¿Sabían ustedes, amigos, lo sanas, ricas y estimulantes que son las guindas en aguardiente? Vienen bien a cualquier hora, un par de ellas con el desayuno, un puñadito de postre, quizá unas cuantas después de cenar, para irse a la cama con el aliento fresco y el ánimo sin decaimiento.
¿No estaban enterados? Pues pinchen aquí, háganme el favor. Y sírvanse ustedes mismos. Además, se encontrarán con un buen amigo de todos nosotros.
De nada.
1 comentario:
A mi las guindas me gustan en anís, como las hacía mi abuela. ¿De verdad los blogs favoritos del sr. Sosa son los que vienen en sus guindas? Si es así, wie schade!
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