Un
golpe de Estado es una rebelión contra el orden constitucional, organizada por
los líderes de tal alzamiento, puesta en marcha por los secuaces más obedientes
y seguida por una parte de la sociedad que es ideológicamente enemiga del
sistema político vigente o que ha sido aleccionada y fanatizada para que sirva
de carne de cañón o peón de brega. Cuando el golpe de Estado se lleva a cabo
contra un orden constitucional legítimo, legítimo por democrático, se trata de
un golpe de Estado fascista, ya lo dé Agamenón o su porquero. Que no nos
despiste el hecho de que todos los golpistas que en el mundo son y han sido
enarbolan retóricamente la libertad y la justicia social. Y, hoy en día, no hay
golpista que no lleve en la boca los derechos humanos y que no los ensucie al
mentarlos como pretexto para su vil designio. Lo que el fascismo catalán ha
puesto en marcha este oprobioso 1 de octubre, y que se venía pergeñando desde
hace tiempo, es un golpe de Estado. Que tengamos la desdicha de que al otro
lado esté Rajoy no cambia nada en el concepto: en Cataluña los facciosos han
dado un golpe de Estado contra mí tanto o más que contra Rajoy.
Un
golpe de Estado puede ejecutarse con violencia y sin ella, pues de lo que se
trata es de bloquear las estructuras y de anular las defensas jurídicas y
políticas del Estado legítimo. El de Cataluña ha sido un golpe de Estado sin
violencia y con hábil manejo de los resortes mediáticos, la frivolidad de muchos
y de la debilidad de nuestras convicciones.
Un
golpe de Estado fascista puede toparse en frente un gobierno capaz y una
sociedad leal a su Constitución y comprometida con los valores democráticos y
los derechos fundamentales. O no. En España son muchos los ciudadanos que se
consideran antisistema porque están contra Rajoy y que desprecian nuestro régimen
constitucional y democrático porque piensan que ellos deberían cobrar más o
tener mejor sanidad aun. Generalmente se
trata narcisistas poco viajados. Y en España tenemos un Gobierno torpe e
incapaz, presidido por un verdadero zombi. Por eso, a día de hoy, el sistema
constitucional y democrático que muchos españoles, catalanes o no, queremos
está desprotegido y dejado de la mano de Dios. Por eso y porque no hay un
Ministerio de Exteriores que sepa explicarse fuera de España ni un portavoz del
Gobierno capaz de explicarse dentro de España. Y, a todo esto, el Jefe del
Estado ha desaparecido también. Ni el Jefe del Estado sale a defender la
Constitución y a defendernos. Estamos solos.
Antes
eran los sindicatos y partidos de izquierda los que contra los golpes de Estado
protegían la democracia y el Estado legítimo. Aquí ya no. El PSOE duda si serán
progresistas los golpistas catalanes, UGT pide tiempo para pensar y CCOO se
suma a la convocatoria de huelga general promovida en Cataluña por la patronal
más corrupta y sus hijos de papá. Evidentemente, ese sindicato, CCOO, no puede
ser el mismo que nació en la mina de la Camocha.
Escribo
estas líneas a 2 de octubre y la Facultad de Derecho en que trabajo. No me
consta que ninguna Facultad de Derecho o ninguna Universidad se hayan
pronunciado hoy en defensa de nuestra Constitución, nuestros derechos y nuestra
dignidad frente a los golpistas. Debe de ser que hoy a todos les tocaba plancha
o que se están depilando los valores.
(Juan Antonio García Amado)
Básicamente bien traído.
ResponderEliminarAhora bien, a revisar en profundidad este párrafo (que no es de detalle): “Antes eran los sindicatos y partidos de izquierda los que contra los golpes de Estado protegían la democracia y el Estado legítimo”.
¿Cuándo se ha dedicado a eso la izquierda en España? Datos.
Magnífico artículo, profesor.
ResponderEliminarSin embargo, estoy de acuerdo con el comentarista anterior en relación con la izquierda española y su supuesta defensa de la democracia. El golpe de Estado ("revolución") de 1934 no es buen precedente. Durante el franqusmo, la única oposición real era el comunismo, pero creo que usted no se estaba refiriendo al comunismo. Por otra parte, desde la Constitución del 1978 la izquierda española se ha dedicado a coquetear con el nacionalismo y a perdonarle todas sus iniquidades, con el infantil argumento de que como Franco era centralista los nacionalistas son ante todo antifranquistas un poco descarriados que necesitan comprensión. La derecha, por su parte, ha demostrado su profunda incompetencia para plantar cara a un golpe de Estado.
En todo caso, creo que con el incremento del respaldo social al independentismo tras la utilización mediática que han hecho de la actuación policíal el 1 de octubre y la huida hacia adelante que plantea Rajoy con unas nuevas elecciones, la independencia de Cataluña está servida.
ResponderEliminarVeremos que hace después Europa: o la asfixia economicamente para que sirva de ejemplo al resto de regiones europeas con más o menos fuerza independentista, o la consiente y veremos como detrás la siguen otras muchas regiones de Europa. Esto segundo podría no estar mal si se refuerza el Gobierno de la Unión Europea y hace de Bruselas la Roma de Augusto. Si no, el fin de los Estados de Europa lo será también de esta frágil Unión y nos dejará con centenares de miniestados, pasto desprotegido para las insaciables grandes rumiantes del capitalismo... esto segundo podría explicar el intetes del magnate de Mediapro en apoyar el independentismo catalán....
En relación con el último párrafo de su magnífico artículo:
ResponderEliminarConcentración de apoyo al Estado de Derecho y sus Instituciones, hoy día 4 de octubre, a las 12:00h, en la Facultad de Derecho y CCEE y Empresariales de la Universidad de Córdoba.
http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/derecho-reclama-vuelva-orden-constitucional_1176099.html
http://www.eldiadecordoba.es/cordoba/Facultad-Derecho-cuestionan-legalidad-democratica_0_1178582840.html