Pues sí, las cosas como son. A Dios lo que es de Dios y a Maquiavelo lo que es de Maquiavelo. Hace un momento estaba yo comiendo y oí la noticia en la radio. Casi me trago el tenedor de la risa (cielos, quién sabe a qué médico habría tenido que acudir y por dónde me lo iba a sacar).
Resulta que ZP ha nombrado al díscolo Paco Vázquez embajador en el Vaticano. El buen hombre deja la ciudad del Superdépor y, con loable espírito de servicio, se va a representar ante la cátedra de San Pedro al Estado español. Genial. Andaba mustio y crítico por el tema de la nación española y lo mandan a la nación ecuménica. Pelillos a la mar; o a la pila de agua bendita.
Se admiten apuestas sobre el destino que aguarda al Guerra, que fue torero antes que fraile, en cuanto acabe con el engorroso trámite que lo entretiene ahora en la Comisión Constitucional del Congreso. Yo me juego unas cervezas a que acaba de embajador ante la UNESCO. Por lo de la cultura y tal.
Felicito cordialmente al Vaticano.
5 comentarios:
Yo felicito. A Don Julián Barrio, se me que tiene tirón, y conseguir que ZP entrara al trapo.
viva el club de los capados, perdon de los tapados. pobre guerra.
Bueno, Juan Antonio,
Zapatero solamente confirma lo que ya sabemos, es decir, que es el líder de la derecha española moderada. Y que privilegia la Realpolitik por sobre el racionalismo.
Pues un político racionalista dejaría la embajada en el Vaticano desierta hasta que libremente el Vaticano decida si prefiere el estatus de confesión, o el de estado soberano. Porque jugar con dos barajas no es de recibo.
Un abrazo,
Soy Anonómico, pero ya me conoces.
¿Qué diablos!. ZP bien vale una misa.
Eso es lo que yo conozco por "patada ascendente-desplazante".
Normalmente este tipo de patadas son más desplazantes que ascendentes. Sólo hubiera sido superada si en vez de Vázquez hubiera sido Bono (y la cabra). Eso si es sacarse un muerto de encima!
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