(Para encuadre del debate y de esta sugerente aportación, véase la presentación de la entrada anterior).
En la actual discusión pública hay demasiados falacias, hermosas y relucientes ellas. A ver si logro señalar algunas:
1) Falacia de la medida única, imprescindible y específica. No es creíble decir que ahora "sólo" se actúa contra estas malvadísimas webs, cuando en la última década hay una larga cadena de acciones, más o menos forzadas todas ellas, que apuntan en la misma dirección - la de restringir la libertad de intercambio de archivos, sin importar qué caiga con ello. Me atrevería a decir, regocijándose con lo que caiga con ello, porque mejor se controlará al rebaño. ¿Pretenden que nos olvidemos de la historia reciente? ¿Pretenden que ignoremos que los poderes fácticos ven con irritación cualquier manifestación de libertad, y más en interné? Suele ir acompañada por la falacia de la omnipotencia de la güeb y de la intocabilidad de los internautas. Ya llevamos años viéndolas. Lo que ocurre es que les da rabieta que cada mazazo que creen 'definitivo', 'imprescindible', se les dé la vuelta, y se les escapen los archivos por otro coladero en el que no habían pensado.
2) Falacia de la indefensión. Si hay algo ya protegido y archiprotegido en nuestra sociedad es la propiedad privada, venga ya. Especialmente la de los poderosos. Están los Estados modernos montados para ello. Pero la distribución comercial de la cultura se ha vuelto un negociete desde hace tiempo, un negociete de unos pocos y para unos pocos. Estas zarrapastradas actuales quieren transparentemente preservar el negociete, cueste lo que cueste. El problema es que está caduco, por sus propias insuficiencias, no por las muchas maldades de los muy malos. Yo sigo viendo que quien hace, promueve, dirige una peli atractiva de veras, se forra, la copie quien la copie. Quien canta bien -y también muchos que no cantan bien, pero eso es otro problema- llena los conciertos con entradas de muchos euros. Y quien escribe una novela resultona, vende un montón. ¿Entonces? ¿Cómo es que la indefensión se produce misteriosamente en unos casos sí y en otros no?
3) Falacia de la ausencia de compensación. También llamada falacia del ‘gratis total’. Se calla al contribuyente que en el actual modelo de producción "cultural" se está obviando -dolosamente, en opinión de más de uno- el principio esencial de no permitir que se pague más de una vez por la misma cosa. El producto "privado" que los wertes de este mundo reclaman que se proteja pasando el rodillo a las garantías de todos … suele estar ya subvencionado públicamente, con los dineros del contribuyente, tanto del que copia como del que no.
Aquí toca dar un puñetazo colectivo sobre la mesa y decirle a estos rinconetes y cortadillos, de una vez, que los que están practicando la replicación no autorizada -del cobro- son ellos. Que el producto que reciba un euro, digo un euro, de subvención pública, ya ha sido pagado por el público. Si les parece poco el pago, que renuncien a las subvenciones, que son libres de hacerlo. También se ha pagado, con creces, cualquier producto que se transmite por una cadena pública o privada con una densidad de publicidad elevadísima – pues se han consumido, para lucro de la distribución audiovisual, millones y millones de horas de los espectadores – esas sí que ‘gratis total’. En el caso de la cadena pública, naturalmente deficitaria, esa transmisión está siendo también proporcionalmente subvencionada con dinero de todos nosotros. Finalmente, cualquier producto que se copia en un medio que ha pagado el canon… pues ha pagado el canon de copia, ¿no querían eso? ¿precisamente por ese concepto? Hasta el que no ha copiado nada está pagando, así que figurémonos.
4) Falacia del lucro cesante. Se calla que de ningún modo es equiparable la circulación de una copia con el cese de la venta de una copia original. Si impides el acceso a la copia, la enorme mayoría de los usuarios buscará una alternativa de ocio a costo comparable, dice la economía elemental. Y en una de esas se te pone a leer un clásico, jeje, o se vuelve a ver una película que ya compró.
Quien tiene acceso a la copia, por el contrario, y la goza (en caso contrario, puf y se acabó, y lo único que se ha evitado es un engaño comercial, es decir, la venta de un mal producto al precio de uno bueno), es frecuente que derive ese goce hacia otros consumos culturales reglados, en los límites de su renta disponible: el concierto, la adquisición del original de la misma obra o de otras del mismo autor, etc. El visionado de copias tiene un efecto promocional no desdeñable. ¿Tenemos que descubrir América ahora, y decir que las experiencias culturales aficionan a la cultura? ¿Que abren horizontes? ¿Que suscitan intereses?
5) Falacia del apoyo a la creación. Se calla, finalmente, que el actual modelo de propiedad intelectual ha hecho tierra quemada en algún que otro sector relevante de la cultura. Cito un ejemplo, en un campo donde un poquito me he movido: la música contemporánea. Cuando a un conjunto instrumental o a un coro se le pasa por la mente interpretar una obra contemporánea, el respeto de la legalidad vigente suele generar tales pesadillas que tantas veces, cuando no se cuenta con una estructura administrativa potente –lo que describe la mayor parte de los casos–, la decisión es, a la mierda el último cuarteto de García, ése del 2008, por muy interesante que sea; tocamos uno de Mozart y santas pascuas. No vean ustedes qué cara se le queda a García, y cuán protegido y mimado se siente como creador por estas nobles leyes. Es lo que hay.
Algo parecido ocurre para el fotógrafo en sus primeros pasos que quiere difundir sus obras en los medios. Posibilidades tendentes a cero – ¿y quién se va a meter en líos por una foto bonita? Amos anda, monto un garabato cualquiera y ya tengo ilustrado el artículo.
En fin, me he explayado un poquito. ¡Consultores son lo que nos faltaba! Para aquellos de ustedes que estén generando obra intelectual, me permito una sugerencia: licencias abiertas. Es lo que hago con lo "mío" -ya dejé hace tiempo, para mi fortuna, de creerme autor de nada, y mucho menos de lo que escribo-, y lo que propongo en los proyectos donde intervengo. Lo está haciendo cada vez más gente, asqueada por toda esa sarta de patéticas mentiras. De fábulas de consultorete reconvertido o de filosofín perlinplín. De proteccionismos vetustos que recuerdan a los de la época colonial. ¡Aire! ¿No son esos genios unos genios creadores? Pues que creen, carajo, con sus propios recursos y respetando las garantías constitucionales, un modelo que funcione.
1) Falacia de la medida única, imprescindible y específica. No es creíble decir que ahora "sólo" se actúa contra estas malvadísimas webs, cuando en la última década hay una larga cadena de acciones, más o menos forzadas todas ellas, que apuntan en la misma dirección - la de restringir la libertad de intercambio de archivos, sin importar qué caiga con ello. Me atrevería a decir, regocijándose con lo que caiga con ello, porque mejor se controlará al rebaño. ¿Pretenden que nos olvidemos de la historia reciente? ¿Pretenden que ignoremos que los poderes fácticos ven con irritación cualquier manifestación de libertad, y más en interné? Suele ir acompañada por la falacia de la omnipotencia de la güeb y de la intocabilidad de los internautas. Ya llevamos años viéndolas. Lo que ocurre es que les da rabieta que cada mazazo que creen 'definitivo', 'imprescindible', se les dé la vuelta, y se les escapen los archivos por otro coladero en el que no habían pensado.
2) Falacia de la indefensión. Si hay algo ya protegido y archiprotegido en nuestra sociedad es la propiedad privada, venga ya. Especialmente la de los poderosos. Están los Estados modernos montados para ello. Pero la distribución comercial de la cultura se ha vuelto un negociete desde hace tiempo, un negociete de unos pocos y para unos pocos. Estas zarrapastradas actuales quieren transparentemente preservar el negociete, cueste lo que cueste. El problema es que está caduco, por sus propias insuficiencias, no por las muchas maldades de los muy malos. Yo sigo viendo que quien hace, promueve, dirige una peli atractiva de veras, se forra, la copie quien la copie. Quien canta bien -y también muchos que no cantan bien, pero eso es otro problema- llena los conciertos con entradas de muchos euros. Y quien escribe una novela resultona, vende un montón. ¿Entonces? ¿Cómo es que la indefensión se produce misteriosamente en unos casos sí y en otros no?
3) Falacia de la ausencia de compensación. También llamada falacia del ‘gratis total’. Se calla al contribuyente que en el actual modelo de producción "cultural" se está obviando -dolosamente, en opinión de más de uno- el principio esencial de no permitir que se pague más de una vez por la misma cosa. El producto "privado" que los wertes de este mundo reclaman que se proteja pasando el rodillo a las garantías de todos … suele estar ya subvencionado públicamente, con los dineros del contribuyente, tanto del que copia como del que no.
Aquí toca dar un puñetazo colectivo sobre la mesa y decirle a estos rinconetes y cortadillos, de una vez, que los que están practicando la replicación no autorizada -del cobro- son ellos. Que el producto que reciba un euro, digo un euro, de subvención pública, ya ha sido pagado por el público. Si les parece poco el pago, que renuncien a las subvenciones, que son libres de hacerlo. También se ha pagado, con creces, cualquier producto que se transmite por una cadena pública o privada con una densidad de publicidad elevadísima – pues se han consumido, para lucro de la distribución audiovisual, millones y millones de horas de los espectadores – esas sí que ‘gratis total’. En el caso de la cadena pública, naturalmente deficitaria, esa transmisión está siendo también proporcionalmente subvencionada con dinero de todos nosotros. Finalmente, cualquier producto que se copia en un medio que ha pagado el canon… pues ha pagado el canon de copia, ¿no querían eso? ¿precisamente por ese concepto? Hasta el que no ha copiado nada está pagando, así que figurémonos.
4) Falacia del lucro cesante. Se calla que de ningún modo es equiparable la circulación de una copia con el cese de la venta de una copia original. Si impides el acceso a la copia, la enorme mayoría de los usuarios buscará una alternativa de ocio a costo comparable, dice la economía elemental. Y en una de esas se te pone a leer un clásico, jeje, o se vuelve a ver una película que ya compró.
Quien tiene acceso a la copia, por el contrario, y la goza (en caso contrario, puf y se acabó, y lo único que se ha evitado es un engaño comercial, es decir, la venta de un mal producto al precio de uno bueno), es frecuente que derive ese goce hacia otros consumos culturales reglados, en los límites de su renta disponible: el concierto, la adquisición del original de la misma obra o de otras del mismo autor, etc. El visionado de copias tiene un efecto promocional no desdeñable. ¿Tenemos que descubrir América ahora, y decir que las experiencias culturales aficionan a la cultura? ¿Que abren horizontes? ¿Que suscitan intereses?
5) Falacia del apoyo a la creación. Se calla, finalmente, que el actual modelo de propiedad intelectual ha hecho tierra quemada en algún que otro sector relevante de la cultura. Cito un ejemplo, en un campo donde un poquito me he movido: la música contemporánea. Cuando a un conjunto instrumental o a un coro se le pasa por la mente interpretar una obra contemporánea, el respeto de la legalidad vigente suele generar tales pesadillas que tantas veces, cuando no se cuenta con una estructura administrativa potente –lo que describe la mayor parte de los casos–, la decisión es, a la mierda el último cuarteto de García, ése del 2008, por muy interesante que sea; tocamos uno de Mozart y santas pascuas. No vean ustedes qué cara se le queda a García, y cuán protegido y mimado se siente como creador por estas nobles leyes. Es lo que hay.
Algo parecido ocurre para el fotógrafo en sus primeros pasos que quiere difundir sus obras en los medios. Posibilidades tendentes a cero – ¿y quién se va a meter en líos por una foto bonita? Amos anda, monto un garabato cualquiera y ya tengo ilustrado el artículo.
En fin, me he explayado un poquito. ¡Consultores son lo que nos faltaba! Para aquellos de ustedes que estén generando obra intelectual, me permito una sugerencia: licencias abiertas. Es lo que hago con lo "mío" -ya dejé hace tiempo, para mi fortuna, de creerme autor de nada, y mucho menos de lo que escribo-, y lo que propongo en los proyectos donde intervengo. Lo está haciendo cada vez más gente, asqueada por toda esa sarta de patéticas mentiras. De fábulas de consultorete reconvertido o de filosofín perlinplín. De proteccionismos vetustos que recuerdan a los de la época colonial. ¡Aire! ¿No son esos genios unos genios creadores? Pues que creen, carajo, con sus propios recursos y respetando las garantías constitucionales, un modelo que funcione.
jajajaja.bien argumentado. "Amigo" creo que un miembro de cómo le llamo usted? "club de los internautas comunistas"...
ResponderEliminarestimado Anónimo,
ResponderEliminargracias por ambos calificativos, y gracias sobre todo por la espontaneidad bienhumorada con la que los asocia entre sí.
Salud,
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarApreciado "un amigo",
ResponderEliminarTenemos tantos frentes abiertos con este tema, que no queda más remedio que tomárselo con calma. Pero ahí vamos.
Me permito poner aquí unos comentarios elementales a este texto sobre las falacias. Sobre los otros asuntos hablaremos mañana o pasado.
No tengo grandes desacuerdos de fondo, aunque quizá sí algunas dudas que paso a plantearle.
- Sobre la falacia 1 ("Falacia de la medida única, imprescindible y específica").- Es necesario discernir, diferenciar entre webs y webs. Si la Administración y las grandes empresas quieren llevárselas todas por delante sin distinción, mal hecho. Pero no podemos, por las mismas, defender nosotros a todas por igual. Por lo demás, de acuerdo en que a muchos poderes fácticos y gobiernos les encantaría hacerse por entero con la red y meter su tijera y su censura. Ahora bien, ya que hablamos de "cualquier manifestación de libertad", ¿es tal el poner en una web, en versión e-pub y para que cualquiera la baje gratis, la última novela de Vargas Llosa o de Almudena Grandes, ésas que salieron al mercado hace dos meses? Tengo serias dudas sobre esto.
- Sobre la falacia 2 ("Falacia de la indefensión").- De acuerd en que de la distribución comercial de la cultura han querido y quieren hacer un negociete de cuatro "propietarios". Cierto también que, en sus formas actuales, ese negocio está caduco y se vuelve inviable. Verdad igualmente que un Almodóvar o un Ken Follet no se van a arruinar por culpa de la bajada "pirata" de archivos en la red. Pero, ¿no es eso también una forma de discriminación y de hacer que otros "creadores" más modestos no tengan posibilidad de sacarse unos duros o de vivir del oficio? La propiedad privada está muy protegida en este sistema, pero por qué desproteger precisamente este aspecto o rama de la propiedad, el de la creación intelectual? ¿O debería buscarse un sistema mejor pensado, menos radical y a medio camino entre la mucha protección legal (teórica o pretendida) de ahora y el todo gratis para todos y desde el primer día?
- Sobre la falacia 3 ("Falacia de la ausencia de compensación"). Muy de acuerdo sobre lo de las subvenciones públicas. Pero yo, en lugar de pedir que sea gratis la "cultura" subvencionada, suprimiría esas subvenciones. Naturalmente que hay que acabar también con el canon digital, auténtica aberración.
(sigue)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar(continuación del comentario anterior)
ResponderEliminar- Sobre la falacia 4 ("Falacia del lucro cesante"). Concuerdo mucho con usted en esto. Creo que no se resalta bastante este aspecto del tema. Muchas de las personas que conozco que bajan películas no verían ninguna de ellas en el cine -o casi- si no pudieran conseguirlas así. Además, suele ser gente a la que no le importa la calidad de la imagen ni del sonido ni nada por el estilo.
- Sobre la falacia 5 ("Falacia del apoyo a la creación"). Muy sugerente e ilustrativa su opinión aquí. Enseña bien a las claras que también los "creadores" y artistas deben cambiar sus esquemas y hábitos. A ese García seguro que le interesaría mucho más que su obra se interpretase que no que sus derechos "se protejan" para que pueda cobrar tres duros. Licencias abiertas, ciertamente, para el que así lo quiera, y más alternativas legales.
Creo que estamos de acuerdo en que habría que salir del debate radicalizado y bastante maniqueo y ponerse a inventar nuevos modelos de regulación jurídica. A ver si se nos ocurre algo bueno, lo patentamos o lo escribimos y sacamos una pasta, je.
Por cierto, lo menciono de pasada porque creo que alguna relación tiene, aunque sea lejana o por los pelos, con todo esto. ¿Sabe y saben por qué pongo aquí, en el blog,muchos textos sobre Derecho que serían publicables en revistas jurídicas? Porque me molesta que en muchas revistas; a) se haga negocio a mi costa y de los que en ellas escriben -no es el caso de todas desde luego, ojo con eso-; también es negocio académico ser director de una revista o miembro de su comité editorial -no todos buscan eso, repito el aviso de cuidado-; b) se me indique, quizá, que el texto está bien pero que debo corregir donde digo "caca" y "pis". El estilo es de cada uno, y si una revista quiere un estilo propio y homogéneo, que escriban todos sus textos el director o su abuela; c) no tengan una maldita distribución fuera de tal o cual parroquia, con lo que, modestia aparte, mis cosillas aquí las lee mucha más gente -y que a mí me importa más- que el noventa por ciento de los artículos que en España se publican en revistas jurídicas "clásicas"; d) a mí, con perdón, no me indexa ni mi tía, sólo me faltaba que hubiera agencias vivendo de contar cuánta gente me cita en sus conversaciones y que, para colmo, me pongan en un ranking por ello. Etc.
En fin, lo digo nada más que para insistir en que está en nuestra mano, en la de todos, romper los viejos moldes y darnos cuenta de que muchas puertas al campo están sólo en nuestra cabeza, no en el campo mismo.
Seguiremos.
Saludos.
Creo que en este indefinido terreno hay una posición moderadamente conservadora (la de la Jurisprudencia) que ha quedado arrumbada por la radicalización del debate y la argumentación ad absurdum:
ResponderEliminar1. La SIMPLE DESCARGA obras protegidas no es infracción. No es reproducción, ni plagio, ni distribución, ni comunicación pública.
2. "Subir" material protegido a Megaupload, Rapidshare, etc., SÍ es una conducta ilícita de las de la LPI.
3. El status del intercambio P2P es algo más complicado: se intenta discutir si el COMPARTIR EN UN FORO, por abierto que sea, encaja en las conductas ilícitas de la LPI; pero por otra parte se afirma que en un sistema P2P como el e-mule o el Kazaa, quien descarga A LA VEZ está subiendo material.
4. Las PURAS páginas de enlaces (como Taringa) NO REALIZAN CONDUCTAS ILÍCITAS; incluso aunque obtengan lucro por la publicidad (como Seriesyonkis), porque no distribuyen ni hacen comunicación pública. Sólo REDIRIGEN a enlaces (de Megaupload, Rapidshare...) que OTRO ha colgado. Es como quien te entrega un mapa de "top mantas" o te da un paseo en taxi por la ciudad para que los visites a todos.
(sigue...)
5. La Administración, la SGAE, etc, intenta por todos los medios la persecución de las puras páginas de enlaces: es más fácil que perseguir a un quídam que ha subido algo a Megaupload con un alias. Además, Megaupload no tiene su sede en España. Sin embargo, los Tribunales no se lo permiten, porque esas páginas no infringen la LPI.
ResponderEliminar6. Por ello, desde las "majors" de EEUU (y sus parásitos SGAE y demás) (y sus siervos en el gobierno español) se ha intentado que la Ley deje en manos de la Administración el cierre, y desvincularla de la previa constatación judicial de una infracción.
7. BAJO NINGÚN CONCEPTO SE DEBE PERMITIR QUE SE ABRA ESA PUERTA. Ese es el sistema que se está generalizando en YouTube, Vimeo, etc.: sin garantías judiciales se cierran cuentas porque, por ejemplo, alguien ha hecho una parodia de "Der Untergang", y eso tiene derechos de autor. La mera denuncia, sin un procedimiento contradictorio ante un decisor SUPRAORDENADO E IMPARCIAL, determina que se cierren cuentas y se eliminen vídeos e imágenes.
Abrir esa puerta eliminaría la neutralidad de la red.
(sigue...)
Por último:
ResponderEliminarHay que conceder un punto a los pro-SGAEs: no tiene sentido cerrar los ojos ante el daño a la PI que causan páginas como Megaupload; que además "se hacen las remolonas" a la hora de retirar materiales que tienen Copyright.
Pero ello no justifica ABERRACIONES tales como criminalizar a quien NO realiza ninguna conducta ilícita, ni instalar una CENSURA ADMINISTRATIVA en páginas web (también FOROS o BLOGS... ¡la mayoría de las páginas de descargas adoptan la forma de foros o blogs!).
Estimado anfitrión,
ResponderEliminarNo hay ninguna prisa, mastiquémoslo con calma – ya probaremos a ser más concisos.
Sobre la falacia 1, de acuerdo con la necesidad de diferenciar. Diferenciemos comportamientos concretos de individuos concretos, sugiero. El que vaya a lucrarse con obra ajena, que responda. Es un principio que funciona aceptablemente bien para una amplia gama de ilegalidades. ¿Por qué no mantenerlo con ésta?
Sobre la última novela de VLl, de AG o de quien sea colgada en la red – aquí hay dos percepciones enfrentadas. Una sostiene que el cuelgue arruina las ventas, en cuanto da acceso al producto ‘gratis total’. Otra sostiene que la descarga suele hacerla quien de cualquier manera no tenía intenciones de comprar la novela, que proporciona un producto de prestaciones muy inferiores al del original encuadernado, y que quizás erosiona unas ventas marginales, pero en compensación da acceso a más personas a la novela, y ciertamente da más difusión al perfil del autor.
No tiene sentido quedarse hundido en el fango hasta la cintura, defendiendo cualquiera de las dos posiciones, y hartarse de darle garrotazos al otro. Hacen falta estudios, medidas lo más objetivas posibles, para ver por dónde van los tiros. Tras lo cual se podrá buscar el compromiso.
Sobre la falacia 2 ("Falacia de la indefensión"). Insisto en que ni yo propongo, ni conozco a nadie responsable que proponga, desproteger la creación intelectual. Mi punto es que ya está protegida, en el Código Penal y en el RD 1/1996. Si cojea algo, es la justicia general. Enderecémosla entera, lejos de parchearla a trocitos sesgados porque así nos convenga.
Sobre la falacia 3 ("Falacia de la ausencia de compensación"). Algún día habrá que probar a diferenciar entre la cultura y el entretenimiento, confusión que es uno de los polvos que han contribuido a estos lodos. Estaría muy de acuerdo en suprimir las subvenciones al entretenimiento – sobre la cultura, en cambio, no me parecen mal, mediando condiciones exigentes.
Sobre la falacia 4 ("Falacia del lucro cesante"). El producto copiado es un producto marginal en prestaciones al usuario y en aportaciones al autor. La argumentación que lo equipara al producto original sin más me hace dudar de veras si el argumentante tiene costumbre de leer libros, ir al cine o ir a conciertos.
ResponderEliminarY si vive en este mundo.
Añado una pequeña observación adicional. Quienes denuncian escandalizados las ‘descargas masivas’ omiten el hecho de que, si son efectivamente masivas, hay un límite físico inmediato a su consumo y disfrute, que borra de un plumazo esa su hipotética masividad. Imaginemos que tengo una conexión de 30 TB al minuto, y me haya bajado quinientas películas este fin de semana. ¿Cómo coño hago para verlas? Sería un comportamiento compulsivo como tantos otros, beneficiando sobre todo a las compañías de telefonía, y a los vendedores de equipos informáticos. ¡Pero si lo que uno busca no son más libros ni más música, sino más tiempo! Llevo el fin de semana oyendo los mismos 21: 59 minutos de música una y otra vez, y los pocos pelos que me quedan ya no saben ponerse más de punta. Ah, y el CD lo compré creo que hace dieciocho o diecinueve años.
Sobre la falacia 5 ("Falacia del apoyo a la creación"). El tal ‘García’ del cuarteto se ha dado de baja en la sociedad de autores, no se preocupe. En cuanto a su actitud de Vd. en el dilema ‘bitacora vs. revista’, me parece bien acertada.
Salud,
Pero, Jacobo, ¿cómo conjuga usted lo siguiente?
ResponderEliminar1. "BAJO NINGÚN CONCEPTO SE DEBE PERMITIR QUE SE ABRA ESA PUERTA (...) La mera denuncia, sin un procedimiento contradictorio ante un decisor SUPRAORDENADO E IMPARCIAL, determina que se cierren cuentas y se eliminen vídeos e imágenes."
2. "páginas como Megaupload; que además "se hacen las remolonas" a la hora de retirar materiales que tienen Copyright"
¿Cuál es la diferencia entre Youtube y Megaupload, en cuanto a subir archivos? Porque yo no la veo...
Por lo demás, muy de acuerdo, y muy interesante el debate.
Lo único que querría resaltar es que Megaupload no es una "página de descargas", sea lo que sea eso que dice la prensa, sino un servicio de almacenamiento de archivos como puede ser Box (que uso para alojar (in)material docente para los alumnos) o Dropbox (que usa mi novia para compartir ficheros fotográficos).
Megaupload tiene unas ventajas, como el tamaño de fichero permitido y la velocidad de descarga, que favorecen que se use para según qué cosas, pero en la siguiente cadena:
-Subida (Fulanito)
-Almacenamiento (Megaupload)
-Primer enlace (Fulanito)
-Difusión de los enlaces (buscadores, páginas de enlaces, correo electrónico, Facebook,...)
-Bajada (Menganito)
aunque Megaupload aporte la tecnología que "une los puntos", ¿se le puede responsabilizar más allá del mero almacenamiento, sin hacer inviable el negocio de almacenador, o sea sin que mi novia tenga que pasarse a enviar y recibir discos duros por correo, y sin que yo tenga que alquilar hosting en un servidor? ¿Cómo certifica uno a una empresa de Hong Kong que tiene la PI de lo que suba, aunque la tenga?
Estimado Pedro:
ResponderEliminar1. No creo que haya ninguna contradicción.
- Youtube, Megaupload o el sursum corda están obligados a retirar material protegido en cuanto cobren conciencia de que se está colgando. Sin hacerse los remolones.
- Si no lo hacen, podrán afrontar las responsabilidades que en Derecho correspondan.
- Pero de ahí a que una agencia administrativa pueda cerrar páginas u ordenar que se suspendan cuentas va un Congo.
- Y lo de retirar material cuando se hacen parodias de pequeñas fracciones de una obra sería tan memo como condenar a Sabina por plagio, porque usa en una canción un verso de Neruda ("los últimos versos que te escribo") o de Cernuda ("donde habita el olvido"); o condenar a un doctorando por plagio, porque cita obras de otros autores.
2. Hago una simplificación entre "páginas de enlaces" y "páginas de descargas", donde las primeras son las que dan las últimas son los servicios de almacenamiento de los cuales se puede descargar material (que, lógicamente, antes se ha subido para almacenar o distribuir). Que las páginas de almacenaje permitan subir material con copyright, sin él, con CC, con Copyleft o con Copypadentro... es indiferente.
No obstante, dado que el debate está tan enmarañado y que la terminología empleada es tan maliciosa ("piratería", "descargas ilegales"... y aquí también entra un uso torticero de la expresión "páginas de descargas"), tiene razón: quizá deba emplear otra expresión, como "servicios de almacenaje".
Abrazos,
JD
Francamente, el gran problema, tanto de la propiedad intelectual, como industrial, es que su legislación vigente española e incluso internacional y de derecho comparado, es obsoleta, y ha de ser reformada en profundidad. Con el concepto de "derecho de propiedad" en abstracto, no me meto, pero también necesita un profunda reforma, para "democratizarla", pero esa es otra cuestión.
ResponderEliminarEn cuanto a ¿quien debe decidir si un/a determinada conducta, objeto, tecnología, cacharro, chaibache, chisme, coso, atenta contra el derecho propiedad, primero, y, de forma secundaria, a su vertiente intelectual, o/y industrial, la duda ofende. SIEMPRE DEBE SER UN JUEZ O TRIBUNAL MEDIANTE EL PROCDIMIENTO OPORTUNO, QUE, PRO CIERTO HA DE SER EL MISMO QUE PARA OTRAS CONTROVERSIAS DISTINTAS SOBRE LA PROPIEDAD, COMO LA INMOBILIARIA, PRO EJEMPLO. JAMAS, JAMAS, PERO JAMAS DE LOS JAMASES, UN OSCURO ORGANO ADMINISTRATIVO, SE LALME COMO SE LLAME Y LO COMPONGA QUIEN LO COMPONGA.
En este punto de la propiedad intelectual, nadie ha comentado, el dislate procesal en el ordenamiento jurídico español (fruto de la manía anglosajona perversísima de la "supuesta especialización"), que nuestro legislador, fruto de sus ejercicios períodicos de doblez lumbar ante el amigo americano y sus siervos españoles como la SGAE, ha realizado, para sustraer de la competencia de los Juzgados de Primera Instancia, con sede en los partidos judiciales, su competencia natural para endosarsela a los Juzgados de lo Mercantil, con sede en las capitales de provincia(por otro lado, atascadísmos ante el aluvión de concursos); y lo que es mas grave el sustraer a la Jurisdicción Contencioso Administrativa, los litigios sobre propìedad intelectual, cuando el presunto "infractor" es una Administración Pública. (Vamos que si el Ministerio de Cultura, no ha pagado los derechos de autro a la SGAE, por algún evento qu ehaya organizado, en el que se haya puesto música, haya cantado algún interprete, se ha ya proyectado una obra cinematográfica y demás) la reclamación de la SGAE y demas entidades de gestión, no seguirá el proceloso paso del procedimiento administrativo, primero, y el "via crucis" de la jurisdicción contencioso administrativa, después, que claramente le beneficia, sino que tendrá que bregar el pleito ante el Juzgado del Mercantil, en que por esa tremendas paradojas de nuestro legisladores las administraciones públicas, dejan de serlo, para ser administrados,ostentado, por el contrario, el estatus equivalente a la Administración las entida de gestión, verbigracia la SGAE. De esto saben mucho las Administraciones Locales, los Ayuntamientos, y ya se están empezando a plantear muchos, el dejar de ceñlbrar este tipo de eventos, cunado además las arcas están vacías y con telarañas.