Qué cosas. Leo con retraso extractos de la entrevista con Zapatero en El País del pasado domingo. Lo de siempre y tal y cual y más de lo mismo. Para qué va a cambiar de disco, si el personal baila contento a este son. Pero al referirse al Manifiesto por la Lengua Común, dice así nuestro líder carismático: “Les tengo mucho respeto a quienes firman el manifiesto. Yo no estoy de acuerdo, pero lo respeto. Fíjese, ha firmado hasta Gamoneda”. ¿Desliz? ¿Convencimiento de que las musas comen en su mano? Es posible que a las musas también haya que alimentarlas. Mas la frase suena como si hubiera dicho, “fíjese, hasta lo ha firmado mi chófer o mi mucama” Perdón, mucamo.
Bien está el respeto, pero el vate se acongoja y envaina el celo lingüístico. Ayer, en El País, el cervantino Gamoneda publicaba una tribuna en la que, con estilo bien abstruso y como de Derrida mesetario, venía a decir que en fin, que si lo sabe no lo hace y que a ver si lo van a tomar a él por un crítico del Gobierno, que no es plan y que primero el pan. Ha descubierto el buen hombre que el asunto es ideológico y no le rima. Pues vale, está en su derecho de tirarse en marcha, cómo no. Pero a ver ahora a quién va a poner Zapatero de ejemplo de su tolerancia y su respeto.
Este humilde servidor de ustedes también firmó una vez algún escrito, aquí mismo, que lo dejó sin un puñado de conferencias y cursos. Me declararon “enemigo total”. Ay, mi hipoteca. No estuve fino. Debí sospechar a tiempo que podían pintar bastos, y lo podía haber arreglado mediante un sutil articulillo de retirada estratégica. No se me ocurrió, maldición, y sigo igual de respetado, pero sin tanto viaje. Creo que dentro de nada me voy a pasar a la poesía críptica y dolorida y a la prosa gozosa del prietas las filas. Que ya lo dice el viejo adagio: primum vivere. Y concluiré entonces mi perorata penitencial con las palabras transparentes del vate leonés: “No entiendo, pero cito porque me resulta hipnótico. ¿Qué mosca me habrá picado?, ¿el tse-tse, creador de sueños amarillos, o la tarántula visionaria, que el propio Kratevas Rizotomo, servidor venéfico de Mitrídates, mantenía en respeto?”. Las cosas claras y el chocolate tras la conferencia en algún Instituto Cervantes de por esos mundos.
Bien está el respeto, pero el vate se acongoja y envaina el celo lingüístico. Ayer, en El País, el cervantino Gamoneda publicaba una tribuna en la que, con estilo bien abstruso y como de Derrida mesetario, venía a decir que en fin, que si lo sabe no lo hace y que a ver si lo van a tomar a él por un crítico del Gobierno, que no es plan y que primero el pan. Ha descubierto el buen hombre que el asunto es ideológico y no le rima. Pues vale, está en su derecho de tirarse en marcha, cómo no. Pero a ver ahora a quién va a poner Zapatero de ejemplo de su tolerancia y su respeto.
Este humilde servidor de ustedes también firmó una vez algún escrito, aquí mismo, que lo dejó sin un puñado de conferencias y cursos. Me declararon “enemigo total”. Ay, mi hipoteca. No estuve fino. Debí sospechar a tiempo que podían pintar bastos, y lo podía haber arreglado mediante un sutil articulillo de retirada estratégica. No se me ocurrió, maldición, y sigo igual de respetado, pero sin tanto viaje. Creo que dentro de nada me voy a pasar a la poesía críptica y dolorida y a la prosa gozosa del prietas las filas. Que ya lo dice el viejo adagio: primum vivere. Y concluiré entonces mi perorata penitencial con las palabras transparentes del vate leonés: “No entiendo, pero cito porque me resulta hipnótico. ¿Qué mosca me habrá picado?, ¿el tse-tse, creador de sueños amarillos, o la tarántula visionaria, que el propio Kratevas Rizotomo, servidor venéfico de Mitrídates, mantenía en respeto?”. Las cosas claras y el chocolate tras la conferencia en algún Instituto Cervantes de por esos mundos.
2 comentarios:
Y me pregunto, ¿por qué no escribió en EL MUNDO?.
Como a Zorrilla le dijeron en Valladolid: "Vete vate"
Gamoneda si que es un jeta "peligroso", en tanto en cuanto que hará lo que le diga su "amo" a cambio de premios y reconocimientos y olvido de sus colaboraciones cuando Franco.
Mucho más peligroso que los mencionados el otro día : Argüello y el de Estepona, de los que quedó demostrado que se podrá criticar que sus modus de vida no sean completamente acordes con los obreros pero que son inocentes de cualquier delito mientras no se demuestre lo contrario.
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