Cuanto más una sociedad relativiza y disuelve las normas jurídicas que habrían de regirla, si se trata de sociedad moderna, más retornan, y con mayor fuerza, las normas sociales. El acabarse del Estado y del derecho positivo, de naturaleza artificial y designio deliberado, no significan, como creían ácratas y marxistas de primera hornada, don Carlos incluido, la implantación de una libérrima anarquía feliz, sino el imperio de una normatividad más viscosa y atenazante, menos respetuosa de las personales opciones de los individuos y que aún con mayor saña reprime desobediencias y heterodoxias con sanciones que se adoban de desprecio social y exclusión colectiva. Es el reino del inconsciente colectivo y de la inercia social, de la superstición común, de la tradición anquilosada, de la historia rígida que busca perpetuarse en homogeneidades infinitas, en repetición eterna.
Me refiero a las reglas sociales espontáneas, los usos, los hábitos que la gente ni cuestiona pues se le escapa su naturaleza optativa, que sí sabe ver en las leyes del Estado. Se toman aquellas pautas normativas por naturales, sin saber que no tienen nada que no sea también artificio y manipulación, si bien con el disfraz de lo inexorable. Son reglas que se alimentan del temor que esparcen, el temor sobre todo a ser tildado de diferente, excéntrico, loco.
Creo que en España, puede que igual que en medio mundo, vivimos ese retorno, tal vez por el alocado cuestionar del Estado que, precisamente, nació en la era moderna para protegernos de la dictadura de las convenciones acríticas de la masa social.
Allí donde hace mutis una asociativa sociedad civil surgirá siempre el incivil grupalismo, reemplazará la masa irresponsable a la agrupación consciente, y los ciudadanos, queriéndose súbditos más bien, harán dejación de su autogobierno, individual y colectivo, y se abandonarán al rito comunitario más irracional, a la exaltación de fantasmagóricas almas colectivas y a la defensa de problemáticos honores suprapersonales. Lo acabamos de ver nuevamente, y multiplicado, como era de esperar, en el Mundial de fútbol, ese desahogo de pueblos con más víscera que seso y más premodernos que modernos a secas. Y lo contemplamos a diario en esta sociedad que no quiere serlo y desea mutar en una promiscuidad de comunidades cutres. Buena cuenta se dan los politicastros estos, todos, felices de convertirse a toda marcha en señores feudales, en caudillos de una masa social boba, en lugar de perseverar como gestores responsables de los designios libres de ciudadanos reflexivos. Por eso ansían, entre otras muchas cosas, selecciones nacionales de lo que sea, los que aún no las tienen. Y los que ya cuentan con ellas a su favor, las adornan de medallas y recepciones y las ofrecen a vírgenes y santos; por eso se empachan de eslóganes y retóricas hipnóticas, para hacernos en serie, clones, muñecos de colorines, rebaño dócil.
Qué pena.
Me refiero a las reglas sociales espontáneas, los usos, los hábitos que la gente ni cuestiona pues se le escapa su naturaleza optativa, que sí sabe ver en las leyes del Estado. Se toman aquellas pautas normativas por naturales, sin saber que no tienen nada que no sea también artificio y manipulación, si bien con el disfraz de lo inexorable. Son reglas que se alimentan del temor que esparcen, el temor sobre todo a ser tildado de diferente, excéntrico, loco.
Creo que en España, puede que igual que en medio mundo, vivimos ese retorno, tal vez por el alocado cuestionar del Estado que, precisamente, nació en la era moderna para protegernos de la dictadura de las convenciones acríticas de la masa social.
Allí donde hace mutis una asociativa sociedad civil surgirá siempre el incivil grupalismo, reemplazará la masa irresponsable a la agrupación consciente, y los ciudadanos, queriéndose súbditos más bien, harán dejación de su autogobierno, individual y colectivo, y se abandonarán al rito comunitario más irracional, a la exaltación de fantasmagóricas almas colectivas y a la defensa de problemáticos honores suprapersonales. Lo acabamos de ver nuevamente, y multiplicado, como era de esperar, en el Mundial de fútbol, ese desahogo de pueblos con más víscera que seso y más premodernos que modernos a secas. Y lo contemplamos a diario en esta sociedad que no quiere serlo y desea mutar en una promiscuidad de comunidades cutres. Buena cuenta se dan los politicastros estos, todos, felices de convertirse a toda marcha en señores feudales, en caudillos de una masa social boba, en lugar de perseverar como gestores responsables de los designios libres de ciudadanos reflexivos. Por eso ansían, entre otras muchas cosas, selecciones nacionales de lo que sea, los que aún no las tienen. Y los que ya cuentan con ellas a su favor, las adornan de medallas y recepciones y las ofrecen a vírgenes y santos; por eso se empachan de eslóganes y retóricas hipnóticas, para hacernos en serie, clones, muñecos de colorines, rebaño dócil.
Qué pena.
Lo cierto es que no sé qué es el derecho positivo; pero supongo que es algo así como las reglas de la lengua castellana positivas; o sea, algo inútil.
ResponderEliminarLa verdad es que para alguien que cree que el derecho es la expresión erudita de la moral después de ver como el positivismo se hunde en la miseria si le sometemos al rigor de la lógica -el último kelsen abjuró del positivismo logíco, ¿verdad?- lo más gratificantes es ver como la sociedad le da la espalda a los "positivistas".
jejeje, eso tumbaito, pero no se la da al "positivismo" grupal.
ResponderEliminarvamos todos al mundial del futbol político
¿a que normas sociales se refiere usted? Habrá más que lo del futbol ¿no?
ResponderEliminarFirmo debajo con firma de notario.
ResponderEliminarCuando no cabrean, es entretenido oír a las (objetivamente) malvadas defensas de otras legitimidades distintas de la democrática, derivadas de la "sociedad civil".
No me refiero a la argumentación técnica, sino a la de legitimidades: una cosa es oír razonamientos sobre las ventajas de implantación de, p. ej., la "soft law" (que será más o menos razonable) y otra es oír marcianadas sobre sujetos reguladores tipo "sociedad civil". Esa especie de neorromanticismo que sustituye el espíritu del pueblo por una especie de "Bürgerlichegeselschaftsgeist" (buf) que se lo trague quien tenga más fe que yo. Está claro cómo quedan las relaciones entre consumidor y empresa o entre cliente y banco si permitimos que sea "la sociedad civil" o "el mercado" quien las regule.
Me enferman algo más los de rollo sociológico-etnometodológico que cantan que el Derecho no puede sino sancionar las expectativas preexistentes en la sociedad, porque creen que esa reformulación tan fea del iusnaturalismo puede superar el obstáculo ese que señalaba Ely en D&D. Cito de memoria aquello de que el iusnaturalismo tiene la ventaja de que permite argumentar cualquier cosa; y la desventaja de que todo el mundo lo sabe.
(Sobre la sociedad civil: yendo de Burgos a San Sebastián, al ver la proliferación de puticlubes que se anuncian como "Club", un amigo me comenta: "cuánto club... debe ser el tan cacareado denso tejido asociativo de la sociedad civil vasca").
Los prostíbulos no son creación de la sociedad civil -aunque los miembros de la sociedad civil sean sus clientes- sino las mafias internacionales.
ResponderEliminarY ya me dirá cómo pueden existir mafias sin estados. ¿No cree que los estados son los chulos de las mafias?
¿No es un gobierno amigo quien regula -regulación comparable a aquella ley militar de franco secreta-, protege y difunde la prostitución en Cuba?
¿No fue un presidente amigo de ZP quien grito: "¡Viva la coca!"?
Disculpen que haya escrito franco en vez de Franco -y otras barbaridades-.
ResponderEliminarKeep up the good work buspar www 500juegosdesega Boston malpractice attorney Water garden software taking wellbutrin and celexa together Cellulite dietry How often can you take levitra Andhra pradesh good management schools Ford mansion Download drivers camascope numarique minidv panasonic Dubot toffee sofa 1969 chevrolet c-10 cst truck Testimonials for buspar and fibromyalgia Dance related injuries buspar casa royal Art activities for early childhood education Ativan+side+effects buspar www google co ve Weapons of the revolutionary war games diversity immigrant visa lottery Neurontin significantly reduces chronic neuropathic pain
ResponderEliminarLooking for information and found it at this great site... aston martin phone kit yasmin arizona divorce La belle epoque perfume in new orleans Ice fishing cameras deductible reimbursement malpractice 2003 mitsubishi eclipse headlights Asian interacial classroom management courses West fargo public schools Online instant cash advance Wholesale perfumes in singapore Is tonex gay Buy online order viagra business education
ResponderEliminarI have been looking for sites like this for a long time. Thank you! vermont health insurance buy fioricet Free meridia buy online Jenna jameson pool sex sampras tennis vegas hotels Arc'teryx bora 95 backpack airline jobs Discount car and truck rental toronto Drugdietary supplement interactions valium lipitor side lipitor adverse reactions online training Golf course homes brunswick georgia Lottery results california winning lotto numbers
ResponderEliminar