En ratos libres del viaje en que ando estos días y en pausas que por mi cuenta me tomo en las reuniones que me tocan, miro las noticias sobre los indignados ante el Parlamento de Cataluña. Sin que sirva de precedente, me atrevo a sospechar que en esta ocasión la virtud anda por el término medio. Diré por qué.
De mi acuerdo en líneas generales con la sensación social de indignación y con lo que de ella haya en los que se concentran en las plazas públicas ya he hablado aquí y algún amistoso tirón de orejas he recibido. De esa idea básica no me apeo, aunque cuando leo tablas con reivindicaciones y propuestas, discrepo de la mayor parte de las ocurrencias. Mas creo que el enfado con la veloz degeneración de nuestra partitocracia, con la corrupción que no se frena y con el descaro político-mediático tenía que romper por algún lado, y posiblemente ha ido a hacerlo del modo más razonable que se podía esperar. En otros países los descontentos se lanzan a votar a los Le Pen o similares; aquí unos buenos miles de animosos disconformes salen a la calle, se reúnen, debaten y gritan para pedir más y mejor democracia, no acabar con ella. No me parece nada mal, al contrario.
Da un poco de amarga risa escuchar a tanto tertuliano o leer a la banda de las columnas cuando argumentan destempladamente que si esa gente tiene algo que proponer se convierta en partido político y que ya tendrá así su espacio y su audiencia. Mentira. Esta pescadilla cochina se muerde la cola, pues una de las más sólidas bases de la protesta está ahí, precisamente, en que el sistema político-mediático-empresarial no deja hueco para los partidos nuevos y los pequeños, los ignora dolosamente. En cambio, si esas mismas personas que como partido no ocuparían ni cuatro líneas de periódico por mucho que propusieran y criticaran, salen a la calle y ponen unas colchonetas, copan portada diaria. O de cómo aprovecharse de las propias contradicciones de este sistema bobalicón. Primero hay que cambiar la reglamentación electoral y la política de los medios y luego sí tendrá sentido lanzar otros partidos, si se quiere, sin hacer el canelo con ello.
Pero en ese movimiento heterogéneo y preñado de motivoss dispares es previsible que acaben copando la acción y las noticias los más agresivos o cercanos a los extremos. Si no hay organización, tampoco existirá para impedir esas derivaciones. ¿Puede convertirse el llamado movimiento del 15-M en violento y desaforado? Sí, puede, y quizá ya va de camino, por la razón expuesta. ¿Quién y cómo debe responder?
Dos tesis mantengo a ese propósito, a riesgo de me caigan chuzos de punta. La primera, que hay que seguir protestando pacíficamente y poniendo el énfasis en reclamaciones suprapartidistas y que aglutinen a los que andamos enojados, en lugar de dividirnos. La exigencia de adecentar y regular mejor la praxis política y de los partidos es la más evidente de esas reivindicaciones.
La segunda, que el Estado, a pesar de todos los pesares, sigue teniendo plena legitimidad para usar proporcionadamente la fuerza contra la fuerza o contra los comportamientos patentemente delictivos. Lo cortés no quita lo valiente y como te digo una cosa, te digo la otra. La fuerza legítima, sí, pero no para reprimir indiscriminadamente las reuniones y las protestas, sino para evitar los males que hay que evitar.
¿A quién conviene que la situación degenere en violencia incontrolada o indebidamente dirigida? Por un lado, a los partidos adocenados y bien asentados, que podrán así tomar el rábano por las hojas y deslegitimar todos los mensajes de la indignación presentándolos como discurso de extremistas virulentos. Tal que así, por ejemplo: que cómo vamos a reformar la legislación electoral, si eso supondría hacer el juego a los violentos y sucumbir a su chantaje. Por otro lado, esa deriva será también del gusto de los agitadores que no se preocupan precisamente por la buena calidad del sistema democrático de un Estado de Derecho, que fuerzan la situación y el enfrentamiento, a la espera de que un policía pierda los nervios o tenga un accidente que provoque una muerte, un mártir que desencadene una violencia mayor.
Se deben evitar ambos peligros, las dos manipulaciones. Ni disculpas para la revolución inviable y absurda ni pretextos para la reacción conservadora de los dos o tres o cuatro (si metemos a CiU y PNV) partidos ultraconservadores, ultraconservadores de esta partitocracia corrupta y perversa. A seguir protestando, pero con orden, aunque suene paradójico; con la calma y la paz imprescindibles para volver la reforma incontenible por multitudinariamente exigida. No hay otro camino, pero ese hay que andarlo, al menos mientras perviva alguna esperanza.
Bueno, lo estamos siguiendo muchos con atención y esperanza. La intensidad del movimiento catalán ha tomado claramente el liderazgo, en este momento.
ResponderEliminarDe acuerdo conque la no violencia es más eficaz y mejor estrategia. Precisamente porque desde el vergonzoso desalojo obra de Puig, está claro que la Generalitat está jugando la carta de la inflamación - es obviamente lo que les conviene.
Ahora bien, ¿nos vamos a creer lo que dicen un Mas y un Bono? Parémonos un momento a pensarlo: M-a-s. B-o-n-o. A confrontarlo con las trayectorias que conocemos. Repito: Mas. Y Bono.
Testimonios todo lo limitados que queramos, aquí no veo ni clima de violencia, ni nada que se le parezca remotamente. Aquí tampoco.
Finalmente en esta toma veo unos diputados que corren que se las pelan, un lanzamiento de un cono del tráfico (0:31), y otro lanzamiento que no distingo si es una botella de plástico o papeles (0:36), o las dos cosas. Injustificables, de acuerdo, pero absolutamente aislados e improvisados - no veo razón para leerlos ni explicarlos en clave de clima de violencia premeditada, de sañuda revuelta callejera, como se está retransmitiendo y comentando. Más me parecen befa y escarnio del acojone de aquél que huye.
De cualquier manera, narrativas de uno u otro lado aparte, lo vamos a saber bien pronto. Propongo un test bien sencillo. Quien está allí, en vivo y en directo, sabe perfectamente si hay o no violencia, y de dónde viene. Si la violencia es interna a la protesta, y no viene controlada de inmediato por el mismo movimiento, la plaza se va a vaciar - creo no equivocarme al juzgar que la inmensa mayoría de esos chavales y chavalas tienen las ideas bien claras. Pero si la violencia viene de los verdaderamente violentos y de sus instrumentos, de los que llevan violentando Catalunya y España muchas décadas, por cada uno de los chavales que vemos allí, mañana habrá diez.
Pienso que si los chavales muestran determinación y cabeza van a poner a esos miserables -políticamente- de rodillas. Esto huele a política, y de la grande, de la que no se veía hace mucho.
Salud,
Añadido de ayer (lo reporta Público).
ResponderEliminar¡Temible arma no violenta, la videocámara!
Salud,
¡Caramba, qué espectáculo, la prensa de hoy!
ResponderEliminarLo mejor de todo, en Vanguardia:
Puig también se refirió a las imágenes del vídeo de Youtube en las que se acusa a unos policías camuflados de iniciar los altercados de este miércoles: "El vídeo de Youtube es falso, es un montaje, en ese vídeo no se ve a ningún policía de paisando agrediendo a nadie. Se ven a policías de paisano, algunos lo son y otros no, pero no agreden a nadie". Por eso pidió a los usuarios que presten atención a las imágenes. El conseller defendió los métodos de estos agentes: "Claro que tenemos policías de paisano y de las mejores que hay ¿Cómo quieren que tengamos información de primera mano?", ha señalado el conseller.
Sobre la falsedad, basta ver el video. Evidentemente, cuando uno pone a policías de paisano a obtener información de primera mano (¿lapsus freudiano?), les da cascos de moto, pasamontañas para cubrirse la cara, y gafas de sol. Probable que en las mochilitas haya algo para empuñar en la primera mano, y quizás también en la segunda. Obviamente es superarriesgado en Cataluña que alguien, dándose cuenta de que un fiel servidor de la ley y del orden constitucional está observando pacíficamente el desarrollo de la manifestación, lo fotografíe - hay que preverlo todo, sería terribilísimo. A propósito, el vídeo también muestra la extraordinaria y sanguinaria violencia con la que los manifestantes 'de veras' se ensañan con los esbirros desenmascarados. El método Mas-Mubarak ...
Hasta hace pocos minutos, ABC y El Mundo hacían eco de diversas maneras a esta versión.
El País callaba; evidentemente para sus redactores carece de importancia el que se pille a la poli catalana con las manos en pasta.
Un poquito de información, en Público y Gara.
Les ahorro una selección de los finos análisis políticos que se están produciendo en estas horas. Bueno, no resisto la tentación - sólo uno. Escojo las perlas de sabiduría que nos desgrana este prohombre de intachable reputación.
Ahora en serio. Aunque constatar una vez más en que merdambre institucional y mediático vivimos no sea del todo agradable, creo que en estas operaciones hay un espaldarazo importante al movimiento de indignados. Sabemos gracias a ello que en los pasillos del poder son vistos como una amenaza importante, tal como para justificar la inmediata puesta en marcha de operaciones provocatorias, intensificando la represión. Se han dado cuenta, vamos.
Salud,
Perdonen la pesadez, pero voy de sorpresa en sorpresa.
ResponderEliminarEl País SÍ trata el tema.
Para mi sorpresa, cuando he pinchado el enlace de primera página titulado
"No debemos permitir que algunos enturbien un buen fin"
que debería ser en teoría un artículo de Stéphane Hessel,
el enlace lleva al artículo titulado "Los infiltrados de los Mossos". Fechado hoy 16 Junio a las 13:27.
Curiosa elección, hehe.
Salud,
Lástima que no sepa yo como poner un enlace de estos aquí, pero el de El Mundo de ahora mismo es de un pacifismo total
ResponderEliminarEl video al que enlazaba en mi mensaje de las 13:00 ha sido retirado de YouTube cuando pasaba de las 300.000 visitas.
ResponderEliminarPerdóneseme la puntual deriva al vernáculo, pero... sólo puedo concluir que alguien (o álguienes) se están cagando patabajo...
Naturalmente, el video se está difundiendo viralmente - un número imprecisado pero muy alto de usuarios lo ha descargado y lo está republicando.
Más que dar direcciones, que seguirán cambiando, basta entrar en YouTube y teclear en la ventanita de búsqueda "Qui son els violents" o, en castellano, "quienes son los violentos".
La acción represiva Mas-Mubarak se está extendiendo, en este caso sobre la red. Otro reconocimiento de máximo nivel del movimiento y de cuánto los preocupa. Y un desmentido obvio, de carambola, de todas las denuncias indignadas proferidas a lo largo de la jornada desde diversas instancias oficiales sobre la 'falsedad' y la 'insignificancia' del video.
Salud,