Uy, qué calma me embargó ayer cuando leí la noticia. Tanto desconfiar de los que quieren remendar la Constitución, ponerle un frunce o acortarle el canesú, tanto temer que las reformas acaben en chapuzan o en insustanciales apaños. Pero no, mis amigos, ya podemos todos quedarnos tranquilos, al tiempo que henchidos de orgullo y ahítos de satisfacción. Nuestro Presidente Zapatero anunció hace un par de días cuál será el primero de los retoques de la Magna Carta, valiente, emprendedor, osado, sin concesiones a la galería, cogiendo el toro por los cuernos. Un ejemplo para el mundo, pues seremos el primer país, o de los primeros, en que lo políticamente correcto tome carta de naturaleza constitucional.
Todo este entusiasmo que me desborda trae causa de que el Presidente ha hecho saber que en el artículo 49 de la Constitución la expresión "disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos" será sustituida por la de "discapacitados". Bien ha sabido la Vicepresidenta de la Vega captar la hondura del asunto cuando, exultante, declaraba ayer que "nuestra mejor manera de honrar, preservar y defender la Constitución" es modificar el artículo 49 para cambiar la denominación de "disminuidos" por la de "discapacitados". Se van a sentir enormemente confortados los aludidos con ese tenue pespunte semántico.
Para que luego digan que no hay programa, faltan ideas o escasean las medidas sociales.
1 comentario:
Eso no es pespunte: es vainica, que consiste en coser tratando de que queden agujeros (calados, muy monos, pero agujeros al fin y al cabo). Vainica constitucional.
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