Albricias, ya sabemos para qué sirve el Ministerio de Igualdad de la Señorita Pepis. ¿Usted qué se pensaba? ¿Que porque no le habían puesto el apellido “De Género y de las Grandes Empresas Europeas” era de la igualdad en general? Pues no, de la igualdad entre pobres y ricos no se va a ocupar mayormente. Tampoco va a tratar de que una cirujana de la sanidad pública castellano-leonesa no gane, por igual trabajo, menos que un cirujano de la sanidad pública navarra, o de que cobre igual una guardia civil con destino en Tomelloso que una moza de escuadra. No, mujer, ahí no hay discriminación ninguna, eso es secuela necesaria de la natural diversidad de los pueblos que componen esta nación de naciones tan maja que nos hemos dado. Que por muy importante que sea la liberación de la mujer, más lo es la de los pueblos oprimidos.
Tampoco se trata de que la chavala que nace en mi pueblo vaya a tener las mismas oportunidades que la nieta de Botín, pues para eso habría que quitarle bastante pasta a los Botín y quién sabe si hasta mantener el impuesto sobre el patrimonio de las señoras ricas que son mucho más ricas de lo que puede soñar la paisana de mi pueblo que no tiene patrimonio ni leches. La igualdad de la mujer ha de ser compatible con el sagrado mercado, del que tantos bienes nos esperan en los tiempos venideros. No vas a desvestir una santa para vestir a otra, sólo faltaba.
El Ministerio de la cosa sexual de la señora aidó, aidó, traralaralará se va a preocupar meramente de que las mujeres más pobres no sean más pobres que sus maridos y hermanos, y ahí se acabará el adelanto. Algo es algo, ya sé. Y también va a reparar las estadísticas: que no existan menos torneras que torneros ni menos mujeres que hombres en los consejos de administración de los grandes bancos. Por supuesto, ninguna de mi pueblo va a tener en su puta vida la oportunidad de figurar en uno de esos consejos de administración, pero las sobrinas de Botín ya no van a padecer un trato inferior al de sus hermanos varones. Algo es algo.
Es natural que este Gobierno, que es tan de izquierda tan de izquierda, que se llevó con razón casi todo el voto más de izquierda en las pasadas elecciones, se preocupe de que se creen muchas empresas, a ser posible empresas de mujeres. ¿Sabrá Zapatero qué es la plusvalía? Seguro que responde que la suya es de tipo fijo. Además, una plusvalía en manos de una dama no es una plusvalía tan basta y ofensiva.
Asturias está de enhorabuena, ya que, según leo en La Nueva España, el Ministerio de Igualdad va a poner dineros para que en Avilés se cree una escuela de emprendedoras. ¿Verdad que suena a aquellas cosas de la OJE o del Frente de Juventudes o de la Sección Femenina? Bueno, quién se acuerda ya de qué era la OJE ni de la Sección Femenina. Ay, si cultiváramos un poquito mejor la memoria histórica. Pues la mentada escuela de emprendedoras va a servir, dicen, para que las mujeres emprendedoras sepan cómo emprender la aventura de hacerse empresarias. Es bien sabido que los empresarios y empresarias que ya existen y triunfan en lo suyo lo deben todo a que fueron a escuelas de emprendedores. Lo que pasa que antes las escuelas de emprendedores eran sólo para hombres y ahora va a haber escuelas de emprendedoras exclusivas para emprendedoras. No cuenta la noticia si van a impartir docencia sólo profesoras emprendedoras en la escuela de emprendedoras, pero es de suponer. A Amancio Ortega no lo van a llevar ni de conferenciante, por no haber sido jamás emprendedora. Las excelentes clases en la escuela las darán Marichu, Pichuca y Pachina, todas profesoras de Derecho y Económicas con igual discurso e idéntica apariencia, sólo que Pachina impartirá sus charlas en bable, pues, además de profesora de sociología especializada en asuntos de género, es emprendedora lingüística.
Y se pregunta uno si podrá asistir a la escuela de emprendedoras un muchacho de mi pueblo, bien pobretón pero que tiene unas cuantas ideas buenas para montar una empresa resultona y salir de la vida apretada. Y va a resultar que no, pues con ser hombre ya bastantes privilegios goza. Pero si fuera hija de papá del Oviedín de toda la vida, sí que podría. Porque no olvidemos que se trata de combatir la discriminación, así que el de mi pueblo que se joda, que para eso es varón y, si se quedó pobre, él sabrá por qué.
Se me ocurre que una buena manera de luchar contra las desigualdades y conseguir más empresarios buena gente sería dar unas suculentas becas para que estudien Empresariales gratis los más menesterosos de cada lugar, incluidos los de mi aldea. O, incluso, otorgar tales becas sólo a las estudiantes sin medios económicos. Pero no, seguro que esta idea es un producto más de mi deformación masculina y de mi perversidad machista. Es muchísimo más progresista ayudar a que las burguesitas vayan a la escuela de emprendedoras a aprender cómo se monta un hotelito rural para pasar gratamente el finde. Chachi.
Tampoco se trata de que la chavala que nace en mi pueblo vaya a tener las mismas oportunidades que la nieta de Botín, pues para eso habría que quitarle bastante pasta a los Botín y quién sabe si hasta mantener el impuesto sobre el patrimonio de las señoras ricas que son mucho más ricas de lo que puede soñar la paisana de mi pueblo que no tiene patrimonio ni leches. La igualdad de la mujer ha de ser compatible con el sagrado mercado, del que tantos bienes nos esperan en los tiempos venideros. No vas a desvestir una santa para vestir a otra, sólo faltaba.
El Ministerio de la cosa sexual de la señora aidó, aidó, traralaralará se va a preocupar meramente de que las mujeres más pobres no sean más pobres que sus maridos y hermanos, y ahí se acabará el adelanto. Algo es algo, ya sé. Y también va a reparar las estadísticas: que no existan menos torneras que torneros ni menos mujeres que hombres en los consejos de administración de los grandes bancos. Por supuesto, ninguna de mi pueblo va a tener en su puta vida la oportunidad de figurar en uno de esos consejos de administración, pero las sobrinas de Botín ya no van a padecer un trato inferior al de sus hermanos varones. Algo es algo.
Es natural que este Gobierno, que es tan de izquierda tan de izquierda, que se llevó con razón casi todo el voto más de izquierda en las pasadas elecciones, se preocupe de que se creen muchas empresas, a ser posible empresas de mujeres. ¿Sabrá Zapatero qué es la plusvalía? Seguro que responde que la suya es de tipo fijo. Además, una plusvalía en manos de una dama no es una plusvalía tan basta y ofensiva.
Asturias está de enhorabuena, ya que, según leo en La Nueva España, el Ministerio de Igualdad va a poner dineros para que en Avilés se cree una escuela de emprendedoras. ¿Verdad que suena a aquellas cosas de la OJE o del Frente de Juventudes o de la Sección Femenina? Bueno, quién se acuerda ya de qué era la OJE ni de la Sección Femenina. Ay, si cultiváramos un poquito mejor la memoria histórica. Pues la mentada escuela de emprendedoras va a servir, dicen, para que las mujeres emprendedoras sepan cómo emprender la aventura de hacerse empresarias. Es bien sabido que los empresarios y empresarias que ya existen y triunfan en lo suyo lo deben todo a que fueron a escuelas de emprendedores. Lo que pasa que antes las escuelas de emprendedores eran sólo para hombres y ahora va a haber escuelas de emprendedoras exclusivas para emprendedoras. No cuenta la noticia si van a impartir docencia sólo profesoras emprendedoras en la escuela de emprendedoras, pero es de suponer. A Amancio Ortega no lo van a llevar ni de conferenciante, por no haber sido jamás emprendedora. Las excelentes clases en la escuela las darán Marichu, Pichuca y Pachina, todas profesoras de Derecho y Económicas con igual discurso e idéntica apariencia, sólo que Pachina impartirá sus charlas en bable, pues, además de profesora de sociología especializada en asuntos de género, es emprendedora lingüística.
Y se pregunta uno si podrá asistir a la escuela de emprendedoras un muchacho de mi pueblo, bien pobretón pero que tiene unas cuantas ideas buenas para montar una empresa resultona y salir de la vida apretada. Y va a resultar que no, pues con ser hombre ya bastantes privilegios goza. Pero si fuera hija de papá del Oviedín de toda la vida, sí que podría. Porque no olvidemos que se trata de combatir la discriminación, así que el de mi pueblo que se joda, que para eso es varón y, si se quedó pobre, él sabrá por qué.
Se me ocurre que una buena manera de luchar contra las desigualdades y conseguir más empresarios buena gente sería dar unas suculentas becas para que estudien Empresariales gratis los más menesterosos de cada lugar, incluidos los de mi aldea. O, incluso, otorgar tales becas sólo a las estudiantes sin medios económicos. Pero no, seguro que esta idea es un producto más de mi deformación masculina y de mi perversidad machista. Es muchísimo más progresista ayudar a que las burguesitas vayan a la escuela de emprendedoras a aprender cómo se monta un hotelito rural para pasar gratamente el finde. Chachi.
Pero profesor, ¿ está vd. poniendo en tela de juicio la juiciosisísísísíma decisión de Jose Luis de crear el Ministerio de Igual Dá ?.
ResponderEliminarMe da la impresión que va en aumento su antipatriotismo y su escora hacia la derecha; que espero no sea extrema.
Amigo mío, con Jose Luis es cuestión de fé: se tiene o no se tiene.
De tal forma que siguiendo la vena religiosa le anticipo que va a haber una redenominación del gabinete: desaparecerán los Ministerios dando paso a los Misterios (Misterio de Vivienda, Misterio de Medio Ambiente, Medio Rural, Medio Marino, Medio Terrestre, Medio Aéreo, Misterio de Industria y Tecnología, etc, etc...)
Esta nueva nomenclatura tiene más sentido, pues para un observador que no esté en Gracia de Jose Luis, el hallar utilidad alguna a ciertos órganos (con perdón) administrativos es más o menos como lo de la Santísima Trinidad.
Ahora, no me negara que la chica tiene un azote (o dos).
Rogelio
ResponderEliminar¿qué tal un azote a dos manos?
Parece que no concen la coña de Aído... Uyyy perdónn... se me ha escapado. cómo puedo ser tan imprudente cuando hablo de parte tan púdica de la ministra.
ResponderEliminarLa Escuela de Emprendedoras (vuelta a chicos y chicas), la perlita linguística de "miembras" que han cabreado bastante a los académicos, lo del velo islámico que ha obligado a la Vicepresidenta de la Vega a salir a la palestra para aclarar conceptos y evitar el cabreo de los muslmanes, etc.
En definitiva que Aído se mete en todos los charcos.