Qué paloma no sabe que la vida
llega en vuelo rasante y su reverso
es viscoso y oscuro como los inviernos.
En la ventana, una paloma muerta.
El aire mueve su plumón, los ojos
están abiertos, blanquecinos, quietos.
Por qué voló hasta aquí. Por qué morimos
sin plan, sin orden ni concierto, solos,
por qué nos matará la vida, madre
distante y cruel, para ser ella libre,
para olvidarnos pronto y escapar.
Arrojará el viento la paloma,
a la calle, de nuevo volará,
un solo instante. Luego el telón cae
y yo me lavaré las manos antes
de acostarme y soñar para olvidarla.
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