10 marzo, 2013

Poemilla dominguero



Van rebaños oscuros por el cielo.
Abajo, un árbol único.
Se duerme el tren en su respiración.
Cojo su mano, la aprieto.
Algún sueño huidizo
mueve sus labios. No la entiendo.
La llanura se vierte en lejanía.
No es horizonte
esa roja trinchera de su boca.

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