(Esto acabo de mandarlo para mi columnilla semanal en El Mundo de León. Digo yo que no se lo tomará a mal el personal, aunque también estoy seguro de que no saldrá en la próxima campaña oficial de promoción turística de la zona)
Para veranear en León, al menos un rato, o para darse una vuelta en cualquier época del año. Vamos con ellas.
1) Por supuesto, la catedral, San Isidoro y San Marcos. Tres épocas, la más alta expresión de tres estilos, regalos para los ojos y para el alma que nos dejarán de piedra. 2) El fresquito de las noches. Aquí se puede dormir en verano y ninguna pereza nocturna se justifica por los calores o los sudores. 3) La gente, tan noble como recia y que no le cambia la cara ni el trato ni le da coba porque usted sea turista. 4) Las autoridades municipales, que hasta en verano le ponen obras en la calle para que se sienta como en su ciudad, talmente como en su casa en noviembre. 5) El habla y el hablar, pues venga usted de donde venga, se encontrará los rótulos en castellano y le responderán en la lengua de Cervantes, que es la común del Estado, más o menos. Eso sí, percibirá las peculiaridades del laísmo y el leísmo, que también tienen su gracia. 6) Los paisajes, que en esta provincia son variados como en pocas, con verdes y montañas y amarillos y llanuras y pardos y páramos y azules... 7) El mar, que está a tiro de piedra, en Gijón, mar que los leoneses consideran también suyo y no les falta razón, pues los domingos lo llenan. 8) La comida y la bebida, cómo no. La cecina es un secreto para virtuosos del placer, el congrio parece cultivo de tierra adentro, los puerros nos dan gusto a la chita callando, el vino se hace memorable sin darse importancia, el orujo se destila con discreta maña... 9) La literatura, ya que León tiene la mejor cosecha de narradores, ensayistas y poetas. Fíjense: Mateo Díez, Aparicio, Merino, Trapiello(s), Llamazares, Pereira, Guerra Garrido, Sosa, E. Santiago, M. Torres, Colinas, Mestre, Gamoneda... Y los que se me estarán pasando ahora mismo y me costarán un tirón de orejas. Conste, además, que el orden de esa lista es perfectamente aleatorio. Inmejorable biblioteca para leer una vida entera y perderse en historias y protagonistas universales de aquí mismo. 10) También es tierra en la que se crió algún otro personaje y cabe curiosear y preguntarse cómo es posible, cielo santo, cómo es posible. Pero nadie aquí tiene la culpa de eso, de verdad que no.
1) Por supuesto, la catedral, San Isidoro y San Marcos. Tres épocas, la más alta expresión de tres estilos, regalos para los ojos y para el alma que nos dejarán de piedra. 2) El fresquito de las noches. Aquí se puede dormir en verano y ninguna pereza nocturna se justifica por los calores o los sudores. 3) La gente, tan noble como recia y que no le cambia la cara ni el trato ni le da coba porque usted sea turista. 4) Las autoridades municipales, que hasta en verano le ponen obras en la calle para que se sienta como en su ciudad, talmente como en su casa en noviembre. 5) El habla y el hablar, pues venga usted de donde venga, se encontrará los rótulos en castellano y le responderán en la lengua de Cervantes, que es la común del Estado, más o menos. Eso sí, percibirá las peculiaridades del laísmo y el leísmo, que también tienen su gracia. 6) Los paisajes, que en esta provincia son variados como en pocas, con verdes y montañas y amarillos y llanuras y pardos y páramos y azules... 7) El mar, que está a tiro de piedra, en Gijón, mar que los leoneses consideran también suyo y no les falta razón, pues los domingos lo llenan. 8) La comida y la bebida, cómo no. La cecina es un secreto para virtuosos del placer, el congrio parece cultivo de tierra adentro, los puerros nos dan gusto a la chita callando, el vino se hace memorable sin darse importancia, el orujo se destila con discreta maña... 9) La literatura, ya que León tiene la mejor cosecha de narradores, ensayistas y poetas. Fíjense: Mateo Díez, Aparicio, Merino, Trapiello(s), Llamazares, Pereira, Guerra Garrido, Sosa, E. Santiago, M. Torres, Colinas, Mestre, Gamoneda... Y los que se me estarán pasando ahora mismo y me costarán un tirón de orejas. Conste, además, que el orden de esa lista es perfectamente aleatorio. Inmejorable biblioteca para leer una vida entera y perderse en historias y protagonistas universales de aquí mismo. 10) También es tierra en la que se crió algún otro personaje y cabe curiosear y preguntarse cómo es posible, cielo santo, cómo es posible. Pero nadie aquí tiene la culpa de eso, de verdad que no.
Me ha convencido. Este año no he tenido vacaciones: gracias ZP, pero lo tendré muy pero que muy en cuenta.
ResponderEliminarSi no le importa le pongo un link en facebook.
Saludos liberales.
... y pasa el Camino Francés ... que viene de Mansilla y sigue para Astorga ...
ResponderEliminar¡Branca, branca, branca! ¡Leon, Leon, Leon!
Salud,
¿Puedo añadir la undécima?: Los amigos!
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