(Publicado hoy en El Mundo de León)
Levo treinta años enseñando en Derecho en la universidad. Diecisiete en León. No, no fui ni profesor ni colega de Zapatero, a mí que me registren. Pero sí he tenido, en distintos lugares, unos cuantos alumnos que se pasaron a la política. Habrá de todo, pero recuerdo a los malos estudiantes que eligieron ese oficio. Alguno llegó a presidir un parlamento autonómico y otro ha sido jefe de oposición en comunidad autónoma. Me acuerdo, por ejemplo, de cómo uno de esos, que suspendía una vez sí y otra también, se me acercó un día a contarme que para qué tanto estudiar mi asignatura, si, al fin, él iba a hacer carrera política. De otro supe que movía Roma con Santiago para buscarse enchufes porque tenía atascadas varias asignaturas desde hacía diez o doce años. Triunfaron en lo suyo y medraron en sus partidos y en las instituciones, de lo que se desprende que tal vez no les faltaba razón. Creo que sí acabaron sus carreras de Leyes, porque, sea por fas o por nefas, esos listillos siempre se llevan el gato al agua, aunque no sea culpa de uno. Los corruptos nacen y, sobre todo, se hacen, aprenden desde pequeños. Las corrupciones mayores son las que no trascienden ni aparecen en los periódicos, las del día a día, las del enchufe y los pequeños intercambios de favores. Esas son las que retratan un país y la mentalidad en él dominante.
Luego nos extrañamos cuando colocan parientes, recomiendan a sus paniaguados o se lucran a nuestra costa a base de descaro y perseverancia en sus trapacerías. O nos echamos las manos a la cabeza si dejan el erario público en la ruina más estrepitosa y a la ciudadanía con el culo al aire. En las fotos de campaña todos se ven guapos de cara y con pinta de no romper un plato. Y permitimos que nos seduzcan con sus cantos de sirena cuando repiten manidos tópicos para simples o recitan consignas para ingenuos, sin pararnos a pensar si sabrán al menos hacer la o con un canuto. Y, a fin de cuentas, he puesto como ejemplo a unos pocos que, mal que bien, lograron título universitario. Pero hemos estado gobernados por ministros que no fueron capaces de concluir sus estudios. No debería ser más fácil conseguir un cargo público que sacar unas oposiciones de nivel elemental.
Él lo ha visto personalmente (y se atreve a decirlo), otros, lo intuímos y así nos luce el pelo! Un país dirigido por muchos incompetentes que solo buscan un beneficio personal y punto. Logicamente, así nos luce el pelo. En fin...Una vez más, estoy de acuerdo contigo!
ResponderEliminares que chico sacar unas opos de nivel elemental no es tan fácil..es más facil sacar un grupo A que entrar de limpiador en un ayuntamiento..porque éstos de nivel elemental van por concurso, cielito lindo...y en la uni se estudia cada tonteria que no sirve pa ná. Yo tengo un profe que tiene negra. que no me queda na más que la suya y que lo que doy en la asignatura me lo he estudiado ya veinte veces, que no me va a servir pa ná y que cualquier otro ya me dejaría salir con mi título , que na más me queda esa..y ahora me lo tengo que volver a empollar y si es que me fuese a servir pa algo..bueno..pero es que..que estudiamos muchas cosas que no van a ninguna parte..y los políticos pues ganan una pasta porque lo ponen las leyes. Y ahí es donde entráis vosotros, porque si la ley no le pone coto..pues haber..que ganan pues por ley una pasta más lo que roban..pues a vivir que son dos días!! y los pringaillos alucinando.
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