Mecachis,
ya ni con la cabra ni con irracional cualquiera, salvo algunos de apariencia
humana y con DNI en vigor. Van los alemanes el otro día y prohíben la zoofilia y la castigan. Se acabó el hacer el burro con la burra, según arraigada
tradición nacional. Un uso atávico que forma parte de la identidad de más de
una nación que yo me sé y que ya no podremos explicar en las escuelas como
signo de nuestra personalidad colectiva e indicio de los insobornables afanes
de nuestros antepasados.
Dicen
los teutones que es para proteger a los animales y velar por su dignidad, dando
por sentado que no se trata nunca de acciones en las que por ambas partes impere
un verdadero amor y un deseo genuino y sin mácula. Según narran las crónicas,
los señores parlamentarios germanos andaban preocupados por la eventual existencia
de burdeles de animales (que no para animales), aunque todos juran que lo que
se dice ver, no han visto ninguno. Y va un experto, un tal Renzikowski, y explica que, según algunos, no basta con la norma preexistente que prohibía
allá el maltrato de animales, pues no se trata con esta nueva medida de evitar
el dolor de las bestias, sino de proteger “su integridad”, integridad que
resulta dañada cuando padecen acceso sexual impropio de su especie y condición.
Bueno, al tal Renzikowski hay que disculparlo, diga lo que diga, pues es catedrático de Derecho penal y
Filosofía del Derecho y ya se sabe que esa gente siempre anda vigilando los
accesos. Lo raro es que manifieste dudas, cuando él mismo hizo su tesis doctoral
sobre el estado de necesidad. En cualquier caso y por si las moscas, en la
entrevista aclara que a él le falta experiencia práctica en ese
tema.
No
quiero ponerme degagogo ni apelar a la proclama fácil, pero a un suizo que se
llevó de un banco helvético la lista de evasores mundiales que tenían cuentas
secretas para evadir impuestos y mantener oscurísimos sus dineros lo empuran y
lo acusan de revelación de secretos bancarios, mientras que al modesto ciudadano
que se consuele amorosamente con su mascota le van a meter un paquete en
condiciones, dizque por no respetar la autodeterminación sexual del animal. ¿Por
qué, ya puestos a respetar el derecho a decidir, no hacen un referéndum entre
animales de compañía?
Un
querido amigo penalista me hacía ayer las siguientes consideraciones que
transcribo.
1.
Si hablamos de libertad sexual animal:
-
Habrá que demostrar que el acceso carnal fue sin consentimiento del bicho.
-
Habrá que distinguir entre violación, agresión y abuso. ¿Palmearle las ancas a
un caballo? ¿Ordeñar “demasiado” una vaca?
-
¿Y si la oveja insiste?
2.
Si hablamos de indemnidad sexual animal:
-
Habrá que saber qué conductas afectan al desarrollo sexual del bicho.
-
Habrá que demostrar cuándo cabe un estupro (modalidad fraudulenta).
3.
¿Todo animal?
-
¿Sólo mamíferos?
-
¿Cualquier vertebrado?
-
¿También invertebrados?
-
¿Decir en público o ante medios de comunicación “que os folle un pez” es
provocación al abuso sexual animal?
4.
Pero si el animal tiene derechos, también es destinatario de deberes y podrá
cometer infracciones.
-
¿Comete agresión el perro que violentamente se frota contra tu pierna?
-
¿Cometen exhibicionismo los patos montándose(lo) en el estanque? ¿Y el mono que
se autosatisface en su jaula? ¿Y los caracoles que, impúdicamente, cambian de
sexo a la vista de tiernos infantes?
Añado yo, modestamente, que el Derecho está que no para y los legisladores cada día son más considerados con los inhumanos. Ya pueden ir pensando los Reyes Magos en dar de alta en la Seguridad Social a los camellos y verás como a Papá Noel le montan los renos una huelga salvaje el día de Nochebuena. Y cuidado con el convenio colectivo de la cigüeña, aunque venga de París.
Apuesto a que el la próxima convocatoria de proyectos de investigación aparecen varios colegas con sesudas propuestas sobre imputación objetiva del conejo de la Loles, protección transnacional del apareamiento de aves migratorias, seguridad e higiene en el pesebre vacuno o alzamiento del velo en los rebaños de merinas.
¿Y qué prevé entonces la ley para quien extingue una especie?
ResponderEliminarPor aquello de la proporcionalidad de la pena, que ya sé que es un detallillo accesorio y sin real importancia...
Salud,
Cada día está más claro el divorcio de las dos Españas, la Oficial y la Real. La España Real es la del esfuerzo, la que gana poco más de mil euros de oficinista y paga mucho en IRPF, la España de los atascos de entrada a las ciudades, de los intercambiadores, del extrarradio, que aprende inglés por las noches, paga coches a letras, intenta que sus hijos entren en un colegio concertado, le pasa dinero a sus padres y ahorra para, por lo menos, poder escaparse una semana al año a algún lado. La España que ha visto como perdía poder adquisitivo por la entrada del euro. La España Real es la que admira a gente como Rafa Nadal o Amancio Ortega, que con su esfuerzo y sin depender del Boletín Oficial del Estado, han conseguido llegar a la cima mundial en su profesión.
ResponderEliminarLa España Oficial es la que gobierna nuestras instituciones. Hasta hace pocos años era la mediocridad lo que caracterizaba a la España Oficial, pero ahora además se le ha unido la corrupción. La España Oficial es la que representan las nuevas generaciones de los partidos, gente que ni ha estudiado, ni se ha preparado, ni ha trabajado nunca. La España Oficial es la que lleva casi 40 años subida al coche oficial, aparcando en segunda fila y comiendo en Lucio y Horcher entre semana a cuenta del contribuyente. La España Oficial es la España de las 17 autonomías en que nadie controla las cuentas, llena de virreyes, empresas públicas, energías subvencionadas e infraestructuras tan caras como inútiles. Donde no se requiere hablar inglés, ni haber tenido experiencia en lo que trabajes. La España de los sindicatos que se representan a sí mismos. La España Oficial son los Urdangarin, Pajín, Matas, Camps, Bono, Pujol, Mas... Todos los personajes que hacen que la España Real tenga que apagar el telediario porque se le abren las carnes de ver la gente que nos gobierna.
Al hacer balance del año que está a punto de terminar hay una palabra que sobrevuela por encima de todas las demás: crisis. Una crisis que está golpeando con dureza a la España Real, que había creído el eslogan oficial de que democracia y libertad irían unidas a prosperidad. Lo único positivo es que por lo menos se ha avanzado en el diagnóstico, y éste en líneas generales pasa por que la España Oficial ha ido aumentando su control a demasiadas parcelas: justicia, educación, los reguladores, las cajas de ahorro...
Si, 2012 fue el año en que de verdad vinieron los recortes. Recortes a la España Real por los aumentos de impuestos del IVA y del IRPF. Esperemos que 2013 sea el año en que los recortes lleguen a la España Oficial. La España Real necesita ver que las cosas van a empezar a cambiar y que todo lo que ha sucedido no ha sido un terremoto o un tsunami imprevisible, que la crisis tiene causas y culpables y que hay que poner mucho hormigón si queremos que cosas así no vuelvan a suceder.
La España Real está harta de ver vacías las filas del Congreso de los Diputados, mientras los ve en los palcos de fútbol, en las mejores barreras de los toros, en los restaurantes de más de cien euros cubierto y, por supuesto, siempre en clase business en los aviones. Cada día que esto no cambia hay alguien que decide que a partir de ahora no se siente representado por esa España. Y no hablo ni del 15M, ni de movimientos anti sistema, sino de esa gran mayoría de personas que madruga todos los días para intentar sacar honradamente su vida adelante y cuyo padre no es diputado autonómico, su tía consejera de la caja de ahorros intervenida y su cuñado diputado de la sexta fila de un parlamento autonómico.
Pues yo estoy hecho un animal.
ResponderEliminarAbrazos,
ATMC