En El Mundo de ayer, 27, venía una tribuna de Benita Ferrero-Waldner titulada"Crear un bloque contra el terror" (siento no poder poner un enlace, pero, por lo que veo -y si no me equivoco- esta parte es de pago), en la que esta señora, a la sazón comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, entre otras cosas viene a decir que hay que meter más dinero en los países islámicos para que se vayan secando los semilleros del terrorismo radical. No lo dice exactamente así, pero me parece que quiere decir fundamentalmente eso. De lo cual se desprende que: i) Los países que no controlan a sus asesinos -o que los animan y les dan facilidades para formarse, entrenarse, etc.- tendrán preferencia para las ayudas de la UE; ii) que cuantos más terroristas produces más razones se te reconocen, y de más peso, para pedir pasta a los demás; iii) que el terrorismo se cura o se alivia, supuestamente, cuando las víctimas potenciales pagan a los que chulean a los matones; y iv) que seguramente todo eso, lo de los terroristas y lo de sus chulos, se explica porque son todos muy pobres, los pobres.
Ante lo cual uno, modestamente propone las siguientes medidas alternativas:
a) Que puestos a ayudar económicamente a los países pobres, cosa absolutamente debida y justa, comencemos por los que no producen ni exportan terroristas; b) que puestos a ayudar a los países pobres, ayudemos a los países pobres, es decir, aquellos que no tienen recursos suficientes, no a los tienen de sobra pero los reparten mal. Si los terroristas buscan la justicia social, que hagan la revolución en su casa y contra esos reyezuelos cleptómanos que los gobiernan con estilo feudal y maneras mafiosas; porque c) digo yo que si tanto petróleo tienen (al menos algunos de esos países que son grandes nidos de imanes radicales y otras especies similares) y si tan caro nos lo venden, ya reciben algunos dinerillos de por aquí, víctimas incluidas ¿o no?; d) que puestos a ayudar incluso a esos países que no son pobres (aunque haya en ellos muchos pobres, pero no por nuestra culpa principal), y digo ayudar y no hacer el capullito de alhelí, que se les dé dinero, sí, pero a cambio de avances claros y tangibles en cosas tales como la redistribución de la renta, los derechos laborales de todos sus trabajadores, la igualación jurídica y social de las mujeres, la reforma radical de la ley penal y procesal para eliminar la tortura y las penas crudelísimas, la democracia parlamentaria y el fin de toda forma dictatorial o autoritaria de gobierno. A lo mejor de rebote disminuye la producción en serio de fanáticos y descerebrados. O no, pero por lo menos habremos conseguido otras cosas buenas en esos países a cambio de los recursos que les cedamos. Como que mueran y sufran menos de sus ciudadanos a manos de los tiranos que los gobiernan.
Ante lo cual uno, modestamente propone las siguientes medidas alternativas:
a) Que puestos a ayudar económicamente a los países pobres, cosa absolutamente debida y justa, comencemos por los que no producen ni exportan terroristas; b) que puestos a ayudar a los países pobres, ayudemos a los países pobres, es decir, aquellos que no tienen recursos suficientes, no a los tienen de sobra pero los reparten mal. Si los terroristas buscan la justicia social, que hagan la revolución en su casa y contra esos reyezuelos cleptómanos que los gobiernan con estilo feudal y maneras mafiosas; porque c) digo yo que si tanto petróleo tienen (al menos algunos de esos países que son grandes nidos de imanes radicales y otras especies similares) y si tan caro nos lo venden, ya reciben algunos dinerillos de por aquí, víctimas incluidas ¿o no?; d) que puestos a ayudar incluso a esos países que no son pobres (aunque haya en ellos muchos pobres, pero no por nuestra culpa principal), y digo ayudar y no hacer el capullito de alhelí, que se les dé dinero, sí, pero a cambio de avances claros y tangibles en cosas tales como la redistribución de la renta, los derechos laborales de todos sus trabajadores, la igualación jurídica y social de las mujeres, la reforma radical de la ley penal y procesal para eliminar la tortura y las penas crudelísimas, la democracia parlamentaria y el fin de toda forma dictatorial o autoritaria de gobierno. A lo mejor de rebote disminuye la producción en serio de fanáticos y descerebrados. O no, pero por lo menos habremos conseguido otras cosas buenas en esos países a cambio de los recursos que les cedamos. Como que mueran y sufran menos de sus ciudadanos a manos de los tiranos que los gobiernan.
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