Ya sé qué quiero ser de mayor: miembro de un consejo autonómico del poder judicial, de esos que se van a crear. Anda, porfa, nómbrame y prometo que llenaré mis escritos de cantos a ese benéfico acercamiento de la justicia al pueblo. Si no, tendré que decir la puñetera verdad, igual que todos esos desgraciados que no trincan nada de lo que se descentraliza con tan altruista criterio. Pesebre for me o revolución.
¿Quién quiere lo que queremos? Las grandes reformas de este país en los últimos tiempos se hacen para satisfacer los deseos de la ciudadanía: nuevos Estatutos de Autonomía porque la gente los pide, matrimonio homosexual porque la sociedad lo demanda, consejos autonómicos de la judicatura, sin competencias, pero con puestos golosos y bien remunerados, porque el pueblo desea que se le acerque la Administración de justicia. Pueblo somos usted y yo, si no ha cambiado el concepto. A mi me traen al fresco las tres cuestiones, y sospecho que como a mí a muchísimos, salvo los que están en contra de esos “progresos”, que son la mayoría ¿La mayoría? Probablemente. Entonces, ¿quién quiere eso que se hace porque lo queremos nosotros?
¿Se va a producir una revolución en la Universidad? Un testigo directo y de toda mi confianza me acaba de contar lo que ocurrió hoy mismo en una reunión del Rector de mi Universidad con los decanos de las Escuelas y Facultades. A media reunión, uno de aquellos decanos se levanta y dice que buenas tardes y que hasta la vista, que le reclama un deber familiar, pues debe recoger a su hija en la escuela. Y ahora, la sorpresa: el Rector monta en cólera y le recuerda al descarado que está en horas de trabajo y que si no le da vergüenza decirle a su propio jefe supremo, el Rector, que deja de trabajar en ese momento por razones personales. Al parecer, la bronca no quedó ahí y el decano se fue a cumplir con los deberes que considera más altos, sí, pero jurando en arameo. ¿Habrá sido un hecho aislado o nos hacemos ilusiones?
¿Quién quiere lo que queremos? Las grandes reformas de este país en los últimos tiempos se hacen para satisfacer los deseos de la ciudadanía: nuevos Estatutos de Autonomía porque la gente los pide, matrimonio homosexual porque la sociedad lo demanda, consejos autonómicos de la judicatura, sin competencias, pero con puestos golosos y bien remunerados, porque el pueblo desea que se le acerque la Administración de justicia. Pueblo somos usted y yo, si no ha cambiado el concepto. A mi me traen al fresco las tres cuestiones, y sospecho que como a mí a muchísimos, salvo los que están en contra de esos “progresos”, que son la mayoría ¿La mayoría? Probablemente. Entonces, ¿quién quiere eso que se hace porque lo queremos nosotros?
¿Se va a producir una revolución en la Universidad? Un testigo directo y de toda mi confianza me acaba de contar lo que ocurrió hoy mismo en una reunión del Rector de mi Universidad con los decanos de las Escuelas y Facultades. A media reunión, uno de aquellos decanos se levanta y dice que buenas tardes y que hasta la vista, que le reclama un deber familiar, pues debe recoger a su hija en la escuela. Y ahora, la sorpresa: el Rector monta en cólera y le recuerda al descarado que está en horas de trabajo y que si no le da vergüenza decirle a su propio jefe supremo, el Rector, que deja de trabajar en ese momento por razones personales. Al parecer, la bronca no quedó ahí y el decano se fue a cumplir con los deberes que considera más altos, sí, pero jurando en arameo. ¿Habrá sido un hecho aislado o nos hacemos ilusiones?
1 comentario:
¿Alguien puede saber qué quiere cualquiera?. Y ¿lo que uno quiere hoy es eterno? ¿no puedo cambiar de opinión con el tiempo o al día siguiente si mi razón me lo dicta?.
Lo de la reunión rectoral es muy fuerte, lo que habría que saber es más acerca del decano en cuestión en cuanto a su personalidad, es decir, si no es corrupto a la hora de calificar a los alumnos, si no acepta el enchufe y la recomendación, si tiene la misma manga ancha para los profesores de su facultad ... se le puede disculpar porque a cualquier persona se le escapa un pedo; ahora bien, si esto no es más que la guinda que colmó la paciencia del Rector se debería tomar una medida un tanto ¿fascista? (para entendernos) por ejemplo de cara a la pared brazos en cruz y en las manos dos tochos del Capital y a repetir : las tesis individualistas son una puta mierda porque me permiten olvidarme del bien común que es participar en las reuniones de docentes con la finalidad de lograr acuerdos que hagan posible una educación universitaria mejor para todos (bien común) y no ausentarme por causa de mi presunto hijo (bien individual).
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