(Columa publicada por un servidor en El Mundo de León hoy, jueves. Fue escrita el pasado lunes).
Un amigo me cuenta que su hijo llegó de Cancún el miércoles de la pasada semana. En el vuelo no les dieron mascarilla ni protección ninguna. Al llegar a Barajas sólo les pidieron sus datos de contacto. Ninguna medida más. De Madrid a León el grupo debía viajar en autobús, pero el conductor se negaba. Finalmente, el buen hombre se agenció una mascarilla y así los trajo.
Como, pese a tenerlos a todos localizados, ningún representante de la administraciones sanitarias les decía esta boca es mía, cada uno acudió al médico de cabecera por su cuenta. Al hijo de mi amigo su médico le recomendó unos días de cuarentena en su habitación, con mascarilla y sin salir. A otro compañero el suyo le dijo que esta gripe era como cualquier otra, que no hiciera caso y que siguiera con su vida normal. Cada uno obedece a su doctor, puesto que los responsables sanitarios del Estado y la Comunidad sólo hablan con los medios de comunicación y para anunciar que se están ocupando absolutamente de todo y que ya andan en contacto con todos los posibles afectados o grupos bajo riesgo. De tanto mentir, no les queda tiempo para nada más.
Ya han pasado cinco días desde que el muchacho llegó de México y unos diez desde que sonó la alarma. Y hoy mismo escucho en la radio la siguiente noticia: se acaban de reunir la Ministra de Sanidad y el Ministro del Interior para decidir qué controles van a disponer en Barajas por lo de la gripe. ¿A estas alturas? Menos mal que, a la postre, este virus parece mucho más inofensivo que la mayor parte de nuestros gobernantes. Estos sí que deben de ser el producto de alguna mutación extraña y perversa, un cruce entre incompetentes y troleros.
¿En qué quedamos al fin? ¿El virus es peligroso o no es para tanto? Parece que no mata más que la gripe común. Pero también hoy oigo al especialista oficial sostener que el gran riesgo es que el virus mute, pues estos virus son muy suyos. Vamos a ver, ¿puede mutar éste o puede mutar cualquier virus de la gripe de cada año? ¿Debemos preocuparnos o quieren asustarnos por oscuras razones económico-empresariales, turísticas, diplomáticas o vaya usted a saber qué? Deberían ponerse mascarilla antes de soltar bulos y bolas. Para no contagiarnos.
Como, pese a tenerlos a todos localizados, ningún representante de la administraciones sanitarias les decía esta boca es mía, cada uno acudió al médico de cabecera por su cuenta. Al hijo de mi amigo su médico le recomendó unos días de cuarentena en su habitación, con mascarilla y sin salir. A otro compañero el suyo le dijo que esta gripe era como cualquier otra, que no hiciera caso y que siguiera con su vida normal. Cada uno obedece a su doctor, puesto que los responsables sanitarios del Estado y la Comunidad sólo hablan con los medios de comunicación y para anunciar que se están ocupando absolutamente de todo y que ya andan en contacto con todos los posibles afectados o grupos bajo riesgo. De tanto mentir, no les queda tiempo para nada más.
Ya han pasado cinco días desde que el muchacho llegó de México y unos diez desde que sonó la alarma. Y hoy mismo escucho en la radio la siguiente noticia: se acaban de reunir la Ministra de Sanidad y el Ministro del Interior para decidir qué controles van a disponer en Barajas por lo de la gripe. ¿A estas alturas? Menos mal que, a la postre, este virus parece mucho más inofensivo que la mayor parte de nuestros gobernantes. Estos sí que deben de ser el producto de alguna mutación extraña y perversa, un cruce entre incompetentes y troleros.
¿En qué quedamos al fin? ¿El virus es peligroso o no es para tanto? Parece que no mata más que la gripe común. Pero también hoy oigo al especialista oficial sostener que el gran riesgo es que el virus mute, pues estos virus son muy suyos. Vamos a ver, ¿puede mutar éste o puede mutar cualquier virus de la gripe de cada año? ¿Debemos preocuparnos o quieren asustarnos por oscuras razones económico-empresariales, turísticas, diplomáticas o vaya usted a saber qué? Deberían ponerse mascarilla antes de soltar bulos y bolas. Para no contagiarnos.
Pero eso lo conoce vd. y cuatro gatos más.
ResponderEliminarLa masa vemos durante el desayuno, comida, merienda y cena, en el retablo de plasma de 40' que tenemos encima del altar, caras sonrientes de políticos vacuos prorrogando el Gran Teatro del Mundo, transmitiendo que todos sus esfuerzos tienen como destinataria a la audiencia y convenciéndola de los beneficios de un buen empalamiento por el sitio adecuado.