Cada uno es como es y cada quien tiene sus manías o sus obsesiones. A mí muchas veces me da por fijarme en la gente. Consecuencia: me voy haciendo más huraño. Queda poco donde caerse muerto. Resta un puñado de amigos entrañables y leales, fiables, menos mal, y de pascuas a ramos se topa uno con personas generosas y amplias de miras. Que no falten. Pero la mayor parte del personal está para el desguace o para cambiarse de acera cuando se ve venir.
Uno de los pensamientos que cada tanto me asaltan al cruzarme con muchos compañeros y conocidos es el de qué harían ellos si de pronto aquí hubiera un golpe de Estado -no lo quieran los dioses- o nos metiéramos en refriegas sucias. Mi diagnóstico es que mejor echar a correr, si tal pasara. Puede que en algún caso me equivoque, pero en la mayoría estoy convencido de que acierto. Lamerían las posaderas de los mandamases nuevos con el mismo empeño de siempre, tratarían de hacer méritos y ganar puntos ante ellos y sus lugartenientes y delegados, ronronearían a su vera, delatarían a más de un honesto, competirían para ganarse el favor a cualquier precio, echarían cuentas de cómo medrar a gusto en las nuevas circunstancias. Puerca gentuza. Se les ve venir porque llevan toda la vida entrenándose, ejercitándose en mezquindades, lubricándose la conciencia para ponérsela bien laxa y que tenga cabida para lo que haga falta, vendiéndose al mejor postor y curándose su nostalgia de estercolero. Son gusanos que no ansían mejor cosa que su ambiente nutricio.
Son muchos, maldición, se reproducen como roedores, van dominando y adiestrándose y aguardan su oportunidad con impaciencia. También son versátiles y, a falta del humus ideal, se adaptan a lo de cada momento y nunca pierden. Su cordialidad es postiza, su cortesía farisaica. Si nos fijamos bien, veremos la faca que asoma detrás de su sonrisa. Tienen algo de robots, la falta de pasión, el paso medido, el cerebro de caja registradora. El gesto solo se les ilumina en verdad cuando pillan unos euros. Tienden, además, a emparejarse con sus iguales y a más de un matrimonio de esos me lo suelo imaginar utilizando la cartilla de ahorros a modo de porno nocturno, con juegos preliminares a base de plazos fijos y cotizaciones, en un clímax de once dígitos y haciéndose, amorosos, las cuentas de después en lugar del cigarrillo. Invierten como invertidos y se vierten ahorrándose y con luces de bajo consumo. Cuando se ponen procaces se retan a un tipo variable y las orgías las imaginan entre alientos de promotores inmobiliarios y sudores de brokers enardecidos. Pugnan por vender sus almas al diablo, pero ya no se las compra, está el infierno saturado de miserables en calzoncillos.
Quizá estoy exagerando un poco, pues hablo nada más que del cretino extremo y la tipología de los apuñaladores sonrientes es más variada. Así que distingamos. La mayor parte de ellos no se delata tanto y pasan por buenas personas nada peligrosas. Es lo del agua mansa. Son los que no estarían en el pelotón de fusilamiento ni en el tribunal de orden público, pero tampoco moverían un dedo, porque tengo una familia y tal, y además mi abuela está muy delicada y no puedo darle ciertos disgustos. Esos ocuparían tu puesto y tu oficina con la misma naturalidad que el que va a comprar el pan por las mañanas, pero te llamarían el día anterior con aquello de chico, lo siento, ya sabes que si puedo hacer algo por ti aquí me tienes, pero no me pidas nada complicado porque ya sabes que tengo unos hijos y mi abuela y etcétera. En navidades te enviarían una felicitación a Tegucigalpa o donde estuvieras, deseándote felices fiestas y contándote, a media tinta, que por aquí ya sabes que las cosas no están muy bien y que la única novedad es que se casó Pepito y que Puri está embarazada de gemelos. También que te envidian un poco, pues ellos apenas viajan ya y hay qué ver qué lejos te has ido tú y que ya te vieron el otro día aquel artículo tan crítico y que muy bien y lo leyeron en casa, porque ya puedes suponer lo vigilados que andamos y no te puedes fiar. Y que recuerdos a tu esposa y tus hijos, los suyos ya están muy crecidos y quieren estudiar Económicas. Qué les ibas a decir, que gracias y que a cuidarse, majete.
Y luego los otros, los del colmillo auténtico, los de la trapera, que, pues sobreviviste, te mandan de vez en cuando recuerdos por un cuñado que es viajante y que a lo mejor hasta te envían una separata crípticamente dedicada, pero por persona interpuesta, no vaya a ser que el conserje vea que te escriben y vaya con el cuento a la superioridad. No quieren romper la relación por completo, no sea cosa que un día cambien las tornas y regreses. A tu vuelta serían los primeros en organizarte la cena de bienvenida, esta vez sin cianuro. Si tu retorno es afortunado, se pondrán a tus órdenes con esa cara de feladores irredentos y restregándose con tu ideología. Si vuelves con llagas, derrotado, te enseñarán sus casas y te hablarán de que sus hijos ya terminaron Económicas y que la satisfacción de ahora justifica tanto esfuerzo de antaño. Mientras te lo cuentan, se tocan la libreta del banco en el bolsillo interior y gimen tenuemente.
Ayer acabé de traducir un pequeño escrito de Kelsen que aun no estaba en español, “Defensa de la democracia” (Verteidigung der Demokratie). Un día de estos colgaré aquí algún fragmento majo. Cuenta ahí don Hans que el drama de la democracia es que se halla indefensa ante sus enemigos, pero que mejor que se muera la democracia, cuando el pueblo no la quiere (en 1932 escribía esto el buen hombre, en Alemania), que defender la democracia dictatorialmente. Mutatis mutandis, un drama similar es el de los que se quieren honestos, el de las personas con principios decentes. Les rodean los miserables, pero no pueden apearse de esos principios suyos para ciscarse en sus muertos, los de los otros, o echarlos al vertedero. Una pena. Por eso ganan casi siempre los malos. Pero, al menos, no les riamos las gracias ni aceptemos así como así sus sucios abrazos de Judas como hemorroides.
Enhorabuena. Claro, directo y, sobre todo, y por desgracia, verdadero.
ResponderEliminarusted siempre ha rozado los campanudos delirios paranoides y la misantropía mas chulesca. Ve enemigos, corruptos, enanos mentales, inútiles, ladrones, lameculos, mediocres, traidores, inferiores, por doquier. Y en el centro de toda diatriba, un ego " calvinista" modélico, inteligente a fuerza cabal, trabajador y cumplidor hasta decir basta, un ciudadano ejemplar luchando como siempre contra molinos de vientos: los sociatas inmorales y corruptos, Rajoy, los chupópteros y ladrones, la mediocridad de los debates. Luchando contra quienes no le llegan en capacidad dialéctica a la altura de los zapatos, los antidemocracia kelsesiana, los de triple moral, los lameculos y etc, tan lejanos de su sabiduría proverbial siempre a disgusto de lo que hay, para lo óptimo y lo pésimo.
ResponderEliminarPerseguidor de corruptos ladrones chupópteros, desfacedor de entuertos, cabreado con todo y con todos por inútiles, mediocres, incumplidores e inmorales cobardes. Seguidor de una ética de héroe solitario luchando contra los elementos. Unión Progreso Democracia.
ResponderEliminarAcabo de leer el programa de Rubalcaba, y recibirá mi voto socialista, porque aunque vivamos no ya en una democracia de partidos, sino en un Estado partitocrático vacío de democracia material, el Psoe es el partido que más se acerca a una democracia social, a una socialdemocracia o a una igualdad social, junto con I U.
Soy el del primer comentario.
ResponderEliminarAl del segundo comentario: Al verte retratado te ha dolido, eh?.
Al del tercer comentario: Que tristeza de miras, tu mundo se reduce sólo a partidos políticos. Lee, viaja, apaga un poco la televisión, y verás que hay un mundo más allá del Psoe, PP, UPD y demás.
El golpe de estado es cotidiano, estimado, de 'baja intensidad', porque desde hace muchos años no les hacen falta carros de combate por las calles para hacer lo que les da la gana. ¿Para qué asustar a la gente - y si con el susto se despertara? ¿Para qué apoderarse de las instituciones a lo bruto, si ya se han apoderado con buenas maneras, y votos anestetizados?
ResponderEliminarSobre los esbirros, no comparto el 'lamerían, tratarían, delatarían, echarían cuentas...'. Conjúguelo en presente continuo: 'están lamiendo', etc. Que su dominio sea de baja intensidad no quiere decir que sea invisible, si uno quiere verlo, naturalmente.
Salud,
Mi diagnóstico es que mejor echar a correr, si tal pasara.
ResponderEliminarVamos, ¡sin duda alguna!
El que no tenga noción familiar directa de cómo ocurren estas cosas (aún hay bastantes supervivientes del '36 que lo pueden contar), que le pregunte a un eslavo (ahora, sin el yugo) cómo ocurrieron las cosas en los '90 en su país. Escalofriante. Estremecedor.
Y, en cuanto a la mayoría cómplice, pura condición humana muy bien retratada hace décadas por Mailer en su canción.
P. S.: respecto a los comentarios 2º y 3º, no me voy a molestar en apostillarlos después de que lo haya hecho tan sólida como escuetamente el anónimo del 1º y el 4º.
Que cosas, como desparramamos Sr. García Amado.
ResponderEliminarDe cuando en cuando entro aquí y le leo a Ud. Lo hago como cuando hacia zaping y veia "Aqui hay tomate".
Los comentarios 2 y 3 le hacen a Ud. el perfil bastante bien. Yo después de leerle desde el año 2004 tambien los suscribo.
Lo de la igualdad social del PSOE es totalmente cierto, con un par de legislaturas más consigue que toda la sociedad española viva al más genuino estilo de la Cañada Real.
ResponderEliminarDe entre los más selectos gestores del aparato y las pegatinas que inevitablemente se adscriben al bajo de sus pantalones, una heroica minoría se sacrificaría acompañando a don Emilio y al resto de la Banca el Moco en su personal peregrinaje, con ánimo exclusivamente humanitario y por sentido del deber, para hacer llevadero ese calvario, esa soledad que siempre debe soportar todo fabricante de pasta y/o cortador de bacalao que se precie.
la capacidad de adaptación del ser humano. Pues claro, primor..acaso no te decían que callaito cuando estaba Franco, no te metas en lios. No lo vemos en las series de la tele...no te metas en lios que te van a dar lo mismo..y eso que apuntas es..conveniencia..todo el mundo es de conveniencia...la mayoría de la gente no merece la pena...el que tenga un amigo, que lo cuide ..que lo cuide..porque los de verdad..no abundan..va a ser que no..y todo el mundo va a su conveniencia..y a su apaño..le dé a quien le de..y punto..y como te quedes descolgado por h o p ..no se acuerda de ti ni Dios...te lo prometo.que pa joder están todos pero luego pa echar una mano, todo el mundo esta a su rollo, todos miran pa otro lado. triste pero si, y los hay más truhanes que eso tb se nace pero tb se hace..que pase lo que pase..estan bien..siempre se las arreglan para medrar como sea..va a ser que sí.
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