La dislocación del actual “pensamiento” político en nuestro país queda patente en las desconcertantes asimetrías del lenguaje con que los medios de comunicación y los partidos califican a los grupos y grupúsculos que pululan por aquí. Repasaremos alguna de tales asimetrías, pero antes nos pondremos en situación con alguna anécdota de hoy mismo.
Acabo de escuchar en un informativo radiofónico que cuando De Juana Chaos llegó este mediodía a un hospital de San Sebastián lo recibieron, entre gritos de júbilo y expresiones de simpatía, cientos de “simpatizantes de la izquierda abertzale”. Es el lenguaje que están empleando ahora mismo casi todos los periódicos. Cuando Hitler regresó después de cumplir su breve pena tras el Putch de Munich de 1923, también lo aclamaron sus huestes descerebradas. Si explicáramos el suceso diciendo que de ese modo lo apoyaban simpatizantes de la izquierda nacionalista alemana y basáramos esa calificación de “izquierda” en el hecho de que su partido se llamaba “nacional-socialista”, se diría que padecemos un grave desarreglo mental y que mancillamos lo más noble que pueda encerrar el pensamiento llamado de izquierda. Entonces, ¿por qué insistimos en considerar gente de izquierda a los que aclaman a los matones de este otro nacionalismo enfermizo? ¿Qué hacen los dirigentes y militantes del Partido Socialista o de Izquierda Unida que no levantan la voz para exigir respeto a esa categoría a la que también se acogen ellos, que no matan ni se entregan al más decadente de los gregarismos? Si esos cachorros que se excitan ante los asesinos etarras son izquierda sin más y no hay nada que alegar, también son derecha sin más los cabezas rapadas que queman inmigrantes o añoran dictaduras sangrientas. Puestas así las cosas, deberíamos dejar de hablar de derecha e izquierda y referirnos simplemente a demócratas o antidemócratas o a asesinos (y a los que se humedecen con ellos y ante ellos) y gentes sanas. Y, si queremos mantener la división entre derecha e izquierda, se hará necesario delimitar bien los conceptos para separar el grano de la paja. Los etarras y sus mariachis no se privan de llamar fascistas a secas a cualesquiera que defiendan los derechos humanos o la democracia, sean del PP o del PSOE, pero nosotros les seguimos regalando a ellos las calificaciones más inocuas, como si su autoproclamación de izquierdistas fuera garantía bastante de su decencia moral y política y les hiciera, sólo con eso, merecedores de la consideración y la solidaridad de los que se quieren honestamente progresistas. Por esa regla de tres, repito, los nacional-socialistas también son gente respetable y de progreso, por ser nacionalistas y socialistas. ¿Estamos locos o enfermos?
Algo de esa locura o de tal enfermedad debe de tener Rodríguez Zapatero, si es cierto que ansía una alianza electoral con los etarras bajo la sola condición de que dejen de matar un día de éstos. ¿Le parece más abominable Rajoy que Otegui? ¿Cambiaría de opinión si ETA hubiera asesinado a un abuelo suyo? ¿Qué diríamos de un PP que persiguiera acuerdos con un grupo de hitlerianos que renunciara en el futuro a quemar extranjeros o a matar judíos, después de años y años de tales prácticas asesinas? ¿Qué exclamarían Zapatero o Llamazares o el resto de la claque si De Juana fuera un nazi en su misma situación y la humanitaria medida –plenamente legal, por lo demás- que con él ha tomado este gobierno la hubiera adoptado un gobierno del PP?
Vamos, brevemente, con dos de esas asimetrías del lenguaje político actual.
1. Si los etarras y los batasunos son la "izquierda abertzale", ¿cuál es la derecha abertzale? Si la hay –representada por el PNV, por ejemplo-, por qué no la llamamos así? Y si resulta que no la hay, peor, pues entonces resultará que nacionalismo e izquierda se hacen en sinónimos, como consecuencia de que la izquierda se identifica por definición con los nacionalismo; pero no con todo nacionalismo, sino sólo con el nacionalismo antiespañol. En consecuencia, ser nacionalista independentista equivale a ser izquierdista, y tal vez por eso a Madrazo no se le caen los palos del sombrajo por formar parte de un gobierno del PNV. En el momento en que el referente de la distinción entre izquierda y derecha es meramente el nacionalismo, siendo por definición conservador el nacionalismo español y progresista el antiespañol, habremos asistido a una innovación ideológica que rompe radicalmente con las identificaciones establecidas entre izquierda y derecha, reformista y partidaria de la justicia distributiva la primera e inmovilista y defensora de la dura ley del mercado irrestricto la segunda, democráticas ambas mientras se atengan a las reglas de juego del Estado de Derecho.
2. Si los grupos violentos de ultraderecha se denominan así, ultraderechistas, o son llamados neonazis, en lugar de ser calificados como derecha españolista, ¿por qué a los grupos abertzales violentos se les llama “abertzales de izquierda” en lugar de, por ejemplo, ultraizquierdistas o neostalinistas, o mismamente neonazis también, por ser, como los nazis originarios, nacionalistas, violentos y defensores del superior valor de la nación sobre los derechos individuales o las reglas de la democracia?
Las gente decente de izquierda, que es mucha, debería abominar de la identificación de De Juana como un sujeto progresista y socialista, con la misma contundencia con que la derecha decente, que también la hay, por supuesto, debe procurar la mayor distancia de su credo político con Hitler, Pinochet o Franco. Porque si, a la hora de votar, nuestras opciones se limitan a elegir entre éstos, por un lado, o los epígonos de Stalin, Mao o Castro, por el otro, es mejor quedarse en casa y maldecirlos a todos. O intentar una nueva transición a la democracia.
Acabo de escuchar en un informativo radiofónico que cuando De Juana Chaos llegó este mediodía a un hospital de San Sebastián lo recibieron, entre gritos de júbilo y expresiones de simpatía, cientos de “simpatizantes de la izquierda abertzale”. Es el lenguaje que están empleando ahora mismo casi todos los periódicos. Cuando Hitler regresó después de cumplir su breve pena tras el Putch de Munich de 1923, también lo aclamaron sus huestes descerebradas. Si explicáramos el suceso diciendo que de ese modo lo apoyaban simpatizantes de la izquierda nacionalista alemana y basáramos esa calificación de “izquierda” en el hecho de que su partido se llamaba “nacional-socialista”, se diría que padecemos un grave desarreglo mental y que mancillamos lo más noble que pueda encerrar el pensamiento llamado de izquierda. Entonces, ¿por qué insistimos en considerar gente de izquierda a los que aclaman a los matones de este otro nacionalismo enfermizo? ¿Qué hacen los dirigentes y militantes del Partido Socialista o de Izquierda Unida que no levantan la voz para exigir respeto a esa categoría a la que también se acogen ellos, que no matan ni se entregan al más decadente de los gregarismos? Si esos cachorros que se excitan ante los asesinos etarras son izquierda sin más y no hay nada que alegar, también son derecha sin más los cabezas rapadas que queman inmigrantes o añoran dictaduras sangrientas. Puestas así las cosas, deberíamos dejar de hablar de derecha e izquierda y referirnos simplemente a demócratas o antidemócratas o a asesinos (y a los que se humedecen con ellos y ante ellos) y gentes sanas. Y, si queremos mantener la división entre derecha e izquierda, se hará necesario delimitar bien los conceptos para separar el grano de la paja. Los etarras y sus mariachis no se privan de llamar fascistas a secas a cualesquiera que defiendan los derechos humanos o la democracia, sean del PP o del PSOE, pero nosotros les seguimos regalando a ellos las calificaciones más inocuas, como si su autoproclamación de izquierdistas fuera garantía bastante de su decencia moral y política y les hiciera, sólo con eso, merecedores de la consideración y la solidaridad de los que se quieren honestamente progresistas. Por esa regla de tres, repito, los nacional-socialistas también son gente respetable y de progreso, por ser nacionalistas y socialistas. ¿Estamos locos o enfermos?
Algo de esa locura o de tal enfermedad debe de tener Rodríguez Zapatero, si es cierto que ansía una alianza electoral con los etarras bajo la sola condición de que dejen de matar un día de éstos. ¿Le parece más abominable Rajoy que Otegui? ¿Cambiaría de opinión si ETA hubiera asesinado a un abuelo suyo? ¿Qué diríamos de un PP que persiguiera acuerdos con un grupo de hitlerianos que renunciara en el futuro a quemar extranjeros o a matar judíos, después de años y años de tales prácticas asesinas? ¿Qué exclamarían Zapatero o Llamazares o el resto de la claque si De Juana fuera un nazi en su misma situación y la humanitaria medida –plenamente legal, por lo demás- que con él ha tomado este gobierno la hubiera adoptado un gobierno del PP?
Vamos, brevemente, con dos de esas asimetrías del lenguaje político actual.
1. Si los etarras y los batasunos son la "izquierda abertzale", ¿cuál es la derecha abertzale? Si la hay –representada por el PNV, por ejemplo-, por qué no la llamamos así? Y si resulta que no la hay, peor, pues entonces resultará que nacionalismo e izquierda se hacen en sinónimos, como consecuencia de que la izquierda se identifica por definición con los nacionalismo; pero no con todo nacionalismo, sino sólo con el nacionalismo antiespañol. En consecuencia, ser nacionalista independentista equivale a ser izquierdista, y tal vez por eso a Madrazo no se le caen los palos del sombrajo por formar parte de un gobierno del PNV. En el momento en que el referente de la distinción entre izquierda y derecha es meramente el nacionalismo, siendo por definición conservador el nacionalismo español y progresista el antiespañol, habremos asistido a una innovación ideológica que rompe radicalmente con las identificaciones establecidas entre izquierda y derecha, reformista y partidaria de la justicia distributiva la primera e inmovilista y defensora de la dura ley del mercado irrestricto la segunda, democráticas ambas mientras se atengan a las reglas de juego del Estado de Derecho.
2. Si los grupos violentos de ultraderecha se denominan así, ultraderechistas, o son llamados neonazis, en lugar de ser calificados como derecha españolista, ¿por qué a los grupos abertzales violentos se les llama “abertzales de izquierda” en lugar de, por ejemplo, ultraizquierdistas o neostalinistas, o mismamente neonazis también, por ser, como los nazis originarios, nacionalistas, violentos y defensores del superior valor de la nación sobre los derechos individuales o las reglas de la democracia?
Las gente decente de izquierda, que es mucha, debería abominar de la identificación de De Juana como un sujeto progresista y socialista, con la misma contundencia con que la derecha decente, que también la hay, por supuesto, debe procurar la mayor distancia de su credo político con Hitler, Pinochet o Franco. Porque si, a la hora de votar, nuestras opciones se limitan a elegir entre éstos, por un lado, o los epígonos de Stalin, Mao o Castro, por el otro, es mejor quedarse en casa y maldecirlos a todos. O intentar una nueva transición a la democracia.
12 comentarios:
Ilmo sr catedrático
le diré, que como ciudadano español me da vergüenza inclusive, ser español, por la gran bienvenida que le han dado al asesino Juana de Chaos sus acólitos asesinos, porque no dejan de ser una banda de asesinos lo mismo el PNV que Eusko alkartasuna que Batasuna y la ETA que es lo mismo.
Respecto como todo el mundo sabemos, es la extrema izquierda que quieren volver con el sr ZP a hacer en España otro frente popular que fue el caos del terror donde gobernaba el Frente popular porque como catedrático me da la impresión que la 2ª república no se la cargó el caudillo sino la propia izquierda y la malnacida extrema izquierda con la nación moscovita a las órdenes del asesino Estanislao Stalin como bien sabemos todos los europeos de la masacre que hizo en la plaza Roja de Moscú.
Querido amigo, comparar VI al generalísimo Franco y a Pinochet con Chaos de Juana o con la izquierda asesina, es como comparar a Dios con una burra porque le diré, que en España se está viviendo un estado totalmente anárquico, déspota y dictatorial por los partidos políticos de ámbito nacional y nacionalista, por lo tanto, le diré, que porque 20 millones de españoles quieran suicidarse o hacer que España se suicide , le diré, que mientras halla españoles de buena fe y que crean en Dios, en la patria y en el honor, España será una y no cincuentayuna, le díré, como ciudadano de a pie, que a esos perros de la extrema izquierda y proetarrra algún día la justicia que no estará tan politizada como ahora, les formará consejo de guerra a todos esos indeseables por terroristas y al sr ZP y su gabinete serán juzgados por un tribunal de honor por alta traición a España.
¿No cree que se plantea un consuelo futuro a males presentes demasiado "improbables"?
¡Así no va a ser feliz!
¡Ay! ¡Este subconsciente mío!
¿No cree que se plantea un consuelo futuro a males presentes demasiado "improbable"?
¡Así no va a ser feliz!
La autodefinición como izquierdista del nacionalsocialismo aberzale no es otra cosa que mera propaganda, basada en su vieja oposición al franquismo: como la dictadura franquista, por definición, encarnaba a la derecha fascista y reaccionaria, las fuerzas que luchaban contra ella eran, también por definición, progresistas y de izquierda. Claro que llamar progresistas y de izquiedas al PNV o a CIU, organizaciones políticas que también se opusieron al franquismo, tiene narices, pero no importa: si hay que simplificar, se simplifica.
Esta autodefinición del nacionalsocialismo vasco como "izquierda" ha sido aceptada por la mayoría de las fuerzas políticas y medios de comunicación por dos motivos prìcipales: de una parte, porque el PSOE (y, en otro nivel, IU) necesita, por razones de propaganda, presentar su negociación con HB y su entorno como una negociación con una fuerza política de izquierda (esto es, progresista por definición), por lo que ocultarán su carácter nacionalsocialista, tarea ésta de ocultación en la que juegan un importante papel los medios de comunicaciòn públicos y progubernamentales. Pero, de otra parte, esta ocultación de la naturaleza nacionalsocialista de la llamada "izquierda abertzale", y su consideración como una organización de izquierdas, se debe también a la indigencia intelectual y política de la mayoría de los ciudadanos, y a la pérdida absoluta del sentido acerca de lo que, hoy día, especialmente tras la liquidación de la URSS, puede considerarse "la izquierda".
De igual modo, considerar de izquierda al PSOE (y no digamos al resto de los nacioanalsocialismos, como ERC o el BNG; de IU mejor no hablar: a mucho que sustituyó la ideología por los eslóganes) es, sencillamente, asumir como real una marca publicitaria y propagandística "progre" que, si por algo se caracterizan, es por su ambición de perdurar en el poder, es decir, en la administración de un estado occidental capitalista como lo es España (el que luego su administración sea pésima no se debe a que sea o no de izquierdas, si es que ello significa algo, sino a que se trata de una organización incompetente, gobernada por incompetentes, basada en el clientelismo más pernicioso,y que lleva a cabo una política nociva para los intereses generales).
Por todo ello, calificarse hoy como de derechas o de izquierdas es no decir nada o, en el mejor de los casos, calificarse meramente como votante del PSOE-IU o del PP, sin tener para nada en cuenta políticas ni ideologías: defenderé lo que diga tal o cual partido político, por la sola razón de que es "el mio", y combatiré lo que diga el partido contrario por la sola razón de que es "el otro", es decir, el enemigo (los nacionalsocialistas lo tienen aún más claro: todos los demás, sin excepción, son "los otros" a combatir, sean de derechas o de izquierdas).
Pero, en el caso del nacionalismo independentista vasco, calificarlo como "izquierda" supone un paso más: asumir que el nacionalsocialismo es progresista, defender que sus razones pueden ser tomadas en cuenta, justificar el fascismo más rancio. Lean, si no lo creen, a Sabino Arana. O al Gara. Tanto da.
¿Intentando salvar la cara a la IZQUIERDA?
NeNeNeNeNeNe
HB es un partido de IZQUIERDAS. Y los partidos de izquierdas hacen estas cosas. ¿No fue el mejor partido socialista -doctrina Garcia Amado- el que mataba mientras el Sosa dormía en el sofá del ministerio?
¿Intentan salvar el izquierdismo? ¡No hagan eso! ¡Disfruten de su poder soberano! ¡Disfruten de que son Dios! ¡Ríanse de las madres de esos 25 asesinados!¡Rían! ¡Disfruten!
Claro que había que oponerse a la invasión de Iraq, al fin y al cabo, Sadam era un Dios como nuestro Zapatero es Dios. Y, Dios puede decidir sobre nuestras vidas y haciendas.
¡A ti te rogamos, zETAp!
Estimado Ante
Tenga a bien trasladarle a LUIS ROCA AGAPITO, profesor asociado Dº Penal Oviedo mis deseos para futuros artículos doctrinales, que le sugiero tras leer su trabajo La Política criminal frente al dopaje (1) que he leído en el Diario La Ley 27-2-2007.
A MI COMO APRENDIZ DE JURISTA ME SOBRA en un artículo doctrinal, el programa electoral del PSOE, el celo de la sra Ministra de Educación y Ciencia, lo que dice un secretario de Estado, como estaría mejor redactado un artículo de la LOPSLDD y el ámbito comparado (una referencia vale, no dos columnas) y sí me importa que escudriñase más en el apartado ¿Tolerancia cero como verdadera política criminal frente al dopaje?, mucho más en ejemplificar la afirmación de DIAZ Y GARCIA - CONLLEDO : "será muy difícil apreciar este delito..." y por ejemplo ¿por qué considera ROCA AGAPITO que la lucha contra las drogas está perdida? y ¿por qué asimila la lucha contra el dopaje con la lucha contra las drogas?
Estimado Rolando:
Trasládeselos usted mismo, hombre. Luis es un tipo encantador, que no va de nada, y siempre está abierto al debate. Además, es el punto diametralmente opuesto al debatidor nervioso. Si el debate se exalta, no será por él...
Estimado Ante
no se lo puedo trasmitir personalmente al profesor ROCA porque no tengo su dirección de internet y no tengo nada que debatir con él, sino que aprender de él, que es con el ánimo con el que yo leo un artículo doctrinal, simplemente era decirle lo que a mí me interesa de una materia y como Vd lo tiene en el departamento, pues que se lo comentara.
Me interesaría saber su docta opinión. En una cinta de vídeo, sin sonido, de unos grandes almacenes, se ve a cuatro personas (1 mayor y 3 menores) en el departamento de electrodomésticos, parece, en la grabación, que entre ellos hay algo de conversación ; un menor toma un objeto, sin que se vea que el mayor se lo ordena. La cinta da un salto y se ve posteriormente como dos menores salen primero con el objeto mientras el mayor se queda en caja pagando unas pilas con el otro menor.
El fiscal dice que es el mayor el que ha usado al menor para tomar el objeto y a los otros dos menores para "hacer la tapia" en la línea de caja y obstaculizar el campo de visión de la cajera.
Obsrvaciones : el mayor dice que unicamente entró en el centro comercial con uno de los menores (A) y que los otros dos menores eran conocidos del menor (A); el mayor dice que salieron a la vez por la línea de caja los 4, porque iba charlando el menor (A) con los otros ; el mayor anteriormente había sido condenado en una ocasión por hurto ; el centro comercial no aporta el cuadre de la caja para ver si el objeto se había pagado o no , de todas formas el representante legal del centro opina que es "imposible" que salga un objeto del departamento de electrodomésticos sin embalar por la línea de caja ; el mayor no tiene problemas de drogas (ni los menores a la luz de la grabación); los menores no han sido habidos.
Cuestión : ¿Qué deberá probar el fiscal para que prospere la idea del previo acuerdo?
¿Vd cree que con esos hechos hay indicios suficientes para condenar?
¿qué línea de defensa sería la adecuada?
Estimado Tumbaito: ¿Porqué considera usted que HB es un partido de izquierdas?
Estimado lagunilla, ¿ETA no es un movimiento fundamentado en la doctrina de los pueblos de Stalin y, además, no es comunista?
ETA es una organización SOCIALISTA.
Estimado Tumbaíto:
No creo que HB/ETA sea una organización basada en la doctrina estalinista de los pueblos (doctrina, además, meramente oportunista, como la historia ha dejado bastante claro), sino en el concepto de patria y pueblo elegido acuñado por un tal Sabino Arana, trufado de algunas ideas vagas de corte socialdemócrata y con métodos abiertamente fascistas (la exclusión/eliminación del otro, el terror como instrumento político, etc.). Es decir, en conceptos ideológicos nacionalsocialistas. Ahora bien, si ud. considera que el nacionalsocialismo es una ideología de izquierdas (lo cual, a priori, no sería descartable, aunque nos obligaría a definir que entendemos por izquierda), resultaría un tema interesante.
i.)¿Eta de Sabino Arana? ¡Oiga! ¡Que los etarras son comunistas!
Hasta no hace mucho se declaraban stalinistas.
ii.) Sí, considero que el nacionalSOCIALISMO es de izquierdas. (Tesis de Hayek)
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