A ver, a ver, despotriquemos a diestra y siniestra. Esta temporada resultaba hiriente y muy poco edificante para el espíritu de las instituciones y las reglas del juego lo de ver a Bermejo y Garzón hechos un ovillo de pelo de muflón y dándose arrumacos entre tiro y tiro. Ciertamente, también los del PP tienen lo suyo y entre sus habilidades supremas no parece que se cuente la ciencia jurídica, tal vez porque se especializaron sus líderes en oposiciones memorísticas y tal. Pero allá se las compongan y que salga el sol por Antequera.
Lo que vuelve a dar grima es que el Vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial salga bramando que Garzón es un prevaricador. Lo será o no lo será, doctores tiene la Santa Madre Iglesia y profesores de Penal paran por este blog y podrán ilustrarnos sobre el intríngulis de ese delito. Lo que a uno, pureta irredimible, no le cuadra, es que desde el órgano de gobierno de los jueces se dicten sentencias a tontas y a locas. Cualquier día veremos a los señores y las señoras que componen tan docta institución ciscándose en la mamá de alguien y volveremos a preguntarnos de dónde los sacan. Y ahí está la madre del cordero, en el de dónde los sacan. Pues los sacan de los partidos y de los secuaces de los partidos. Y los buscan, unos y otros, leales ante todo a la causa partidista y más entregados a sus líderes que a su función constitucional. Hoy en día ser independiente no mola y el que va por la vida sin más equipaje ideológico que la Constitución no vende una escoba en los altos poderes.
Resulta, y es bien sabido, que el señor Fernando de Rosa, Vicepresidente del contubernio judicial, fue hasta hace cuatro días Consejero de Justicia del Gobierno valenciano. Y, claro, cuando las garzonadas salpican a su jefe y a quien seguramente lo promocionó al cargo actual, se lanza a la yugular del enemigo. Impresentable, absolutamente impresentable. Pero nada sorprendente. De aquellos polvos partidistas vienen estos lodos institucionales. Si en vez de juristas serios y personas comprometidas con las reglas de juego se nombran hooligans, pasa lo que pasa: da asco.
No tendremos ni democracia seria ni Constitución tomada en serio ni Estado de Derecho que merezca tal nombre mientras no se establezca un rígido y exquisito sistema de incompatibilidades. Mismamente, el juez que se pasa a cargos políticos no ha de poder regresar a la judicatura en una larga temporada, por ejemplo diez años. Que cobre una buena pensión entre tanto, que le mantengan el coche oficial, que le den vales para vestirse de Armani, que le permitan cazar sin licencia, lo que sea. Pero que se acabe este corretear entre poderes dejando en el camino más babas que un caracol acatarrado.
Puesto que no sirve de nada implorar la prudencia de la mujer del César, dada su veleidosa condición y su ninfomanía incontenible, apliquémosle un cinturón de castidad legal. Y que tenga tres vueltas y ocho candados el de los señores miembros del CGPJ, el de los magistrados del TC y, como mínimo, también el del Tribunal Supremo.
Lo que vuelve a dar grima es que el Vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial salga bramando que Garzón es un prevaricador. Lo será o no lo será, doctores tiene la Santa Madre Iglesia y profesores de Penal paran por este blog y podrán ilustrarnos sobre el intríngulis de ese delito. Lo que a uno, pureta irredimible, no le cuadra, es que desde el órgano de gobierno de los jueces se dicten sentencias a tontas y a locas. Cualquier día veremos a los señores y las señoras que componen tan docta institución ciscándose en la mamá de alguien y volveremos a preguntarnos de dónde los sacan. Y ahí está la madre del cordero, en el de dónde los sacan. Pues los sacan de los partidos y de los secuaces de los partidos. Y los buscan, unos y otros, leales ante todo a la causa partidista y más entregados a sus líderes que a su función constitucional. Hoy en día ser independiente no mola y el que va por la vida sin más equipaje ideológico que la Constitución no vende una escoba en los altos poderes.
Resulta, y es bien sabido, que el señor Fernando de Rosa, Vicepresidente del contubernio judicial, fue hasta hace cuatro días Consejero de Justicia del Gobierno valenciano. Y, claro, cuando las garzonadas salpican a su jefe y a quien seguramente lo promocionó al cargo actual, se lanza a la yugular del enemigo. Impresentable, absolutamente impresentable. Pero nada sorprendente. De aquellos polvos partidistas vienen estos lodos institucionales. Si en vez de juristas serios y personas comprometidas con las reglas de juego se nombran hooligans, pasa lo que pasa: da asco.
No tendremos ni democracia seria ni Constitución tomada en serio ni Estado de Derecho que merezca tal nombre mientras no se establezca un rígido y exquisito sistema de incompatibilidades. Mismamente, el juez que se pasa a cargos políticos no ha de poder regresar a la judicatura en una larga temporada, por ejemplo diez años. Que cobre una buena pensión entre tanto, que le mantengan el coche oficial, que le den vales para vestirse de Armani, que le permitan cazar sin licencia, lo que sea. Pero que se acabe este corretear entre poderes dejando en el camino más babas que un caracol acatarrado.
Puesto que no sirve de nada implorar la prudencia de la mujer del César, dada su veleidosa condición y su ninfomanía incontenible, apliquémosle un cinturón de castidad legal. Y que tenga tres vueltas y ocho candados el de los señores miembros del CGPJ, el de los magistrados del TC y, como mínimo, también el del Tribunal Supremo.
Dicen que si coges los CD-ROMs de Jurisprudencia del TC de la época de Copito y los pones al revés, salen mensajes satánicos.
ResponderEliminarY si los pones al derecho, también.
En el país publican datos sobre un par de encuentros ,seguramente es una información tendenciosa...peeero.
ResponderEliminarAdemás, un encuentro en casa es algo más íntimo, personal, incluso romántico, diría yo. No vayan a ser ustedes mal pensaos, jopé.
http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Camps/Rosa/coincidieron/veces/saltar/escandalo/PP/elpepiespval/20090227elpval_3/Tes
El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Fernando de Rosa, han coincidido, al menos, dos veces desde que estalló el escándalo de la trama de corrupción relacionada con cargos del PP.
Un cordial saludo.
¿ Y alguno de ustedes aun se extraña de que el populismo, barato o caro, aflore y prospere ?.
ResponderEliminarESTOY INDIGNADO.
ResponderEliminarVenía de triturar unos fetos con unos amigos etarras para celebrar que España al fin se rompe y me doy de bruces con esta noticia:
DETENIDOS UN ALCALDE SOCIALISTA, EL ARQUITECTO DE LA DIPUTACIÓN (SOCIALISTA) Y OTROS COMPINCHES EN MÁLAGA POR CORRUPCIÓN URBANÍSTICA.
¡¡TRES DÍAS ANTES DE LAS ELECCIONES!!
¿Qué hace la fiscalía favoreciendo al PP? ¿No podían haber esperado a después de las elecciones, como dice la Fiscalía Anticorrupción que va a hacer con los del Caso Gürtel? ¿Quién puede creerse que aquí hay casualidad?
He llamado IN-ME-DIA-TA-MEN-TE a Pepiño (el Omino Bianco) para ver quién se ha desmandado de la consigna CLARÍSIMA que le dimos a los fiscales de joder al PP para aupar al PSOE.
Aquí van a rodar cojones.
Hoygan, ¿hoy es Jornada de Irreflexión?
ResponderEliminarAnte
ResponderEliminarNada tiene que ver el presunto de Alcaudín con los presuntos engominados, vamos a ver que tal se instruyen los asuntos.
La reflexión parece haber sido interesante ¿eh Ante?