Si usted es varón emparejado y bien entrado en años, dígame si alguna vez no le pasó este caso o si, al menos, no se lo contaron los compañeros del curro. Me refiero a cuando uno llega a casa y se encuentra a su santa depilándose con febril esmero y le pregunta él que cómo así, si llevábamos todo el invierno conviviendo con el bosque animado, y ella, como quien no quiere la cosa, le contesta que es que tiene cena con los de la ofi. Claro, a partir de ahí se abre un mundo de interpretaciones posibles y mejor no perderse en laberintos hermenéuticos. Que si ella es así, pero no pasa nada, que si lo hace para darme celos, que si debería yo controlarme esta panza, que si hace un siglo que no salimos a cenar el sábado porque hay fútbol en la tele, que si quién será el hijoputa de la oficina que la pone así de pulcra, que si vas a ver como esta misma noche me voy yo con los amigotes a un local nuevo que han abierto en la carretera. En fin.
Y mire usted por donde, se me ha venido esto a la cabeza al leer que Imaz le ha hecho un mohín a nuestro Maquiavelín leonés y le ha guiñado el ojo a Rajoy, que debe de andar tentándose el bolsillo por si le falta ya la cartera y mirándose la bragueta por si se le abre con el apretón. Esta política nuestra es un culebrón de no te menees y aquí lo que hace falta es ponerle a esto un buen título y, hala, a venderlo por capítulos a las televisiones de medio mundo. Se me ocurre que podríamos llamar a la serie Amor con güevos revueltos, pero igual es poco explícito. También cabría el de Yo soy Fea, pero, al fin y al cabo, por mucho que curre la tía no se merece tampoco todo el protagonismo.
No sé, pero a nada que el guionista sea fiel a la vida misma le va a salir un pedazo de historia de amores oscuros, traiciones, celos, desenfreno, riqueza, pies que se tocan por debajo de la mesa y efusivos apretones de manos que señalan a la próxima víctima de los sicarios de alguna comisión independiente. Y todo con mucho personal de servicio y cargos de confianza y muchos y muchas lewinskis y un protagonista principal que siempre quiso tener un cortijo todo plantado de alcornoques y una catedral laica consagrada a la memoria de un abuelo, sólo de uno, que el otro era del otro bando.
Pues Imaz dice que el PNV está abierto a pactar con el PP después de las elecciones generales. Dice bien, abierto. De momento, Imaz se está colocando en la barra metálica que hay en medio del local y verás qué movimientos insinuantes para arriba y para abajo; en una de éstas hasta se quita la ikurriña y se queda en pelota picada. Estos nacionalistas son las únicas putas que no tienen mala vejez. Por eso no ahorran para cuando pasen los años y se lo gastan todo según les viene. Tienen en el paquete la piedra filosofal y exudan el elixir de la eterna juventud. Y cuentan los papeles que en el cabaret –llamémoslo así- hay cola de buscadores de empleo, pues con el PNV han hecho bloque los de CiU y el BNG para negociar futuros contactos. ¿Será eso que ahora llaman Gang Bang? Cosas veredes, amigo Sancho. Cualquier día nos toparemos con que también Pernando y Arnaldo se ciscan definitivamente con Maquiavelín por un quítame allá esas pajas y llaman a las puertas de Rajoy para proponerle una excursión a Grecia o Francia. Y el otro acepta, seguro, que tampoco la derecha hace ascos a esos revolcones bien pecaminosos.
Hombre, no es que esté uno contra la promiscuidad precisamente, pero, ya puestos a imaginarnos escenas tórridas, un servidor preferiría ver a ZP y RJ marcándose unas piezas en Mira quién baila, y luego que se entendiesen bien y que formasen un apaño de hecho para una temporada. Y que, entre otras cosas, pactasen temas tan importantes para este país como la regulación de la prostitución. De la prostitución nacional(ista), quiero decir. ¿O ya no será competencia del Estado eso tampoco?
Y mire usted por donde, se me ha venido esto a la cabeza al leer que Imaz le ha hecho un mohín a nuestro Maquiavelín leonés y le ha guiñado el ojo a Rajoy, que debe de andar tentándose el bolsillo por si le falta ya la cartera y mirándose la bragueta por si se le abre con el apretón. Esta política nuestra es un culebrón de no te menees y aquí lo que hace falta es ponerle a esto un buen título y, hala, a venderlo por capítulos a las televisiones de medio mundo. Se me ocurre que podríamos llamar a la serie Amor con güevos revueltos, pero igual es poco explícito. También cabría el de Yo soy Fea, pero, al fin y al cabo, por mucho que curre la tía no se merece tampoco todo el protagonismo.
No sé, pero a nada que el guionista sea fiel a la vida misma le va a salir un pedazo de historia de amores oscuros, traiciones, celos, desenfreno, riqueza, pies que se tocan por debajo de la mesa y efusivos apretones de manos que señalan a la próxima víctima de los sicarios de alguna comisión independiente. Y todo con mucho personal de servicio y cargos de confianza y muchos y muchas lewinskis y un protagonista principal que siempre quiso tener un cortijo todo plantado de alcornoques y una catedral laica consagrada a la memoria de un abuelo, sólo de uno, que el otro era del otro bando.
Pues Imaz dice que el PNV está abierto a pactar con el PP después de las elecciones generales. Dice bien, abierto. De momento, Imaz se está colocando en la barra metálica que hay en medio del local y verás qué movimientos insinuantes para arriba y para abajo; en una de éstas hasta se quita la ikurriña y se queda en pelota picada. Estos nacionalistas son las únicas putas que no tienen mala vejez. Por eso no ahorran para cuando pasen los años y se lo gastan todo según les viene. Tienen en el paquete la piedra filosofal y exudan el elixir de la eterna juventud. Y cuentan los papeles que en el cabaret –llamémoslo así- hay cola de buscadores de empleo, pues con el PNV han hecho bloque los de CiU y el BNG para negociar futuros contactos. ¿Será eso que ahora llaman Gang Bang? Cosas veredes, amigo Sancho. Cualquier día nos toparemos con que también Pernando y Arnaldo se ciscan definitivamente con Maquiavelín por un quítame allá esas pajas y llaman a las puertas de Rajoy para proponerle una excursión a Grecia o Francia. Y el otro acepta, seguro, que tampoco la derecha hace ascos a esos revolcones bien pecaminosos.
Hombre, no es que esté uno contra la promiscuidad precisamente, pero, ya puestos a imaginarnos escenas tórridas, un servidor preferiría ver a ZP y RJ marcándose unas piezas en Mira quién baila, y luego que se entendiesen bien y que formasen un apaño de hecho para una temporada. Y que, entre otras cosas, pactasen temas tan importantes para este país como la regulación de la prostitución. De la prostitución nacional(ista), quiero decir. ¿O ya no será competencia del Estado eso tampoco?
3 comentarios:
Puticlub de Puticlubes
... kai panta Putiklubs...
El culebrón debería titularse:
"España, puticlub de puticlubes".
Suena mejor y es más propio.
¿Metaputiclub, quizás?
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