Esto venía como editorial en el ABC de ayer, viernes 16. Verdades como puños me parecen.
Preocupante nivel escolar
LOS resultados del informe elaborado por Unicef «Un panorama del bienestar infantil en los países ricos» sitúan a España ante un escenario desolador: estamos a la cola del rendimiento escolar entre los países más industrializados del mundo, dato que contrasta, según el mismo estudio, con la sensación de un elevado nivel de «bienestar global» de los adolescentes españoles. Una primera reflexión nos conduce a constatar la paradoja de que el grado de bienestar general de los más jóvenes sea inversamente proporcional al éxito escolar. A más bienestar, menos rendimiento. Dicho de otra forma, habría que preguntarse si el elevado índice de fracaso escolar se debe, entre otras causas, a un excesivo y peligroso acomodamiento vital de los menores y al hecho de que las facilidades que éstos tienen en las sociedades desarrolladas contribuyen a no fomentar valores como el esfuerzo personal o el afán de superación en una etapa crucial de su vida. Sin duda, corresponde tanto a los poderes públicos como a las familias, cada uno en su respectivo ámbito de responsabilidad, aumentar el nivel de exigencia con planes de estudio consensuados, alejados del sectarismo partidista y acordes con el nivel de progreso y liderazgo que demuestra nuestro país en otros ámbitos. Los jóvenes de hoy serán los profesionales de mañana. Su formación ha de quedar supeditada a criterios de exigencia y motivación, y no a un falso bienestar temporal que lastre su futuro.
LOS resultados del informe elaborado por Unicef «Un panorama del bienestar infantil en los países ricos» sitúan a España ante un escenario desolador: estamos a la cola del rendimiento escolar entre los países más industrializados del mundo, dato que contrasta, según el mismo estudio, con la sensación de un elevado nivel de «bienestar global» de los adolescentes españoles. Una primera reflexión nos conduce a constatar la paradoja de que el grado de bienestar general de los más jóvenes sea inversamente proporcional al éxito escolar. A más bienestar, menos rendimiento. Dicho de otra forma, habría que preguntarse si el elevado índice de fracaso escolar se debe, entre otras causas, a un excesivo y peligroso acomodamiento vital de los menores y al hecho de que las facilidades que éstos tienen en las sociedades desarrolladas contribuyen a no fomentar valores como el esfuerzo personal o el afán de superación en una etapa crucial de su vida. Sin duda, corresponde tanto a los poderes públicos como a las familias, cada uno en su respectivo ámbito de responsabilidad, aumentar el nivel de exigencia con planes de estudio consensuados, alejados del sectarismo partidista y acordes con el nivel de progreso y liderazgo que demuestra nuestro país en otros ámbitos. Los jóvenes de hoy serán los profesionales de mañana. Su formación ha de quedar supeditada a criterios de exigencia y motivación, y no a un falso bienestar temporal que lastre su futuro.
3 comentarios:
Sería fácil salir de dudas analizando los resultados académicos por segmentos de bienestar en una misma nación. Además, dichos criterios no son únicamente materiales sino que incluyen:
<<...seis parámetros para crear ese escalafón que son el bienestar material, los niveles de salud y seguridad, el bienestar educativo, la calidad de las relaciones familiares y de amistad, las conductas vitales y riesgos y el bienestar subjetivo de los niños.>>
Por otra parte, los países nórdicos, con un alumnado de superior rendimiento académico, copan los primeros puestos de la lista.
¿Culpables? Principalmente omnipresencia de malos ejemplos y escasez de buenos (¿no se han fijado cómo en los dibujos animados japoneses como Bola de Dragón, el joven superhéroe, después de atizar unos cuantos facciosos y salvar medio planeta va corriendo a sus libros de texto para preparar su próximo examen?), un sistema educativo deficiente y un pseudosistema de valores impuesto desde lo más banal de la sociedad y la televisión.
Bravo, Astarkos: señalas otra verdad no menos de a puño, a saber, que a la correlación a la que parece apuntar el editorialista entre "bienestar" y "bajo rendimiento" le hace agua la piragua, como los ejemplos escandinavos del informe muestran. O el tuyo japonés ...
¿Será que, de haber correlación con el buen rendimiento, quizás sea preciso buscarla en sociedades altamente estructuradas ... con mucha presencia de lo público, altos servicios sociales ... y consecuentemente en comunidades con elevados "gastos de comunidad" (¡huy, ya dije la burrada antiliberal del sábado!)?
Ser sanguijuela del erario es divertido, pues, en el mundo privado cuando un empresa fracasa estrepitosamente lo que se hace es cerrarla. ¡Pero no ellas!
¿Qué hacen? ¡Pues lo cotrario! ¡Aumentemos el gasto! ¡Venga! ¡Qué siga el saqueo!
Gracias a Dios, con la muerte del anterior Jefe del Estado vinieron todos los profes progres que debieron huir de España y con su regreso y el de su ideología España se ha visto elevada y engrandecida en lo cultural hasta cuotas nunca antes vistas.
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