papi?
- Ya te lo he dicho, no son como nosotros y andan todo el día criticando a los que nos gobiernan y yendo a reuniones con gente que no quiere bien a nuestro pueblo y habla mal de todos nosotros.
- ¿Entonces tiene razón el profesor de Sociales?
- ¿Qué dice el profesor?
- Que entre la gente de aquí los hay que no deberían estar aquí, que no son de nuestro pueblo y no merecen vivir con nosotros.
- Yo no sé qué merece cada uno. Sólo sé que es cierto que el que siembra vientos recoge tempestades.
- A mi amigo el profe lo hizo llorar.
- ¿A qué amigo?
- Al hijo de los vecinos. A mí me dio un poco de pena.
- Sí, con los niños da más pena. Por eso los padres deberían andarse con más cuidado y ser más responsables. Verás cómo de tu familia, de nosotros, nadie dice nada.
- Porque vamos a lo nuestro, ¿verdad?
- Eso es, hijo, eso es.
- Hace un rato estaban los vecinos intentando limpiar su buzón.
- Deberían preocuparse más de otras cosas que del buzón.
- ¿Puedo bajar a ayudarlos, papá?
- Es mejor que no, tú no tienes por qué mezclarte en esas cosas. No eres más que un niño y los niños tienen que estar a sus cosas de niños.
- ¿Y tú los vas a ayudar?
- Ya sabes que yo no me meto en política. Yo tengo que velar por el bienestar de esta familia. ¿Verdad que vivimos muy felices?
- Sí. Pero a veces me dices que está bien ayudar a los demás.
- Sí, sí, está bien ayudar. Pero primero que se ayuden ellos a sí mismos y que no se metan donde nadie los llama. Nosotros ayudamos a quien lo necesita de verdad.
- ¿Los van a matar, papá?
- No, hijo, nadie los va a matar.
- Pero la mamá de otro compañero va a buscarlo con guardaespaldas.
- Tendrá miedo por algo que ha hecho. O tendrá ganas de llamar la atención.
- Nosotros no tenemos miedo, ¿no es cierto?
- Nosotros no tenemos nada que temer, te lo aseguro.
- ¿Los vecinos son judíos?
- ¿Cómo se te ocurre tal cosa?
- Por lo que me contaste un día de que los nazis mataban a los judíos.
- Aquí no hay nazis, no te preocupes. Y tampoco judíos.
- Pero a los judíos les ponían marcas de pintura en las puertas de su casa.
- ¿Y qué? Eso lo hacían los nazis y aquí no hay ni nazis ni judíos, ya te lo he dicho. Eso era en Alemania y hace mucho.
- Pero las marcas en el buzón...
- Ya te he explicado que tú no tienes por qué pensar en eso. Son cosas de mayores y los mayores saben lo que hacen.
- Pero mi amigo Joseba no es mayor y me da pena.
- Pues que les diga a sus padres que se estén calladitos y no den la nota.
- ¿Qué es dar la nota?
- Mañana te lo explico. Ahora a la cama. A rezar tus oraciones y a dormirte tranquilo.
- ¿Tú también te vas a dormir?
- Claro que sí, dormiré feliz y tranquilo. Y mañana iremos a ver esa videoconsola que te has ganado con tus notas.
- ¡Bien! Gracias, papi.
- Descansa hijo. Felices sueños.
muy bien querido amigo!
ResponderEliminaren este día oscuro no esta mal recordar que la libertad no tiene precio y todos debemos preocuparnos por ella!
1. No sé si tendrá sentido sentarse a rezar para que rezar sirviese de algo y hubiese un infierno para estos liberalizadores de balas y nucas. Un infierno para estos mierdas de la Congregación para la Doctrina de la Muerte. Algo que compense irgendwoanders la limitación que nos autoimponemos para distinguirnos de ellos, y que permita que la sangre en el suelo deje de clamar.
ResponderEliminarY un limbo jodido para los tibios. Y qué fácil es decirlo desde aquí. Pero, por lo menos, un limbo jodido para los tibios de aquí.
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2. Hace diez años un asesinato de ETA en campaña electoral desgarraría de por vida, como hoy, a unas hijas y a una esposa, a unos amigos, a unos camaradas... pero su efecto social a gran escala no era sustancialmente distinto de un asesinato fuera de campaña: que ocurriese en campaña no añadía un plus de desestabilización, porque no incidía en la relación entre los dos grandes partidos.
Hoy ellos creen que sí. ¿Y por qué iban a rechazar esta oportunidad de amplificar su propaganda criminal? Si tienen razón, quien les siga dejando el caramelito al alcance de la mano tiene que explicar por qué lo hace.
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3. Este hombre quería vivir interviniendo en política, en las listas del PSOE y sin guardaespaldas que le agobiasen a en cada paso.
Me pregunto qué pensaría cuando leyó la semana pasada a este mermado decir que ETA ayudaría al PSOE el 9-M. Y las mil hijoputeces por el estilo. ¿Pensaría que eran "excesos verbales", fruto del calentón del momento en boca de gente muy necesitada de Educación Cívica? ¿Todas las veces? ¿Año tras año?
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4. Ah: que dicen estos mierdas de la pistola y el coche-bomba que te abstengas.
tengo un apartado de politica en mi blog
ResponderEliminarte invito a participar en mi blog directorio y de votaciones con tu blog,te conocerán un poco mas http://laquiestatublog.blogspot.com
visito muchos blog invitando a los mas interesantes,pero si piensas que esto es spam te pido perdón
pásate y agrega tu blog en el mio en el libro de visitas,y de paso mira algo de publi,eso valora mi trabajo,no soy una empresa solo un particular en esta aventura
siempre está muy bien, pero esta vez has hecho una maravilla. Me recuerda a Andorra, de Max Frisch.
ResponderEliminarY así de fríos son los de la izquierda, yo he estado ya tres veces haciendo el "facha" en Vascongadas y aquí estoy ; la experiencia que tengo es que nunca han sido demasiados los batasunos que teníamos enfrente (más que nosotros sí, pero estamos en su casa), que la policía autonómica nunca se ha visto desbordada ni por asomo, que a los borroquillas que detienen les llevan como corderines y nadie del público protesta (algún aplauso aislado).
ResponderEliminarEs algo que da que pensar, huele a montaje
En efecto, ese padre está transmitiendo los valores necesarios para ser un ciudadano ejemplar, desde el punto de vista de aquellos que ostentan el poder y desde el punto de vista de los que pretender ostentarlo.
ResponderEliminarLo que el niño de los cojones propone es intrusismo profesional, impropio del ciudadano modelo "gallina ponedora" o "mono discreto", objeto de deseo de unos y otros.
http://www.altarriba.org/9/huevos.htm
http://shakuhashi.blogia.com/2007/091001-no-hablar-no-oir-no-ver..php
¿Cuando vamos a comprender que maldecir a los asesinos no sirve para nada, salvo como desahogo personal? Son necesarias otras medidas. Reflexionemos pues, que el día se acaba.
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