14 abril, 2008

Segunda cosa de hoy. I.Ezquerra en El Correo

Ministerios. Por Iñaki Ezquerra.
Gracias a Rodríguez Zapatero España va a tener a partir de ahora un Ministerio de la Igualdad. Uno lee esa expresión, ese imprevisto y extraordinario maridaje de dos palabras tan fonéticamente dispares, tan conceptualmente ajenas la una a la otra, tan semáticamente alejadas, casi tan antagónicas, y le suena como a literatura futurista. Y es que la primera de esas palabras nos remite al pedestre, burocrático y pragmático plano de la administración pública mientras la segunda anda más bien instalada en el bello, ideológico, ideal y moral plano de la utopía. Digamos que 'igualdad' y 'ministerio' son dos vocablos y dos conceptos que se dan de leches. Son la poesía estrellándose contra la pared de la prosa. Al tener noticia de la creación de esa nueva cartera de Igualdad me he acordado de otra institución del Estado que también gozó de un nombre contradictorio y mágico cuando yo era niño y que debió de desaparecer para siempre con la de- mocracia o con los años. Me refiero a aquel legendario y poético Ministerio del Aire.
Uno oía en su infancia esa acuñación -Ministerio del Aire- y se imaginaba un grandioso edificio de romanas columnas flotando entre los aviones. Uno se tomaba aquel nombre al pie de la letra y se creía que había funcionarios que vivían del aire literalmente. Uno estaba convencido -y quizá no iba muy descaminado- de que los empleados del Ministerio del Aire estaban todo el día en las nubes. La pregunta que ahora se impone es dónde se van a meter y con quién se van a meter el ministro y los funcionarios del Ministerio de la Igualdad. ¿Con el Cupo vasco, con el Estatut catalán o con los Fueros navarros? ¿Va a cargarse todas esas instituciones para ser efectivo y convincente y un poco coherente consigo mismo un ministerio que se atreve a llevar ese exigente nombre? ¿O va más bien a consistir semejante departamento en una figura sencillamente retórica, como la Alianza de Civilizaciones?
Hasta hace poco cuando nuestros gobernantes se topaban con un problema creaban un observatorio: el Observatorio de los Derechos Humanos, el Observatorio de las Víctimas, el Observatorio de la Violencia de Género, el Observatorio de la Lectura y el Libro anunciado en su día por Carmen Calvo y del que nunca más se supo. Ahora Rodríguez Zapatero da un salto cualitativo y va a por los ministerios. Pronto tendremos un Ministerio de la Felicidad, un Ministerio de la Magia propio de Harry Potter o ese Ministerio de la Igualdad que regentará Bibiana Aído y que suena a orwelliano. En efecto, en '1984', la novela de Orwell, había un Ministerio de la Verdad, que hacía lo contrario de lo que indicaba su nombre y que era responsable de la falsificación de los hechos históricos al servicio del partido. ¡Que Dios nos coja confesados!
(Publicado hoy, 14 de abril, en El Correo).

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