Pinchen aquí al lado y vean lo que declaraba hace unos días mi colega y amigo Francisco Sosa Wagner al periódico gijonés El Comercio. ¿Cómo no estar de acuerdo? Hasta una persona tan crítica con la larvada reforma del Estado que está en marcha acaba por asumir, con toda razón, el viejo principio de tonto el último. Puestos a ser, Asturias no debe ser menos que nadie, si no quiere quedarse en fuera de juego y a verlas venir. Y lo mismo vale para otras Autonomías, o lo que sean. Como en las viejas peleas de patio de colegio, siempre podremos decir, esta vez sin falsedad, que empezaron los otros. El que se queda sin teta en las ubres del Estado muere de inanición. O de ridículo. ¿Quién da más?
2 comentarios:
No sea absurdo. ¿Cree que los que son más que los otros van a permitir que los tontos hagan algo?
Quizás sea mejor esperar a ver como evoluciona el temporal para ver en que dirección hay que correr.
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